Mostrando entradas con la etiqueta bicicleta urbana. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta bicicleta urbana. Mostrar todas las entradas

Londres invertirá mil millones de euros en infraestructuras para bicicletas

Boris Johnson (d) y Marcus Agius, expresidente de Barclays, en julio.|Efe

Boris Johnson (d) y Marcus Agius, expresidente de Barclays, en julio.|Efe
  • El alcalde, Boris Johnson, se propone emular a Amsterdam
  • Un corredor urbano de 23 kilómetros que cruzará la ciudad de este a oeste
  • "Montar en bici tiene que dejar de ser una lucha darwiniana"
  • Los usuarios de bici en Londres se han duplicado en diez años

El alcalde de Londres, Boris Johnson, ha decidido dar un nuevo impulso a la bicicleta en la ciudad con la inversión de 913 millones de libras (unos mil millones de euros) en la creación de nuevas infraestructuras para las dos ruedas, incluida la construcción de un corredor este-oeste de 23 kilómetros que unirá el Parque Olímpico con Hillingdon, pasando por la Torre de Londres y por el Big Ben.

"No prometo la perfección, ni creo que Londres se convertirá pronto en Amsterdam", admitió Johnson. "Pero este plan marca un profundo giro en mis ambiciones y en mis intenciones para la bicicleta".
El número de usuarios de las dos ruedas se ha duplicado en Londres en diez años. Aún así, los desplazamientos en bici (unos 575.000 diarios) rondan entre el 3% y el 5% del total, frente a más del 30% en Amsterdam y Copenhague. Pese a la introducción de la bici pública en el 2010 y los avances de los últimos años, el asesor municipal de las dos ruedas, Andrew Gilligan, reconoce que pedalear en Londres "es lo más parecido a una lucha por la supervivencia darwiniana".

"Eso tiene que cambiar", advierte Gilligan. "Queremos que pedalear ser algo normal, y que la gente pueda ir al trabajo en ropa de calle, como en los países nórdicos, y no tener que ir protegidos a todas las horas con cascos y demás parafernalia para poder sentirse seguros".
El nuevo plan de Johnson, que aspira a aumentar el número de usuarios hasta un 400% de aquí al 2020, recoge gran parte de las reivindicaciones de la campaña 'Love London, Go Dutch', que convocó la primavera pasada a más de 10.000 ciclistas por las calles de Londres, reivindicando carriles con separadores, intersecciones adaptadas a las dos ruedas y límites de velocidad de 30 kilómetros por hora para los coches.

 

16 ciclistas atropellados en 2012

"El miedo a un accidente ha sido hasta ahora el factor que más ha echado para atrás a los londinenses", reconoce Johnson (el año pasado murieron 16 ciclistas atropellados, la mayoría por camiones). "Las nuevas rutas darán a la gente la confianza y la seguridad que necesitan. Montar en bicicleta tiene que ser el pan de cada día: tenemos que sacar a la gente del tráfico y del metro".
Flanqueado por el medallista olímpico Chris Boardman, Boris Johnson se quitó por un día su casco de ciclista urbano y salió a pedalear por el centro de Londres con un gorro de lana, la mochila a la espalda y la corbata azul sobresaliendo del abrigo.

Aunque de momento no figura en el presupuesto, Johnson ha mostrado recientemente interés en la propuesta Skycycle, del arquitecto Sam Martin, que aspira a conectar las grandes estaciones de Londres creando vías elevadas para ciclistas que discurren aprovechando la vieja infraestructura victoriana del ferrocarril.

Carlos Fresneda (corresponsal) | Londres

Bicicletas 'made with love', de Rubí (BCN - Spain) a Copenhague (Dinamarca)


En plena pesadumbre con el acontecer de todo lo que me rodeaba, quizás en atisbos de un mix de temor, rabia, compasión, ilusión, tristeza, impotencia y ya paro, en plena reflexión va y me llega una piada al twitter, una noticia sobre bicis catalanas en Copenhague. Ya es sabido que no se me escapa casi nada de lo que ronda cerca de mi entorno que tenga que ver con la suprema máquina verde.

El enlace me llevó directamente a un vídeo, y anda, que se me acabó la turbiez, pero de golpe. Me veo una dama de acero blanca impoluta, un tablet, sobre el manillar para la gestión, un paisano del norte sonriendo a pedales, me miro las formas, sus curvas y andalé, pero si es una ¡¡Urbikes última versión!! Con cierto grado de excitación, los segundos pasan, con lugares de la bicimítica Copenhaguen discurren, aparece la estación de tren y la combinación de la máquina de los dos raíles con la máquina del equilibrio en la puerta esperando, código insertado y arreando. A ver qué modo de moverse da más... 



Me voy corriendo a Rubí, o más bien a la página de Urbikes, y allá pillo vinculación, o sea que ya excitao a tope, le pongo un email a Edu Senís, que lleva de relación con la citada más de 10 años, y yo unos 6 acompañando su acontecer, a sorbos largos, como de mirón emocionao.

De la máquina decir que es hermosa, estilizada, ergonómica, inteligente, seductora, que las hay con o sin motor eléctrico, que se han probado en comarcas cercanas al lugar del tecnoparto, y que con ella su diseñador ha sido reconocido con premios y elogios. Aquí enlace a cuando le entregaron el premio Delta 2009, al que tuve el honor de ser invitao. Puedes consultar el post en yocambio.org.

Del diseñador, decir que se la ha jugado todas con ella, que es un experto de sistemas de protección para la bicicleta, es decir, diseñador, fabricante, distribuidor y asesor a todos los niveles de ello y desde Modular. Que un día soñó que la bicicleta pública tendría que ser mobiliario urbano disponible para todos los ciudadanos, y que en ello anda. Que lleva 5 años hilvanando con primeros niveles de software, urbanistas y promotores internacionales de la bici como medio de transporte urbano. Allá, en tierra bicicletera, la innovadora Urbikes se llama con el concepto de implantación (comienzan con 2.000 máquinas ya mismo, una parte eléctricas) GOBIKE, e implanta poco a poco y en toda Dinamarca la empresa estatal de los ferrocarriles, casi ná.

Hay dos vídeos que me unen, el que grabamos cuando Urbikes estaba en gestación



y el que me alegró la tarde de sopetón...

  

En tiempos donde todo cambia, la inteligencia va posicionándose rumbo a un mundo humano más bueno, más limpio, más bicicletero. Enhorabuena Edu Sentís y gracias por colaborar a alegrar la vida urbana... Algún día todas las bicicletas del mundo estarán a disposición de todos los humanos del mismo, como mobiliario móvil, para hacer solo el bien mientras nos movemos casi sin parar...

Manolo Vílchez
Publicado en el blog En Ruta Solar de El Correo del Sol

'Volar' en bicicleta

El alcalde, Boris Johnson, está considerando la propuesta



Esto es lo más parecido a 'volar' en bicicleta… El arquitecto Sam Martin ha propuesto la creación de carriles elevados para que los ciclistas puedan viajar sin peligro de atropellos sobre las abigarradas calles de Londres.

El Skycycle, que así se ha bautizado la idea, puede resultar a simple vista utópico o futurista, pero el proyecto –que ha causado ya división de opiniones entre los propios ciclistas urbanos- puede estar más cerca de la realidad de lo que parece...

La propuesta ha pasado ya por la mesa del alcalde Boris Johnson, que la ha considerado como "interesante". Johnson, usuario de las dos ruedas e impulsor de la bici pública, ha puesto incluso en marcha un grupo de trabajo para la creación de carriles 'skycycles' que permitiría conectar las principales estaciones de Londres.

Aunque aún no hay un coste estimado de la propuesta, el sistema lo financiarían en principio los propios ciclistas, que podrían hacer uso del carril elevado usando la tarjeta de transporte (Oyster). Su finalidad primordial sería conectar los grandes intercambiadores, con rampas de acceso en las propias estaciones.

La propuesta de Sam Martin, al frente del estudio Exterior Architecture, consiste básicamente en la habiotación de plataformas elevadas -siguiendo sobre todo el trazado ya existente del ferrocarril- protegidas por paneles y ocasionalmente por 'tubos' de cristal que permitirían a los ciclistas circular con mayor seguridad y con un 90% más de eficiencia.


El peligro de ir en bici

La idea la tuvo Sam Martin hace dos años, cuando dejó de usar la bicicleta en Londres por considerar que no era seguro. El aumento de los accidentes en el 2011, con 16 ciclistas muertos en las calles de la ciudad, ha disparado las alarmas. El periódico The Times ha lanzado una campaña nacional por la seguridad de las dos ruedas y miles de londinenses ocuparon recientemente las calles de la ciudad para pedir la "conversión" al modelo holandés ("London Go Dutch!").

"Se calcula que en el 2020 se van a producir 1,5 millones de viajes en bicicleta en Londres", asegura Sam Martin. "¿Qué espacio van a ocupar los ciclistas? No hay sitios para más carriles bici en la superficie y tenemos siempre el problema de la congestión del tráfico".

"Skycicle es el siguiente paso natural para la bicicleta", afirma Martin. "Al alcalde le gusta la idea de conectar las estaciones con carriles elevados y ya en mayo se celebró la primera reunión de expertos para estudiar su viabilidad. Sinceramente pienso que podría ser el próximo paso para transformar la infraestructura de la ciudad".


 Sam Martin reconoce que las posibilidades de ver el Skycycle convertido en una realidad son escasas, "pero al menos existe la voluntad política y el interés real de la red de ferrocarriles". Si las cosas avanzan según lo previsto, el arquitecto espera que la primera sección del Skycycle –de una longitud de 2 a 5 kilómetros- podría estar operativa en el 2016, con la idea de “extender la red a un total de 100 kilómetros”.

La parte más ardua del proyecto, diseñado por Martin en colaboración con Oli Clark, ha sido "localizar la infraestructura del ferrocarril que puede ser adaptada al uso de las bicicletas". Según el arquitecto, las "estructuras victorianas podrían ejercer de soporte con muy pocas reformas, aunque ocasionalmente habrá que levantar plataformas específicas parala bicicleta".

"El objetivo no es 'limpiar' las calles de Londres de bicicletas ni separar obligatoriamente a los ciclistas", sostiene Martin, saliendo al paso de las tempranas críticas. "Se trata simplemente de dar una nueva opción a quienes viajen en dos ruedas".

Carlos Fresneda (Corresponsal) | Londres
Publicando en Natura de El Mundo.es

Las bicicletas llegan al Parlamento


Jon Irwin, pedaleando en las calles de Brixton/ Fotos: C.F.

Las bicicletas llaman a las puertas del Parlamento de Westminster. Ochenta diputados acuden a la convocatoria. Todos ellos suscriben el manifiesto del periódico “The Times” por una mayor seguridad para las dos ruedas. Y el país entero se pone a rodar, decidido a impulsar nunca antes el método más eficiente y menos contaminante para moverse por las ciudades.
    
 “Todos los elementos se están confabulando a favor de la bicicleta”, certifica sobre el sillín Jon Irwin, miembro del London Cycling Campaign. “Se está produciendo una cambio definitivo de mentalidad en la opinión pública. Ahora sólo falta ver acciones decisivas y visibles para que aumente aún más el número de ciclistas urbanos”.
      
El punto de partida fue un trágico accidente, el que sufrió la periodista de “The Times” Mary Bowers, arrollada por un camión cuando acudía con su bici al trabajo en la Torre de Londres. Bowers quedó malherida, como otros 2.660 ciclistas al año en el Reino Unido. Con 111 muertes, el 2010 fue un año luctuoso para las dos ruedas. La campaña del Times insiste en que los ciclistas son hoy por hoy los más expuestos a los accidentes, seguidos de lejos por los peatones, aunque las estadística se prestan a todo tipo de lecturas.

Si hablamos sólo del peligro, la gente no va a perderle el miedo”, amite Jon Irwin, nuestro activista londinense. “La verdad es que las cosas van mejorando para los ciclistas en Londres, pero más lentamente de lo que debieran. En Nueva York han bastado tres años para duplicar las infraestructuras y ganar espacio para las dos ruedas. Aquí, y pese a la apuesta del alcalde Boris Johnson por la bici pública, hemos ido a veces hacia atrás. La prioridad sigue siendo que fluya el tráfico motorizado”.
     
Londres figuraba hasta bien recientemente como caso “ejemplar” de pacífica convivencia entre los coches y las bicicletas. Pero los últimos accidentes, causados sobre todo por los camiones, han sacado a la luz las asignaturas pendientes.
     
“Aun así, Londres me parece una ciudad bastante más segura para los ciclistas que Madrid”, precisa Javier Arias, varios meses fogueándose en el asfalto londinense. “Los coches circulan más despacio por el centro porque las calles son más estrechas. Y los conductores son más conscientes porque hay más bicicletas circulando, y eso es lo que marca realmente la diferencia”.

     
Javier asegura que no ha tenido un sólo amago de accidente en Londres, donde el secreto está en “hacerse visible” y dejar de paso claro que “se quiere una ciudad llena de ciclistas y no de coches”. El ciclista asturiano ha certificado en Londres su adversión a los “carriles bici”: “No los quiero en las aceras, tan de moda en Madrid, porque invaden el espacio a los peatones y favorecen que los ciclistas se comporten de manera agresiva con ellos. No los quiero en la calzada porque, como ciclista, me ponen en una situación de peligro, sobre todo si me obligan a circular por ellos”.
     
En cualquier caso, está claro que Londres (con un 2,2% de los desplazamientos en dos ruedas) está aún muy lejos de Amsterdam o Copenhague (por encima del 33%). Otra campaña de nuevo cuño, Go Dutch, propone precisamente que las calles londineses  sigan el ejempo holandés y resten espacio al coche, en beneficio de los ciclistas y los peatones...
     
“No nos vale la excusa de que las calles de Londres son demasiado estrechas para hacer sitio a la bicicleta”, replica Jon Irwin. “Distintas calles requieren distintas soluciones. Y creo que está bien que existan “superautopistas” para bicicletas (que en realidad no son tales) y que haya también calles donde se comparta el espacio con los automóviles”

.
    
Otra iniciativa que está ganando fuerza en Gran Bretaña es “Twenty is Plenty”, clamando por un máximo de velocidad de 20 millas por hora en las ciudades, lo que disminuiría notablemente el riesgo de accidentes mortales.
 “Un total de 77 peatones murieron el año pasado en Londres”, certifica Irwin. “Se trata de hacer calles menos peligrosas no sólo para los ciclistas, también para los peatones. Y de disuadir al mismo tiempo el uso del coche: la mitad de los desplazamientos en automóvil en Londres son de menos de dos millas, una distancia que se podría cubrir en bicicleta”.
     
Las bicicletas, pues, no sólo llaman a las puertas del Big Ben, sino que extienden sus tentáculos rodantes en todas las direcciones: de Brixton a Camden, de Kensington al East End... “La bici sirve para mejorar la calidad del aire, para aliviar el tráfico, para reactivar la economía local, para reconectar con tu barrio, para combatir la obesidad”, apunta Jon Irwin, presagiando la revolución imparable en nuestras calles.  “¿Existe acaso mejor solución para todos los males que aquejan a las ciudades?”.

Carlos Fresneda · Londres

Hora punta en Estocolmo

Hay una medida infalible de medir el progreso en las ciudades: contar las bicicletas. Con diez, veinte o treinta años de retraso, parece que Madrid se sube por fin al pelotón, aunque Barcelona, San Sebastián y Sevilla pedalean ya a años luz, y no digamos Estocolmo...

Ni la dentellada del invierno, ni la infinidad de islas y puentes, ni la sucesión de repechos son obstáculos suficientes para los 150.000 ciclistas (en una ciudad de 800.000) que se abren paso a diario entre la marabunta motorizada. Desde Copenhague y Amsterdam –donde la bici llega al 30% de los desplazamientos- se mira aún a Estocolmo con un cierto complejo de superioridad, pero basta con vivir la hora “punta” en las calles de Gamla Stan para comprobar la larga distancia que aún nos queda
    
Protegida por un “peaje de congestión”, la isla central de Estocolmo es un paraíso casi exclusivo para peatones y usuarios de las dos ruedas. Los niños revolotean en bici a la salida del cole, y sus madres y sus padres las dejan aparcadas tal cual, apoyadas contra la pared, sin necesidad de echar el candado. El timbre es el sonido más “estridente” que uno puede escuchar, mientras avanza sin el ruido insidioso de los motores y sin la humareda de rigor, respirando a pleno pulmón.


  
En Skeppsbron, la vía rápida que rodea la isla, las bicis conviven con los coches en plena hora punta con una naturalidad asombrosa. El carril-bici es un garantía, pero también lo es saber que al volante viaja un conductor respetuoso con los peatones y con las dos ruedas.
En Suecia existe una cultura pro-bici de la misma manera que en Madrid pervive la cultura pro-coche, fomentada durante los últimos veinte años desde la alcaldía. Ahora nos dicen que por fin en marzo arranca My bici (el programa de bici pública), pero lo cierto es que el Plan Director Ciclista sigue enterrado en un cajón con la excusa de los recortes...

    
En Nueva York, y en plena recesión, los carriles bici se han duplicado en apenas dos años y superan ya los 700 kilómetros. Frente al tópico de las ciudades llanas, la avanzadilla ciclista la han llevado siempre al otro lado del Atlántico ciudades con grandes cuestas como San Francisco o Portland. En Madison, Wisconsin (un auténtico “rincón” de Suecia en Estados Unidos), andan predicando ahora el uso de la bicicleta por el bien común y de la economía, como da cuenta en su blog nuestro amigo Juan Merallo, más conocido como “el de la bici”.










“En Madrid existe ya una importante “masa crítica”, como lo demostramos los últimos jueves de cada mes”, asegura Merallo. “Sólo nos falta mejorar las infraestructuras para la bici y, sobre todo, que la gente le pierda el miedo y se atreva a usarla a diario en la ciudad. Viajar en bici tiene sus riesgos, pero no es una actividad peligrosa. En cuanto cambie esa mentalidad, cambiará todo”.
Esta misma semana, la cultura de los pedales se ha dado cita en “Con b de Bici”, donde ha quedado demostrado que Madrid está a punto desubirse por fin al “progreso” y estrechar las distancias abismalesque aún nos separan de ciudades como Estocolmo y Sevilla, sin ir más lejos.

Carlos Fresneda, Londres

¡A todo pedal en Nueva York!


                                                                                            Foto: Isaac Hernandez

Aaron Naparstek dio un “volantazo” a su vida el día en que un coche se plantó bajo su apartamento en Brooklyn y empezó a dar bocinazos en medio de un atasco. Harto de la insiodiosa cantinela, Aaron tomó posiciones en su ventana y empezó a tirarle huevos al tipo del claxon: uno de ellos se estrell'o contra el capó y dejó su impronta pegajosa en el parabrisas.
    
El conductor cabreado se bajó del coche y apuntó con el dedo hacia el certero lanzador de huevos: ‘”Voy a volver, cabrón ¡Te voy a matar! ¡Sé dónde vives!”.
    
Nunca más volvió saberse del loco del claxon, pero los insultos en cadena resonaron en la mente Aaron con la música de un “haiku”. Acto seguido, se puso a componer poemas de 17 sílabas, más o menos inspirados por los bocinazos (“honks”). Empezó a pegarlos en las farolas del barrio, y tal fue su éxito que la cosa acabó en libro: “Honku: el antídoto “zen” contra el cabreo del tráfico”.
     
Cuando la luz se pone verde/ como una hoja en primavera/ suena el claxon con urgencia.
   
Hace trece años inmortalizamos a Aaron en el papel de “El poeta del tráfico”, predicando contra la corriente con sus “honkus” en medio de la marabunta urbana. Ahora, a la vista de los grandes cambios que ha experimentado Nueva York (650 kilómetros de carriles-bici y sumando), Aaron se ha plantea si ha llegado el momento de escribir “bikus”: haikus inspirados por su experiencia como ciclista en la jungla de asfalto...
    
“El modo en que percibes la ciudad se altera radicalmente cuando cambias el volante por el manillar. No sólo es más saludable y reduces tu huella de CO2, sino que abres los ojos y estimulas todos los sentidos. Te sientes realmente parte del entorno y comprendes mejor que nunca que somos parte del medio ambiente”.
     
Según las noticias/ hoy es un día de mala calidad del aire/ así que procura no respirar.
    
Aaron ha puesto toda la carne en el sillín en defensa del controvertido carril de Prospect Park, el mismo que ha desatado en Nueva York la guerra de las bicicletas. En su opinión, como experto en movilidad urbana, “nos encontramos en una encucijada histórica comparable a la principios del siglo XX, cuando hubo que adaptar las ciudades a los coches, sólo que ahora nos toca adaptarlas a los dos ruedas”.
   
“Entonces también hubo férreas resistencias a los coches, por los accidentes que casusaban y por cómo alteraron la dinámica de la ciudad”, recuerda Aaaron. “Con el tiempo, permitimos que se conviritieran en reyes indiscutibles del asfalto. Pero ha llegado el momento de darle la vuelta a la tortilla: las calles son para vivir, y no para conducir”.
    
Otra vez juntos/ estampados contra el semáforo/ ¿para eso corrimos tanto?

Aaron es el impulsor de un movimiento, Livable Streets, que lleva más de seis años reivindicando calles más “vivibles”, para quien las camina y las pedalea. En esa dirección avanza Nueva York (con la meta de 2.700 kilómetros de carriles-bici en 2030) y bajo la batuta de Janette Sadik-Khan, la directora de Transportes que predica con el ejemplo de las dos ruedas.
    
El camino aún en largo, y apenas el 1% de los neoyorquinos acuden al trabajo en bicicleta. Pero el uso de la bici se ha disparado un 75% en los últimos años, y Aaron tiene muy clara cuál es la razón: “Para que las bicicletas circulen hace falta infraestuctura. Y eso significa que hay que quitarle espacio al coche: estamos cuestionando al todopoderoso rey de las calles y de las carreteras”.
     
Aaron desenmascara sin pudor y con humor en su blog callejero a las fuerzas de la “resistencia al cambio”, que pretenden convertir a los ciclistas en los “enemigos públicos número uno”. Pero las cosas caerán por su peso, vaticina. Los coches irán cediendo más y más terreno en las ciudades, hasta que llegue un momento en que lo normal será desplazarse en bicicleta. “Nuestros hijos mirarán hacia atrás con incredulidad y no acabarán de entender por qué tardamos tanto en darnos cuentas de la forma más sensata y saludable de desplazarse en nuestros barrios”…
     
Los bosques se están quemando/ pero no te preocupes, aún nos queda/ el Toyota Secuoya

Carlos Fresneda, Nueva York
Publicado en el blog EcoHéroes de El Mundo.es

Las guerras de la bicicleta (2)

 

Las encuestas lo acaban de confirmar: la mayoría de los neoyorquinos (54%) considera que los “carriles bici” son positivos para la ciudad, frente a la ruidosa minoría (39%) que prefiere que los coches sigan siendo los reyes incuestionables del asfalto.

Lo que empezó como una polémica local –la resistencia de un grupo de vecinos al carril “verde” de Prospect Park- se ha convertido en un asunto de alcance internacional, con ramificaciones en todas esas ciudades (Madrid, sin ir más lejos) que han perdido el tren de los tiempos y siguen viendo las dos ruedas como un “peligro”.

En Estados Unidos, tal y como denuncia Richard Florida, la bicicleta se está convirtiendo en “arma arrojadiza” de esa guerra cultural abierta entre las dos Américas: la que abraza la creatividad y la innovación, y la que se resiste tenazmente a cualquier cambio.

“Las bicicletas son limpias y verdes, sirven para hacer ejercicio y para reducir la dependencia de los coches en las ciudades con sus calles congestionadas”, escribe el autor de “El Ascenso de la Clase Creativa”. “Si casi todo son beneficios ¿por qué hay tanta gente que se queja?”.

En Nueva York, la mala fama de los ciclistas se remonta a los tiempos en que los mensajeros “suicidas” se lanzaban a tumba abierta por la Quinta Avenida, saltándose todos los semáforos y circulando en dirección prohibida. Pero los tiempos han cambiado, y por cada ciclista temerario hay decenas de coches que doblan la esquina sin reparar en los peatones.

Quienes tanto se lamentan de la “peligrosidad” de las bicis son muchas veces los mismos que “arrasan” la ciudad a lomos de los 4x4
, que tendrían que estar totalmente prohibidos en nuestras calles...
     
El caso es que el alcalde de Nueva York Michael Bloomberg, criticadísimo también por cerrar al tráfico Times Square y por crear los primeros espacios peatonales en la ciudad (ya iba siendo hora), ha decidido mojarse hasta el tuétano en el asunto y quiere implantar de aquí al verano la bici pública al estilo de París, Barcelona o Sevilla.
    
Pero antes, eso sí, ha decidido hacer un esfuerzo por combatir la “desinformación”. Su mano derecha, Howard Wolfson, ha prometido ejercer “una defensa más agresiva” de las razones por las que el Ayuntamiento ha decidido crear esa red urbana de 650 kilómetros de “carriles bici”, el doble que hace tres años.
      
La última pedalada la ha dado estos días el cantante de los Talking Heads David Byrne, autor de los “Diarios de la Bicicleta”, subido a la campaña de promoción desde su bici plegable: “Ahora estamos todavía en fase de adaptación; al final todos acabaremos apoyando con entusiasmo las dos ruedas".

Carlos Fresenda, Nueva York
Publicando en el blog Crónicas desde Nueva York 

- Las guerras de la bicicleta (1)

Urbikes, bicis públicas ¡por fin!


Hablemos de la máquina verde por excelencia, ésa que permite a un cuerpo humano activo desplazarse por los senderos de la movilidad rodada y que no deja ni una pizca de suciedad en el aire que respiramos, ni un suma y sigue en emisiones de CO2 y otros gases chungos del clima cambiante, equivalentes por distancia recorrida cuando lo desplazado es un coche. Y todo esto aportando además al usuario saludables rendimientos.

Pero vamonos directamente al entorno urbano, donde desde este año la mitad de los humanos (el 50% de la familia humana ya vive en ciudades, urbes, megápolis…) nos movemos y donde, como es el caso de nuestro país, una gran parte de los fallecidos, 16.000 computables, dejan de existir antes de tiempo por las condiciones de contaminación de la atmósfera donde respiraban. Además, nos advierten que movernos quemando combustibles fósiles cada vez más será menos barato, quizás por esto cada vez más urge poner orden y cordura en ello, porque a todos los que respiramos nos gusta hacerlo en buenas condiciones.
Por salud de los usuarios de la urbe y la salud de todos los seres de la bondoda Biosfera que nos acoge, nos proponen movernos de otro modo, y aquí las bicis están listas para rejuvenecer forzadamente, de hecho ya en algunas ciudades van quitando espacio a los sucios y contaminantes vehículos fósiles mal usados, desde la esfera privada y, desde no hace mucho y con fuerza inusitada, desde la esfera publica.
Las grandes multinacionales del cacharrerío y mobiliario urbano va dejándose caer en las urbes, con su oferta de sistemas de bicicleta pública, que han encontrado en la promoción de la bici como medio de transporte urbano un esperanzador sendero hacia el movimiento inteligen­te de muchos ciudadanos por sus calles. Desde este espacio donde nos emocionamos con las posibilidades y la potencia de los pequeños cambios con rumbo a los globales, nos hemos encontrado estos días con el revolucionario concepto de las Urbikes, unas bicis ideadas y hechas por amor ambiental, aquí.

Edu Sentís es el ecodiseñador de Modular BPS, la microempresa que ha dado a luz el concepto de bicicleta de utilización publica sostenible, digamos como mobiliario urbano móvil, y lo ha hecho desde Rubí, Barcelona. Edu siempre ha soñado con bicis disponibles para cualquiera en cada esquina de la ciudad, duraderas y cómodas, un bien publico que todos cuidamos. Nada más entrar en su laboratorio de diseño, te encuentras con todo en su sitio, la expo de una de sus especialidades: los sistemas de seguridad/parkings para bicicletas, y en la pizarra colorida, los desarrollos de lo último salido de su mente. Ahora anda entre los accesorios, parkings y mejoras para la Urbikes, que, como comenta, es una bicicleta sólo con lo que hace falta para desplazamientos de unos pocos kilómetros, además cómoda, elegante, robusta, de mínimo mantenimiento, avanzada tecnológicamente y de poca utilidad para el hurto, y es que pesa lo suyo, 25 kg. Las piezas son específicas: transmisión por cardán (la cadena, su grasa y su mantenimiento ya son ya historia); sillín con suspensión hidráulica (como las sillas de oficina); cambio interno de 8 ve­locidades (facilitador del manejo simple de las velocidades), freno integrado contrapedal (siempre a punto) y los leds luminosos para ver y ser vistos (alimentados desde una dinamo en el buje de la rueda delantera); por cierto, las ruedas son macizadas con un bicompuesto que permite olvidarse de los pinchazos para siempre. Y eso sí, un cuadro sensual y ergonómico, de una sola pieza, le aporta a la máquina un toque de distinción y belleza mecánica ciertamente especial.

La clave en la gestión de la variable de servicios ideados para el concepto Urbikes ha sido diseñar creando sólo lo indispensable. El sistema de gestión y control permite integrarse con facilidad en los ya existentes de las zonas azules para coches –mira qué bien–, algo que ya está y que, con sólo voluntad, ahorra recursos y complicaciones.


Urbikes está hecha aquí, la ha parido una microempresa española, está realizada con lo mejor de los materiales y desde la creación de un amante destacado, experto y conocedor de la máquina verde (mira por dónde, verde chillón es el color que ha elegido para el lustre de la bici, para que de más vida a los grises oscuros de nuestras ciudades). No sólo ha sido lo material, sino también lo sinérgico lo que ha sorprendido a la competencia y los múltiples sistemas implantados por todo el mundo, y ha animado ya a algún ayuntamiento que ha visto claro que mejor invertir en calidad, mínimo mantenimiento y excepcional servicio publico aprovechando lo que ya hay, sistemas de gestión de la zona azul para vehículos fósiles, y todo ello desde la perspectiva de uno de los pilares del ecodiseño y de la llamada sostenibilidad: no crear si no es estrictamente necesario.

La ciudad de Granollers lo ha visto claro, las primeras 80 Urbikes comienzan a rodar durante este año. Es ya el esperado proyecto piloto, y Modular BPS ha tenido que defender que su propuesta es distinta, innovadora, creativa, práctica y sostenible. Lo más simple, económico y eficiente para un concepto de movilidad universal y que no contamina está a punto de salir rodando, así lo ha entendido Granollers, la primera ciudad del mundo urbikezada.


Manolo Vílchez
Publicado en la revista Integral

NO ES CIUDAD PARA BICICLETAS

Hace 20 años, cuando el héroe de la bicicleta se llamaba Perico Delgado, tuve la ocasión de surcar Madrid junto a uno de esos ciclistas “suicidas” que luchaban por abrirse paso en la marabunta motorizada. El reportaje se titulaba “¡Aupa, Perico!” porque ése fue el grito unánime que nos lanzaron automovilistas y peatones durante nuestra proeza.


Indurain relevó a Delgado, y ahora tenemos a Contador, y no es de extrañar que nuestros “superhéroes” de la dos ruedas conquisten la gloria en los Campos Elíseos y prefieran circular en coche por la Castellana. Está claro que Madrid no es ciudad para bicicletas.


Ignoro si el señor alcalde se ha dado una vuelta estos años por el París del “velib”, o si ha tenido ocasión de subirse al AVE, rumbo a Barcelona o Sevilla. Tampoco le vendría mal dar el salto a Chicago o a Nueva York, donde el uso de la bici ha aumentado el 35% en un año, la red de carriles-bici llega ya a 650 kilómetros y en un día cualquiera se llegan a contar 200.000 ciclistas por las vías urbanas.


Hay una nueva manera de medir el progreso de las ciudades: contando las bicicletas.

Y lo cierto es que en Madrid las seguimos contando con los dedos de las manos, y hace falta valor –“¡Aupa, Contador!”- para disputar el asfalto a los coches.


Madrid es sin duda la última del pelotón. Los 64 kilómetros del anillo verde quedan bien como “ornamento”, pero los kilómetros estrictamente urbanos apenas llegan a la decena. Al plan de movilidad ciclista le ha entrado una “pájara” por culpa de la crisis, y la ciudad sigue siendo tan hostil a las dos ruedas como lo era en tiempos del “¡Aupa, Perico!”. Y no precisamente por culpa de las cuestas y de los repechos, sino por puro desdén y falta de infraestructuras.


Digámoslo claro: Madrid no es ciudad para bicicletas porque no hay infraestructura para el uso y disfrute de las dos ruedas. No necesitamos más vagas promesas –“Madrid será la capital europea con más carriles bicis en el 2016”- sino realidades concretas como la de Nueva York: 200 millas de carriles-bici en tres años. Y ni un retraso más.


El alcalde promete “un Madrid moderno, amable y sostenible”, pero lo cierto es que la imagen que ofrece al visitante es el de una ciudad agresiva, ruidosa e insostenible. Con mejor transporte público y muchos más “agujeros” para tapar a los coches, pero no muy distinta a la que conocí y padecí en los años ochenta.


El espejismo fugaz de la Vuelta deberá dejar paso estos días a la reflexión y a la imaginación: ¿Cómo sería la Castellana si se cerrara al tráfico los domingos y los madrileños pudiéramos recuperar la ciudad para quien la camina y la pedalea?


A modo de despedida, me atrevo a sugerirle al señor alcalde que busque iluminación en “Elogio de la bicicleta”, del antropólgo francés Marc Augé, y se rinda finalmente ante la evidencia: “La bicicleta es el símbolo de un futuro ecológico para la ciudad del mañana y de una utopía urbana que acabará reconciliando a la sociedad consigo misma”.


Publicado en El Mundo, 19,09,09

Carlos Fresneda

LA ECLOSION DE LAS BICICLETAS

Hay una nueva manera de medir el progreso de las ciudades: contando las bicicletas. En Nueva York son ya 200.000 los ciclistas urbanos que un día cualquiera atraviesan el puente de Brooklyn, dan la vuelta a Manhattan o avanzan por los 650 kilómetros de carriles-bici que surcan la ciudad. En Madrid, mientras, seguimos contando con la mano a los intrépidos que deciden adentrarse en la marabunta motorizada o que se consuelan con los 62 escuálidos kilómetros de carriles-bici (los colistas europeos, y a poca honra).


Miles de ciclistas celebran en el "Summer Streets" en la Cuarta Avenida y la calle Ocho de Manhattan

Podríamos haber elegido como ejemplo Barcelona, San Sebastián o Sevilla, tres ciudades que se han subido a todo tren al carro de las dos ruedas. Pero elegimos Nueva York por lo que tiene de poderosa referencia urbana: lo que es posible aquí, es posible en cualquier otra gran ciudad del mundo (y quien intente justificar el retraso de Madrid por las cuestas y los repechos, que se vaya a San Francisco y cuente las bicicletas).


Nueva York ha despedido el verano con la tercera y última orgía ciclista a lo largo de Park Avenue: una serpiente multicolor que llegó a extenderse durante varias horas a lo largo de noventa calles, apurando hasta el último minuto de “libertad” provisional en la jungla de asfalto.


“¡Faltan diez minutos para que vuelva el tráfico!”, advertían por megafonía. Y las bicicletas se echaron a un lado para dar paso al monstruo rugiente, aunque la ciudad quedó ya poseída por ese pelotón cada vez más visible que avanza impetuosamente hacia el otoño (el uso de la bici ha aumentado un 35% en el último año).

“Montar en bicicleta nos devuelve el alma de niño y a la vez nos restituye la capacidad de jugar y el sentido de lo real”, escribe el antropólogo francés Marc Augé en “Elogio de la bicicleta”, de recomendadísima lectura más allá del verano. La bicicleta, según Augé, es “el símbolo de un futuro ecológico para la ciudad del mañana y de una utopía urbana que acabará reconciliando a la sociedad consigo misma”.


El libelo visionario de Augé coincide aquí con la publicación de “The Cyclist Manifesto”, de Robert Hurst, y con el estreno inminente de “No Impact Man”, del que hablaremos a fondo en otra ocasión.


Está cada vez más claro que el futuro de las ciudades está en las dos ruedas, y va siendo hora de que Madrid aproveche su gran ventaja en el transporte público para allanar el camino a las bicicletas y levantar de una vez barreras a los coches. Desde aquí hacemos un lejano llamamiento a los sufridos madrileños para que se sumen a la bici crítica y apoyen la labor de grupos como Pedalibre o asociaciones como Madrid Probici para avanzar silenciosamente y sin humos hacia esa utopía urbana que queda a la vuelta de la esquina.

Summer Streets en Park Avenue


Carlos Fresneda desde Nueva York, texto e imagenes
Publicado en blog Crónicas desde EE.UU de El Mundo

¡A TODO PEDAL EN PORTLAND!

Hay dos maneras de conocer el calado de la bicicleta en cualquier ciudad. La más socorrida y tediosa: comparar el número de ciclistas con el número de conductores. La más provocativa y certera: pedalear en pelotas y ponerse a contar, y contar, y contar...

Más de 3.000 ciclonudistas se lanzaron a tumba abierta durante el fin de semana por las cuestas de Portland. Todo parece indicar que la remota ciudad de Oregón ha arrebatado a Londres y a Amsterdam el disputado centro de la World Naked Bike Ride, , que nació precisamente en Zaragoza, como una manera jovial y carnal de reclamar el espacio urbano frente a la invasión del coche.


Hace poco más de un año, en esta misma ciudad que presume de ser la más “verde” de Estados Unidos, celebró Obama uno de sus mítines más multitudinarios ante miles de ciclistas. Portland vuelve a pedalear fuerte estos días con “Pedalpalooza, el festival que durante dos semanas celebra el irresistible impulso de la bicicleta.

Portland dista aún de ser el paraíso de las dos ruedas, pero se le acerca. El 18% del largo millón de habitantes acude a diario al trabajo en bicicleta. Las oficinas disponen de duchas para incitar a los sudorosos currantes a que bajen sus emisiones. A pesar de la crisis –o gracias a ella-, el “complejo industrial de la bicicleta” mueve ya al año unos 150 millones de dólares (palabras mayores del Oregon Business Journal).

El imán de Portland ha atraído a gente como Neal Fegan, uno de los más cotizados fabricantes de velocípedos, como los que abrieron durante el fin de semana el Circo de la Bicicletas. Allí estuvo también Larry Hogan con su “supertriciclo”, intentando no perder la rueda de su hija Esther. En el carnaval callejero irrumpió de pronto la primera caravana de ciclonudistas, con el trío formado por Rockelle, Foxy Roxy y Deidra abriendo sin pudores el pelotón despelotado.

Todo huele estos días a un contagioso verde estival en Portland: cientos de vecinos se han lanzado a la calle para reinventar su ciudad en el Village Convergence Building, fieles a la consigna “Cambiando el mundo, barrio a barrio”. Pero de todo esto hablaremos otro día: a estas horas nos espera Adam Boesel en el Green Microgym, donde las pedaladas de la bicicleta fija se trasforman sobre la marcha en energía limpia.


Habrá que volver pues periódicamente a Portland, la ciudad del presente, con un pie (o un pedal, más bien) en ese futuro en el que la tracción “humana” será la norma y no toleramos las emisiones “indecentes” de los coches.

Carlos Fresneda desde Portland (Oregon)
Publicado en Crónicas desde EE.UU en El Mundo



más bicis menos coches, ya era hora

Que la fiesta se acaba parece que está más claro que la limonada conforme vamos viendo el noticiario. Entre especuladores, profesión reina, tolerada y hasta bien vista, del capitalismo salvaje y muchas veces asesino, entre lo que queda barato de sacar de los pozos de petróleo, poco o nada, y entre lo que una civilización fósil combustible, fuera de sí, depreda, agrede, destroza, consume y se zampa, esperemos que la resaca sea llevadera porque igual la borrachera energética se reduce y los sustos pueden causar estragos. Ahora en la tele, en las carreteras, en los supermercados, no pasa de costipao, veremos de aquí a no mucho que pasa.



El otro día hablaba con un colega de que si la máquina perfecta es el árbol, por todo lo que brinda, limpia, sirve, cobija y nutre: es la bicicleta la máquina técnica para el movimiento inteligente todavía no superada por nada.

El caso es que me entero en la tele que bajan las ventas de coches y suben las de bicicletas para la ciudad, y claro, uno que medio tiene orgasmos ecológicos montado sobre la plegable más chachi de todas, quiere como llegar al éxtasis al ver que lo inteligente forzado por la necesidad tiene todavía cabida en este mundo infantilizado pendiente de chorradas que no sirven para nada que no sea caminar hacia el precipicio final.

Y pa rematar la pasión a pedales me entero por otro colega que desde su blog se gusta llamar eldelabici, noticiario, ideas y opiniones de un ciclista urbano de lo saludable que puede competir y sobrado con el mediocre dedicado a los formulas 1 para llegar más rápido a ningún sitio y las ruidosas motos conducidas por niños afortunados que mueven negocios perfectamente de los que tienen el petróleo, ofrecen las máquinas que lo consumen y manejan las mentes que no tienen remedio.

manolo v

¡Bicicletas al poder!

Bicicletas aparcadas en el río Willamette de Portland.

Carlos Fresneda, desde Portland

29 de mayo.- Ignoro cuántos años tendrán que pasar en España para ver una escena como aquélla: una larga milla de bicicletas aparcadas en los bancales del río Willamette, un pelotón de ciclistas comparable sólo a los de Tour o los del Giro, con Barack Obama esperándoles en la línea de meta de Portland.

Salvando las distancias, fue como si estuviéramos a orillas del Guadalquivir, y viéramos de pronto un kilómetro de bicis alineadas, y a miles de ciclistas urbanos camino del mítin de Zapatero (con mención de honor a Sevilla, por todo lo que ha hecho últimamente por las dos ruedas).

Mientras nuestros políticos se suben al sillín para la foto de rigor y prometen 600 kilómetros de carriles-bici para el 2016 (¡qué imperdonable atraso el de Madrid!), en Portland son los vecinos quienes han tomado desde hace tiempo la delantera. La ciudad más ecológica de Estados Unidos lleva más de treinta años marcando la diferencia a golpe de pedal (www.BikePortland.org), y demostrando sobre la marcha que se puede vivir de otra manera en las grandes urbes, que hay que reconquistar todo el terreno que cedimos ingenuamente al coche.

Esta misma semana, cientos de vecinos han ocupado más de una veintenas de calles e intersecciones para reclamar su espacio. Se hacen llamar los reparadores de la ciudad (www.cityrepair.org), y pintan de colores el asfalto, y construyen templetes y bancos de arcilla, y reinventan sus vecindarios con imaginación y vegetación, a la medida de los paseantes, de los patinadores y de los ciclistas.
Ciclista en la Sunnyside plaza de Portland.

La ciudad del futuro se llama Portland, que hace tiempo decidió poner freno al urbanismo salvaje y no crecer. O crecer hacia dentro, de una manera compacta e inteligente (www.smartgrowth.org), arracimando a su medio millón de habitantes de manera que coger el coche en la ciudad se convierta en un capricho contaminante e imperdonable.

Barack Obama llegó a Portland con una noticia fresca bajo el brazo: los conductores norteamericanos ahorraron 11.000 millones de millas en marzo del 2008 con respecto al mismo mes en el 2007. Se ve que el aumento del precio de la gasolina (un dólar por litro, aún muy lejos de la media europea) está haciendo estragos, no sólo en los bolsillos sino también en la mentalidad del país más motorizado del planeta.
"Tenemos que cambiar nuestros hábitos al volante", ha dicho en plena campaña Obama, que se jacta de conducir un híbrido y de tenerlo gran parte del tiempo en el garaje. Obama se ha desmarcado también de la propuesta electoralista de Hillary y McCain, partidarios de suprimir el impuesto de la gasolina entre mayo y septiembre.

Se acerca el verano, y Obama ha sido el primero en recordar aquello de "piénsalo dos veces antes de encender el aire acondicionado". Portland votó abrumadoramente por el único candidato que ha cambiado la arrogancia de Bush padre –"El estilo de vida americano no es negociable"- y ha vislumbrado la apuesta por un futuro distinto. ¡Habrá que sudarlo!

publicado en el blog Cronicas desde EE.UU de El Mundo

La rueda, ese gran invento tan ecológico


Publicado en Natura 24 de El Mundo · 04/2008

Aprovecho para presentar a mi segunda bicicleta, una Phanter Polaris, equipada con el rotor que mejora la eficiencia del pedaleo, y que aparco en vertical colgada de un gancho en la galería de mi piso. La utilizo para realizar un trayecto especial de 120 kilómetros dos veces al mes. De ellos, 95 son en tren 'slow' y el resto a dos ruedas sobre una bella máquina montada en Alemania por Pantherbike y adquirida en Espai Bici para el placer viajero del cicloturismo. Ese turismo a velocidad tranquila por caminos y rutas tan diversas como cada uno de los 'tourcicloperadores' que las diseñan.

El cuentakilómetros que le coloqué lo uso para medir la intensidad ecológica de mi desplazamiento, y lo recomiendo: no hay nada como cortar el aire a 25 kilómetros por hora casi sin esfuerzo, oteando el paisaje y disfrutándolo con alegría, siendo consciente de que no contribuyes con emisiones de gases de efecto invernadero.

Para los bici-viajeros, el Ayuntamiento de Burgos dedica cada año unas jornadas. Este mes de abril, cada viernes, en el teatro Clunia, un invitado contará su experiencia pedaleando por esos mundos. Más información en el teléfono 947 288 800.

La bicicleta ofrece todo tipo de servicios, hasta los educativos. Por ejemplo, siempre me he preguntado cómo habría sido de buena mi educación científica si hubiese tenido la suerte de aprender física con una bicicleta encima de la mesa del profesor. Eso es lo que hizo un profesor valenciano, José Sánchez Real, que un buen día entró en el aula cargado con una bicicleta y comenzó con ella toda la asignatura. 'La física de la bicicleta' se publicó en 1978 y una revisión ampliada junto a otros valores ambientales están a disposición en una monografía de la Fundación Tierra, editada en catalán y accesible aquí.

Continuando con mi movilidad sostenible, una reciente adquisición ha sido la maleta/mochila con ruedas. Unir la rueda con la maleta no ha ocurrido hasta hace poco, reflejo de lo que cuesta aplicar lo inteligente a lo cotidiano. Otra de las inversiones del año en casa ha sido un supercarro plegable PlayMarket para hacer la compra local. Y los carros de la compra sí que llevan años con ruedas. Con el carro y la maleta me ha aplicado a la tarea de transportar con comodidad hasta 15 kilos de carga entre trenes, autobuses y calles del barrio. Y antes que se me olvide, aunque cojo el coche poco, aprender a conducir de forma eficiente ha sido la mejor inversión de mi vida automovilística, hasta un 15% de ahorro de combustible por moverme más tranquilo, económico, seguro, 'limpio' y alegre. Más información en el blog yo cambio .

Un enlace rápido para saber más sobre esa maquina verde con ruedas, la bicicleta, está disponible aquí.

Enlace al complemento informativo de este artículo

El suplemento Natura 24, un regalo de información ambiental. Aqui en pdf.

EL ECOLOGISTA EN CASA
QUIÉN: Manolo Vílchez es colaborador de la Fundación Tierra y facilitador ecológico. Su interés es reducir el impacto ambiental cotidiano. Consejos: En este artículo defiende el uso del transporte público y de la bicicleta para los desplazamientos urbanos y recomienda practicar una conducción eficiente si se tiene que usar el coche

rodando más sostenible

En Natura se publica la columna dedicada a la rueda y sus aportaciones más ecológicas.
Para saber más y hacerse un conductor eficiente de automóviles "fábricas" de cambio climático, que conductores casi todos los somos en mayor o menor medida, recomiendo leer y aplicarse en los criterios básicos para conducir y ahorrar hasta el 15% de emisiones de CO2 y otros gases chungos y hacerse el master sobre el terreno, sólo cuando se coja el coche por necesidad claro, empapándose de todo lo que hay que saber y hacer en este excelente recurso divulgado por la Agencia Andaluza de la Energía. Descargate aquí el manual.

La conducción eficiente permite conseguir un ahorro medio de carburante y de emisiones de CO2 del 15%. En términos globales, un conductor que realiza unos 15.000 km anuales ahorrará 158 litros de combustible y alrededor de 200 euros al año, pero sobre todo una importante carga para acelerar el cambio climático.
Sigue estos consejos y ¡ponlos en marcha!

Consejos para una conducción eficiente:
1. Arranca el motor sin pisar el acelerador.
2. Lleva siempre que puedas una marcha larga.
3. Usa la primera lo menos posible.
4. Evita frenazos y acelerones. Conducción uniforme.
5. No bajes las pendientes en punto muerto.
6. Reduce lo más tarde que puedas, aprovecha la inercia.
7. Para el motor si estás más de 1 minuto detenido/a.
8. Si no aceleras, a más de 20 km/h y con una marcha metida, no consumes nada.
9. Mantén la distancia de seguridad, evitarás frenazos.
10. La temperatura ideal interior es de 23-24º. Conduce con las ventanillas subidas.

Elementos que incrementan el consumo del coche
1. Baca portaequipajes cargada u otros accesorios exteriores: hasta 35%.
2. Utilización de aire acondicionado: hasta 25%.
3. Circulación con las ventanillas totalmente bajadas 5%.
4. 100 kg de peso suplementario 5%.
5. Falta de presión de 0,3 bares en los neumáticos 3%.

y como en la columna no cogio todo, aquí una parte complementaria. Estoy contento con mis zapatillas para caminar cómodo New Balance made in England y sigo intentando ligar en bici con la técnica de la veronica... Y como mi bici grande para grandes momentos de vida ecológica en movimento va equipada con Rotor, conoceló aquí, en el web de Rotor.

...Ahora le quito el pedale y me quedo con el ando, para seguir presentando mi particular equipo de movilidad más sostenible.
Un reciente adquisición ha sido la maleta/mochila con ruedas. Un buen amigo dice que mira que hemos tardao en unir dos partes que facilitan moverse de forma cómoda con nuestros cargamentos. Unir la rueda con la maleta no ha ocurrido hasta hace poco, reflejo de lo que cuesta de aplicar lo inteligente a lo cotidiano, aunque eso si, una de las inversiones del año en casa ha sido un supercarro plegable PlayMarket para la compra local y estos si que ya llevan años con ruedas. Con el carro y la maleta me ha aplicado en la comodidad de transportarme con igual 15 kilos de carga entre trenes, autobuses y calles del barrio, caminando alegre sin emisiones. Por cierto que lo hago con otra adquisición reciente, la renovación de las zapatillas de deporte. Me he pillao unas New Balance que además me dejan tranquilo el alma consumidora, están hechas en Reino Unido con todas las garantías sociales y ambientales. Aquí la información sobre un producto mejor hecho. Y antes que se me olvide, aunque cojo el coche poco, aprender a conducir de forma eficiente ha sido la mejor inversión de mi vida automovilística, hasta un 15% de ahorro de combustible por moverme más tranquilo, económico, seguro y alegre.

Y acabo con algo pendiente, la técnica de la Verónica, que me enseño el biciartista Oscar Patsi, para ligar yendo en bicicleta, (más abajo una de sus memorables obras gráficas). Se localiza el objetivo, se acelera el pedaleo pasando a su lado, sin mirar. Inmediatamente y en cuanto sea posible se rodea a este dando un giro de 360 grados a sus alrededor e igual, sin mirar se continua hasta la primera parada. Se mira al objetivo y si se ha conseguido seducirlo con la arriesgada maniobra, es el momento de caminando juntos con las bicis ir a celebrar las ventajas de la movilidad más limpia y sostenible, y de lo que pueda surgir, claro.




además de enseñar a biciligar, Oscar relata sus mundos, menudo lujo el poderlos conocer es para mí no te pierdas esto, que enlaza a su creación literaria.

bueno, y para que puedas conocer mi bici, la plegable, aquí y si te apetece la tienes a la vista.

felices pedaleos por un mundo con mínimo carbono emitido a la Biosfera, por un mundo más seguro para la vida de los humanos y otros, que todavía no nos acompañan...