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La concentración de CO2, en el nivel más alto de hace 3 millones de años

La estación de Mauna Loa en Hawai.| AfpLa estación de Mauna Loa en Hawai.| Afp

La concentración de CO2 en la atmósfera ha rebasado el techo simbólico de las 400 ppm (partes por millón), el récord de la era industrial, considerado por muchos científicos como el punto crítico que puede provocar un sobrecalentamiento excesivo del planeta.

Se estima que la última vez que la Tierra alcanzó semejantes niveles de dióxido de carbono fue hace más de tres millones de años, cuando no existía hielo en el Ártico, la sabana se extendía por lo que hoy es el desierto del Sáhara y los niveles del mar eran cuarenta metros más altos.

Varios observatorios en el Ártico habían registrado ya seis mediciones superiores a las 400 ppm en el mes de abril, pero la confirmación ha llegado finalmente de la estación de Mauna Loa, a 3.400 metros de altura en Hawai, donde se alcanzó el viernes el registro histórico.
La gráfica que muestra el ascenso de los niveles de CO2.

La gráfica que muestra el ascenso de los niveles de CO2.

 

'Hacer una pausa y pensar'

"Es un punto simbólico que nos debería llevar a hacer una pausa y pensar en lo que hemos estado haciendo y hacia dónde vamos", ha declarado el profesor Ralph Keeling, al frente del reputado observatorio en el volcán hawaiano, donde él mismo empezó las mediciones con su padre en 1958.
El observatorio hawaiano incorporará en los próximos días los datos a la espectacular curva de crecimiento desde 1960, cuando los niveles de CO2 rondaban los 310 ppm.

"Antes de la era industrial, los niveles de concentración eran de apenas 280 ppm", ha recordado Rajendra Pachauri, al frente del Panel Intergubernamental de Cambio Climático de la ONU (IPCC). "Esperemos que el hecho de superar este punto crítico sirva para crear conciencia del reto al que se enfrenta la sociedad humana".

Pachauri ha decidido romper el silencio desde el doble escándalo de los emails de la Universidad de East Anglia y de los errores de bulto en los informes del IPCC. El economista indio confía en que la Cumbre del Camblio climático de París, en el 2015, sirva para movilizar a la sociedad y a los gobiernos. Y ayude a romper el punto muerto desde la fracasada cumbre de Copenhague del 2009.

 

Un documental sobre las emisiones de CO2

El hito histórico ha servido para reactivar la campaña del grupo '350.org' de Bill McKibben, que lanza estos días un documental –'Do the Math'- para reclamar una reducción en las emisiones hasta los niveles que había a mediados de los 90: uno 350 ppm, considerado por el científico de la NASA James Hansen como el auténtico "umbral de riesgo".

Esta misma semana, el príncipe Carlos arremetía contra los escépticos del cambio climático y acusaba a "lobbies de las grandes corporaciones" de haber contribuido a la complacencia general y a la falta de acción de política.

"Estamos no sólo ante una cifra simbólica, sino ante otra clara evidencia científica de los efectos de la actividad humana sobre el planeta", ha declarado Edward Davey, secretario de Energía y Cambio Climático. "No podemos rebajar los esfuerzos: el mundo necesita un acuerdo en el 2015 para evitar los peores efectos"
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Carlos Fresneda |  Londres

OYE, QUE ESTO ESTA FEO PERO ES NUESTRA OPORTUNIDAD

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No te pasa que parece que el cambio climático es como una cosa que va pasando y que da igual porque que vamos a hacer nosotros. Copenhague fue un fracaso porque colega, nosotros somos un fracaso al no presionar, al no comprometernos, al no ser parte activa y masa crítica (todo lo anterior con un suficiente previo) para influir, con las herramientas que por ejemplo Gandhi empleó para cambiar el orden de las cosas, en los que tienen el mandato de gestionar los bienes comunes. Lo de Copenhague fue nuestro fracaso y parece que no nos dimos cuenta de que luchar para garantizar la seguridad humana sobre este hermoso planeta ya no está en manos de élites acomodadas y perezosas, sino que está en nuestras manos y en nuestra capacidad de actuar y activar para sobrevivir noble y éticamente.

Conpenhague pasó, el cambio climático forzado avanza y seguro que como yo, te preguntas, que hacemos. + compromiso, + acción, + buenos políticos, + críticos ciudadanos, + mejor mundo para vivir, +ilusión...

Documentos de Greenpeace para la reflexión:
Engañando a la atmósfera’. El compromiso de la UE de reducir sus emisiones el 20% para 2020 significa poco más que seguir como hasta ahora, sin realizar ningún esfuerzo efectivo para salvar el clima. La UE puede aumentar sus compromisos de reducción de emisiones y jugar un papel decisivo en la lucha contra el cambio climático a la vez que reactiva su economía.

Valoración de Greenpeace sobre el Acuerdo de Copenhague

y aquí un activista que nos invita a actuar:



Manolo Vílchez
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TODAVIA NO HAN TERMINADO NI NOSOTROS TAMPOCO

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Desde el movimiento 350, Bill McKibben en representación, anima a todas las personas a prepararse para un 2010 activista, después de que Copenhague demostrara que los retos globales ya no se atenderán solo desde arriba a abajo sino que también y ha quedado en evidencia, la poderosa fuerza del cambio social con todas sus complejidades convivirá desde la suma del máximo de movimientos de abajo hacia arriba, aquí es donde cada uno de nosotros somos piezas clave.

Enlace al movimiento que generó el 24 de octubre la mayor movilización socioambiental de todos los tiempos.


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ESTAMOS LISTOS: TODOS DEBEMOS CAMBIAR

En la Conferencia de Barcelona los activistas recordaron a los representantes políticos que el clima es el problema más importante de la humanidad y que Copenhague es decisivo

No ha ocurrido nunca en la historia que todala humanidad, representada en un mismo foro, decida sobre por dónde deben ir los valores ambientales que rijan su futuro cercano. En épocas de bombas, ya se hicieron cosas globales con lo social, pero los tiempos afortudamente van cambiado.

Aún en un mundo de tensiones e injusticia latente por el acceso y reparto de los recursos vitales, la diplomacia hace su papel echando mano de lo mejor de la ciencia y lo más conservador de la doctrina económica, todo ello en el primer y mayor reto de toda la humanidad bien juntita: contener en lo posible algo –el cambio climático– que no se ve nitidamente de momento, que se siente poco, pero que culturalmente nos envuelve ya por todos lados. Acelerado por nuestra especie, se suma rápido al cambio de clima que los ciclos de la Tierra acarrean con tranquilidad. Los negacionistas del cambio climático han sido cortésmente invitados a irse a otro planeta.

Desde siempre he oído, y es obvio, que los grandes imperios que han probado suerte en la historia humana utilizando la maldad, las armas y la dominación sobre los vencidos han ido sucumbiendo por los excesos y sus podridas estrategias. ¿No estará pasando quizás lo mismo con el imperio humano sobre la Tierra y sobre todas las demás especies?.

lvo de Boer, secretario ejecutivo del UNFCCC, con un reloj de la campaña Tcktcktkc

Como expresa George Monbiot, posiblemente no entendemos todavía bien de qué va la jugada porque ésta ya no es una batalla contra otros, sino que es contra nosotros mismos. El territorio del imperio humano va dejando de ser jardín equilibrado y pasa a ser urbanidad desconectada plenamente de los ritmos, servicios y límites naturales. Dentro del territorio, los más poderosos marcan el ritmo de los más débiles, con mecanismos muy estudiados bajo un prisma insolidario y desde un sistema económico que rige implacable el viaje global de la especie en un planeta finito total. Parece que ya es general el sentimiento de que hay que rectificar o nos comenzamos a pegar –primero, los que están a nivel de mar y, después, todos– un hostión tremendo.

Las pasadas conversaciones de Barcelona organizadas por la ONU para tratar apartados de lo que debe ser el nuevo tratado climático a pactar en Copenhague han sabido a poco, parece. Pero que 4.500 currantes debatan, indaguen y corrijan los textos clave sobre el clima actual y su progresión hacia lo totalmente incierto y peligroso para los gozos humanos no es poco en estos momentos sobre lo que debemos hacer entre todos y rápido. Los que menos culpan tienen, los países pobres, que no cogen del pastel finito de los recursos demasiado porque no se les deja, pero lógicamente a ello aspiran, piden justicia ambiental y que los ricos reduzcamos drásticamente la emisión de CO2 y otros gases, y, por el camino, que les ayudemos a progresar sin dañar el clima común. Los que contribuimos enloquecidamente a alterar la física de la sopa de gases climáticos por nuestro nivel de consumo de bienes y servicios, como que miramos hacia el futuro ya con temor y debilidad, pero sin querer tocar casi lo más mínimo lo alcanzado.

Bien, estoy convencido de que este mes del año y del siglo donde estás leyendo en fresco esto, el mes de la cumbre donde comenzamos a jugarnos el futuro climático inmediato en Copenhague, es el comienzo del final de un imperio caduco de unos Homo sapiens depredadores evolucionados. Pero también es el principio de un imperio donde la inteligencia colectiva aplicada sobre lo que somos, dónde estamos y hacia dónde vamos irá encontrando un nuevo sentido, un necesario destino por primera vez como gran familia, que, aunque compleja, está unida por valores supremos como la bondad, la razón y la pasión por el cambio.

En Copenhague se reúnen más de 20.000 humanos que representan a 6.800 millones de consumidores de los recursos minerales, vegetales y de los bienes naturales de este planeta. Una parte de ellos son los Homo sapiens que más oportunidades han tenido para cultivar el conocimiento y la estrategia, y que en muchos casos han recibido el encargo de decidir lo mejor para sus representados desde cinco continentes y 198 países con todas sus ricas diversidades. Estarán también los representantes de una minoría elitista que gobierna el capital financiero y los bienes materiales estratégicos. No son tantos, pero pesan demasiado en las decisiones que deben tomar los que firman los acuerdos para el mejor rumbo colectivo. Y también están los representantes de una fuerza joven, con conocimientos y estrategias más que demostrados y que no permiten la influencia sobre ellos y sus objetivos de las fuerzas que ensucian y dominan el mundo de todos.

Somos ya millones de 'homo sapiens' que han dominado, quieren o lo intentan, aspectos primarios de la esencia de la especie, para volcarnos en el sentimiento y la acción de lo más grande e interesante de lo humano, la capacidad de vivir y no hacer daño a nada ni a nadie. Miles estarán allá para influir hasta el final y que la balanza no se incline peligrosamente. Pero es una fuerza que tiene que sumar activos –de hecho, no para de hacerlo–, pero falta el refuerzo crucial. Es el momento de la gente global, nuestro momento, de los casi 6.800 millones que no estarán en la ciudad danesa pero que debemos decir bien fuerte que estamos listos para comenzar la necesaria ruta hacia el mejor clima. Somos la contrafuerza influyente que ayudará a que la élites recapaciten, cedan y colaboren en el más apasionante viaje común hacia lo incierto, con el más inteligente control sobre el clima que nos permita llevar a la inmensa fuerza humana hacia la reconstrucción del más confortable jardín.

¿Por qué no soñar que nos dirigimos a un mundo menos carnívoro, con una economía mucho más local, con actividades y laboreos dignos y justos, tremendamente cuidadoso con las alteraciones moleculares químicas, una sociedad menos materialista y más mentalista, usuaria de tecnologías fascinantes con cero emisiones sobre el clima, moviéndonos lo justo porque el jardín especial hay que mantenerlo vibrante y requiere sus tiempos. Además, en primavera las mariposas traerán premio.

Imágenes: Activistas de entidades ambientales recordaron a los participantes de la Conferencia de Barcelona, en noviembre, que el tiempo se acaba para tomar decisiones trascendentales para el planeta.

Más información en Integral práctica
Aquí pdf artículo original

Manolo Vílchez
Publicado en Integral, nº 361, diciembre 2009
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RENOVARSE O VIVIR

Las fuerzas del cambio y del inmovilismo han librado un pulso fin de año en Copenhague. Aunque la partida termine en tablas, todo parece indicar que el 2010 será la fecha decisiva e inaplazable para tomar la decisión que llevamos demorando desde hace cuatro décadas...


O seguimos como hasta ahora, envenenando el aire que respiramos y quemando impunemente combustibles fósiles. O apostamos finalmente por ese abanico de soluciones limpias que marcan ya el horizonte.


Siempre he intentado huir de predicamenteos apocalípticos y de expresiones mesiánicas como “salvar” el planeta. El planeta se “salva” por sí solo, como quedó claro en esa escalofriante visión del futuro de Alan Weisman en “El mundo sin nosotros”. Lo que está por ver, en todo caso, en si nos “salvamos” nosotros o si acabamos convirtiendo el planeta en un desolador y humeante escenario como el que pronto veremos en la versión cinematográfica de “La carretera”, de Cormac McCarthy.


Otro libro crucial llamará pronto a nuestras puertas: “Nuestra elección” (Gedisa). El nombre de Al Gore sigue provocando reacciones enfrentadas en el movimiento ecologista, pero sería totalmente injusto no reconocer que la primera gran brecha en el muro del inmovilismo fue precisamente “Una verdad incómoda”.


Los escépticos del clima -los mismos que ahora nos intoxican con el escándalo de los “emails”- intentaron matar al mensajero y no pudieron. Ahora vuelven al ataque comprometiendo la credibilidad de los científicos y reclamando a los políticos que miren hacia otro lado y no hagan absolutamente nada.


James Hoggan, autor de “Climate Cover-Up”, denuncia la “cruzada para negar el cambio climático” y la compara con los esfuerzos futiles de la industria para ocultar el durante décadas el daño causado por el tabaco. Al Gore recuerda en su último libro cómo ExxonMobil llegó a financiar a 39 grupos para “desinformar” sobre el cambio climático y cómo los esfuerzos se han renovado en el 2009.


“Nuestra elección” es el necesario complejo vitamínico para después de Copenhague. Con la ayuda de decenas de científicos, Al Gore explora las posibles soluciones a la criris del clima: de la “promesa” termosolar al futuro de la fotovoltaica, de la eólica de altitud a la geotérmica mejorada, de la última generación de biocombustibles a la captura del carbono... Gore demonta el mito del carbón limpio, desacredita la “opción nuclear” por su elevado coste ecológico y económico y no oculta su preferencia por un “impuesto del carbono” frente al socorrido “mercado de emisiones”.


Los principales obstáculos, apunta, no son sólo políticos. “Gran parte del reto al que nos enfrentamos tiene su raíz en el modo en el que pensamos, individual y colectivamente”, escribe Gore. “Está claro que las herramientas para afrontar la crisis del clima están en la punta de nuestros dedos; lo único que falta es la voluntad colectiva”.


Renovarse y vivir... Ese podría ser el mensaje de año nuevo que tomamos prestado de un clásico de los años setenta -“Auto-renovación”, de John Gardner- que tiende el puente necesario entre la “revitalización” personal y el movimiento colectivo que reclama Al Gore.


Habla Gardner de las “olas de cambio” que sacuden periódicamente las sociedades y que son como ventanas abiertas que dejan pasar los aires de renovación y nos sacan de ese “estado de somnolencia” en el que frecuentemente caemos. A nivel individual, Gardner reitera su fe en el hombre “porque somos criaturas de una naturaleza inquisitiva y exploradora, y nuestras mentes no se pueden quedar quietas mientras haya un problema por resolver”.


Acabamos este recorrido fugaz por viejas y nuevas lecturas con “Bendita inquietud”, de Paul Hawken, a quien tuvimos la oportunidad de entrevistar en la bahía de San Francisco. Hawken escribió ese libro de larguísimo recorrido hace ya un par de años, cuando se vislumbraba el nacimiento de un nuevo tipo de activismo “que no comparte ninguna ideología ni ortodoxia, que no sigue a un único líder carismático, que no es reconocido por los políticos ni por los medios y que sin embargo será juzgado un día como el artífice de la trasformación más profunda de la sociedad humana”.


La destrucción del medio ambiente, el “fundamentalismo” del libre mercado, la justicia social y la amenaza de las culturas indígenas son, según Hawken, los cuatro pilares de este movimiento sin nombre que tarde o temprano “se subirá a un único autobús”.


En Copenhague hemos visto tal vez el primer ensayo de este futuro activismo, unido bajo el lema de la “justicia climática”. Los británicos del Climate Camp y de 10:10, los norteamericanos de 350 y TckTckTck, las hordas multinacionales de Climate Justice Action, Global Climate Campaign o Hopenhaguen son la avanzadilla de esa ola que viene y que romperá posiblemente en los próximos meses.


Pero el malecón del inmovilismo –perdón por la insistencia- será difícil de derribar. El año que ahora despedimos nació con la promesa de un cambio que no acabamos de atisbar, por culpa de esas resistencias feroces que intentar mover el reloj de la historia hacia atrás.


Habrá quien hable de la “resaca” de Copenhague, y quien vaticine que todo este impulso se acabará diluyendo como ocurrió con el movimiento “antiglobalización” que prendió hace diez años en Seattle. Aunque estos vientos de renovación son más apremiantes y positivos, y vienen soplando muy fuerte, y van a hacer falta muchas puertas, paredes y ventanas para poder contenerlos.


Carlos Fresneda Publicado en Integral nº 361, enero 2010
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EN PRISION POR DEFENDER EL CLIMA EN COPENHAGUE

En prisión por defender el clima en

Copenhague


En prisión por defender el clima en Copenhague

El pasado 17 de diciembre el Director de Greenpeace España, Juan López de Uralde, junto con Nora Christiansen y Christian Schmutz fueron detenidos por desplegar dos pancartas en la recepción oficial de la Reina de Dinamarca a los Jefes de Estado durante la Cumbre del Clima en Copenhague. Tras declarar ante el juez, los activistas han sido recluidos en la cárcel danesa de Vestre Faengsel, en régimen de aislamiento y sin juicio, hasta el próximo 7 de enero.
El viernes detuvieron a un cuarto miembro de Greenpeace, JorisThijssen, que se encuentra actualmente en la misma situación.

Con esta acción los miembros de Greenpeace intentaban hacer un llamamiento a los líderes mundiales reunidos en esa cena de gala para que actuaran decididamente en la lucha contra el cambio climático. Para ello desplegaron las dos pancartas con el lema: Los políticos hablan, los líderes actúan en la entrada del Salón de los Caballeros del Palacio de Christiansborg.

La Cumbre del Clima de Copenhague representaba una oportunidad única para lograr un acuerdo justo, ambicioso y vinculante para salvar el clima. Sin embargo, los líderes mundiales no han querido comprometerse y han traicionado al futuro del planeta y de las próximas generaciones.

Una vez más se persigue a los ecologistas que luchan por defender el medio ambiente, metiéndoles en prisión, mientras los jefes de Estado vuelven a sus casas en sus aviones privados habiéndo dejado pasar esta oportunidad histórica.

Si tú también hubieras estado con los activistas en el Palacio de Christiansborg ayúdanos a sacar de prisión a todos los detenidos por defender el clima en Copenhague:

  • Firma el manifiesto por la liberación (clic sobre texto para firmar)

  • Únete a nosotros en la concentración pacífica ante la embajada danesa el miércoles, 23 de diciembre, a las 17:00., c/ Serrano, nº 26 , si estás en Madrid.

  • Si vives en otra localidad únete a las concentraciones que se harán en los consulados daneses (consultar en la agenda)

CUÁNDO: Mañana, miércoles, 23 de diciembre, a las 17:00.

A Coruña. Consulado Real de Dinamarca, Linares Rivas 18, 2 Dchv
Alicicante. Plaza del Altozano, Plaza Calvo Sotelo 3-5 B
Almería. Consulado Real de Dinamarca, Parque Nicolás Salmerón 19
Barcelona. Real Consulado General de Dinamarca, Rambla de Cataluña, 45, 4-2
Gijón. Acto en la puerta Feria Mercaplana.
Madrid. Embajada de Dinamarca. C/ Serrano, 26
Málaga. Consulado Real de Dinamarca, c/Córdoba 6,
Palma de Mallorca. Illes Baleares. Consulado Real de Dinamarca, C/ de la Unión 2-1, pta. 19
Sevilla. Consulado Real de Dinamarca, Avenida Palmera, 19. Edificio Winterthur 2, 1
Vigo (Pontevedra). Consulado Real de Dinamarca, Avda. Garcia Barbón 133
Santa Cruz de Tenerife. Consulado Real de Dinamarca, Villalba Hervás 5, 3º piso
Valencia. Consulado Real de Dinamarca, C/ Eugenia Viñes, 101
Para más información: Ángel Ramajo, 609 468 955

  • También puedes ciberactuar aquí

  • O llamar a la embajada al teléfono 91 431 84 45 o mandar un mail a madamb@um.dk y pedirle al embajador Lars Theusen que pongan a los activistas en libertad.
Hay otras cosas que siempre puedes hacer:
- Compartir el manifiesto en tu perfil de facebook
-
Publicar el manifiesto en Twitter
- Reenviar la campaña a tus conocidos

Te agradecemos mucho tu colaboración y seguiremos en contacto.

Sitio oficial de Greenpeace para la acción

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Desde un email acabado de recibir desde Greenpeace / El cambio climático también tiene a sus prisioneros, por ser trabajadores de la justicia climática global.
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LIBERTAD PARA LOS TRABAJADORES DE LA PAZ CLIMATICA

MILES DE PERSONAS, ORGANIZACIONES ECOLOGISTAS, SINDICALES Y SOCIALES SE MOVILIZAN POR LA LIBERACIÓN INMEDIATA DEL DIRECTOR DE GREENPEACE ESPAÑA Y DE LOS ACTIVISTAS ENCARCELADOS EN COPENHAGUE

En sólo 24 horas más de 10.000 ciudadanos anónimos se han movilizado espontáneamente en las redes sociales de Internet para pedir la liberación de los detenidos

Esta mañana personalidades de las organizaciones ecologistas, sociales, sindicales y del mundo de la cultura se han unido para pedir la liberación de *Juan López de Uralde, director de Greenpeace España, Nora Christiansen, directora de de Desarrollo de Greenpeace en Dinamarca, Christian Schmutz, voluntario y activista y Joris Thijssen, responsable internacional de la Campaña de Cambio Climático de Greenpeace.

Los tres primeros protagonizaron la protesta pacífica durante la cena que ofreció la reina de Dinamarca a los Jefes de Estado el pasado jueves durante la Cumbre del Clima de Copenhague. Recorrieron la alfombra roja como representantes de los millones de personas de todo el mundo que demandaban una acuerdo justo, ambicioso y vinculante para evitar una catástrofe climática, y desplegaron dos pancartas con el lema: "los políticos hablan, los líderes actúan". Por este motivo fueron detenidos y han sido enviados a la cárcel danesa de Vestre Fængsel, en régimen de aislamiento y sin juicio, hasta el 7 de enero. El cuarto miembro de Greenpeace fue detenido el viernes y se encuentra en la misma situación.

"Mientras los culpables del crimen real de dejar pasar una oportunidad histórica de salvar el clima han vuelto a su país en aviones privados, asistimos atónitos al procedimiento de las autoridades danesas, que han detenido, sin juicio, a cuatro activistas pacíficos durante toda la navidad",- ha declarado el Director Internacional de Greenpeace, Kumi Naidoo,- "Sus familias van a pasar unas tristes vacaciones sabiendo que sus familiares están encarcelados y aislados por actuar para salvar el clima; por representar a cientos de millones de personas e incontables especies que se verán severamente afectados por un cambio climático catastrófico".

Esta mañana se ha celebrado una rueda de prensa con la participación de Manuel Rivas, escritor y periodista, en representación del ámbito de la cultura; José Antonio Hernández, portavoz de Intermón Oxfam, en representación de las ONG de ayuda al desarrollo; Joaquín Nieto, presidente de Sustain Labour, en representación del ámbito sindical; Luis González, secretario general de Ecologistas en Acción, y Mario Rodríguez director de Campañas de Greenpeace. Todos ellos han querido expresar su apoyo a la organización ecologista y pedir la liberación inmediata de Juan López y los otros tres activistas detenidos.

Por otro lado, miles de personas se han movilizado espontáneamente por Internet también para pedir la inmediata liberación de los activistas y este fin de semana se ha celebrado una vigilia en las puertas de la prisión de Vestre Fængsel, en Copenhague, donde está encarcelados y aislados. Más de cien miembros, socios y simpatizantes de Greenpeace portaron pancartas en las que se leía "Libertad ante la Injusticia Climática".

Greenpeace ha lanzado hoy una campaña de recogida de apoyos por la liberación de los ecologistas.

"Al igual que el resultado de la Conferencia de Copenhague, esto es una vergüenza total y una injusticia climática",- ha declarado Mario Rodríguez Director de Campañas de Greenpeace España-. "El crimen real se cometió en el Bella Center, donde se celebraron las conversaciones que tenían que haber salvado el clima".

*Breves biografías de los activistas:

Juan López de Uralde ("Jefe de Estado" durante la protesta pacífica). 46 años. Director de Greenpeace España desde 2001. Juantxo comenzó en Greenpeace como voluntario del Rainbow Warrior a principios de los años 90 y desde entonces ha trabajado tanto en Greenpeace España como en Greenpeace Internacional en puestos como Director de las campaña de Energía y Tóxicos o Responsable Internacional de la campaña de Tóxicos. Es padre de una niña y un niño.

Nora Christiansen (esposa del "Jefe de Estado" durante la protesta pacífica). Coordinadora de Desarrollo en Greenpeace. Nacida en Noruega, lleva viviendo en Dinamarca diez años. Activa activista por el medio ambiente desde su niñez. Es madre de dos niños.

Christian Schmutz (el "chofer" en la protesta pacífica). 37 años. Monitor de escalada, comenzó en Greenpeace como voluntario en 2003. Tiene una hija de un año.

Joris Thijssen. Responsable de la campaña de clima de Greenpeace Internacional. 35 años. Empezó como voluntario y lleva trabajando en Greenpeace diez años, incluyendo un año en Pekín.

Fotos de los activistas disponibles en https://info.greenpeace.se/copmedia/
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OBAMA EN "HOPENHAGUE"

Obama llega con “esperanzas” a “Hopenhague . Fiel al lema con el que alcanzó la presidencia, Obama “espera” tender un puente entre los países desarrollados y los menos desarrollados para cerrar Copenhague con un “fuerte acuerdo” y con el compromiso de “avanzar hacia algo aún más fuerte en el futuro” (en palabras de su portavoz Robert Gibbs).

En Estados Unidos, la esperanza ha dejado paso al escepticismo e incluso al desencanto, ya se sabe. Después de la “cura de realidad” de los últimos once meses, pocos ven ya a Obama como el gran prestidigitador, capaz de solucionar los problemas del mundo con su varita mágica.

El presidente norteamericano llega además con un compromiso tirando a raquítico: reducir las emisiones de CO2 un 17% de aquí al 2020. El “truco” está en que su punto de partida son los niveles del 2005. Su promesa, ajustada a los niveles de 1990 (referencia obligada para la Unión Europea y todos los suscribieron Kioto), se queda en pírrico 3%.

Pero algo es algo, y al menos Obama se atrevido a pisar Copenhague en el momento crítico, y no sólo para la foto. Su gesto, comparado con el desplante norteamericano en Kioto, tiene ya cierto mérito. Las visitas de Arnold Schwarzenegger y de Hillary Clinton han servido para caldear el ambiente, aunque los “piratas” republicanos amenazan con un abordaje de última hora desde la proa del “Global Cooling”.

Los grupos ecologistas, los mismos que en las últimas semanas criticaron la calculada ambigUedad de Obama, tienen también relativas “esperanzas” en su buena estrella, brillando aún por encima de los 120 líderes mundiales que se darán cita en “Hopenhague”.

A pie de calle, sin embargo, las huestes de AVAAZ, del Climate Justice Action , del Climate Camp, de Tck Tck Tck, de 350.org y demás grupos de la vasta geografía del activismo ondearán hasta el último momento la bandera la “justicia climática” y planearán su asalto al fortín del Bella Center.

Porque la otra gran medida del éxito de “Hopenhague”, más allá de cualquiera acuerdo para frenar de la deforstación del planeta y fijar límites a las emisiones de CO2, será seguramente ésta: la capacidad de planeta para movilizarse, como hace diez años en Seattle, y obligar a sus líderes a pactar en la cuerda floja.

Carlos Fresneda, Nueva York
Publicado en el El Mundo

LLAMADA A LA ACCION DIRECTA CLIMATICA, DESDE 350

Me ha llegao por email y procedo a trasladar la llamada de los activistas del 350 ppm x millón de CO2 en el cielo. Mejor hoy activistas que mañana arrenpentidos:

Querid@s amig@s:

Les pedimos disculpas una vez más por el bombardeo de emails, pero estamos en la recta final de Copenhague y esperamos que puedan unirse a nosotros en tres iniciativas más para seguir posicionándonos por un tratado justo, ambicioso y vinculante por las 350 ppm.

Les vamos a pedir tres cosas poco comunes, pero es que estamos en un momento muy poco común. De algún modo, la cumbre de Copenhague está yendo mejor de lo que pensamos. No vamos a lograr el acuerdo que necesitamos (las negociaciones actuales indican que llegaremos a 770ppm para finales de siglo) y nuestro movimiento tendrá que seguir luchando en los próximos años, pero los pequeños países de todo el mundo han dejado huella esta semana. Siguen trabajando duro, igual que nosotros, para lograr que se incluya 350 en el texto del tratado, y seguimos escuchando que lo que necesitan es presión desde fuera. Y por eso te necesitamos.

Lo que queremos pedirte es lo siguiente:

1) Haz una llamada de teléfono

No solemos pedirte que hagas llamadas, pero hoy sí tenemos que hacerlo.

En esta pagina encontrarás una lista de países "defensores", es decir, que están luchando por 350 de nuestro lado. Necesitamos que les dejes un mensaje en el que expreses su orgullo y gratitud por su compromiso a la hora de mantener 350 en el texto de tratado. Si están en la lista de "opositores", te pediremos que expreses tu deseo de que escuchen a la ciencia y consideren la posibilidad de unirse al bloque de 100 países por 350.

Lee el guión y la lista que hay a continuación, busca el número de tu ministro de Medio Ambiente, jefe de estado u oficina nacional del cambio climático y llámalos, tienen que saber que sus ciudadanos están prestando atención.


2) Considera la posibilidad de ayunar durante 24 horas el jueves como parte de una iniciativa internacional.

La huelga de hambre no suele ser una de nuestras formas de proceder, pero de algún modo nos parece apropiado en un momento tan solemne. Algunos de nuestros aliados en todo el mundo han estado ayunando durante más de un mes y nos han pedido que nos unamos a ellos durante 24 horas el jueves. La mayoría de nosotros no conocemos la pesadilla que supone tener que pasar hambre porque sabemos que podremos comer antes o después, pero sí que podemos unirnos a lo que se está llamando la Huelga de hambre por la supervivencia.

Mientras estés ayunando, puedes actualizar tu estado en Twitter incluyendo #350ppm y tus sensaciones al ayunar y por qué te comprometes, todo ellos aparecerá en la página principal de 350. Envía fotos a photos@350.org. Es cierto que el ayunar no tendrá consecuencias prácticas, pero nos parece que será lo correcto en este preciso momento.

3) Mira este video de las vigilias del fin de semana pasado.


Es importante ser consciente de cuánto dependen de nuestro trabajo los negociadores más progresistas y cuánta energía les proporciona toda tu dedicación. Sé consciente de cómo todo lo que has estado haciendo está teniendo su eco en esta cumbre.

Es cierto que no lograremos el tratado que necesitamos en Copenhague pero, gracias a ti, hemos hecho que las consecuencias reales del cambio climático sean una prioridad por primera vez en las negociaciones.

Seguimos hacia delante,

Bill McKibben en nombre de 350.org

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Guión para llamar a los países "defensores"

* Querría darle las gracias por su liderazgo en nombre de este movimiento formado por la sociedad civil de todo el mundo en apoyo a la consecución de un tratado ambicioso en Copenhague.

* Hay mucho en juego y, aunque no estoy en Copenhague, quería expresar mi apoyo para que se logre un tratado que vele por la supervivencia y limite la concentración de CO2 a 350 partes por millón y limite el aumento de temperatura a 1,5º C con la financiación adecuada para hacer esta transición posible.

* Estas peticiones no quedan lejos de que lo que ciencia exige, y yo me posiciono con ustedes desde mi país y les pido que nos ayuden a lograr este objetivo. Comunique este mensaje a nuestro ministro de medio ambiente y al jefe de gobierno. Muchas gracias.

Para los más rezagados:

* Yo represento a uno de los cientos de millones de personas en todo el mundo que están siguiendo y esperando que el acuerdo de Copenhague se corresponda con las exigencias científicas.

* Cientos de países y millones de ciudadanos de a pie han alzado la voz en apoyo a la consecución de las 350ppm, por eso le pido que lo tenga en cuenta en la recta final de las negociaciones de Copenhague. Contamos con usted.

  • Le pedimos que transmita este mensaje al ministro de Medio Ambiente y al jefe de estado.

  • Para los Spain pego el mismo contacto que para la llamada de AVAAZ del anterior post

    No te cortes, llama a la Ministra de Medio Ambiente, Elena Espinosa Mangana, directo a la oficina: 91 347 5140 o al jefe de su gabinete 91 347 5600 / 4579 y dile o escribe al buzón de preguntas y sugerencias

COSAS DE COPENHAGUE, BICIS, TRENES, UNA CANCIÓN y UNA LLAMADA A TU ACCION POLITICA

De como dos activistas se fueron en bici tren desde Madrid a Copenhague ya se comentó y puede verse su periplo aquí. Mirian Luna, además de llevar en el adn el tema de la bici, es cantante (su web donde puedes encontrar la letra y no te pierdas su éxito internacional: La Bicicleta, con vídeo incluido) y todos los devotos de las dos ruedas no deberiamos perdernos la joya que nos ha regalao en la sede de la embajada danesa en La Haya, cantando en vivo y directo en la recepción que le hicieron, el tema que deberia subÍr a las listas del arte por el cambio del mundo lleva el nombre del proyecto que los ha tenido dándole al pedal y las vivencias ferrocarrileras durante 10 días desde ‘Cycling to Copenhagen’.


Una crónica con detalles de los bicitreneros la realiza otra activista bicibloguera que sigo, Almudena Martín, que impulsa bicicleta.es, un multiespacio que te animo a descubrir donde encontrar meneos diversos sobre la máquina verde.

No dudo un pelo de que con la bici se está a punto se armar una revolución, que se sumará a un porrón más de revoluciones, que si acertamos, podrán hacer que cambiar este mundo por completo sea más apasionante de lo imaginado. Si quieres seguir avanzando en la reivindicación sobre las bicicletas y su transporte en tren, BICIS AL TREN que sepas que hay una campaña estatal desde la Coordinadora de la Bici, CON BICI, que combate las deficiencias que ahora tenemos para esa pareja de hecho tan hermosa en la movilidad sostenible de verdad.

Los colegas del Carretera a Copenhague dejaron también relato de su estela 100% a pedales desde Valencia a esa ciudad con más bicicletas que humanos. Y de las pistas para estar al día perodístico vuelvo a recomendar el espacio recopilatorio de la cumbre que ha comenzado a cambiar el mundo.

Pero atención, si tienes ganas de participar activamente en la cumbre del cambio climático para influir como ciudadano en cambiar el clima de las negociaciones hacia las soluciones vitales que se precisan.

Desde AVAZZ convocan a una acción mundial que tiene llamada a fijo nacional, a España se le ha dado un papel importante en Copenhague, es el tiempo de acción para la delegación española, y que puedes hacer tú, atiende:

No te cortes, llama a la Ministra de Medio Ambiente, Elena Espinosa Mangana, directo a la oficina: 91 347 5140 o al jefe de su gabinete 91 347 5600 / 4579 y dile o escribe al buzón de preguntas y sugerencias:

- España debe ser líder en la batalla del clima - no un mero espectador o, peor aún, un obstáculo .
- En su papel como presidente del subgrupo de las reducciones de emisiones, España debería instar a todos los países desarrollados a adoptar un objetivo de reducción de emisiones de al menos 25% - 40% por debajo de los niveles de 1990 .

y atiende colega, puede parecer poco o simbólico, pero nada de eso, como consigamos ser suficiente masa crítica, ya te digo que podemos cambiar el clima ayundado a los que con sus decisiones deciden el clima de todos los que somos y de todos los que serán.

Manolo Vílchez, desde el tren Madrid/Barcelona, llamando y escribiendo a la ministra, y sin mi bici al lao ...cachis
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COPENHAGUE DESDE LA PRENSA ESCRITA

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Hace una semana comenzó en la ciudad que tiene más bicicletas que habitantes el mayor encuentro de la historia para el mayor problema que hemos generado en nuestra historia. Como es una batalla contra nosotros mismos, no se entiende bien. Y por ello los que manejan los hilos de una economía canalla han apostado con fuerza porque las cosas cambien lo mínimo mientras el clima cambia más rápido y la esencia no es el sentido común y la responsabilidad, aunque millones de terricolas por ello han apostado, sino las estrategias y trasiegos de unas élites que no cederán hasta el final, cuando sea tarde si la cagamos en el camino.

La prensa local esta haciendo su trabajo con corresponsales metidos en el ajo, por ello destacamos la cobertura completa que está dando El País y la patrocinada por dos empresas fósiles en La Vanguardia, en esta última una utilidad interesante lleva al noticiario global de muchos medios de comunicación conforme van llegando las crónicas y una especial guía por muchas de las cuestiones claves para entender a basicos la cuestión.

Las ONGs del mundo siguen el día a día activista desde sus webs, y veremos el viernes que tal.

Manolo Vílchez
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EL “FRAUDE” DEL CLIMA

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¿Quién miente? ¿Quién distorsiona los hechos, manipula a la opinión pública y obedece a unos intereses muy concretos? ¿Estamos ante una conspiración global y un “fraude” cometido por miles de científicos? ¿O se trata de una nueva argucia de esa “cruzada” que no cesa para negar el cambio climático?

Los medios han reaccionado de muy diversa manera ante la noticia los emails sobre el cambio climático “pirateados” en la Universidad de East Anglia. Unos han preferido silenciar o “amortiguar” la información; otros han decidido amplificarla con el nombre del “Climategate”.


Un grupo de manifestantes protesta contra el cambio climático durante la celebración de la Cumbre de la ONU sobre el Cambio Climático en Copenhague.| Efe

Desde aquí invitamos a los lectores a que comparen los dos extremos. El primer artículo es de John R. Lott, economista y autor de “Freedomnomics”, que sostiene que estamos ante “una campaña coordinada y sin precedentes para ocultar información científica. El segundo lo firma Michael Le Page, en el portal del Newscientist, y es una “guía para perplejos” que enumera las “verdades” científicas y niega que exista una conspiración.

Ahora pongamos la historia en contexto. Recalquemos que todo esto ha ocurrido justo en vísperas de la cumbre de Copenhague. Y recordemos que los intentos para cuestionar, rebatir o sabotear la ciencia del cambio climático se llevan produciendo desde hace más de dos décadas y se intensificaron precisamente en la antesala de Kioto.

Ya en 1991, la Asociación Western Fuels unió fuerzas con la Asociación Nacional del Carbón en el engañoso Consejo de Información sobre el Medio Ambiente (ICE), uno de tantos grupúsculos urdidos para crear cofusión en la opinión pública, con mensajes de este calibre: “Algunos dicen que el planeta se está calentando; otros decían que la tierra era plana”.

Otra sospechosa entidad fantasma, la Greening Earth Society, difundió tiempo después un vídeo “educacional” en YouTube, cantando las excelencias de las emisiones y vaticinado que el CO2 contribuirá a un mundo más fértil y feliz.

Todo esto lo cuenta James Hoggan, un experto en relaciones públicas que decidió crear el blog para denunciar las manipulaciones “orwellianas” de la industria de los combustibles fósiles, a imagen y semejanza de las que utilizó la industria del tabaco para escurrir el bulto. Hoggan ha resumido todas sus pesquisas en un libro, “Climate Cover-Up”, cuya lectura arroja cierta luz sobre lo que está ocurriendo ahora.

Revela Hoggan cómo la industria ha recurrido sin escrúpulos a la práctica conocida como “astroturfing”, “para robar la credibilidad al público”. El intento más notorio fue en 1993, cuando se propuso la creación de la así llamada Coalición para el Avance de la Ciencia con Fundamento (TASSC), cuya misión era “crear una fuente creíble para los periodistas que cuestionen la validez de los estudios científicos”.

Hoggan denuncia la existencia de una red de “expertos” –como Fred Singer, Stephen Milloy o Frank Luntz- conectados con los “think tanks” conservadores como el Competitive Enterprise Institute, el Cato Institute o el Heartland Institute y consagrados a alimentar las filas del “escepticismo”. Públicos y notorios han sido también durante estos años los esfuerzos millonarios de ExxonMobil, hasta el punto que la Royal Society británica tuvo que hacer público un llamamiento: “¡Dejen de financiar a los negacionistas del clima!”.

Lejos de bajar la guardia, el lobby del petróleo y del carbón ha multiplicado sus esfuerzos en la antesala de Copenhague. El pasado mes de agosto, Greenpeace reveló una nueva estrategia, usada por el American Petroleum Institute y que coincidió nada casualmente con la “isurrección popular” contra la reforma sanitaria. Se trataba de reclutar a empleados, jubilados y personas afines a la industria como “Energy Citizens. Se les embarcaba en autobuses, se organizaba masivos actos públicos y se hacía creer a los medios que existe un movimiento “energético” de ciudadanos en contra de cualquier intento de regular las emisiones de CO2.

Ahora salta la noticia de los emails “pirateados”, en la que ha faltado no sólo el contexto sino otro ingrediente aún más fundamental en cualquier información:

¿Quiénes son los “piratas”? ¿Fueron los servicios secretos rusos ? ¿Cuál era su objetivo? ¿Revelar toda la verdad sobre el cambio climático o contribuir aún más a la confusión? ¿Actuaron por cuenta propia o lo hicieron por encargo?

Se buscan respuestas.

Carlos Fresneda, Nueva York
Pubicado en blog Crónicas desde EE.UU, el 10.12.09

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PROPUESTAS PARA CELEBRAR EL SIGLO SOLAR, ACTIVANDOSE

Como ecologista en casapiso, y como este está ubicado en un minúsculo lugar del mundo pero en la parte más afortunada, dispongo como tu de un lugar más o menos cómodo para tomar intimas decisiones y también planear mis acciones y hasta conspiraciones contra las cosas que no me gustan. Y es que me creo, si posibilidad de desacierto, que soy parte de las soluciones, que nada fáciles de obtener me hacen algo así como dichoso mientras las analizo y me veo en ellas inmerso.

Y ahora que se acaba el año de calendario y que Joaquín Araujo en la siguiente página nos cuenta sobre lo real, maravillas que están ocurriendo, estos momentos son también los que tienen en una de las ciudades con más bicicletas percapita del mundo a miles de humanos buscando remedio a una homoepidemia climática que ya esta descontrolada en la UVI. Pues bien, son para mi momentos para la recolocación. Por cierto no deja de ser curioso, es la primera vez en la historia geológica que ya nos es el cosmos sino nosotros como gestores de recursos del planeta Tierra, los que la alteramos y modificamos. Puede parecer desproporcionado, pero si te acoges a la ciencia, hemos llegado a tener el inesperado mínimo poder de enfrentarnos a las caóticas leyes del universo sobre uno de sus granos de arena, agua y atmósfera.

Y para colocarnos juntos, sin pócimas, aquí algunas decisiones tomadas en reunión casera junto a mi compañera de especie que tiene a bien que nos acogamos en nuestros brazos algunos ratos para no caer en en desesperos ante lo calamitoso de los noticiarios.

1º Hacer que a la mesa lleguen alimentos más justos y solidarios. locales y saludables que podamos

2º Tratar al agua con vehemencia y a la energía que tenemos el privilegio de consumir, pensando en los que no la tienen para que nuestro ahorro ni por asomo sea simbólico.

3º Entrar con cosas al piso que adquiridas en el comercio hagan el mínimo daño a lo vital.

4º Salir de casa a pisar el mundo con la mínima huella de consumo de recursos. Planificar los movimientos de nuestros cuerpos reduciendo el máximo posible la contribución tóxica de emisiones de todo tipo.

5º Gestionar nuestro capital económico con cautela, es tan mínimo como el de tantos y con él bien empleado, mirar de generar el menor daño a todo lo vivo, aunque nos cueste.

6º Leer y analizar la sabiduría salida de mentes que destacan por su humanismo, por sus experiencias limpias y su bondad hacia la construcción de un sistema vibrante de ética y justicia de la buena.

7º Navegar delante de las pantallas por ese innovador mundo enredado donde conocemos de forma ágil y veraz las bondades y avances que se van obteniendo, y también las carencias, los delitos y las conspiraciones de los que ostentan un casposo poder contra todos los demás, y reclamando justicia activa, claro. Y es que tenemos por primera vez es la historia biológica, una gran red de conexión humana, capaz de cambiar el clima para no enfrentarnos a los limites.


8º Mirar de ubicarnos en el mejor lugar al que podamos acceder y ayudar a los que les cueste, para que pasar de una economía fósil y nuclear a una economía energética ya no basada en combustibles sino en flujos limpios y renovables que nos lleguen a todos, defendiéndolos sin tregua de los ataques que se reciben ya, por parte de unos pocos poderosos.

9º Seleccionar en la pequeña y antigua pantalla parte de lo mucho bueno entre lo mucho más innecesario y que no sirve para nada que no sea dormirnos en el sofá

10º Aumentar los encuentros con la familia y los amigos, batiendo récords de sostenibilidad al aumentar los afectos en vez de los efectos.

11º Sacarnos un innovador máster, el que forma a ilusionados sin opción alguna a decaer, para activistas por la más cómoda supervivencia junto a todo lo vivo.

...muy sostenible invierno que ya mismo llega y donde quizás mucho cambie


Manolo Vílchez
Publicado en Natura nº42 de El Mundo, 8.12.09
Enlace al suplemento completo en pdf

Nota: gracias colegas de Natura por haberme dejado esa columnilla tan especial desde donde colocar sentires y acciones. Natura queda con 42 números publicados y nuevos contenidos de su esencia comienzan en breve un siguiente recorrido en nuevo formato y periodicidad. Gracias por el privilegio Naturales colegas.

Aqui enlace al tesoro en texto y pdfs de todos los Natura de El Mundo.
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EL DIA QUE LA PRENSA EDITO LA VOLUNTAD DE CAMBIO

Si te fijas nunca a ocurrido nada igual, Copenhague simboliza y escenifica una fuerza de voluntades que puede conseguir cambiar el mundo, no saldrá un acuerdo pero de esa ciudad a Bonn en verano del 2010, podemos vivir el plan de rediseño de la enorme obra a acometer. Hemos querido traer a este espacio la editorial común de los principiales periódicos del mundo:

Hoy, 56 periódicos en 45 países han decidido dar el paso sin precedentes de hablar con una sola voz a través de un editorial común. Lo hacemos porque la humanidad se enfrenta a una grave emergencia.

Si no nos unimos para emprender acciones decisivas, el cambio climático causará estragos en nuestro planeta y, con él, en nuestra prosperidad y nuestra seguridad. Los peligros son evidentes desde hace una generación. Ahora, los hechos han empezado a hablar por sí solos: 11 de los últimos 14 años han sido los más calientes que se registran, el casquete polar del Ártico está derritiéndose y la increíble subida de los precios del petróleo y los alimentos el año pasado nos ofrece un anticipo del caos que se avecina. En las publicaciones científicas, la cuestión ya no es si la culpa es de los seres humanos, sino cuánto tiempo nos queda para limitar los daños. Y, sin embargo, hasta ahora, la respuesta del mundo ha sido débil y desganada.

El cambio climático se ha ido produciendo durante siglos, tiene consecuencias que persistirán para siempre y nuestras perspectivas de controlarlo se van a decidir en los próximos 14 días. Pedimos a los representantes de los 192 países reunidos en Copenhague que no vacilen, que no caigan en disputas, que no se echen las culpas unos a otros, sino que aprovechen la oportunidad surgida del mayor fracaso político contemporáneo. Ésta no debe ser una lucha entre el mundo rico y el mundo pobre, ni entre el Este y Occidente. El cambio climático afecta a todos, y todos deben resolverlo.

La base científica es compleja pero los datos están claros. El mundo necesita tomar medidas para limitar el ascenso de la temperatura a 2 grados centígrados, un objetivo para el que será preciso que las emisiones mundiales alcancen su tope y empiecen a disminuir entre los próximos cinco y 10 años. Una subida mayor, de 3 o 4 grados centígrados -el mínimo aumento que, siendo prudentes, podemos prever si no se hace nada-, secaría los continentes y convertiría tierras de cultivo en desiertos. Podría extinguirse la mitad de todas las especies, millones de personas se verían desplazadas y el mar inundaría países enteros.

Son pocos los que creen que, a estas alturas, pueda salir de Copenhague un tratado perfectamente definido; sólo fue posible empezar a avanzar verdaderamente en esa dirección con la llegada del presidente Obama a la Casa Blanca y el cambio total en la política de obstruccionismo que Estados Unidos mantenía desde hace años. Y el mundo sigue estando a merced de la política interior norteamericana, porque el presidente no puede comprometerse por completo a emprender las acciones necesarias hasta que el Congreso lo autorice.

Pese a ello, los políticos, en Copenhague, pueden y deben ponerse de acuerdo en los elementos esenciales de un acuerdo justo y eficaz y, sobre todo, en un calendario firme para que ese acuerdo se convierta en tratado. Deberían imponerse como plazo la reunión de la ONU sobre el clima que se celebrará el próximo mes de junio en Bonn. Como dice un negociador: "Podemos ir a la prórroga, pero no podemos permitirnos el lujo de volver a jugar el partido".

El núcleo del acuerdo debe ser un pacto entre los países ricos y los países en vías de desarrollo que aborde cómo se va a repartir la carga de luchar contra el cambio climático y cómo vamos a compartir algo que ahora es muy valioso: el billón aproximado de toneladas de carbono que podemos emitir antes de que el mercurio ascienda a niveles peligrosos.

Las naciones ricas son aficionadas a señalar la verdad aritmética de que no puede haber solución hasta que algunos gigantes en vías de desarrollo como China tomen medidas más radicales que hasta ahora. Pero el mundo rico es responsable de la mayor parte del carbono acumulado en la atmósfera, tres cuartos del dióxido de carbono emitido desde 1850. Ahora tiene el deber de tomar la iniciativa, y cada país desarrollado debe comprometerse a serias reducciones que disminuyan sus emisiones a un nivel muy inferior al de 1990 de aquí a 10 años.

Los países en vías de desarrollo pueden destacar que no son ellos los causantes del grueso del problema y que las regiones más pobres del mundo van a ser las más afectadas. Pero van a contribuir cada vez más al calentamiento y, por consiguiente, también ellos deben comprometerse a emprender acciones significativas y cuantificables. Aunque no han llegado a lo que algunos esperaban, los recientes compromisos de los dos mayores contaminantes del mundo, Estados Unidos y China, han sido pasos importantes en la debida dirección.

La justicia social exige que el mundo industrializado rebusque en su cartera y se comprometa a dar dinero para ayudar a los países más pobres a adaptarse al cambio climático y a suministrarles tecnologías limpias que les permitan tener un crecimiento económico sin aumentar sus emisiones. También es preciso fijar la arquitectura de un futuro tratado, con una rigurosa vigilancia multilateral, recompensas justas a cambio de la protección de los bosques y la evaluación creíble de la "exportación de emisiones" para que la carga acabe repartiéndose de forma más equitativa entre quienes fabrican productos contaminantes y quienes los consumen. Y la justicia exige también que la carga que corresponda a cada país desarrollado tenga en cuenta su capacidad de soportarla; por ejemplo, los miembros más nuevos de la UE, a menudo, mucho más pobres que "la vieja Europa", no deben sufrir más que sus socios más ricos.

La transformación será cara, pero mucho menor que la factura de rescatar al sector financiero mundial, y mucho menos costosa que las consecuencias de no hacer nada.

Muchos de nosotros, sobre todo en los países desarrollados, tendremos que cambiar nuestro estilo de vida. La era de los vuelos que cuestan menos que el trayecto en taxi al aeropuerto se acerca a su fin. Tendremos que comprar, comer y viajar de forma más inteligente. Tendremos que pagar más por nuestra energía y utilizarla menos.

Pero el paso a una sociedad que emita poco carbono ofrece la perspectiva de más oportunidades que sacrificios. Ya hay algunos países que han reconocido que hacer esa transformación puede aportar crecimiento, puestos de trabajo y mejor calidad de vida. El flujo de capitales es un dato significativo: el año pasado, por primera vez, se invirtió más en formas renovables de energía que en producir electricidad a partir de combustibles fósiles.

Para librarnos de nuestra adicción al carbono en sólo unas décadas serán necesarias proezas de ingeniería e innovación comparables a las más grandes de nuestra historia. Pero, mientras que la llegada del hombre a la Luna o la división del átomo surgieron del conflicto y la rivalidad, la carrera del carbono debe nacer de un esfuerzo de colaboración para lograr la salvación colectiva.

La victoria sobre el cambio climático exigirá un triunfo del optimismo sobre el pesimismo, de la visión de futuro sobre la estrechez de miras, de lo que Abraham Lincoln llamó "los ángeles buenos de nuestra naturaleza".

Ése es el ánimo con el que periódicos de todo el mundo hemos firmado conjuntamente este editorial. Si nosotros, con puntos de vista nacionales y políticos tan diferentes, podemos ponernos de acuerdo sobre lo que hay que hacer, seguro que nuestros dirigentes también son capaces de hacerlo.

Los políticos presentes en Copenhague tienen el poder de determinar cómo nos juzgará la historia: una generación que vio un reto y le hizo frente, o una tan estúpida que vio el desastre pero no hizo nada para evitarlo. Les rogamos que tomen la decisión acertada.

Dagbladet Information (Dinamarca), Politiken (Dinamarca), Dagbladet (Noruega), The Guardian (Reino Unido), Le Monde (Francia), Libération (Francia), La Repubblica (Italia), EL PAÍS (España), De Volkskrant (Holanda), Kathimerini (Grecia), Publico (Portugal), Hurriyet (Turquía), Novaya Gazeta (Rusia), Irish Times (Irlanda), Le Temps (Suiza), Economic Observer (China), Southern Metropolitan (China), CommonWealth Magazine (Taiwan), Joongang Ilbo (Corea del Sur), Tuoitre (Vietnam), Brunei Times (Brunei), Jakarta Globe (Indonesia), Cambodia Daily (Camboya), The Hindu (India), The Daily Star (Bangladesh), The News (Pakistán), The Daily Times (Pakistán), Gulf News (Dubai), An Nahar (Líbano), Arabic Gulf Times (Qatar), Maariv (Israel), The Star (Kenia), Daily Monitor (Uganda), The New Vision (Uganda), Zimbabwe Independent, The New Times (Ruanda), The Citizen (Tanzania), Al Shorouk (Egipto), Botswana Guardian, Mail & Guardian (Suráfrica), Business Day, Cape Argus, Toronto Star (Canadá), Miami Herald (EE UU), El Nuevo Herald (EE UU), Jamaica Observer (Jamaica), La Brújula Semanal (Nicaragua), El Universal (México), Zero Hora (Brasil), Diario Catarinense (Brasil), Diaro Clarín (Argentina).

Este artículo lo suscriben los siguientes periódicos: Süddeutsche Zeitung (Alemania), Gazeta Wyborcza (Polonia), Der Standard (Austria), Delo (Eslovenia), Vecer (Eslovenia) Zimbabue Botsuana (Suráfrica) (Suráfrica)

Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia. El País