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“He aprendido a mirar el planeta con otros ojos”

 

LONDRES.- Sebastião Salgado arrancó “Genesis” con una sensación apocalíptica… “Pensaba que el hombre había causado la destrucción de gran parte de la Tierra y que el daño era ya irreversible. Me asombró descubrir que aún hay muchos lugares inaccesibles que nunca nos será posible colonizar, y muchos otros donde los pueblos indígenas viven en total simbiosis con la naturaleza, formando parte indisoluble de ella”.
      
El maestro incuestionable del fotoperiodismo en blanco y negro (aunque ejerció como gris economista hasta los 26, cuando su esposa le regaló una Pentax) reconoce que sintió una acuciante llamada en el otoño de su carrera: a los 62 años, debía embarcarse cuanto antes en el que sería su último gran proyecto, para culminar la trilogía iniciada con “Trabajadores” y “Migraciones”.

     
Ocho años después, con 30 países explorados y miles de kilómetros recorridos en avioneta, en helicóptero, en todo-terreno, en burro y a pie, “Génesis” es su particular homenaje “a la belleza de este planeta y a los seres que lo habitan”. El proyecto ha dado pie a un libro enciclopédico y a una incomparable exposición con un largo centenar de fotografías, desplegadas en el Museo de Historia Natural de Londres hasta el8 de septiembre.
     
Como antídoto también a sus trabajos para Magnum, Sygma y Gamma, testigo implacable de la explotación y el dolor humano, Salgado reconoce que necesitaba abrir el objetivo y embarcarse en algo distinto, con un mensaje palpitante y positivo.
     

La odisea de “Génesis” arrancó pues en las islas Galápagos en el 2004, 176 años después de la visita de Charles Darwin que cambió definitivamente el modo en que miramos a la naturaleza. “Mi objetivo es precisamente el mismo”, reconoce Salgado, ante la escalofriante foto de la pezuña de la iguana, emparentada mágicamente con la mano humana.
     
“He aprendido a mirar el planeta con otros ojos”, reconoce el fotógrafo brasileño. “Ahora veo los paisajes, la flora y la fauna como algo profundamente interconectado. Mi idea es invitar a la gente a que me acompañe a los lugares más prístinos de la Tierra, que se empape de la belleza que nos rodea, se sienta parte de ella y reflexione. Hay que aprender a mirar la naturaleza de otra manera, con asombro y veneración, y no creyéndonos superiores”.

     
Le preguntamos a Salgado sin esto es suficiente para incitar a la acción, si no sería necesario mostrar la otra parte, la de la destrucción “invisible”… “Hay ya muchos fotógrafos que se dedican ya a ello, y cumplen una labor esencial. También hay muchos fotógrafos de la naturaleza, pero pocos que se hayan embarcado en la labor de llegar hasta los lugares apenas tocados por la mano destructiva del hombre “civilizado””.
     
“Quedan muchos más espacios de los que imaginaba, y eso ha sido muy reconfortante”, reconoce el fotógafo brasileño. “Este trabajo me ha devuelto la esperanza: hay que proteger a toda costa los espacios silvestres que nos quedan, de la selva amazónica a las junglas de Africa, de las dunas del Sahara a las grietas del Gran Cañón, de la reserva del Artico en Alaska a las estepas siberianas, por no hablar de la Antártida”.
     
Las imágenes de los Nénets de Siberia surten el efecto de una repentina ventisca. Uno se mete sin querer en la piel de este puñado de seres humanos (unos 40.000 se estima) que han desarrollado una sobrecogedora capacidad para resistir al frío. De los rigores siberianos pasamos en un abrir y cerrar de ojos a la fronda del Amazonas, a la desnudez de las tribus del río Xingu, en una increíble sucesión de fotogramas que parecen rescatadas de la noche de los tiempos.

     
“Por increíble que nos parezca, el 70% del Amazonas ha escapado aún a nuestra acción destructiva”, precisa Salgado. “Las tribus con la que yo he entrado en contacto saben lo que es una cámara fotográficas, pero quedan aún lugares y pueblos indígenas que no saben de nuestra existencia”.
      
De sus incontables viajes para el alumbramiento de “Génesis”, recuerda sobre todo la “peregrinación” a Lalibela, en el norte de Etiopía, una remota ciudad monástica a 2.500 metros de altitud donde se encuentran las famosas iglesias coptas talladas en roca… “Es tal vez el único lugar de Africa aún no colonizado. La gente vive como en el Antiguo Testamento. Ha sido posiblemente la expedición más inolvidable de mi vida”.
     
¿Y después de “Génesis”? “Aún no lo sé. Me estoy haciendo viejo y probablemente éste sea mi último gran proyecto. No sé si volveré a estar en condiciones para recorrer 850 kilómetros a pie a lo largo de 55 días. Pero puedo asegurar que “Génesis” ha sido de veras como un nuevo principio”.

Sebastião Salgado (wiki)

Carlos Fresneda
Publicado en El Mundo.es

ASI SUFRIMOS EL CAMBIO CLIMATICO


Mañana comienza en Copenhague a discutirse si se decide ser valientes o no para compartir nuestro devenir humano con un clima alterado por nosotros mismos, en fin, durante estas semanas se libra una batalla no contra otros, sino contra nosotros mismos.

Herramientas tenemos más que sobradas para cambiar este mundo sin perder felicidad, lástima que con nosotros, algunas taras que la evolución todavía no ha pulido, hacen que estos escenarios lógicos cuesten mucho más, y es que nos rodean humanos y sus historias que no tiene casi remedio si enfrente no somos una masa crítica capaz de bloquearlos. Abundan negacionistas financiados por lo más sucio y criminal de este mundo, abundan críticos ante la evidencia, pero no son tantos. Bastante tenemos con ver el mundo de formas muy disitintas, y además un mundo lleno de otros problemas, que el deseo de Copenhague podría ser que comenzaramos la nueva étapa de la evolución humana donde ser capaces de decidir los temas vitales desde una concordia que aunque nos cueste un siglo, no tenemos más remedio que construir ya sus pilares. En Copenhague podemos empezar la obra, eso si, ójala que con el mejor acuerdo ante la urgencia de la evidencia que ya ha puesto en riesgo la vida para mucho miembros de la familia humana.

Viendo la TV alucino con las iniciativas creadoras para llamar la atención de los que finalmente dediciran sobre el clima que es de todos. Una escultura de hielo con iluminación eficiente pero que ira deshielandose poco a poco, un tren que sale cargado de activistas y técnicos desde Bruselas a la ciudad el tratado para demostrar que el tren ha contribuido mucho y tiene mucho que hacer en un futuro cercano por una movilidad de bajo impacto. Me he apuntaó al noticiario de uno de los blog verdes más prestigiosos, GreenDiary pa estar ar dia. Los ciclistas que han salido de muchos lugares van llegando, las grandes organizaciones preparan a sus delegados y sus acciones para influir al máximo.

Los representantes con mayores responsabilidades iran llegando la próxima semana para rubricar voluntades, en el aeropuerto ya ya se ha informado y casi todos sabemos de unos posters con los firmantes lamentandose, ya abueletes, en el 2020. Veremos estos días si la voluntad de cambiar lo menos posible el clima se toma globlamente, algo dificil en esa confluencia de tantos intereses y tantas visiones de la justicia social. Pero algo necesario para resideñar una sociedad humana que por fin y gracias a la red global en la que nos desenvolvemos, podemos pensar como posible, podria ser más apasionante de lo que es hasta ahora sentir que por primera vez en la historia humana se toman decisiones cruciales para todos.

Hoy El País publica en su dominical una trabajo gráfico extraordinario, fruto de la vuelta al mundo durante 8 meses por una buena parte de países de dos reporteros alemanes para realizar el proyecto 'La cara humana del cambio climático'. Ha consistido en localizar a las primeras victimas humanas de lo que todavía sólo unos pocos negacionistas no aceptan, por cierto, a ver si se van a otro planeta de una vez por todas y dejan de ocupar espacios de comunicación con sus pirulas para destinarlos a soluciones para salir lo mejor posible de donde ya estamos metidos.

Aquí enlace directo a ASI SUFRIMOS EL CAMBIO CLIMATICO de la que cojo la entrada y la pego aquí:

Ahí están. Mirándonos. Testigos en 15 países, desde Suiza y España hasta Mali y Australia, de lo que ya está pasando. Agricultores que se han quedado sin cosecha por las sequías, pueblos en peligro por la rotura de la capa de hielo, habitantes de islas que han perdido sus casas por las inundaciones. Un viaje alrededor del mundo para dar voz a las víctimas del cambio climático, en vísperas de la cumbre mundial que comienza mañana en Copenhague para tratar la mayor enfermedad del planeta.

A la derecha del texto tienes la galería con los 30 protagonistas. Pero aquí la fotogalería, con mejor resolución.

Y aquí un vídeo de los más cercanos afectados, que como ellos somos ya todos. Miguel Ángel Casares Camps y su padre Miguel, dos agricultores de Moncofar (Valencia), que son particpes en el proyecto.

Dos semanas trascendentes nos espera, veremos que somos capaces de conseguir, todos y cada uno de nosotros. Pués eso, muy activistas semanas, años y vidas.

Manolo Vílchez
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