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Celebrando el Día Internacional de la Eficiencia Energética


Celebrar el Día Internacional de la Eficiencia Energética en un país que políticamente no cumple con la directiva europea desde hace diez años es un acto de rebeldía, y de mosqueo entre tantas cosas de lo social que ocurren, donde la ineficiencia democrática de chorizos y malos políticos con todos sus gremios secuaces no nos deja otra que pasar a la acción con las mejores fórmulas que podamos conseguir para reiniciar la democracia real. Hoy opina, y en ello me he inspirado, el activismo de Greenpeace.

AQUÍ ALGUNAS COSILLAS DEL DÍA:

• Voy en bici aunque sea 1,4 km de bajada, luego lo son de subida casi todos los días, hoy llueve en Bullas, y he ido gastando recursos valiosos mientras cambia un poco más el clima. Por lo menos sentir que uno impacta, ayuda a preparse para ser útil en la senda al futuro.

• Aparecieron 4 latas de conservas de golpe y, antes de desaprovecharlas con destino incierto, les estoy dando un destino de mayor eficiencia en el uso de los recursos, ya que no necesitaré otro recipiente para esa función. El filo se dobla con un alicate y queda que da gusto. 

• La lámpara que nunca tuvo bombilla ahora la tiene, un eficiente y avanzando punto con emisor de luz diodo, microLED, que durará igual lo mismo que yo en activo o hasta más.

• Acariciar la primera serie de botellas refrigerantes de alSol.es, que esta primavera que ya llega pasarán a activo y disponible, rememorando la campaña de Botijos contra el Cambio Climático de Fundación Terra, ha formao parte del día, y como que brindo con ella por una sociedad que celebre ser eficiente en el uso de la energía, cada día de su acontecer, como borracha de negavatios y, ya puestos ser hasta más eficaces y eficientes en encauzar la democracia, en sustituir los casposos, en celebrar el florecer de las plantas que nos dan alimentos, de los mares que nos nutren, de los aires que nos impulsan, de la belleza que tenemos y no debemos dejar de compartir entre todo lo que esta y será vivo.

Manolo Vilchez
Publicado en el blog En Ruta Solar de El Correo del Sol

el 'tecnomilagro' de la bombilla de ahorro

Publicado en Natura 19 de El Mundo · 11/2007

He hecho esfuerzos considerables para convertirme en un consumidor alfabetizado en cuestiones energéticas: kilovatios de potencia y kilowatios/hora de energía, lumen (la unidad para medir el flujo luminoso de una bombilla), etiquetas energéticas, mix (mezcla de fuentes) de la producción eléctrica, la lectura y entendimiento de la factura de 'la luz'... y todo por saber mejor cómo iluminar eficientemente mi vida.

He agradecido a las grandes superficies y a los pequeños comercios del ramo su apuesta por mostrar la eficiencia energética de las bombillas de bajo consumo, las 'bbc's', las ahora multiformes y hasta sensuales bombillas compactas fluorescentes. Te vas a la sección de 'bombilleo' y allí se sitúa el altar de la cultura energética luminosa: dos contadores como los de casa van marcando el consumo en kWh que se zampan dos bombillas, una, la incandescente del genio Edison y, otra, la bombilla de ahorro. La primera, invirtiendo casi todo el gasto en calor, la segunda, sólo en iluminación. Si acercas la mano y ojeas el contador lo que comprobarás es que para iluminar lo mismo podemos gastar cuatro veces menos energía eléctrica. Las bombillas de bajo consumo son un auténtico 'tecnomilagro'. Por esto no es de extrañar que, en algunos países, quieran que las que calientan mucho se prohíban de aquí a poco.

Mi recomendación es dar el paso cuanto antes y cambiar de bombilla para lograr un planeta bien iluminado pero menos caliente. Es importante cuando se compra una 'bbc' leer las informaciones. Todas deben incorporar la etiqueta energética. Puede ser una A (la máxima categoría), pero a veces se puede ver una B. Las mejores son las que tienen una duración en horas mayor -las hay de 3.000 a 15.000 horas y en eso radica también su precio-. Se puede comprar por cinco euros una bombilla que dura 5.000 horas o por 12 euros una que dura 15.000. Yo me quedo con la de mayor coste porque suponiendo que duren hasta el final tendré que ir a comprar y desechar dos veces menos, con lo que eso supone de coste energético. Con las 'bbc's' ya no hay excusas para el gusto y la estética: las hay de todos los tamaños, formas y hasta colores. Y si además cumplen la normativa europea RoHs, un logo con la palabra impresa es la garantía de que llevan el mínimo mercurio y nada de plomo en contactos y soldaduras. Por último, a la hora de desecharlas: no se deben arrojar en el contenedor verde, como si fuera vidrio. Hay que indagar en los puntos de recogida de grandes superficies y tiendas preparados para tubos fluorescentes.
Y si la bombilla de bajo consumo es un milagro, otro día hablaré de una opción aún mejor que he elegido: la 'luz de luna' que proporcionan los LED (diodos emisores de luz) a mi hogar.
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www.terra.org


QUIÉN: Manolo Vílchez es colaborador de la Fundación Tierra y facilitador ecológico. Su interés es reducir el impacto ambiental en la vida cotidiana. Consejos: En este artículo, habla de la bombilla de bajo consumo, una opción limpia y eficiente para iluminar los hogares y recomienda visitar la web www.hoycambiomibombilla.com

Aqui enlace al pdf del suplemente Natura 19, un regalo de información ambiental

por una brillante y sostenible iluminación

Publicado en Natura 18 de El Mundo · 10/2007

Me atrevo a proponer al lector un ejercicio 'tecnocultural' que consiste en intentar verse como uno de esos electrones que pasan por las bombillas de nuestros hogares. El viaje puede comenzar con ese dedo que activa el interruptor y conduce en poco rato hasta la planta de generación eléctrica. Esa planta podría ser eólica o fotovoltaica, es decir, de fuentes renovables, pero también una de esas que queman combustibles fósiles y contribuyen al efecto invernadero. Incluso si consiguiéramos vernos como un electrón, podríamos encontrarnos saliendo de uno de esos siete reactores nucleares que mueven una pequeña parte de la producción de electricidad del país, con riesgos sociales y ambientales tremendos, según dicen algunos. El caso es que apretar un interruptor y que la energía eléctrica ordenada y compensada en cuestión de milisegundos se convierta en un servicio luminoso es un auténtico lujo que disfrutamos unos pocos. Hay millones de individuos de este globo azul que no lo disfrutan.

Cada electrón vale su peso en oro. Por eso, tendríamos que comprometernos a hacer un uso amoroso de todo electrón, venga de donde venga. Y es que no es poco el consumo en iluminación en nuestros hogares. Hasta un 18% del total de la factura eléctrica. Por lo tanto es mucho lo que todos podemos hacer con nuestras decisiones de consumo para ser más responsables. Podríamos empezar por elegir las bombillas más sostenibles por sus prestaciones y calidades. Y aún así, no por gastar menos electrones hay que dejarlas más tiempo encendidas.

Tras esta primera carta de presentación en NATURA, en el próximo número quiero contar a los lectores cómo se puede iluminar sobradamente la casa sin generar mucho impacto ambiental. De momento, recomiendo prestar atención a una iniciativa a la que no debe perderse la pista: 'www.hoycambiomibombilla.com', que tiene como objetivo el ahorro de los electrones futuros. ¿Cómo? Pues jubilando a las centenarias bombillas incandescentes, las del estético filamento del luminoso Edison, que malgastan un 80% de la electricidad para calefactar la estancia y sólo emplean un 20% de la energía que reciben en generar luz. El objetivo es que pasen a los museos de aquí al 2010. Todo lo contrario son las de bajo consumo, que iluminan lo mismo y calientan poco, aunque hay que ser cuidadosos con ellas, pues contienen mercurio y hay que prestar la máxima atención al desecharlas, pues es un residuo peligroso. ¡Nada es tan fácil como parece!
Por mi parte, siento una pasión activista por los LEDs, o diodos emisores de luz, que es lo último presentado como luminosa revolución. Y es que más de 80.000 horas de servicio y un consumo mínimo llaman a iluminar el mundo más sostenible, de aquí a poco.
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www.terra.org


QUIÉN: Manolo Vílchez es colaborador de la Fundación Tierra y facilitador ecológico. Su interés es reducir el impacto ambiental sobre el planeta en la vida cotidiana. Consejos: En este artículo, el autor ayuda a elegir bien la iluminación de los hogares y recomienda la guía de consumo responsable del IDAE: www.idae.es

con ustedes, los sensacionales LED

Publicado en el Natura 20 de El Mundo 12/2007

Como ya escribí que soy un tecnoadmirador activo del LED bombillero (Light-Emitting Diode o diodo emisor de luz), me monté no hace mucho y aprovechando una oferta de bombillas con 17 pequeños LEDS cada una el sistema que la familia nombró como «luz de luna». Desde las cabeceras de las camas y la entrada al piso, conectamos un camino de luz tenue pero suficiente por todas las estancias para vernos en las oscuras noches u oscuros atardeceres gastando sólo 8,4 vatios en total, (7 puntos de luz de 1,2 vatios de consumo) un lujo ahorrador supremo. Y más cuando las 50.000 horas mínimas de duración que se estiman a los LED convierten en eterno vivencial el sistema.
Lo de 'luz de luna' viene de la suficiencia en iluminación que una romántica luna llena ofrece, y es que el sistema ayuda a evitar el choque lumínico. Al sensacional LED también lo he incorporado en la mesita de noche, con una ledlámpara de diseño seductor que incorpora un led de 1 vatio (alto brillo) con una ganancia óptica que amplifica el haz. Muy parecida es mi luz en la cabeza, llamada luz frontal, idea brillante para la evolución humana con manos libres, suprema cuando es un LED potente el que ilumina caminos y espacios en la noche.

La oferta de sistemas LEDS domésticos comienza a florecer, aunque todavía tímida y con sus costes. No se ha dado la salida popular, aunque es seguro que no tardará en llegar, porque en lo colectivo los LEDS decorativos ya están resueltos, e incluso se cuentan por millones las lámparas LEDS que se encenderán por los festejos de fin de año. Por ejemplo, desde el Ayuntamiento de Santander se ha dado la noticia de que las luces navideñas serán un millón y medio de LEDS, que ahorrarán un 50% de la factura eléctrica además de un buen número de emisiones de gases que ensucian y calientan el mundo.

Más lejos han llegado en la ciudad de Ann Arbor (Míchigan, EEUU), donde la iluminación nocturna de las calles se lleva a cabo ya con LEDS.
¿Y por qué son tan ventajosos los LEDS? Pues porque tienen un tamaño reducido y resisten muy bien las vibraciones e impactos, su vida es muy larga, su consumo casi ínfimo y no se resienten por los sucesivos apagados y encendidos. Además, los nuevos modelos tienen cada vez una luz más blanca.
Su futuro ya está aquí. Basta mirar el catálogo de soluciones LED de Philips o emocionarse con los últimos avances de luz blanca pura salida de un LED. No sólo podemos iluminar nuestros espacios de forma eficiente, también podemos iluminar de modo brillante y sostenible este planeta que se calienta mucho.

Lo mío, no lo dudo, es LED-adicción.

QUIÉN: Manolo Vílchez es colaborador de la Fundación Tierra y facilitador ecológico. Su interés es reducir el impacto ambiental en vida diaria. Consejos: Recomienda las siguientes webs:
http://www.osram.es/
http://www.philips.es
http://www.tiendaelektron.com

Aquí enlace al pdf del Natura 20 completo, un auténtico regalo de información ambiental