Pensamos y sentimos que por qué no lo imposible en tiempos ordinarios se puede convertir en factible en tiempos extraordinarios. Los ejes políticos y economicos, se manejan por una minoría hija predilecta del capitalismo. Indagar en la construcción de la resiliencia, reencontrar valores no rentables para pocos pero vitales para los muchos, anhelar un mundo sin perdedores, escribimos sobre personas y organizaciones que estimulan a cambiar hacia un mundo mejor. Carlos Fresneda y Manolo Vilchez
Hace ya algo más de dos años, 150 ciudadanos se hacían la fotografía después de la asamblea constituyente de la cooperativa Som Energia,
parida en Girona, nutrida por ciudadanía activista catalana y lanzada
desde ese día al más allá. Hoy somos más de 7000 socios y socias esturreaos
por toda la Península Ibérica y Archipiélagos, y, según me dicen, pocas
cooperativas han crecido tanto en participación en el espacio/tiempo.
Seguir a @SomEnergia por Twitter me
genera momentos de pasión energética cada vez que se lanza el nuevo
número al alza de contabilidad de ciudadanos que han dao el salto a
socias e incluso me he atrevío con porras, la última, y viendo el
panorama de este país tan necesitado de regeneraciones, fue de 12.000
pa' fin de año, ¡¡toma ya!!
En Som Energia, existe algo más que el anhelo de un sistema energético seguro, limpio, democrático... intuyo.
En
aquella primera foto de familia está representada la tipología base de
la gran familia humana, hay adultos de multiples profesiones, hay
jóvenes preparándose y hay hasta recién llegaos en brazos de sus
progenitores, hay gentes locales, y hay gentes llegadas de lejos, todos
en aquel entonces ya activos en el camino hacia un nuevo sistema
energético.
En aquel momento, Girona, y el resto de territorios de
un país con presunta marca, estaba patas arriba, hoy todo está a punto
de reventar, ojalá que con el efecto de un tsunami positivo que solo
aparte a zona controlada toda la basura y taras de un caduco sistema que
toca sus límites y donde petan, día tras día, una tras otras, casi
todas las alarmas. Mucho dolor y temor acumula la base del sistema,
siempre ha sido así, pero ahora no solo duele sino que agita, y da la
sensación de que todos queremos ser más sistema, pero con otro perfil
del actual, en el que ahora nos mantenemos regulados por el derecho
romano, como dice el activista Enric Duran, y como digo yo, tan caduco
que apesta, antesala de un mundo que acaba para reiniciarse en todo lo
preciso en una nueva era incierta pero tremendamente emocionante.
Oye,
lo de “esturreaos por el territorio” es buscando un símil de mancha de
aceite del bueno, porque estos días la foto del inicio estaba
representada por casi 40 socios llegaos en representación de los grupos
territoriales y consejo rector de la cooperativa. Gestionar el
crecimiento ha sido el objetivo, debatir, sugerir y pensar cómo hacerlo
mejor ha sido el trabajo.
Algo más de dos años después, Ana Marco,
que coordina el desarrollo de la red de grupos locales/territoriales de
todas las regiones autonómicas ha realizado animación para que entre
los posibles, ciudadanos gallegos, los vascos, los navarros, los
balearicos, los andaluces, los murcianos, los riojanos, los valencianos,
los catalanes en su territorio, la siempre dispuesta Barcelona, le
dieran a las ideas durante un intenso fin de semana.
Poco días antes, en un visita a la sede de la coope en Girona, Marc Roselló presenta a Som Energia.
Ya en la reunión de grupos locales, donde tuve la gustosa
satisfacción de representar por sustitución al coordinador del que a mí
me toca como socio, el de Murcia, Ana Marco comenta las labores de los
grupos donde todo socio puede integrarse.
Y Adolfo, socio y partícipe en el grupo local de Madrid, comenta
sobre lo que hacen y su alta valoración de una herramienta
extraordinaria de la cooperativa, la plataforma online que ha comenzado
su rodaje hacia el futuro con fuerza y que es un servicio más para
socios, con wiki, espacios para grupos, foros de discusión sobre temas
afines, en definitiva, es la que será en breve un espacio de servicio
publico para todas las ciudadanas que queremos cambiar, con prisa y sin
pausa, un sistema sucio, fósil y nuclear, a otro limpio, democrático,
soberano, y mucho más bonito, donde la principal energía somos ya tu,
ellos, yo, aquellos, casi 7.000 ciudadanos en estos momentos. No lo
dudes.
Anda, mira lo que organizamos el 23 de marzo en Bullas,
si sientes, o incluso no lo sientes, que la energía está en nuestras
manos, que somos parte del mejor sistema energético… ¡¡tas invitá!!
Y resumiendo, no dudes en ser sistema, hacerlo juntos nos hará libres.
Comienza su andadura la primera cooperativa de ámbito estatal para la producción y consumo de energía renovable
Estás leyendo esto al poco de implantarse una de las grandes subidas del coste en la factura eléctrica, y es muy posible que seas uno de los 16 millones de electrificados (contador contratado) que debe contribuir a enmendar el déficit tarifario y saldar cuanto antes la lacra de la deuda que un complejo sistema de producción y comercialización acumula, es decir, compramos todavía la electricidad por debajo de su coste de producción. Esto no afecta a los inversores que reparten sustanciosos dividendos cada año, pero si incluyéramos en el precio de la electricidad los costes ambientales y sociales del carbón y el gas y si hiciéramos lo propio con la herencia de alto riesgo de todo lo nuclear, el precio del kw eléctrico no tendría nada que ver con el que ahora pagamos.
Para situarnos en nuestro modelo de producción y suministro de electricidad, las facturas que recibimos nos aportan la información con gráficos de pastel que dicen mucho de dónde estamos. En ellos vemos cómo está constituido el sistema eléctrico estatal, y por fin el origen de fuentes renovables gana la carrera –casi el 28% viene de ellas–, aunque siempre un gran cupo ha estado presente porque se contabilizan como renovables las grandes presas hidroeléctricas. Podríamos incorporar como sostenible el 11,5% de la electricidad procedente de la tecnología de cogeneración, donde una pequeña parte es de alta eficiencia, es decir, aprovechamos generalmente el calor de los procesos industriales para mover turbinas eléctricas y, de aquí, a la red. La parte sucia del pastel lo aporta la realidad energética que genera cambio climático, riesgo nuclear y peligrosa dependencia. Sumadas, ganan a la parte más limpia: es el 60% de la generación eléctrica y casi en su totalidad viene del exterior (la arriesgada nuclear aporta un 19%; el fuel no llega al 1%; el carbón, más del 12% –contando el muy malo que tenemos aquí y el también malo traído de más allá del quinto pino–; y el gas llamado natural –pero que es fósil y viene de Argelia y ha subido un 20%– aporta algo menos que la suma de las renovables.
Ante este panorama, la cooperativa Som Energia surge con modestia pero con fuerza para intentar cambiar el pastel y que la producción de electricidad sea más saludable, de mejor calidad ambiental, con más garantías de autonomía y con mejores resultados para la economía local. Som Energia va a producir y consumir electricidad procedente de fuentes limpias y renovables, además de querer inspirar a la sociedad a que tome las riendas de esa parte vital de nuestro sistema social, la energía que lo mueve todo. Claro, puede parecer casi utópico pensar algo así mientras las compañía eléctricas son tan grandes y poderosas, que permiten que los jeques esquíen en el desierto o que British Petroleum (BP) y otras se escaqueen de sus derrames. Pero resulta que el anhelo y los objetivos de la reciente e innovadora cooperativa lleva ya años impregnando de realidad a otros cientos de miles de ciudadanos europeos que obtienen su electricidad del viento eólico, el gas biológico y el sol energético.
El pasado 11 de diciembre, en Girona, ciudadanos y ciudadanas (los promotores y los recientes socios) reunidos en asamblea constituyeron la entidad en un ambiente de ilusión y positiva energía humana. Allá estaban los primeros inversores populares de una fórmula que cambiará el pastel energético: cualquier ciudadano se puede unir aportando 100 euros al capital social, y desde hace ya un tiempo se trabaja para que todos los miembros de Som Energia con contrato de suministro de electricidad puedan pasarse a comprar la energía verde que la cooperativa gestione en unos meses, como puente comercializador en el mercado liberalizado que nos ampara. Es decir, intermediar con productores de energías renovables para comercializar de forma garantizada la electricidad que generan y seguir con inversiones propias pasando a ser partícipes directos en sistemas generadores de energía verde.
Es tanta la ilusión que me parece oportuno dar voz en estas páginas a algunos de los ya casi 600 socios y socias para que nos expliquen sus sentimientos y visiones. "Actualización a 20 de febrero: 484 socios y socias de 771 solicitudes."
Josep Puig, vicepresidente de Eurosolar, Asociación Europea de Energías Renovables: “Siento una gran alegría al ver cómo centenares de personas están interesadas en ser ciudadanos activos en la generación de energía, abriendo con ello una puerta para que podamos democratizar energéticamente nuestra sociedad. Som Energia representa una esperanza real después del periplo para materializar una organización que permitirá en breve la comercialización de electricidad verde e inversiones en generadores de energía renovable desde el punto de vista y gestión cooperativo, como ya se hace alrededor del mundo.”
Isaac Rodó es el más Jovén cooperativista. Con 28 años, está acabando su formación como ambientólogo. Además, es el primer secretario de la entidaddesde el flamante consejo rector: “Vamos a cambiar el modelo energético con un cambio de modelo social entorno al consumo eléctrico. Anhelo el crecimiento de la entidad, que se vea que es posible generar la electricidad, esta vez limpia, a precios similares del mercado.”
Gijsbert Huijink, el 'profe' animador de la constituida Som Energia después de un año de trabajo, comenta su satisfacción al comprobar el apoyo masivo a la idea. “De aquí a un año, esperamos que la cooperativa supere los 1.000 socios. Ahora comenzaremos a trabajar con el primer producto, la posibilidad de ofrecer a los socios la comercializaciónde electricidad verde por la fórmula que técnica y jurídicamente cumpla los requisitos de calidad y seguridad que perseguimos.”
La energía motora de la cooperativa se impulsó a partir de una convocatoria por email de este energético profesor de economía ambiental en la Universidad de Girona a 120 alumnos y exalumnos. “Después realizamos el análisis de la situación y nos preguntamos por qué aquí no era posible consumir electricidad verde de verdad, desde la comercialización de productores externos o por medio de generadores propios, como en otros países ya ocurre.” Una docena de los convocados decidieron poner su tiempo y profesionalidad en las distintas fases del proyecto. Todo se gestiona desde una pequeña oficina de 18 m2, alquilada en la propia universidad, donde la austeridad es la garante desde el inicio. “Cuando vayamos creciendo, iremos profesionalizando y adecuando las labores. De momento, todos trabajamos de forma voluntaria.”
Núria Palmada, ingeniera industrial, vecina de la cercana Banyoles, asume los cargos de responsable de la búsqueda de recursos y vocal. “Mi deseo es que de aquí a un año seamos 2.000 socios, la comercialización esté funcionando y se trabaje ya en los primeros proyectos de inversión de generadores propios de la cooperativa, y ello marque como posible el cambio hacia un modelo energético más limpio, sumando todas nuestras energías colectivas.”
Josep Maria Corretger, el más veterano de los socios, con 71 años, 35 de ellos de profesor en la Escuela Superior Politécnica en temas energéticos. “Acabo de jubilarme y he encontrado en la cooperativa una posibilidad para darle continuidad a mi pasión por promover y dar a conocer el valor de las energías renovables. Estoy convencido de que la iniciativa animará a otros colectivos de base a crear movimientos que ayuden a mejorar este mundo hacia la sostenibilidad.”
Núria Robledo, ambientóloga y vecina de Barcelona: “Participé en el arranque de forma activa, y ver el paso de 5 a cientos de personas está siendo emocionante y espero que podamos cumplir los objetivos básicos, crecer de forma sostenida y que más ciudadanos se involucren”.
Entrar en la sala de la primera asamblea y sentir la energía positiva de los partícipes era garantía suficiente para imaginar que ya es posible formar parte de una ola de consumidores responsables y conscientes de un nuevo espacio de transformación del sistema energético actual, construyendo otro limpio, justo y sostenible. Una revolución pacífica.
A continuacíón un gran reportage emitido en la TV de Catalunya en octubre de 2011, que recoge la esencia de Som Energía y anima a cualquiera a formar parte de esta ya realidad colectiva.
El contador inteligente que tenemos instalado en casa mide los vatios eléctricos que consumimos en el momento, los suma, me los convierte en emisiones de CO2 multiplicándolos por un factor y hasta indica el coste económico de lo gastado. A primera hora, cuando paso delante del lector y coincide que el compresor de la nevera no está activado, tengo momentos de placer energético, es decir, veo a cero temporalmente el consumo. También hay ocasiones en las que miro la foto colgada en el recibidor de la Ola Solar del Mercado del Carmelo, justo debajo del documento oficial donde se dice que haber invertido 1.000 euros en una participación me convierte en un microempresario inversor de la energía renovable y la economía solar. Allá se producen, por mi aportación, unos 150 kW al año de electricidad verde, limpia y dulce. No entiendo cómo hay gente que ve todavía la producción con energías renovables y limpias como un problema, estando el planeta tan caliente y contaminado por el humo de los petrofósiles.
Pero bueno, ahora hay noticias electroverdes que pueden darnos buena tensión, mientras actuamos desde casa y soñamos despiertos. Es posible cambiar el pastel de la producción energética, ese que en colores recibimos en la factura eléctrica. Bajar los que generan cambio climático y tóxicos radiactivos y aumentar los generados sin ensuciar, esa es la cuestión. Estos electrones son los que podemos ir a buscar al mercado desde el 1 de julio, contratarlos y sentir cómo llegan a casa desde algún campo eólico, fotovoltaico o termoelectrosolar. Porque la nueva regulación permite, desde esa fecha, contratar el suministro de energía con cualquier comercializadora. Y como consumidores podemos, por tanto, elegir aquella que apueste por las renovables, mejor al 100%
Mi recomendación es estar atento al análisis crítico y constructivo que realicen desde Greenpeace en esto de la electricidad verde para evitar 'trolas'. Un informe anterior aclara cuestiones. Y si te planteas cambiarte ya a la comercializadora que mejor parezca que haga las cosas, la que dice que pone en el mercado los kilowatios verdes y limpios procedentes de las empresas productoras de energía renovable es Gesternova, aunque hay algunas dificultades para las mayorías, es decir, los ciudadanos domésticos con menos de 10Kw contratados de potencia, pero dicen que están en ello.
Ilustración de Luís Parejo Votar por el sistema de producción energética que deseamos desde el contador de casa es emocionante. Lanzo una apuesta a la primera comercializadora que haga las cosas bien. Si entre la suma de todos le agotamos su oferta verde... ¿Qué harán las menos limpias? Pues a lo mejor corren a a buscarnos diciéndonos que cambian a toda pastilla para tenernos contentos.
Sigue quedando un problema de fondo y es que pagamos poco por la electricidad, menos de lo que vale producirla. Y eso nos lleva al despilfarro. Mientras no lo asumamos, no tendremos un sistema eléctrico basado en la inteligencia y la justicia. Debemos ser valientes, eléctrica y ambientalmente hablando. Gana la vida en la Tierra.