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Celebrando la llegada de la primavera y mucho más

Tiene para mi un alto valor simbólico escribir este post y es que acaba que quedar inaugurada la primavera de calendario. Y como todas las primaveras, para los que vivimos en algo parecido al paraíso climático, le toca ser momento de renovación, de brotes, de temperaturas agradables, de alteraciones de lo vivo.


Y comienza plena esta primavera, entre las mil cosas que pasaran en ella, mañana es el Día Mundial de la Poesía y el Día Mundial Forestal. aunque este es el año grande de los Bosques, y pasado mañana es el Día Mundial del Agua. Y ayer comenzaron a caer otras bombas sobre la energética Libia y en Yemen caen predemocratas en actos de servicio, y en Siria arde un palacio y en el cercano Marruecos los jóvenes claman cambio y en tantos lugares de este mundo que no salen en el noticiario y muy poco en la redes, mil o mas luchas por la la libertad, la justicia y la dignidad, siguen su camino. Mañana, también hará 10 días que Japón cayó en desgracia telúrica y también nuclear. Si, la primavera que aquí ya está, va a ser especial como cada una de ellas, pero está es la que nos toca.

El jueves en Plaza Sant Jaume gritamos Paz energética y hoy en Madrid ha sonado con mucha fuerza grito similar, paz energética sin nucleares. Y no por el momento solo, es un grito con más 40 años de historia, y si nos ponemos es un grito tan necesario y muy parecido a los gritos que reclaman Paz y democracia en tantos lares. Los recursos energéticos y sus fuentes de transformación tienen mucho que ver con tanto grito aquí y allá, con tanto dolor y temor, aquí y allá, con tanta injusticia. Pero eso, la primavera ya está aquí.

Ando mosqueao con la previsión del tiempo online, la estatal tenia esta mañana un nubarrón sobre Barcelona del que salían unos goterones tremendos y la previsión local daba sol de fiesta. Para unos atrevidos cocineros solares la previsión es importante, porque cuando se dispone uno a elaborar papeo sin emisiones, las nubes son nada deseadas. Bueno, aunque está René en Finestrat que también se ha sumao por su parte hoy a celebrar tantas cosas como nosotros y ha inflao a garbanzos y lentejas a sus paisanos poniendo tres kilos de aluminio reflectante mirando al sol. El más tranquilo porque se ha especializado en cocinar con el sol con cielos del 2. Y que es eso del 2, pues nada, que el mencionado alSolChef René Bijloo ha presentado al mundo su tabla de cielos para el tema del cocinar por la paz energética. Y esta mañana los dos paisanos llegando con bártulos atravesando uno de los más hermosos parques públicos temáticos de Barcelona, el de nombre Mossèn Cinto Verdaguer, en Montjuïc, andábamos con el cachondeo de anda, cielo 1, toma ya la previsión, joer que viene la nube, cielo 2, ondia que se queda, cielo 3, en fin, como fuese el cielo que tocará, allá estábamos.
Y esto de andar por medio un parque moviendo parabólicas y pensando en la guardia urbana a ver que dicen, tiene que ver porque llegó por email la infor del evento, y entre el dolor por el pueblo japonés, la rabia por el drama nuclear y la conmoción por las nuevas bombas sobre Libia, (gracias Ignacio Escolar por el repaso crítico) y la primavera a una horas, había que ir, vamos si teníamos que venir.

 

El evento de nombre Eat-In parte de la propuesta del movimiento Slow Food para que un grupo de personas ser reuna en espacios públicos para compartir alimentos preparados en casa (aquí, pues nosotros, pues que no, que lo preparábamos allá mismo). El evento es una protesta en contra de la comida-basura ( le dedico un rato abajo al menú de día de comida-tesoro). Y sugiere la convocatoria: Prepara un platillo, puede ser una receta de tu abuela o algo que te guste cocinar, que sea fácil de compartir con los demás. Para este primer encuentro se ha propuesto un PICNIC de fiambrera. 

 

Pues nada, nosotros pa celebrar tanto le hemos puesto a las fiambreras convocadas una parábola alSol 1.4 y una K10, de la que hemos sacao con cielo 1,5 (apunta René, los susodichos incorporamos los cielos medios, pa innovar y darle mas meneo al tema), pues eso, que si un bizcocho de un kilo  (receta) y una fideúa de 7 (receta).


Café y tisana a la fresa han completao la ofrenda a la primavera, toito sin emisiones, toito sin tener que ver nada con la industria electronuclear (por cierto, me ha dao por seguir mandando a la mierda a todo lo que tiene que ver con el tema, aunque me he moderao por eso de estar con gente maja, pero es que como que me llegaban los gritos desde Madrid y entre mover fideúa, hablar con la gente paseante interesada sobre bosques, sobre agua, sobre energía, y seguir pensando en el reactor 3 de Fukushima, como que no he podio evitarlo).




 El alSolChef Carles Duran, con los resultados, a él tampoco le gustan la nucleares, pero es más fino cuando habla sobre ellas.

Pero atentos y aquí dejo constancia, la coca de recapte, tremenda; los rollitos griegos al trigo sarraceno con yogurt, supremos; las ensaladas variadas, insuperables; la quinoa con verduras, única; la quiché, ufff; la pizza curiosa, pues curiosa; y los postres, mama mía, que las tartas de manzanas, mejor imposible; los cookies contundentes, pero contundentes, todo regado con agua más que bendita, vinos cercanos (ahh, ese regalo solar) y cerveza artesana local , Cervesa del Montseny y los panes de  verdad de BarcelonaReykjavi. Mira, que quieres que te diga, pero el paraíso y el evento, parecidos estoy seguro.


José Carlos, el agitador principal del evento, que salió de México hace un tiempo, ha recalao en BCN en su búsqueda de información para un trabajo de investigación sobre el sistema de Mercado Municipal, todo lo que hace que esos templos de la energía nutricional funcionen como funcionan para elevar sus resultados a la labor del movimiento internacional Slow Food y concluir su tesis doctoral. Andaban él y los colegas de Slow Food Barcelona contentos, hemos sido más de treinta y todos saludablemente nutridos hasta en eso del compartir, tan interesante actitud para el mejor mundo anhelado. Anuncian los colegas más Eat-In, y le anunciamos que los alsoles igual repetimos, a ver si toca celebrar un paso más allá en el evolución de la conciencia crítica de especie, con líos porque nos gusta pero con más Paz y justicia en el mundo. En fin, que a la siguiente, aunque la previsión de lluvia a mares, igual allá estamos, pero sin fiambrera, con todos los respetos solares. Aquí enlace correo de la coordinación Eat-In, por si ya te estás pensando apuntarte a la siguiente.

Pués el martes 22, de 10 a 12 horas, inundaos de sentimientos poéticos y como símbolo, a modo de una vela por la Paz en este mundo patas arriba, sacamos en alSol una cocina solar a la calle, para hervir agua, si, sólo para eso que no parece gran cosa pero que para nosotros tiene un elevado valor, no nos hará falta electricidad nuclear, y pondremos en el agua las cáscaras secas de una mandarina que lleva toda la semana en un bolsillo olvidado. Sus esencias saldrán por un rato al aire de Barcelona, solemnemente le daremos a los aires de la primavera un toque, un anhelo de que llegue lejos el aroma, citrico, un soplo por la paz energética, por la paz entre humanos y de estos con los demás vivientes.

Manolo Vílchez

ENTREVISTA A JOHN ZERZAN

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Pensador y anarquista, autor de “Contra la Civilización” y “Futuro Primitivo”
“La globalización nos está llevando por un camino suicida”

Se cumplen diez años de la “batalla” de Seattle y John Zerzan mira hacia atrás con justificado orgullo. El pensador anarquista tiene ahora la barba blanca, pero conserva intacto ese espíritu combativo que le convirtió en “padrino” de aquellas hordas que llenaron las calles de cristales rotos y prendieron la mecha del movimiento “antiglobalización”.

Hubo otros grandes protagonistas en las protestas contra la Organización Mundial del Comercio en Seattle, es cierto, pero quienes fuimos testigos de aquella revolución tardía podemos certificar que nada habría sido lo mismo sin la acción contundente y directa de Zerzan y sus secuaces.

Foto: ©Isaac Hernandez/MercuryPress

Uno se imaginaba a John Zerzan viviendo lejos de civilización o en todo caso hostigando el fuego de la rebeldía en Eugene (Oregón). Pero ni el autor de “Contra la Civilización” es tan fiero como hacen pensar sus escritos, ni la cuna del anarquismo en Estados Unidos mantiene viva la llama de la isurrección al cabo de una década.
Zerzan asegura sin embargo que la mecha del descontento social puede volver a prender en cualquier momento “porque el sistema se ha quedado sin respuestas”. A través de Anarchy Radio o de la revista Green Anarchy, el filósofo más radical a esta otra orilla del Atlántico -deudor de Theodor Adorno o Guy Debord- aboga por un giro radical y un replanteamiento de la sociedad desde sus raíces... “Lo que no nos vale es la complacencia”.

PREGUNTA: ¿Cómo se lleva eso de ser anarquista en un país como EEUU, donde ser “socialista” o “comunista” te convierte en sospechoso?
RESPUESTA: Bueno, creo que en el escalafón del miedo los anarquistas estamos un peldaño por debajo (risas)... No es una palabra que cause pavor hoy en día, aunque lo cierto es que después de lo que ocurrió en Seattle persiguieron con saña a los anaquistas, aquí en Eugene y en muchos otros lugares, también en Europa... Nos eligieron como chivos expiatorios para ejercer la represión.

P: ¿Cuál fue realmente el papel de los anarquistas en la “batalla” de Seattle?
R: No se puede entender lo que pasó en Seattle sin remontarse a lo que ocurrió el verano de 1999 en Eugene, Oregón. Más de 200 anarquistas tomaron las calles, arremetieron contra los bancos y comenzaron a romper escaparates. Durante cuatro horas, la plácida ciudad universitaria en la que vivo se convirtió en un “pandemonium”. Fue de alguna manera un ensayo de lo que ocurrió meses después... Digámoslo claro: nadie se acordaría de la “batalla” de Seattle si no hubiera sido por los anarquistas.

P: Hay quienes sostienen que se ha sobrevalorado su protagonismo en las protestas...
R: Quien diga eso es que no estuvo allí. Hay un documental, “Breaking the spell” (“Rompiendo el conjuro”) que cuenta desde muy dentro lo que pasó... Todos los días hay manifestaciones de 40.000 personas que apenas merecen un titular. En Seattle, y gracias a la acción directa, las fuerzas del poder sufrieron el asedio en su propio “castillo” del Centro de Convenciones... Tuvimos la oportunidad de presentar nuestras ideas, y creo que el mundo entero captó el mensaje.

P: ¿Justifica usted el vandalismo y la violencia?
R: Mi punto de vista es éste: la destrucción de la propiedad no es violencia. Romper una ventana no causa dolor físico, no hace daño a ninguna criatura viva... En Seattle, además, los objetivos fueron los bancos y las corporaciones que practicaban un capitalismo depredador. Allí no hubo más heridos que los que causó la policía.

P: ¿Qué queda del espíritu de Seattle al cabo de diez años? ¿Qué ha sido del movimiento antiglobalización?
R: El movimiento se propagó como una mecha en los primeros meses. Después vinieron Génova y muchos otros encuentros en los que los dirigentes y los economistas mundiales sufrieron la contestación masiva de la gente. Pero al mismo tiempo existió una represión muy contundente. Los atentados del 11-S sirvieron finalmente como excusa para reforzar aún más el estado policial... Yo no comulgo con las teorías “conspiracionistas, pero una cosa no quita la otra: el 11-S alteró por completo la trayectoria ascendente del movimiento antiglobalización.

P: Pero entonces ya había un fuerte debate interno sobre la carga negativa del mensaje, sobre la necesidad de ofrecer alternativas...
R: No se puede construir algo radicalmente disntinto sin una carga de negatividad contra el sistema. Las reformas y las medias tintas no nos valen. Esta sociedad globalizada y mecanizada que hemos construido sirve sólo para enriquecer a unos pocos y alienar a la gran mayoría. La globalización nos está llevando por un camino suicida. En este punto de la civilización, la única pregunta colectiva que nos queda por reponder es ésta: ¿En cuánto tiempo queremos acabar con el planeta?

P: ¿Vaticina usted que el apocalipsis está a la vuelta de la esquina?
R: No, creo que aún hay tiempo para un “aterrizaje suave”. Cabe aún la posibilidad de una cambio gradual, no lo descarto. Pero tenemos que empezar a actuar ahora, avanzar hacia modelos radicalmente descentralizados, hacia comunidades autosuficientes que eliminen las estructuras de poder y retomen el contacto con la naturaleza y con la esencia del ser humano. Lo que no nos vale es la complacencia. Tampoco nos basta con cambiar las bombillas o usar la bicicleta... Podemos ser los agentes del cambio, es cierto, pero lo que necesitamos es un cambio de paradigma, un giro radical que convulsione la sociedad. El sistema sigue intacto.

P: ¿Con la llegada de Obama no han empezado a cambiar algunas cosas?
R: Obama no prometió demasiado para empezar; no sé por qué la gente se sorprende a estas alturas. Su promesa de “cambio” era pura retórica. La gente estaba tan cansada de Bush que cualquier “cambio” era bueno. Pero lo cierto es que Obama no es muy diferente a Bush; en todo caso tiene un “estilo” distinto, más agradable... Pero el objetivo al final es el mismo. En el Pentágono mantiene a los mismos hombres, y está decidido a continuar esta guerra en Afganistán que empezó Bush. Obama es al fin y al cabo otro político centrista y va camino de convertirse en otro Clinton, que le ha prestado todos sus asesores económicos. En vez de cambiar de raíz el sistema, Obama se ha puesto de rodillas ante los bancos ¿dónde está el cambio?

P: Usted fue detenido durante las protestas contra la guerra de Vietnam en Berkeley, participó activamente en el movimiento “hippie”, se hizo después sindicalista de izquierdas, simpatizó con los “situacionistas” y acabó haciéndose anarquista... ¿A dónde le llevará esta evolución?
R: La verdad es que ha sido una largo camino hacia el anarquismo (risas)... Lo cierto es que mi pensamiento se ha radicalizado con el tiempo. Me he dado cuenta de que polticamente, si no eres capaz de romper con el sistema, es muy limitado lo que puedes conseguir. Quien quiera trabajar con el sistema es muy libre de hacerlo, pero no llegará muy lejos. La izquierda tradicional ha acabado atrapada en esa madeja.

P: ¿En qué consiste el “anarcoprimitivismo”?
R: Digamos que es un anarquismo de post-izquierda que busca erradicar toda forma de dominación, desmantelar el actual sistema productivista y recuperar la relación perdida con el mundo natural.

P: ¿Y volver a vivir a los bosques?
R: La gente prefiere cada vez más vivir de un modo acomodado en las ciudades, pero las grandes metrópolis de hoy en día son también un producto de la industrialización. Si la civilización sigue su curso actual, los problemas van a seguir agravándose hasta el punto en que muchas ciudades serán invivibles, y van a hacer falta habilidades básicas de autosuficiencia y supervivencia.

P: ¿Entre la complacencia actual y la ruptura total que usted propone no cabe un término medio?
R: Puede que lo haya, pero yo sinceramente no lo veo. La crisis actual no ha servido más que para agudizar los problemas. El sistema se ha queado sin respuestas y está haciendo aguas. Aunque la resistencia al cambio es muy fuerte y preferimos seguir actuando como si no pasara nada.

P: Después de tantas ideologías fracasadas ¿quién necesita a estas alturas un nuevo “ismo”?
R: Es una manera de ponerle un nombre, pero existe indudablemente el riesgo de que el “anarcoprimitivismo” se convierta en una ideología. Hay que evitar a toda costa las rigideces; lo que necesitamos es más apertura... Y el interés en este movimiento es creciente, de Brasil a Rusia, pasando por Barcelona, donde las semillas del anarquismo han estado siempre muy vivas.

P: ¿Cree usted en la utopía?
R: Soy utópico en el sentido en que tengo esperanza en un futuro distinto. Tenemos posibilidades radicales que no estamos explorando y a las que podemos aspirar. Tiene que haber otros modos de vivir dististos al de esta sociedad postmodernista y patológica que hemos creado.

P: Dicen sus críticos que si fuera consistente con sus ideas estaría viviendo en una caverna...
R: Tal vez sea cierto, pero yo no pedí este mundo. Y lo que quiero hacer es contribuir al debate, cuestionar el modo en que vivimos, aunque tenga que incurrir en la contradicción de usar un ordenador y comunicarme por correo electrónico. Mi colega Derrick Jensen me sugiere que me comunique por escrito, pero indudablemente es más fatigoso y menos efectivo. Ya que tenemos estas herramientas, las utilizo. Tarde o temprano tendré que claudicar y usar también un teléfono móvil, porque en el mundo que hemos creado es un inconveniente no tenerlo. También tengo un coche compartido y viajo en avión, pero esa no es la cuestión de fondo, insisto.

P: Desde “El Futuro Primitivo” a “Contra la Civilización” o “El crepúsculo de las máquinas”, sus obras están cuajadas de alegatos antitecnológicos ¿La revolución de Internet, que ayudó a propagar el movimiento antiglobalización, no le ha hecho cambiar de opinión?
R: No, en absoluto. La tecnología nunca es neutra. Desde la invención del reloj, la tecnología ha servido para implantar la industrialización masiva y perpetuar la domesticación de la sociedad. Yo no creo en eso que llaman “el poder liberador de la tecnología”.

P: Usted se carteó con Ted Kaczynski, el “Unabomber”, que declaró la guerra a la tecnología y mandó paquetes-bomba contra científicos...
R: Yo no defiendo las bombas en los buzones ni ninguna forma de agresión que afecte a la vida humana, ahí siempre he trazado una línea muy clara. Es cierto que mantuve contacto con él y conversé durante el juicio. Coincido con muchas de las reflexiones de su “Manifiesto” , pero sus métodos no son justificables. Hay otras maneras de expresar la oposición a este mundo hipertecnológico que nos rodea.

Carlos Fresneda, enviado especial Eugene (Oregon)
Publicado en El Mundo, 5 diciembre
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