| Isaac Hernández
- Knutzen Erik y Kelly Coyne decidieron un día hacer casi todo con sus manos
- 'Gastar dinero es lo último que queremos', dicen estos vecinos de Silver Lake
Primero fue el huerto en el jardín. Después vinieron las gallinas y
las abejas. Y después el pan, las conservas, las compotas, el vinagre y
el jabón. Con el tiempo llegarán la miel, la cerveza, el vino y el
membrillo. Todo hecho sin salir de casa, porque ahí es donde empiezan
los grandes cambios...
Knutzen Erik y Kelly Coyne eran dos vecinos como tantos otros en Los Angeles, condenados a pasar el día en coche y sin rumbo fijo.
Hasta que un día decidieron parar en seco, renunciar a lo superfluo y
empezar desde lo básico, haciéndolo casi todo con sus propias manos.
La pareja empezó a narrar su búsquedaen un blog, Root Simple, y la
respuesta fue tan multitudinaria que acabaron escribiendo un libro ("The
Urban Homestead") y después otro, "Making It": una llamada a la
revolución doméstica en la era "postconsumista".
"Seamos sinceros: la autosuficiencia no existe. Tan importante como saber hacer las cosas es saberse rodear de gente"
"Gastar dinero es lo último que uno quiere ahora",
advierten los singulares vecinos de Silver Lake, tan cerca y al mismo
tiempo tan lejos de la vanidad de Hollywood. "No es sólo la crisis, todo
esto venía ya de antes... Estamos en el medio de un masivo cambio
cultural: del consumismo sin límite a un modo de vivir más pleno, más
frugal, más vibrante, en el que cada cual vuelve a tomar las riendas de
su propia vida".Y todo pasa por ese principio, tan arraigado en el oeste
americano, del 'Do It Yourself' (DIY). O sea, hacértelo tú mismo... "Pero no con la actitud arrogante del "cowboy"", advierte Erik, con incorregible humor.
"Sino con la idea de sacar provecho y compartir al mismo tiempo tus
habilidades. Seamos sinceros: la autosuficiencia no existe. Tan
importante como saber hacer las cosas es saberse rodear de gente".
Más que en la autosuficiencia, el estoico Erik cree a sus 47 años en la "autoconfianza",
que se resume tal que así: "Las cosas pueden ir bien o pueden ir mal.
Si van bien, estupendo, y si van mal, al menos tienes unas habilidades
que puedes poner en práctica y que te pueden venir bien no sólo a ti,
sino a tus vecinos".
Con los ojos cerrados, Erik es capaz de localizar en las colinas de Silver Lake al "supremo hacedor" de pan
(al frente de la Asociación de Panaderos de Los Angeles), al "rey" de
los apicultores urbanos, al vinatero de andar por casa... "Somos una
comunidad, y vamos tejiendo redes, y así es como la cultura del DIY se
multiplica".
'Hacedores' contemporáneos
En "Making It", Erik y Kelly empiezan por lo básico: cómo cultivar en
tu propia casa, cómo hacer compost, cómo hacer lámparas de aceite, cómo
fabricar jabón en casa... "La idea no es sólo ahorrar dinero en la
cesta de la compra, sino poner en marcha cualidades de nosotros mismos
que teníamos escondidas y que nos van a abrir las puertas a un modo más
sostenible y creativo de vivir".
"No tenemos un mensaje político, aunque está claro que tenemos que
evolucionar de una sociedad de meros consumidores a otra de productores
activos", concluyen los autores de "Make It". "Pero esa "revolución", en
cualquier caso, tiene que venir desde nuestras propias vidas y nuestras
propias casas. Tenemos que redescubrir el goce de hacer la cosas".
Mr. Jalopy, en su taller de bicis usadas de Riverside, Los Angeles
El mismo mensaje, aunque con otras herramientas, es el que predica
todos los días desde su taller de Riverside el "revolucionario" Mr.
Jalopy, pionero del movimiento de los "Makers" que sacude Norteamérica y
se extiende ya por Europa. Mr. Jalopy huye de todas las etiquetas,
aunque si tuviera que definirse a sí mismo lo haría como "soldador
experimental, trabajador de la madera, mecánico de bicicletas, tratante
de neumáticos, reparador electrónico, bordador, diseñador, vendedor de
garaje, constructor, blogero y activista". Ahí es nada.
"La última chispa ha brotado aquí, pero la verdad es que la cultura del Do It Yourself existe de tiempos inmemoriales en todas las culturas",
advierte Mr. Jalopy. "La gente ha inventado siempre en sus garajes, en
todos los vecindarios conocíamos siempre al "manitas" capaz de arreglar
cualquier cosa... Lo que ha cambiado ha sido la conciencia de grupo.
Somos muchos y, gracias a la tecnología, nos estamos multiplicando".
Más de 100.000 curiosos y "hacedores" convergen todos los años en San Mateo en la Feria de los Makers,
extendida ahora a Nueva York, Detroit, Austin y el Reino Unido. En
plena crisis, la tribu variopinta de los inventores, genios de las
electrónica, programadores precoces, mecánicos lunáticos, artistas del
bricolaje, soñadores y creadores se multiplica año tras año bajo el lema
unánime: "¡Háztelo tú mismo!".
"Cuando tomamos la iniciativa recuperamos nuestra capacidad de aprendizaje, pensamos críticamente, asumimos riesgos"
Pensar con las manos
"Nos une un espíritu "punk", de "amauterismo" total", confiesa Mr.
Jalopy. "No hay mejor manera de avanzar que aprendiendo de tus mismos
errores, y en eso estamos. No competimos entre nosotros porque no se
trata de patentar ningún invento, sino de compartir nuestros proyectos.
Casi todos somos autodidactas y a casi todos nos mueve el mismo impulso
de hermanar lo físico y lo digital".
Mr. Jalopy reivindica desde su taller todas las erres posibles (reusar, reciclar, reparar, reconstruir)
mientras da nueva vida a las bicicletas muribundas que caen en sus
manos: "La mejor bici para el medio ambiente es la que ya existe, no la
que está hecha con materiales nuevos... Hay un valor añadido en trabajar
con lo que otras manos han moldeado, como si los objetos tuvieran alma y
les diéramos nueva vida".
La última palabra, sin salir de Los Angeles, la tiene Mark
Frauenfelder, director de la revista Make y autor "Made by Hand"...
"Cuando haces algo por ti mismo, la cosa que cambia más profundamente
eres tú. Habituados a que nos lo den todo hecho, cuando tomamos la
iniciativa recuperamos nuestra capacidad de aprendizaje, pensamos
críticamente, tomamos decisiones, asumimos riesgos. Aprendemos de alguna
manera de pensar con las manos".
Carlos Fresneda - Londres
Publicado en El Mundo.es
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