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La primavera de la transición























                        Los integrantes de las iniciativas de Transición en una charla. | E.M.
  • Ya hay unas 40 iniciativas de Transición funcionado en España
  • En Mijas se han creado 'microhuertos" para dinamizar la economía local
  • Los huertos comunitarios han posibilitado el mercado local de granjeros

Desde el albergue Entrerríos, en Mijas, pueden verse aún los efectos devastadores del incendio que se inició en el Barranco Blanco y que arrasó más de 8.000 hectáreas de la serranía malagueña en pleno agosto. Pero las lluvias del otoño y el invierno han devuelto el verde esperanza a la naturaleza. La primavera estalla con todo su esplendor y las brasas del verano son ya un mal recuerdo, a los ojos de un puñado de entusiastas de toda España que han bajado hasta aquí este fin de semana para imaginar un mundo mejor.

"Estamos en la auténtica primavera de la transición", asegura Javier Zarzuela, venido desde Zarzalejo (Madrid), el grupo anfitrión del Primer Encuentro de Iniciativas de Transición hace exactamente un año. "Desde que nos juntamos por primera vez, el terreno está más que abonado. La temperatura ha subido y eso ha permitido una auténtica explosión de ideas en toda nuestra geografía. Hay un gran anhelo de cambio y muchas ganas de pasar a la acción".

Unas 40 iniciativas de Transición están ya en marcha en todo el territorio nacional, de Andalucía a Galicia, de Madrid a Cataluña, del País Vasco a Murcia. El movimiento fundado en el 2006 por Rob Hopkins y Ben Brangwyn en Totnes, al sur de Inglaterra, cuenta con más de mil grupos en todo el mundo y se ha propagado en nuestro país por pura "polinización" en tiempos de crisis.

 

Sueños que se cumplen

Las monedas sociales, los bancos de tiempo, los grupos de trueque, los "reciclamercados", el emprendimiento social, la permacultura, la bioconstrucción, el decrecimiento energético, los huertos comunitarios o las cooperativas de energía renovable son algunas de las manifestaciones concretas de ese deseo común de "transición" hacia una nueva realidad social y un modo de vida más en sintonía con el planeta.

"Cada grupo tiene propia receta, aunque hay ingredientes que todos compartimos y que son vitales para que el trabajo colectivo acabe teniendo una aplicación práctica", advierte Juan del Río, fundador de Transición Sostenible en Barcelona e infatigable impulsor del movimiento en España. "El encuentro de Mijas está centrado en la puesta en común de todas esas herramientas que están posibilitando el cambio desde lo local. Queremos ser también el punto de encuentro de las iniciativas que están surgiendo en todos los campos y que hasta ahora no estaban conectadas: el paraguas de la transición es muy amplio".
"Cada grupo tiene propia receta, aunque hay ingredientes que todos compartimos"
En Mijas, las energías se han volcado en la iniciativa de "microhuertos" que pretende recuperar la esencia agrícola del pueblo y dinamizar al mismo tiempo la economía local. "El siguiente paso es el mercado de productores locales, de kilómetro 0 y sin intermediarios", nos informa Susana Cortés, del grupo local de Transición. "Llevamos poco tiempo, algo más de un año, pero notamos un interés de la gente cada vez mayor. Aunque ya sabes lo que cuesta cambiar las cosas, y lo fácil que es pasar de la euforia a lo momentos en que te vienes abajo. Por eso es tan importante sentirte arropado por el grupo".

Susana Cortés soñó hace un año que el segundo encuentro nacional iba a ser en Mijas y aún le cuesta creer que más de un centenar de 'transicionistas' se hayan materializado en el albergue Entrerríos. Con su experiencia como 'cuentacuentos' dio a su manera la bievenida al nutrido grupo: "Soñar para realizar... Creo que ése es un elemento que nos une a muchos. El futuro se empieza a construir en el presente, y hay que tener muy clara esa visión hacia la que queremos caminar".

En Coín, donde se fundó en el 2009 uno de los grupos pioneros de la nueva transición, el futuro está más labrado. Allí circula ya el 'coín', la moneda social autóctona (aprovechando la coincidencia con 'coin' en inglés). Hace dos años se celebró la feria de energías alternativas, con despliegue de cocinas solares, calentadores artesanales y demostraciones de bioconstrucción. Los huertos comunitarios fueron la semilla del mercado local de granjeros, con 30 puestos que pronto traerán hasta el corazón del pueblo lo mejor de la cosecha local...

 

La semilla de la sostenibilidad

"Estamos en un momento ideal para experimentar y probar cosas nuevas", asegura Ana Blanco, ex consultora de informática que ha cambiado totalmente de 'chip' con Coín en Transicición. "Los Ayuntamientos están endeudados hasta el cuello y no les puedes pedir dinero. Pero si les presentas un proyecto de coste cero, que trate de aprovechar mejor los recursos de la población, te van a respaldar sin duda".
"No nos basta con poner en marcha las ideas, tenemos que celebrarlas con el corazón"
"Al principio nos veían como un grupo de alternativos y extranjeros", reconoce Ana Blanco. "Pero han visto que las ideas pueden funcionar en beneficio de la gente del pueblo sin un coste adicional, como ha pasado con el mercado. Ahora estamos volcados en una plataforma de recuperación de recursos, haciendo inventario de todos los locales y recursos que tiene el pueblo y que no se utilizan, e intentando conectar esa disponibilidad con emprendedores y con gente joven con ganas de hacer cosas".

La regeneración económica es otra de las piedras angulares del movimiento de transición que arrancó como respuesta desde lo local al cambio climático y al pico del petróleo y ha ido adaptando su mensaje a la nueva realidad. Grupos como Slow Energy, trabajando por un nuevo modelo energético, intentan facilitar precisamente las herramientas para hacer posible la transición.

Slow Energy acudió a la cita de Mijas y también estuvo recientemente en del Día de la Energía organizado por Zarzalejo en Transición, uno de los grupos más activos de la Península. Javier Zarzuela trajo hasta la serranía malagueña la fructífera experiencia de Agricultura Sostenida por la Comunidad (CSA) en la que participan 24 familias del pequeño municipio a la vera de El Escorial, donde pronto circulará la 'mora' como moneda social.

"La transición consiste sobre todo en hacer y celebrar", insiste Javier Zarzuela. "No somos grupos aburridos de gente que se sienta para hablar y hablar. Todos los pasos que damos los celebrarlos con comida, con baile, con canciones... No nos basta con poner en marcha las ideas, tenemos que celebrarlas con el corazón. La creatividad de grupo encuentra su mejor expresión si reclamamos ese espíritu lúdico, que nos va a dar energías para seguir imaginando ese otro mundo posible".

Carlos Fresneda |  Londres
Publicado en Ideas ante la Crisis de El Mundo.es

Verde que te quiero, Londres



Fotos: C.F. 

Mark Ridsdill Smith quería cultivar como casi todo el mundo: horizontalmente. A falta de espacio en casa, pidió que le cedieran un terrenito público en el noroeste de Londres, pero le dijeron que tendría que esperar 40 años hasta que quedara un "allotment" vacío. Así que decidió empezar por el balcón y por las ventanas, y seguir luego por las parades y por los voladizos, hasta completar una auténtica granja vertical, capaz de producir el equivalente a 1.200 euros en el cesto de la compra en un año...
"Imagina que todos fuéramos capaces de cultivar del 5% al 15% de nuestra comida en casa. No parece mucho, pero el impacto sería tremendo. Ahorraríamos mucho dinero y comeríamos más fresco y sano. La ciudad se llenaría de vergeles comestibles en los lugares más insospechados. Se crearían increíbles conexiones con la naturaleza y entre la gente".
Hace siete meses que Mark cambió su huerta colgante de Hampstead por la campiña inglesa. Pero la ciudad le sigue reclamando a lo lejos, y es precisamente ahora cuando empieza a recoger la semilla con su curso itinerante y práctico: "El arte de cultivar en los pequeños espacios".
   










 Los vergeles verticales de Mark Ridsdill Smith han sido uno de los grandes reclamos de la Green Fair de Londres, que acaba de cumplir 20 años. Tras una semana de lluvia casi incesante, el sol acudió a su cita con las últimas tendencias verdes en el espléndido Regents Park, rivalizando con los 208 jardines privados que abrieron sus puertas al común de los mortales en la intrincada geografía londinense.
De Brixton, al sur, vinieron Carina Milltson y Rowena Ganguli. Las dos crearon en el 2009 The London Orchard Project, con la misión de llenar la ciudad de árboles frutales. "Desde los años 50, más del 60% de nuestros árboles han sucumbido bajo la presión urbana o bajo la fruta importada a precios baratos", recuerdan Carina y Rowena. "Nuestra idea es avanzar ahora hacia la autosuficiencia de futas, llenando la ciudad de manzanos, perales y ciruelos, y creando grupos de voluntarios capaces de recolectarlas y aprevecharlas al máximo, en su forma natural, secándolas o como zumo, mermeladas y compotas que se pueden consumir todo el años".
 De Crouch End, al norte de Londres, llegan los agricultores urbanos de Food From the Sky, que acondicionaron la cubierta del supermercado Thornton's Budgens para convertirlo en el más frondoso tejado comestible de Londres. Todos los viernes, puntualmente, desciende la "cosecha del cielo" hasta el suelo de la tienda, diez metros más abajo. La biodinámica y la permacultura son los principios que inspiran a este grupo que está creando escuela en los barrios británicos.
Los permacultores de Londres, tendiendo redes con los grupos de Transición y con los Increíbles-Comestibles, celebran por cierto su propio festival el 21 de julio. Hasta Regents Park se trajeron estos días un avance, con cursos dedicados especialmente a los niños (Children Permaculture Collective), a la "reforestación" de las ciudades, a la ecología profunda y a la emprendiduría verde.
 Desde Saffron Walden vinieron los Herbal Haven, con sus 150 variedades de hierbas comestibles y medicinales. Y desde Redfield, los miembros de Lili, más de tres décadas predicando la vida de "bajo impacto". Los aficionados a las dos ruedas tuvieron su propia feria de la bici eléctrica, aunque los ciclistas de toda la vida prefirieron darle a los pedales en los dos escenarios de alimentados con "energía humana" y en los que actuaron entre otros las Colibrís de Liverpool, los jazzeros Sunshine Kings y los afrocolomianos Pollito Boogaloo.
Carlos Fresneda - Londres




2011, el año de la "transición"


Visto lo visto en el 2010, es muy fácil caer en las garras del pesimismo y la resignación. Dejamos atrás el año de la “resistencia al cambio” y entramos –toquemos madera- en el año de la “transición”. De acuerdo con el calendario maya (y con el documental “2012: Time for Change”) la transformación total la tenemos a la vuelta de la esquina. Lejos de ponernos apocalípticos, vamos a explorar los senderos de ese otro futuro posible que despunta en el horizonte...

Arranquemos con las predicciones de Sharon Astyk, autora de “Depletion and Abundance”, que desde su granja biológica en el estado de Nueva York lleva varios años mentalizando y preparando a su familia para enfrentarse a la triple crisis: económica, ecológica y energética.

Astyk, en el papel de “pitonisa” ambiental, predice que el 2011 será el año en el que cuajará por fin la conciencia de una “crisis colectiva” y en el que irá tomando cuerpo un “movimiento” de alcance global desde lo local: “Esta será la consecuencia positiva de los tiempos duros que estamos viviendo”.

La chispa del “movimiento” surgió hace cinco años en el suroeste de Gran Bretaña. Bajo la batuta del experto en permacultura Rob Hopkins, el apacible pueblo de Totnes (7.400 habitantes) inició la “transición” hacia un modelo de autosuficiencia, “descenso energético” y “soberanía alimentaria”. Sobre la marcha, y gracias al poder de las auténticas redes sociales y de la conexión con la naturaleza, los vecinos de Totnes destaparon el “genio colectivo” y descubrieron que hay vida, mucha vida, en un mundo adaptado para superar la dependencia absoluta del petróleo.

Por “contagio” natural, la iniciativa se ha propagado por una larga decena de países y son ya 300 las ciudades, pueblos y barrios en “transición”. Sólo en Estados Unidos, y bajo los auspicios de Transition US, hay 77 comunidades que se han abonado a la idea, encabezada por ciudades como Boulder, Portland o Seattle.
Seattle es también la cuna de otro movimiento, el de las ciudades “bright greens”, volcadas en la innovación verde. La labor del visionario Alex Steffen, artífice de la enciclopedia del mundo cambiante (“Worldchanging”), ha dado sus frutos en la cuna del “grunge”. Hasta el punto que el “alcalde en bicicleta” Mike McGinn ha decidido fijar la meta de Seattle, ciudad “carbono neutral”, para el 2030.

Volviendo a los augurios de Sharon Astyk, la Casandra ecológica, el 2011 será posiblemente el año en que empiecen a ser visibles las respuestas locales al modelo económico dominante: del “post-crecimiento” al “consumo colaborativo”.

La crisis económica ha marcado precisamente la transición del “hiperconsumismo” a esa nueva tendencia que Rachel Bostman y Roo Rogers han bautizado como “consumo colaborativo”, donde se funden las tradiciones del cooperativismo y del trueque con la innovaci'on social, la necesidad de compartir recursos y la complicidad de las nuevas tecnologías.

El amplísimo abanico abarca desde los bancos de tiempo a los grupos de intercambio gratuito en Internet como Freecycle, pasando por compañías de coche compartido como Zipcar o de préstamos personales como Zopa… “En esta época se están sembrando las semillas de una nueva economía al servicio de las necesidades humanas y de la sostenibilidad ambiental”, sostienen Bostman y Rogers, autores de “What’s mine is yours”.

“Con el tiempo miraremos hacia atrás y lo veremos como una auténtica revolución”, pronostican los profetas del “consumo colaborativo”. “Fue a principios del siglo XXI cuando la sociedad decidió afrontar sus grandes retos con un giro copernicano: del celo por la prosperidad individual al redescubrimiento de los bienes colectivos”.

Carlos Fresneda
Publicado en el blog En la Ruta Verde

Notas:
Coche compartido en Barcelona: Avancar