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Un día energético nutricional

Los dos ciudadanos que escribimos en este espacio nos vinculamos a un tercero hace ya dos años y medio en una aventura de esas que cambian cosillas en la vida de cada cual. Un viaje a Haiti a los 100 días de su ruptura sísmica le sirvió al periodista para reencontrarse con un país conocido en otros tiempos atrás y dolido y jodido y superándose en aquel momento, a un ecologista le sirvió para analizar como la energía se movía por aquellos lares, como el uso del carbón vegetal para cocinar se había cargao el futuro geológico y casi social, pero regresó más fuerte con aquello de que los sueños solarenergeticos sin más remedio, podrían ayudar, y a un cocinero le sirvió para entrar de lleno en la realidad que une pobreza, energía y alimento. A aquel viaje le llamamos The Solar for Hope y aquí dejamos constancia.

http://www.endinghunger.org/docs/WFD_contest/First%20place%20-%20A.%20Kawatkar%20-%20India.jpg 
A. Kawatkar - India 

Se ha celebrado el Día Mundial de la Alimentación, y unos chavales, miles, han pintao sus mundos y aquí han dejao constancia desde la FAO. Y de los tres de marras, cada uno por su camino nos hemos ido de una forma u otra a Haiti, el periodista informando sin parar de lo bueno ambiental que hay en el mundo que cambia sin poder parar, el ecologista que ha querio hacer unos panes sin emisiones y se ha quedao por un imprevisto con las manos en la masa, pero lo volverá a intentar en unos días, y el cocinero, el reforzado en lo solidario desde aquel día, parió su organización al poco y hoy la presenta ya lanzada al mundo, uniendo su ilusión y la de su equipo a ese eje transversal que une lo que comemos a la energía con la que lo procesamos y al mejor futuro para todo lo vivo en este hermoso planeta. Desde el twitter leemos Cambiando el humo de las cocinas. Enseñando a comer más sano y mejor, a ser sostenibles. Ello con el nombre World Central Kitchen, recetas para el cambio desde la cocina humanitaria de José A. Andrés.




Desde Londres Carlos Fresneda, y desde Bullas, Murcia, Manolo Vílchez

Jose Andrés gana el 'Oscar' de la gastronomía en EEUU

El cocinero asturiano Jose Andrés. | AP

Jose Andrés logró el premio de la Fundación James Beard al mejor “chef” del año en EEUU, el equivalente al Oscar gastronómico. El cocinero asturiano recibió el galardón en Nueva York tras imponerse en la recta final a cuatro grandes rivales (Gray Danko, Suzanne Goin, Paul Kahan y Charles Phan).

“Los alimentos son la cosa más poderosa que tenemos en nuestras manos”, dijo el “chef” español en el momento de celebrar el premio. “El uso correcto de los alimentos puede acabar con el hambre en el mundo. Tenemos la responsabilidad de asegurarnos que no sólo nuestra gran nación, sino que el mundo entero utiliza la comida de la manera adecuada”.

Jose Andrés culmina así su carrera en Estados Unidos, iniciada hace 21 años, tras su paso por el Bulli. Su colaboración con Ferrán Adriá le ha llevado precisamente a las puertas de Harvard. El 2010 fue su año más activo en EEUU, con la apertura de dos restaurantes –Jaleo y China Poblano- en Las Vegas y el máximo reconocimiento logrado por Bazaar en Los Angeles. En los próximos meses, su "red gastronómica" llegar'a hasta Miami.

Al frente del ThinkFood Group, y con el Minibar como “bandera”, Jose Andrés ha llevado la nueva cocina española al más alto nivel y ha contribuido a la popularidad de las tapas en EEUU.
Tras participar durante años a la lucha contra el hambre en la capital norteamericana, Jose Andrés dio también el salto global en el 2010 y creó la ONG World Central Kitchen, con una primera “misión” en Haití en el 2010, llamada Solar for Hope y volcada en el impulso de las cocinas solares en el país devastado por el terremoto.

En el 2003, Jose Andrés fue galardonado por primera vez con el premio James Beard como el mejor “chef” de la región Atlántica por sus restaurantes en Washington. El año pasado fue distinguido también con la medalla de las Artes y las Letras del Ministerio de Cultura.

Carlos Fresneda, Nueva Yorok

Casí una mes por la Tierra, conectando con el Sol



Sale mi madre del gallinero casero, lleva 5 huevos de gallinas casi felices, al rato son batidos y mezclados alquimicamente para que la tecnología los convierta en un sorprendente bizcocho sin emisiones. Durante el café, también subido al sol, la TV escupe políticos del siglo XX que no sirven para nada ahora y vomita Fukushima, el drama que sigue y cambiará Japón para siempre, la perplejidad todavía es poca para entender y buscar sentido a la mayor de las locuras de la especie humana, aunque la primera es matarnos todavía con las armas con las que traficamos, tan lejos de una conciencia crítica de especie, que poco a poco se va sembrando. Comparto con mis padres y su vivir humilde, en un lugar para la buena vida, allá donde ganaron por una vez  en la vida la carrera de la fertilidad, allá donde los parieron, allá donde han decidido viajar hacia su final biológico.

Antes del bizcocho con huevos de gallinas no infelices, por Madrid la Ong Cesal tuvo a bien acoger la performance de unas cocinas parabólicas alSol, un humilde horno solar autoconstruido y algunos artefactos para sentir la electricidad solar. Primero en un encuentro de familias católicas, donde con una atención suprema los chavales fliparon aun si tener sol. Luego varios colegios y entidades sociales de la periferia de la gran ciudad, donde mañanas con sol fueron igual a procesado de alimentos para nutrir los sentidos, explicar las vivencias en Haiti e intentar iluminar con luz natural el camino al futuro de la primera generación que no lo pasará tan bien como yo.


Al poco en Murcia, repetición de la jugada, esta vez en la fiesta campera de los ingenieros de la región, allá no faltó menú sin emisiones: vegui fideúa, bizcocho, café y tisanas compitieron con paella suprema vía gas. Dos pinches de excepción, dos estudiantes, dos ciudadanos activistas de Bullas con un futuro especial delante, le echaron al tema valor, el sol acompañó, y la misión de paz cultural, cumplida.



Donde el bizcocho salió, entro otra fideúa y acabó la acción con otro café, mientras José se forraba una vieja cantimplora de aluminio con una funda de esparto por el trenzada, el gallo le daba a su cacareo de vez en cuando, una camiseta del 350.org colgaba secándose por mismo sol, todo un ensayo para un futuro reportaje en la TV autonómica que no pudo grabarse ese día. Fukushima invadió cada disparo de la cámara, como una venganza antinuclear, cada imagen no preparada era para el recuerdo un grito activista, un grito camino de la celebración del Día de la Tierra, durante el tour donde todos los días eran dedicados a ella.


Subiendo con la furgo cargada parada obligada en Benidorm, y con el alSolChef Rene Bijloo, entrega oficial nocturna para test solar del proto de la nueva cocina alsol 1.2 serie Gehrlicher, que ya levanta pasiones por ser lo más avanzado que una humilde microempresa social pone al servicio de eso de cocinar al ritmo de la vida.


Y nada más llegar a BCN, rumbo a la Fira per la Terra, donde del Arco del Triunfo cuelga la mayor pancarta de la historia local antinuclear, y me lo tomo como la meta final de un recorrido por la Paz, todo mu intimo. En el espacio de los solardomésticos repetimos paella, fiduea, bizcochos y café, y  elevamos el menú sin emisiones a nuestro grito radical contra el dominio de unos pocos sobre todos los demás, y contra las fuentes de energía sucias, peligrosas y criminales con el futuro por llegar, contra todos los sinvergüenzas que invaden la política y los campos de la economía  local y global, donde las acciones dañan a otros en cualquier lugar de este hermoso planeta, que si nos espabilamos nos perderemos el poder disfrutar a pleno pulmón, todos.

 


Todos los días son los días de la Tierra, todos los días son los días para una Humanidad que puede si se reta, vivir su incertidumbre en el universo con las mayores garantías de equidad, justicia y libertad, que puede conseguir vivir en Paz. La batalla para ello, ardua, nos espera y no debemos el tiempo  dejar pasar, no hay nada más bello por construir.

Manolo Vilchez

Diez rayos de esperanza en Haití


Reuters

Es fácil, demasiado fácil, caer en las garras de resignación cuando se viven desde dentro las auténticas dimensiones de la destrucción y de la miseria que azotan Haití. "El terremoto hizo que todos los problemas salieran a flote en unas dimensiones mucho mayores de lo que nunca imaginamos", confiesa Jean Succar,de la organización Pure Water for the World. "Nuestro pueblo necesita tanto, tanto..."

Es muy cómodo también encongerse de hombros a este otro lado. Pensar que la ayuda nunca va a llegar. Dar por hecho que la corrupción lo puede todo y que, por tanto, podemos permitirnos el lujo de seguir ignorando a un pueblo donde tres de cuatro habitantes vivía ya bajo la línea de la pobreza antes del seísmo.

Un país donde el saneamiento no llega al 80% de sus habitantes y los arroyos son lodazales de excrementos, infecciones y basura. Donde el 40% de las familias no tiene acceso a agua potable y los niños tienen que caminar de tres a cinco kilómetros diarios con garrafones en la cabeza. Donde el 97% de la superficie está deforestada, y los árboles que quedan tienen los días contados como carbón vegetal, terreno abonado para la erosión, las inundaciones y demás desastres "naturales".
Pero los haitianos pese al 70% de paro 'oficial'- son hacendosos por naturaleza y no pueden quedarse de brazos cruzados. Desconfían del Gobierno y de las grandes organizaciones, pero tienen grandes lazos comunitarios y un espíritu luchador. Los puentes entre la ayuda exterior y los grupos locales mantienen al menos un rayo de esperanza en medio de la desolación...
  • Pure Water for the World. La organización internacional creó su filial haitiana en el 2008 y se ha volcado en el suministro de potable en cisternas a Cité Soleil. Ha lanzado campañas nacionales de higiene en escuelas, hospitales y orfanatos. Ha creado una innovadora fábrica de "biofiltros" en Cité Militaire que garantizan ya agua potable para 250.000 estudiantes en todo el país.
  • Zanmi Lasante. Desde 1978, esta oganización hermanada con la organización norteamericana Partners in Health, ha suplido las tremendas carencias del sistema sanitario haitiano, con clínicas locales y una atención especial a la salud infantil y de la mujer. Su presencia en Haití ha sido vital para combatir la tuberculosis y el sida y hacer frente a epidemias como la del cólera.
  • Handicap International. Más de 80.000 pacientes han pasado por las manos de los doctores y los expertos de este voluntarioso grupo, que ha fabricado gratuitamente prótesis a un millar de amputados y tiene otros tantos en lista de espera. Más de 25.000 pacientes han recibido asistencia psicosocial. Su trabajo se ha volcado últimamente en la formación de personal ortopédico. La asociación ha aportado 21 millones de dólares y 20.000 toneladas de ayuda humanitaria al desastre.
  • Fonkoze. El banco alternartivo de los microcréditos para los pobres organizados. Tiene 200.000 pequeños ahorradores y ha extendido préstamos a 45.000 mujeres. Su radio de acción llega hasta los lugares más recónditos de las áreas rurales a través de sus 41 ramas. Su labor ha sido vital para financiar la reconstrucción de miles de hogares tras el terremoto.
  • Favilek. El grupo creado en 1991 por un grupos de mujeres violadas y maltratadas durante el golpe de estado que derrocó a Aristide, ha pasado a la acción para combatir la violencia sexual en los campamentos. Se ha convertido también en grupo de referencia obligado para reclamar el poder y los derechos de las mujeres haitianas.
  • Konpay. Trabajando Juntos por Haití (la traducción del criollo) es una red de apoyo a grupos de derechos humanos y de defensa de medio ambiente, convencidos de que el deterioro ecológico del país está en la raíz de muchos de sus problemas sociales. Han organizado "encuentros de reconstrucción" en todas la zonas afectadas por el terremoto.


  • Trees for the Future. El grupo con ramificacion en el Caribe ha lanzado una campaña de reforestación en las montañas de Gonaives que pretende replicar en otras parte del país. Intentan poner en marcha planes de agroforestación y acabar con 'ciclo de destrucción' que ha acabado ya con el 97% de la superficie arbolada del país. A partir de mayo comienza una campaña para plantar 500.000 árboles.
  • Habitat para la Humanidad. Con la lección aprendida en el huracán Katrina, esta organización se ha propuesto realojar a 50.000 familias en 5 años (190.00 casas fueron destruidas por el terremoto). Más de 2.000 han abandonado ya las tiendas para un refugio de "transición". El arquitecto Shigeru Ban ha aportado sus diseños da casas de cartón. Arquitectura para la Humanidad ha contribuido por su parte al diseño de siete escuelas y centros comunitarios y ha propuesto una normativa de construcción antiterremotos.
  • Sun Oven y The Solar for Hope. En el ultimo año, Sun Oven, con sede en Illinois, ha enviado a Haití 500 hornos solares y seis "superhornos" de aldea, además de 270.894 raciones de Feed My Starving Children. Convencida del poder de las cocinas parabólica solares para reducir la dependencia del carbón vegetal, el proyecto español The Solar for Hope ha organizado dos expediciones con cocinas fabricadas por AlSol y con el patrocinio del chef Jose Andrés y World Central Kitchen.
  • La ayuda española. Las ONGs españolas han prestado asistencia a más de 140.000 damnificados por el terremoto, según la Agencia Española de Cooperación Internacional. Aparte de las más conocidas, como Médicos sin Fronteras, Cruz Roja, Oxfam o Acción contra el hambre, hay que destacar la labor en Cesal , que ha gestionado tres campamentos para 6.400 refugiados en Cité Militaire, o el trabajo de Solidaridad Internacional en la zona de Jacmel. En la Areguy, Ingeniería sin Fronteras del País Vasco realiza desde hace años un trabajo impagable y ambiciona construir un centro de salud en uno de los parajes más auténticos de la Haití rural.

Carlos Fresneda, Nueva York
Publicado en El Mundo

En el blog:
- Otro Haití es posible
- Haití es un jardín

DESDE PUERTO PRINCIPE

Estar aquí, en un lugar realmente especial, tiene que ver con labores de colaboración técnica con un chef de renombre que vibra con lo solidario vinculado a los fogones y a la comida, y a lo que esa alquimia ancestral produce, procesar alimentos para nutrir cuerpos. He acompañao durante unos días a José Andrés en su búsqueda del mejor lugar para instalar en Haití un espacio donde se prepare comida para ayudar al mundo desde su fundación recién cocinada, World Central Kitchen. En este caso, donde se desarrolle y experimente una enfoque actualizado desde la cocina colectiva eficiente y de alta responsabilidad con el medioambiente y la economía local. Un lugar donde enseñar a cocinar la sostenibilidad en un país que la necesita como el agua y como la necesitamos todos. Desde The Solar for Hope, esa iniciativa de voluntad popular, dos cocinas solares parabólicas y complementos viajaron como equipaje facturable para ser instaladas donde mejor procediera.

La vida energética desde los fogones anhelada por José Andrés en Haití pasa por el uso de tecnologías y combustibles idóneos para la autonomía energética de un pueblo al que llegan desde el exterior casi todos los recursos energéticos que utiliza, con gran dificultad. Pero también es exterior el sol de la fotosíntesis y de la foresta, el mismo sol que ayudará a las gentes de Haití a dar el salto al futuro, pero para eso queda, igual no mucho.

La foresta, que queda poca, y la poca que queda pasa a carbón vegetal demasiado rápido ya que es la fuente principal de las mayorías, es para la energía de lo pobres y desheredados, acicate para una desforestación que esta a punto de sesgar vidas porque escribo unas horas antes de que la antes tormenta tropical y ya huracán Tomas ponga patas arriba la débil situación de un pueblo dolido, y jodido por todos lados. Y es que Haití tiene una historia política moderna que da pena, tiene el dolor de un terremoto donde más duele, en el alma y cuerpos de la gente y tiene la epidemia del cólera que avanza imparable y ahora lo que faltaba, un huracán sobre quizás parte importante de los con techo de lona o plásticos. Si lo coges todo junto, aterra, y la palabra maldición se queda justa. Si te paseas por los entornos, ves un pueblo que quiere vivir en paz, muy posiblemente dispuesto a no abandonarse, si procesarse y salir de esas durezas que marca y rigen la pura supervivencia. Haití necesita todo, necesita casi nacer de nuevo y recibir lo mejor que los demás podamos aportar. Haití somos todos, por lo menos los que sienten que no hay lugar para que la familia humana global siga tan mal avenida.

Estos días, ha tocado inhalar en horas punta cuando nos trasladabamos con privilegio desde la inclinada Petion Ville hacia zonas de Puerto Príncipe, ida o vuelta, dosis demasiado cargadas de insano aire mezclado con partículas de la insalubre vida cotidiana y la combustión de hidrocarburos de una de las flotas más numerosas que he visto en mi vida de 4x4 y otros cacharros que con 20 años menos no los hubieran ni dejado entrar a una de nuestras habituales ITVs.


Todavía me pesan los pulmones, mientras escribo protegido del agua anunciadora de la nueva agresión de la naturaleza. Fuera las calles están llenas de los caretos aspirantes a presidente del país, quedan 3 semanas para votar al sustituto de Preval. La gente no lo tiene fácil para distinguir entre 19 candidatos, 2 mujeres. Los más fuertes desde los polos políticos de toda la historia barrerán con la condición de contentar a la comunidad internacional para que empiecen a llegar los recursos de la reconstrucción, para que comience el reparto del pastel. Por cierto, el Kinam, hotel de culto donde nos hemos hospedado, acoge a cooperantes, periodistas, negociantes y de vez en cuando, huele a mafia, que como en todos los lugares, debe estar tomando posiciones.

El otro día encuentro con Jorge, Jordi y la nueva compañera que gestionan los proyectos de la ong Cesal, que tanto nos apoyo cuando estuvimos aquí cargados de productos e ilusiones de esperanza solar, allá a los tres meses de la ruina telúrica. Nos cuentan los cambios y las dificultades cuando de la fase de superar la emergencia se pasa a la fase de la fustración y las tensiones de la gente local. Nos anuncian sus nuevas acciones de acompañamiento socioeducativo en zonas de barrios muy afectados por el terremoto. Nos hablan de cantinas escolares, y enseguida pensamos que en cada una un sistema de cocción eficiente, ya veremos con que tecnologías, pero uno por cada cole, por favor energético.


En las cercanías del orfanato y dentro de las instalaciones de la ong italiana  Fundación Francesca Rava, quedó depositada para pruebas y valoración, una olla express testada in situ y en desarrollo  bajo la asesoria técnica de Joé Andrés con la empresa española Fagor y una cocina alSol 1.4 con capacitación de un técnico del complejo de instalaciones que dejo tieso de contento a José Andrés, obrador mecanizado de pasta, el famoso horno de los 10 mil panes x día desde el momento siguiente al 12 de enero, el taller de reparación de vehículos y desde el mismo la fabricación de cientos de pupitres para las escuelas que cuidan y promueven, 27 en total.


Hoy tocaba el departamento de acciones sostenibles de la ONU qeu está preparando soluciones  contra el carbón vegetal, pero la alerta roja por el huracán que esta a punto de llegar no lo ha hecho posible, todos movilizados, porque la cosa es seria y quizás muy dura. El cólera con las inundaciones, avanzará su senda de muerte y los perdedores perderán la nada que les queda. Una pequeña cocina alSol K10 queda en custodia con los colegas de Cesal para la próxima estancia del chef.


Llueve, la previsión asusta, me voy a dormir, con el sentimiento de pedirle a las fuerzas de la Naturaleza que sean benévolas con los millones de haitianos que no tienen más que una tienda y cuatro cacharros, para protegerse de sus avatares.
Espero que mañana el Haití que nos conmueve, no aumente su intensidad. 

Manolo Vílchez

ADIOS HAITI, RUMBO A SALINAS, NOCHE EN EL HILTON - SFH 9

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Reedición retroactiva

Dejar al amanecer el hotel Kinan en Petion Ville con el rumor callejero y la continua musiquilla de fondo salida de no se bien donde desde el campamento de refugiados de la plaza Sant Pierre, sólo 20 metros de distancia de un encuentro directo con dos niveles de vivir Puerto Príncipe, le ha dao ese toque nostálgico de las despedidas de lugar, mientras buscábamos una moto taxi que nos sacara de la complejidad de la urbe rota rumbo a la frontera de Jimani. Dos mundos a tiro de piedra, en el hotel periodistas, cooperantes internacionales, y traficantes varios. En el parque varios miles de príncipes y princesas sin posibilidad salvo de humilde cobijo bajo toldo e incierto futuro, pero con unas ganas de tirar palante que es lección de humanidad para el acomodado que esto escribe.

En la caja de la pickup retornan una cocina y cacerolas, mínimos equipos de iluminación y la azada de rueda Heidi de Ecoprac, el destino de ello son equipamientos de Cesal nada más pasar la frontera en República Dominicana. De esta forma desde Solar for Hope unimos simbólicamente a dos países de una sola isla. Antes pasamos en misión especial a indagar sobre el accidente de helicóptero, donde por desgracia, 4 militares paisanos nos dejaron en su ultima misión. Llegamos a Fond Verretes, al lugar donde empezamos con fuerza e ilusión el periplo de 9 días de indagación en la dolida pobreza de millones de seres humanos, en el análisis socioambiental de un país pobre que suma la mayor catástrofe (en victimas) por causa geológica de la historia humana del continente y donde la voluntad solidaria del proyecto Solar For Hope se estrenó y donde José Andrés se puso a los fogones del no carbón y preparando migas con sardinas que dejaron un impacto sensacional en la humildes gentes de la población donde Cesal y Caritas laborean por el bien común.

En el cruce desde la carretera y arranque del valle de Fond Verretes sube a la caja sin pensarlo el que al poco fue uno de los encuentros más intensos de nuestra estancia, Jean Baptiste, nobel músico y mecánico, huido de Puerto Príncipe roto con su familia, con un tono de voz inolvidable y un castellano hablado y agradecido gracias al colegio de la infancia. Acompañó a Carlos donde hizo falta, me ayudo a cambiar la rueda pinchada y comió en el mercadillo con una agradecimiento que tocaba el alma. Una linterna solar de mano en sus manos y un saludo hasta a vista en la salida del pueblo nos despidieron por última vez de ese lugar que ha estado siempre en nuestros diálogos.

Estar al lado de un profesional de la comunicación es una experiencia enriquecedora, la habilidad de hilvanar detalles, sucesos, comentarios para convertirlo en información veraz y útil es un arte, y en Carlos Fresneda un modo pasional de entregar a la sociedad la verdad según sus mirada y su sentir humanista. Su crónica enviada por teléfono ante la falta de conexión puso punto y final a una visita inesperada.

Capturo la imagen del puesto del mercadillo donde un negocio solar anda en marcha, es la recarga de móviles desde panel fotovoltaico a batería de coche y de aquí a la distribución de enchufes y en las posibilidades de dotar este tipo de microemprendimientos con generadores fotovoltaicos como los que hemos instalado desde el SFH. Imágenes durante la bajada de laderas mermas de foresta, alguna columna de humo carbonero de supervivencia y colapso y la imagen imborrable todavía de un chavalín en busca de agua como perdido en un mar de piedras son los últimos recuerdos antes de entrar con inusitada tranquilidad en la frontera, pasar con buen paso por el malpaso (nombre del lugar fronterizo) sin parar viendo el contrabando en barcas de carbón vegetal que no para ya que es negocio pingüe (1 dólar al día para cocinar una comida una familia, en BCN con ese importe se preparan 5 comidas) y hacer lo mismo en la de R. Dominicana y apretar acelerador rumbo a Salinas, donde el retraso de bastantes horas nos inquieta. No pasan 500 metros de la verja que las ganas de encontrar algo de normalidad nos hace reflexionar en voz alta y frenar para proceder a dar media vuelta y volver a tramitar el sellado de pasaportes como mandan la normas.

En Salinas, a unos 100 km, cae ya la tarde y los miembros de la cooperativa de agricultores dedicada al cultivo de frutales (mango, papaya...) en tierras prestadas y apoyada por Cesal a nivel técnico y organizativo, llevan medio día esperándonos. Aparcamos, saludos y salto con la caja de la azada en no más de dos minutos y junto a 10 humanos montamos en un plis plas esa pieza de alta inteligencia para uno de los más loables de los trabajos humanos, generar alimentos desde la tierra, trabajándola con su fertilidad mineral, el agua que la riega y el trabajo y el sudor. Serrat ese día preparaba su esperado estreno en el centenario de ese poeta del pueblo Miguel Hernandez, hijo de la luz y de la sombra que tanto elevo las labores del gremio. Una ayuda a la memoria histórica que no hemos todavía compuesto.

Al poco estamos abriendo surcos de pruebas y no tardan un minuto es estar los cooperativistas cambiando accesorios y sintiendo como un avance y descubrimiento lo que Ecoprac lleva años ofreciendo al desarrollo de la horticultura ergonómica y más eficiente. A mi, como la azada es casi un bici, y debido a mi debilidad patológica por esa máquina con dos ruedas, me cojo a su manillar y aunque solo tenga una como que me paseo surcando la tierra y añorando mi Dahon Curve, a la que tengo unas ganas de montar que no veas. Viva la rueda y los humanos que la parieron.

Entrega de lamparas y linternas, y presentación de una cocina solar que no montamos por horario y que montaremos en Santo Domingo para que retorne lista para la acción. Cesal se encarga de trasladar el training in situ en unos días y los trabajadores de la tierra, parece que la esperan con ganas para calentarse la viandas en esas paradas de laboreo entre mangos, papayas aquí llamadas lechosas (que no tardan en vaciarnos un saco entero para disfrutarlas en dos días una vez maduras). De una de ellas y en casa de uno de los técnicos de Cesal, salen preparados unos batidos que nos trastornan los placeres a mejor.

En Santo Domingo, y en la ruta desde Salinas, vemos y sentimos la enorme diferencia de dos países uno al lado de otro, ya sentida a la ida pero ahora con la vivencia acarreada, más analítico el balance. Cuelgan de vallas y farolas simpáticos carteles de campaña electoral (que nos decimos que habría que recoger como exposición fotográfica, porque el rato que nos han hecho pasar es inolvidable).


Llegamos muy tarde al Hilton, demasiado postín para cerrar nuestro periplo caribeño en busca y servicio social, mañana es el día del concierto Esperanza por Haití y hay que estar frescos, no espera la rueda de prensa y el cubrir el evento, que con música sera una despedida emocional. Mientras caen los tratamientos de imagen, el envío a la redacción de El Mundo, América, balances espontáneos y peregrinos de los días atrás, necesidad imperiosa de ordenar el petate y una cierta nostalgia del hotel Kinan, que siendo mucho más modesto es mucho más valioso que el Hilton frente a la playa.

Manolo Vílchez
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UN POCO DE EMPATIA, POR FAVOR

Cualquiera diría que nos vacunan desde niños contra el dolor y el sufrimiento ajenos

Vengo de una ciudad en ruinas en la que murieron más de 250.000 personas bajo un diluvio de escombros. Vivo en una ciudad que también tembló a su manera un fatídico 11 de septiembre. Tengo aún presente el recuerdo de otra ciudad ahogada hace cinco años, al paso del huracán Katrina...

Y todos los días me sorprendo de que la vida siga alegremente, entre los ecos lejanos de dos guerras que forman ya parte de la tediosa rutina.

La puntilla la ha puesto sin embargo una sola muerte, casi anónima, la del guatemalteco Hugo Alfredo Tale-Yax en las aceras de Nueva York, donde estuvo desangrándose durante una hora ante los ojos impávidos de al menos 25 personas que prefirieron mirar hacia otro lado.

Dicen que la empatía es la capacidad de una persona para participar afectivamente en la realidad de otra. Pero existe también una empatía colectiva que nos hace más o menos partícipes de todo lo que pasa en el mundo, fieles a la premisa que acuñó Terencio: “Nada humano me es ajeno”.

Pues parece que cada vez somos menos “humanos”. Sobre todo en estas sociedades “desarrolladas” donde se diría que nos vacunan desde niños contra el dolor y el sufrimiento de los otros. La consigna, amplificada a todas las horas por los medios, es “vivir como si nada”. Las tragedias dejan de serlo en cuanto pierden actualidad.

Contra todo esto se rebela Jeremy Rifkin en “La civilización empática”, que ha llegado a nuestras librerías con las heridas aún abiertas en Haití y en tantos puntos del planeta. Asegura Rifkin, así le llamen utópico, que la naturaleza humana está cambiando y que en todo caso ha estado siempre más cerca del Emilio de Rousseau que del lobo de Hobbes.

“Los biólogos y los neurocientíficos cognitivos están descubruiendo neuronas-espejo, llamadas de la empatía, que permiten a los seres humanos sentir y experimentar situaciones ajenas como si fueran propias”, escribe Rifkin. “Por su parte, los científicos sociales están comenzando a reexaminar la historia con una lente empática que está sirviendo para descubrir corrientes hasta ahora ocultas”.

“Somos una especie básicamente empática”, concluye Rifkin, que habla de advenimiento de una “empatía global” que podría determinar nuestra suerte como especie en un planeta llevado al límite por nosotros mismos.

Quisiera darle la razón a Rifkin, a quien he tenido la suerte de entrevistar en un par de ocasiones. Pero me preocupa el abismo, cada vez más grande, entre este mundo deslumbrante y falso que hemos creado y ese otro mundo invisible y sangrante que a veces viene a morir en las impolutas aceras por la que transitamos.

Un poco de empatía, por favor.

Carlos Fresneda, publicado en el blog Crónicas desde EEUU de El Mundo

CIELO ABIERTO AL LADO DE CITE SOLEIL - SHF 5

Reedición retroactiva

No ha costado poco encontrar un pedazo de cielo en medio de la pobreza ocupacional que rodea a Cite Soleil, nada más pasar la referencia clave de un puente sobre lo que debería ser un río. Nos ha servido también para descongestionar de Puerto Príncipe núcleo urbano, demasiada destrucción a la vista, demasiados escenarios de dolor pasado y dolor en los recuerdos, demasiado aire sucio, pero suficiente ajetreo humano como para ilusionarse.

Antes, nuestro 4x4 quedo en 0x0 patatero al dejarnos tiraos junto al hospital de Médicos Sin Fronteras allá en el aeropuerto, donde Carlos entrevista y visita, buscando además a ese chaval músico que perdió casi todo y ahora recuperado de lo traumático se dedica a cantar allá donde muchos están en la horizontal, dolidos todavía.

Al cabo de dos horas, tenemos repuesto y ya con un sospechoso 4x1, cambio de cargamento y corriendo a la cita con Sor Pilar.
Un vaso de agua fresca de recepción en el Dispensario de María Magdalena, de las Hermanas de la Caridad ha sido para mi como debe ser lo bendito, algo agradecido y supremo. Sor Pilar se presenta, nos disculpamos por el retraso y con ganas de recuperar todo lo perdido y compensar su espera, José Andrés y un servidor solar nos ponemos a montar la cocina parabólica batiendo todos los records y con destino al lugar mientras van llegando el resto de hermanas, son 5 en total, y Sor María Aparecida, entre suministros hidratantes no para de indagar en lo relacionado con ese artefacto que un mecánico y un chef montan al unisono mientras comparten las cosas de la vida con esas enfermeras confesionales que puestas donde estamos las elevo a lo más alto del servicio a la humanidad. El libro de cocina de Imma Seifert (pdf) que se inlcuye en la caja de la cocina es leído y releído, mientras van llegando preguntas sobre funcionamiento y ventajas de esa máquina que se conecta con el cielo sólo para hacer el bien a la viandas. Hablamos de Navarra y las renovables y de a ver cuando unos de esos molinos se bate con los vientos del lugar, propone una hermana.

Sor Pilar nos cuenta que en 5 años han levantao 75 mil historias medicas, y que no paran, a las 2 de la mañana comienzan a hacer fila los aflijidos, que aquí son todos y no tienen más lugar, con la esperanza de recibir alivio a su dolor, traumático o emocional, de manos de voluntarias de la vida para los demás.
Estamos en el patio interior, nada más pasar la verja, y sale a comentario Telmo, nuestro guía logístico en la distancia, que pasó un mes en la zona nada más romperse Haití, durmiendo muchos días en el mismo lugar donde ahora estamos preparando la demostración solar.

Agua a ebullición y lección magistral de José Andrés, manejo y cuidados trasladados con pasión a esas mujeres que miman y cuidan la vida de los demás. Llegan Carlos y el fotógrafo Jake, y Sor Pilar entra en diálogos, es una de las personas de aquí que están allá que van para el homenaje de Carlos a la superación haitana de los 100 días de la rotura. José Andrés y los niños se lo pasan bomba, les graba en vídeo mientras cantan y a modo de director de una orquesta excepcional, se centra en ello con una pasión muy especial. Al mismo tiempo , explicamos con detalle que es The Solar For Hope, que gracias a personas y entidades hemos podido proveer de tecnologías solares al proyecto y todo mientas entregamos las lámparas y linternas solares, de la que seduce la función de antimosquitos de las de camping, que agradecen valiosamente.

Sigue el material escolar, el saltamontes destaca por lo rápido que trasmite la pasión de los que llegamos hace un rato al lugar y por las posibilidades que tiene para alegrar el conocimiento de los más pequeños, todo el material tiene destino nítido. La caja aislante y los recipientes y una despedida con retorno que al final no pudo ser y quedo en llamada por teléfono. A Sor María Aparecida, nada más editar le envío enlace. Nos faltó tiempo para probar equipos, pero ya me consta que en muy buenas manos dejamos lo que pensamos puede ser una ayuda en ese lugar donde todo, todo tiene un valor especial.

Gracias hermanas, no recuerdo que me llamaran alguna vez hijo de Dios como ustedes lo hicieron, y sintiéndome hijo del azar de la vida, no dudo que hay fuerzas que nos unen a todos, y valores como la compasión y la entrega a los demás de la que muchos tenemos que aprender y aplicarnos, mientras un sistema social injusto requiere toda nuestra fuerza para llevarlo a justo, ético, solidario y equitativo .

Manolo Vílchez
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100 DIAS YA - SHF 10

...de la rotura del caribeño país, y yo hace 3 que regresé de ese viaje a Haití para sentir y actuar en lo imaginado como ayuda eficiente a las gentes de un país que no tiene nada en orden. En la fila del embarque, regresando, en el aeropuerto de Santo Domingo, y detrás mio, 3 mujeres comentan lo que han pagado por las pulseras que se traen encima, una de ellas incluso lanza que lleva la maleta llena. Otra que por 390 euros, 9 días todo incluido, y rememora que se ha pegao un mes de estancia y que repite de aquí a poco y por lo que oigo a las tres, ya están preparando el siguiente viaje a por los placeres paradisíacos de hotel de la República Dominicana. Veo en la fila a los músicos de Miguel Bosé o Alejandro Sanz, no hace más que unas horas había tenido el privilegio de verlos tocar por el sueño proyectado de Juan Luís Guerra con sus amigos de construir un hospital con la recaudación de los dominicanos en el concierto de esperanza para Haiti. Aquella bandera anudada de los dos países de la misma isla y enfrentados siempre, era un real símbolo de esperanza. Unos vuelan para nada útil para el bien común, otros quizás para ayudar a cambiar las cosas, y aun con riesgo de errar, persisten.

Hoy hace 100 días que mucho se rompió para el futuro de Haití, y hoy hace 100 días que Haití comenzó de nuevo. Se rompió, además de por lo telúrico, por la debilidad de sus pilares y el fracaso social de un pueblo con mala suerte y los peores resultados posibles de sus élites dirigentes. Hoy hace tres días que dejamos las calles de Puerto Príncipe, cogimos la carretera rumbo a la frontera de Jimani, y al valle del Fond Verretes, la muerte en servicio nos llevó de nuevo antes de salir del país.

Hoy ha sido el Día de la Tierra y Carlos lo ha dedicado a Haití, como él, yo creo que me he traído conmigo un trozo de esa tierra en mi interior. Ver como el negro carbón ensucia y mata la vida vegetal y es trafico económico puede dar idea de que en Haití todo hay que hacerlo de otra manera, no solo levantar viviendas, hay que levantar una economía solar con urgencia extrema. Las 10 cocinas solares montadas y listas para reducir de todo, allá han quedao en buenas manos, al igual de la iluminación y la carga de baterías que, siendo tecnología, te hacen autónomo y libre, un buen trecho.

El menudo, amable y hábil chófer Pierre no guardaba esperanza alguna con la corte de políticos actuales, a la cabeza un alcohólico y en su mesa una corte de chorizos que el devenir social a privilegiado. Más de 5.000 millones de dolares esperan para invertirse en levantar un país con millones de humanos que quieren trabajar, que quieren vivir donde están, que estoy seguro que quieren celebrar días de la Tierra, por lo menos cuando toca cada año. Con miles he cruzado las miradas, y he visto muchas más ganas de vivir superando las adversidades que las que he visto en la fila del embarque, en el tren que une el aeropuerto con Barcelona y en el metro que se mueve por debajo de ella. No ha sido del todo apacible, el volver.

Leo que de lo poco de Copenhague nada o poco se está haciendo por el clima, como que no hay mucho interés en lo que nos va la vida en juego (si como yo así lo crees), mientras las cenizas de un surtidor telúrico cambia por completo la vida de un continente y anuncia más alteración climática por venir mientras que los negacionistas han tomado a la oposición por objetivo a seducir, para nuestro acompañar a Haití hacia el colapso de los sistemas, más o menos.

Ahora o nunca, es el título que Carlos le ha dado desde su fertilidad creadora a otra crónica en honor a esos 100 días de vida y en base a estos días pasados y vividos con intensidad y aprecio hacia todo lo vivo de esa tierra verde y que podría volver a ser frondosa, de esa tierra soleada con virtud y que podría ser autónoma de sobras en energía ( por esto hemaos estado aquí desde el The Solar For Hope ) y de esa tierra donde el agua cae con sobranza y que podría hidratar suficiente salud humana. Ahora o nunca (pdf), en boca de gente de aquí que anda allá, haciendo el bien, cada uno como sabe o piensa que debe hacerlo. No son muchos porque allá hacen falta muchos más, pero sus elecciones personales son admirables en lo moral y en lo ético. Haití, sin olvidar nunca los otros Haitís rotos por causas no deseadas en todo este mundo, debería ser el laboratorio de la Humanidad para poner de una vez por todas, los pilares, maleables y resistentes, que no cobijen la usura, los vanos privilegios, las jerarquías sucias, los ladrones de todo lo posible de los otros y de la misma Tierra. A los 100 días y a todos los que seguirán, deberíamos soportar un gran cobijo seguro para nutrir y sanar a los vivos y al mismo tiempo construir una sociedad de vida sencilla y suficiencia, de cultura y respeto a la diversidad de todo tipo y condición, porque Haití fue y puede volver a ser un día, un paraíso con sus días para la vida en la Tierra.

Eso si, de todos nosotros depende, aquí con nuestras formas de vida cada vez con menores impactos sobre la biosfera, que eso sea posible.

Gracias Tierra, Gaia, Pachamama, que igual que destruyes sueños y estructuras alojas nuevas oportunidades, ilusión y esperanza para seguir avanzado hacia lo incierto en el universo donde damos vueltas, ...por muchos días tuyos.


Manolo Vílchez
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ARREGY, AGRADECIDOS POR PODER IR . SFH 7

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Los colegas Susana López y Raúl Larriba de Ingeniería Sin Fronteras del País Vasco no han sido menos de 5 veces a lo largo de nuestra amistad que me hablaban de un vallecillo perdido en la montañas de Haití, claro que mucho antes del temblor del cambio. Me hablaron de sus test y formación in situ con hornos y cocinas solares, de la cultura culinaria de este pueblo y de lo interesante de la cocina de concentración para poder servir energéticamente mientras se fríen viandas, de su proyecto de un centro de salud, de unas monjitas muy especiales que localmente hacían lo que podían para ayudar a los perdedores de la zona, todos.

Mientras preparábamos la primera acción sobre el terreno del Solar For Hope, ensayo de cooperación solar realizado por ciudadanos urbanos total: un cocinero, un mecánico y un periodista, Arregy, y sus desviaciones de nombre que hemos manejado, Arreguy, Aregay, etc... siempre estuvo en el listado y las ganas de ir siempre fueron intensas. Carlos lo ubicó como objetivo desde el principio, y con su trabajo de comunicación, allá tenía a uno de sus 5 españoles con sus visiones del Haití post rotura que este fin de semana verán los lectores del papel en El Mundo.

Llegamos a Jacmel, después de dos horas con salida caótica de Puerto Príncipe, y sorteado un puerto de montaña donde la visión del interior de Haití, de su foresta tropical que queda en pie (quizás aqui esta ese 2% que queda) y del aire limpio que necesitabamos como el agua, ha sido supremo regalo. Jacmel sale en las guías como de lo más bonito de la región, playas y puerto de pescadores. José Andrés ha aparecido con dos carretillas llenas de papeo, no es la primera vez.
El carbón vegetal color negro muerte, a sacos y cubillos, la carne llena de moscas, y la habilidad de sortear el gentio con carretillas a toda pastilla, han hecho de la visita al mercado, un flipe total. Aquí la normativa de sanidad es algo que no se sabe que es y si apareciera alguno de los inspectores con los que me he cruzao en ocasiones en ciudades limpias, tendría un shock traumático garatizado.
Como bulle la gente, y como dicen más de tres, es tremendo lo que se podría hacer con un país con 9 millones de emprededores.
Vamos con dos 4x4, la tartanilla comentada en otro post con el fato solar y otro donde van dos fotógrafos americanos y el equipo de prensa del SFH, Carlos.
La pista sale al poco de Jacmel y el bonachón de Oswald, nuestro conductor, se nos pierde más de dos veces hasta que hay que tomar medidas. Yo con la diarrea dando avisos, papel higiénico en la mano por si acaso y unos baches tremendos, vivo una subida a Arregy que nada tiene que ver como con el cielo, vaya, camino de épica. Después de un cruce con indicador, algo no muy habitual y preguntando a todo quiski, llegamos a la cima del valle y resulta que no es, que eran 20 minutos más abajo, bueno, aquí mi estomago ya ha llegao tocao y pensar y vivir la perdida de tiempo y la bajada bacheada me han hecho acabar mareao perdió dando gracias a la vida cuando el cobijo de las hermanas de Madre Laura ha aparecido y un parábola K14 en el jardín me ha hecho como sentirme en casa.

Allá estaban Julian, Elena y Dori de ISFPV, junto a Miguel, Jon e Iker de Lanbi Elkartea, dedicados a facilitar la educación en la zona. Las hermanas Agathe y Lina, varias veces contactadas para los preparativos, nos sientan a la mesa y me tiro de cabeza al arroz, la lentejas y un bandejón de papatas fritas que me hacen sentirme en el paraíso, regado con bendita agua, de marca Fonbella, de la que me miro la etiqueta y me voy a la que se bebe en las tierras de mi cotidianidad por las que me muevo. Aquí, en parte, tiene sentido saludable para un visitante ocasional hidratarse con algo más de seguridad.


No hemos tardao la sobremesa que dos cocinas comenzaban a tomar forma mientras llegaba la tormenta y la alegría iba incresendo. De las cocinas solares parabólicas todos los que andamos locos con ellas sabemos que no es fácil trasladarlas como cultura y acción. Por ello el SFH ha elegido lugares tranquilos con personas multiplicadoras. Mientras el último agua caía de la vertical, un speed de los mios sobre todo lo que representa y para que sirve y como sacarle partido allá donde la energía cuesta mucho, a esas parabolas mágicas, creo que ha dejao a más de tres con ganas de prepararse un ollón de patatas al horno y hasta un bizcocho.

Fotos de retrato para Julian cooperante, que Carlos ha incluido en su repor, médico de profesión y fotografo total, (gracias Julian por las fotos de la entrega de materiales), voluntario sin remedio en causas justas. Fotos y entrevista a la hermanas y diálogos cruzados sin parar sobre el lugar, sus gentes, sus vidas, la energía, los accesos... Un nuevo centro de salud que ya tiene financiación desde la solidaridad de ese país tan verde y tan querido allá por el Cantábrico es en la actualidad la obra magna todavía en plano y con tierra ya comprada que Julian y el equipo de ISFPV aportan al lugar en su planificación, siempre pensando en los jornales que va a propiciar a las gentes del lugar que van a construir su dispensario. Nos ilusiona lo comentado sobre que en el jardín del centro, las cocinas parabólicas cumplirán un papel destacado como sistema para la preparación de la comida de los familiares que acompañarán a sus enfermos, y que podrán conocer in situ las virtudes de no buscar, transformar y quemar tanto negro carbón cuando el divino sol invade esos futuros metros cuadrados.

Tres flamantes cocinas alSol 1.4, dos de ellas montadas y una es caja a la espera del estreno, los correspondientes termo box y una colección de recipientes, han quedao a disposición entregadas en nombre de todos los donantes que se han sumado a la llamada de SFH. Ahora mismo no se si la camiseta de Los Tetes con su cachondo chupete, desde Nou Barris, ha salido en alguna foto, pero no me la quito esto días, están cerca nuestro, su compromiso e ilusión por participar en ayudar a Haití superaba a nuestra propia ilusión. Otra vez los saltamontes de Fadisel y el training a los profes ha causado expectativas ilusionantes, el material escolar donado por Ecoreciclat ha sido recibido y casi bendecido, los bolis de almidón de maíz y las explicaciones de que es eso de los biopolimeros no superan a lo visual de esas forma de mazorca que igual sirve para que los peques puedan imaginar una vida más colorida y sostenible. Ibamos a ubicar la azada de rueda de Ecoprac pero lo hemos descartado por las condiciones peculiares de cultivo, y su destino será finalmente el proyecto de soberanía alimentaria de CESAL, nada más cruzar la frontrera.

Las linternas y lamparas de camping donadas por Carreofur, y el taller práctico de los sistemas fotovoltacios portátiles para cargar móviles y portátiles ha causado sorpresa y agradecimiento, ya que aunque cuentan con una instalación solar fotovoltaica, hay veces que sin saber bien porqué (lástima de las prisas que no me han dejado echarle un vistazo al convertidor) aunque Raúl y Susana y en breve, ya deben tener en su lista de tareas la revisión. La gran mesa del comedor colectivo se ha llenao de voluntad, y si es cierto que puede parecer la cosa un papa noel solar, pero colega, porque no cogía más en el transporte del gran fato. En Arregy hemos doblado la entrega de materiales, faltaría.

Hasta la cafetera que hemos traído para demos y el téster que llevamos para verificar pequeños ajustes allá se han quedao y el electricista del pueblo quizás resuelva la tarea de la revisión de la instalación solar. José Andrés ha empezado a descargar algunas de sus pertenencias mientras se despedia emocionao y con la petición de las hermanas y los cooperantes al unísono de una preparación de comida solar con su toque especial de chef. Demos tiempo.

Los fotografos van y han ido a la suya y antes de llegar atormentan a Carlos con lo díficil del retorno si hay tormeta, y tal y cual, Carlos esta a punto de mandarlos a la ...playa, me cuenta. Sus prisas me agobian y yo los mando directamente a uno lugar menos agradable. Meterme prisa mientras doy el el tallercillo de iluminación solar es parecido a un atentado.

Se marcha el primer buga de creativos, y me quedo con Oswald al que no le arranca el coche, ¡¡ Haití, Haití y las ganas de apoyar la economía local contratando tartanas ¡¡ y aparecen al momento Jon e Iker de Lanbi Elkartea con la batería del 4x4 del proyecto, que llevan 7 años conociendo el lugar y que si no fueran de tez blanca pasarían por locales sin dificultad. Primera reparación. Despedida y al rato, a los gritos de Oswald y en una pendiente tremenda, no tardan en parecer con su 4x4 y cargaos de colegas locales para cambiar de nuevo la batería, arrancar, y seguir. Mientras estamos allá una llamada anuncia que el primer buga se ha quedao tirao pero con el motor roto. Pobres fotografos y menuda aventura. Llegamos y el chofer anda con la bomba de la gasolina, al rato arranca y le damos besos en la frente, la noche más oscura imposible y pillo a José Andrés con los locales pasándoles desde su mac uno de sus repor en la TV. Aquella escena de nuestro coche que no se puede parar, del otro que sale pa lante porque el conductor es mucho más que eso en habilidades, la improvisada pantalllas a colores y los tres vascos como por su casa, hacen que sea magia lo que si estuvieramos solos sería cangelo total.

Foto a los tres que nos acompañan hasta el asfalto, visto el panorama móvil. Iker me cuenta que son y como funcionan la hermanas de Madre Laura,. Llegan al lugar más necesitado, están 20 años de media hasta que generan comunidad y servicios, entregan todos sus bienes y se marchan al siguiente. Yo ateo sin remedio, y viendo la bondad de estas religiosas católicas en acción directa, dejo que entre una parte de su credo a mi alrededor, valorando como heroínas a esas mujeres que dejan todo para entregarse al servicio de los perdedores. Quizás en Arregy no sean 20 años, quizás sean muchos más. Nos sorprendió la pista y unos tramos empedrados, obra es de las gentes de Lanbi, (enlace a su último informe y web) que están moviéndose para que los 5.000 m2 cuadrados que quedan, generen empleo local y mejoren ese acceso sólo para 4x4, que aquí si que tienen sentido.

Llegar al hotel y meterse debajo de la ducha ha sido como un regalo, aunque el más preciado es sertirse parte por unos días de este país único.

Manolo Vílchez
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ABRIGOS, JORDI Y TRES COLEGAS HASTA EL FINAL - SFH 6

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Un abrigo es un recinto vallado donde los que perdieron sus casas viven como pueden bajo toldos soportados por estructuras livianas, o simples tiendas de campaña. Jordi Bach coordina desde CESAL los de Puerto Príncipe, y con el jetlag encima nos ha dedicado más de medio día a visitar los espacios donde 6500 haitanos reciben lo básico y viven lo vital de la mejor forma.

Una ingeniera dirige a un equipo de encofradores de palets y tableros, otros abren la zanja de drenaje para la evacuación de la mucha agua por llegar, un niño demasiado pequeño limpia con tesón la vajilla de aluminio mientras una madre peina con delicadeza el pelo de su pequeña.

Los Solar for Hope hemos llegao al lugar y antes de que recibiéramos posiciones teníamos una de las dos cocinas en fase de montaje a toda vela.

Jordi dirige desde el inicio la fase de emergencia y estar a su lado y ver como lo aprecian dice mucho de su trabajo y compromiso social. José Andrés le emplaza a que se piense la posible ubicación de una espacio de comida con cocinas solares directas. Mientras presentamos ante el comité central del abrigo, los responsables de la seguridad del recinto y los profesores más lo interesados del lugar que es eso del Solar For Hope, quien y como se han pagado, porque dos ciudadanos y un reportero en misión especial hemos traído dos metros cúbicos de paquetes donde cocinas y sistemas de iluminación solar junto con material escolar le vas a ser explicado y entregado para el mejor uso colectivo que le puedan dar. Mientras, la primera cocina vaporiza agua, la segunda espera para su montaje al final. Entregamos el sistema solar fotovoltaico de un panel doble en forma de maletín donde salen 6 enchufes de mechero de coche para conectar en ellos los mismos machos que lamparas tubulares del leds. También un sistema autónomo para cargar baterías de móviles y pequeños aparatos o inlcuso una bateria de alta capacidad y facilitar iluminación directa. No pueden faltar las linternas a manivela y solares, y las lamparas de camping, todo donado por Carreofur y entregado a equipo de seguridad de los abrigos. El material escolar a base de libretas, lapices y maquinetas junto a bolis de almidón de maíz me han hecho sentir a Miquel de Ecoreciclat muy cerca, al igual que a Lluis de Fadisel con esos saltamontes solares que causan barullo y sorpresa allá donde aparecen, y aquí con destino a los educadores. Las tres lámparas de mesita van rumbo a la oficina, solares siempre, faltaría.

No ha sido pocas las preguntas lanzadas sobre las cocinas solares parabólicas y la verdad es que nos parece que las van a usar y mucho. Al poco, y despedido el personal mientras las monjitas comenzaban sus rezos, 6 colegas nos hemos puesto manos a montar la segunda máquina, y entre como se llamaba en castellano el efecto de la reflexión solar y como en creole, se nos ha echao la noche encima. Noel Jean Beret, músico, Louis Jean Fefny, profesor y Teifont Widni, mecánico, han hecho que el montaje de la cocina fuera de lo más emotivo, por estar donde estábamos, por sus impresiones sobre lo importante que es para el medio ambiente del país que aman y para sus gentes el uso de la energía solar que han conocido con algo más de detalle esta tarde.

Ya de vuelta al hotel, con un coche hecho trizas, veo como la noche complica la vida y en la puerta de uno de los abrigos, los cascos azules aparcan para dar seguridad. Dentro, más de 30 luminarias tan íntimas, estarían iluminando la noche de los amigos haitanos.
El retorno ha sido, de satisfacción.

Manolo Vílchez
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LA POSICION 646.320.557, PRIVILEGIADO SOY - SFH 3

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Estar inmerso en Puerto Príncipe, en Haití, mirando, sintiendo y trabajando para un mundo mejor ha sido un acicate para irme a medirme en eso de lo rico que soy y resulta que de los
6.600 millones de humanos soy el rico nº 646.320.557, osea que estoy entre 11,27% del top de los afortunados. Por lo tanto interpreto que detrás de mí, quedan unos 6.000 millones que no cojen del gran buffet de la tierra más de lo que cojo yo.

Aquí, donde millones de humanos quizás mueran sin haber llegado a un euro al día nunca jamás, sentirse parte de sus desdichas es inevitable. Una vez que sabes por una simple regla de calculo que eres un privilegiado total, puedes llegar a imaginar como seria el repartir lo finito de este planeta entre el número de humanos y lo trillones de las otras especies. No tardas mucho en darte cuenta de que en sostenibilidad y equidad, los perdedores nos ganan a raudales. No hay futuro inteligente sino comenzamos ya a coger lo justo, a compartir lo finito y a recibir del sol millones de veces la energía que necesitamos para sobrevivir en el universo lo que nos quede.


Te recomiendo te midas y posiciones en la Lista de la Riqueza Global, y al poco imagines el gran buffet de los recursos finitos de la Tierra, en él está todo lo que esta maravillosa bola genera, todos los artefactos, alimentos, agua y combustibles fósiles... Ponte delante de él, después de medido, estarás cerca más o menos de mi posición, ...tengo ipod, portátil, vuelo lo justo por los cielos, pero vuelo, tengo dos bicis y un trabajo donde me realizo, gano 1300 euros al mes, que nos son limpios pero así me los cuento por 12 meses al año... por lo tanto imagina la gran fila donde están todos los humanos, uno detrás del otro, yo desde el 600 millones tengo buffet para reventar. Una cuestión te lanzo, antes de ello, de ese privilegio que tu y yo tenemos de coger cuando todavía queda algo te planteo reflexionar, girar la cabeza a tu derecha, llevarte la mano como visera, e intentar localizar al último de la fila humano, quizás entenderás porque muchos Haitís son lo que son porque no podrán coger casi nada, a este paso, jamás. Pon detrás del último humano, a todos los miembros de las demás especies, bueno, ya mucho antes de llegar aquí igual te has quedao sin apetito.
Gracias Jim por tú Simplicidad Radical

Manolo Vílchez
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