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Generación “Ouishare”

 
Confianza. Esa empieza a ser ya la nueva “moneda” de cuño. Lo pudimos comprobar hace unos días en París, donde se celebró el “Ouishare Fest”, el primer gran encuentro europeo de la economía colaborativa. Más de 600 emprendedores, innovadores, conectores y ciudadanos de treinta países convergieron bajo la carpa del Cabaret Sauvage, donde se quedó flotando en el aire el estribillo contagioso y radicalmente optimista de Daft Punk: “Como en la leyenda del ave fénix/ todo acaba con un principio/ Así es como el planeta gira y gira…”.

Muchas historias orbitan en torno a la economía colaborativa, que se ha convertido en un poderoso imán. Casas compartidas, coches compartidos, crowdfunding, coworking, emprendimiento social, producción en código abierto, “makers”, bancos de tiempo, monedas virtuales… Todo eso y mucho más cabe en el universo de la “shared economy”, que ha dado el salto con pértiga desde la realidad paralela, como certificaba recientemente en portada nada menos que The Economist.

Hemos llegado demasiado lejos/ Como para renunciar a lo que somos/ Así que levantemos el listón/ Y brindemos con las estrellas…

En una noche cualquiera, alrededor del mundo, unas 40.000 personas alquilan casa en un servicio que ofrece 250.000 habitaciones en 30.000 ciudades de 192 países. Ese “servicio” se llaman Airbnb y lleva demostrando desde el 2008 de lo que es capaz la economía colaborativa. Desde España, y en apenas dos años, Knok ha tendido ya las redes en 159 países y se ha convertido en el portal por excelencia del intercambio de casas.


Hace unos años, la sola idea de alquilar a un vecino algo tan personal como tu propio coche era sencillamente impensable. Ahora, gracias a Social Car, con 15.000 usuarios en toda España, unos sacan rentabilidad al coche mientras no lo utilizan y otros tiran del volante sólo cuando lo necesitan (y a precios bastante más asequibles que una empresa convencional de alquiler).
“Para nuestra generación, compartir casa o coche es algo de lo más normal”, certifica Antonin Léonard, cofundador de Ouishare (junto a Benjamin Tincq). “Y lo mismo a la hora de compartir un espacio de trabajo o una idea… De lo que se trata ahora es de trasladar ese modelo a la economía, desde la producción en abierto al consumo colaborativo, y llegando a campos que eran imaginables hace unos años”.


El “share” de las redes sociales se ha convertido en el “meme” cultural que alimenta esta tendencia imparable de compartir y colaborar. La expansión de Ouishare en poco más de un año lo dice todo. La comunidad internacional de la economía colaborativa se está propagando a todo tren, por Europa y América, y se ha disparado en los últimos mesen en países como el nuestro.

Más de treinta emprendedores pusieron la nota española en el Ouishare Fest. Entre ellos, Juanjo Rodríguez de Knok, Mar Alarcón de Social Car, Ramón Blanco de Etece (solucionadores a domicilio), Olivier Schulbaum de Goteo (“crowdfunding for crowdbenefits), Jaume Gurt y Anne-Cécile Ragot (Infojobs y Prepárate, banco de tiempo),  Alberto González Pont (Workyland) y Tomás Díez (FabLabd de Barcelona).


Javi Creus (Ideas for Change) y Alfons Cornellá (Co-society) trajeron hasta París el mensaje de “colaboración” entre la vieja y la nueva economía. El fundador de Consumo Colaborativo, Albert Cañigueral (arropado por el infatigable Cristóbal Gracia) sirvió de hilo conector entre todo lo que se está cociendo por nuestras tierras.

“Es increíble la cantidad de iniciativas que están surgiendo en España”, asegura el cofundador de Ouishare, Antonin Léonard, en castellano y con acento argentino. “La crisis ha impulsado a la gente a buscar soluciones, pero también ha influido mucho el poder de las redes sociales y la mentalidad de la gente de nuestra generación, entre los veinte y los treinta, habituados como estamos a funcionar de otra manera”.

A sus 26 años, Léonard admite que su perfil no encaja en el del joven activista empeñado en cambiar el mundo… “Yo estudié economía convencional y trabajé de “pasante” haciendo auditorías. Digamos que mi motivación principal era viajar y conocer gente por el mundo. Así fui descubriendo lo que estaba pasando en el campo de la economía colaborativa, y vi que había una gran necesidad de conectar tanto virtualmente como el mundo real. Así nació “Ouishare”.


“La tecnología es ideal para conectar y ha permitido que la demanda salga al encuentro de la oferta con una eficiencia increíble”, sostiene Léonard. “Esa es una de la grandes virtudes del consumo colaborativo, que en el fondo responde a un principio muy básico de la economía convencional”.
“Pero para mí la gran ventaja de la economía colaborativa es que genera confianza. Una economía sin confianza no funciona, y sinceramente creo que en el fondo estamos asistiendo a una crisis general de confianza. Nosotros estamos intentando volver a poner ese ingrediente en el plato. Creemos que es del todo necesario volver a poner al hombre en el centro de la economía”.

Cómo humanizar la economía y fortalecer la confianza. Cómo convertir las redes locales en auténticas alianzas globales. Cómo vencer las resistencias de la vieja economía. Cómo usar estrategias colaborativas con las instituciones y los políticos. Cómo convertir las ciudades en los auténticos motores de la economía colaborativa…

De todo esto y mucho más se habló en tres días que dejaron huella en el Cabaret Sauvage, ese espacio mágico en el Parque de la Villette, donde el “Oui” y el “We” se fundieron en una unánime palabra, comprensible en todos los idiomas y reforzada por el mensaje positivo de los Daft Punk…
El regalo no tiene lazos/ Lo que diste sigue circulando/ ¿Qué es esto que estoy sintiendo?
Antonin, Albert, Pablo, Juanjo, Stefano Scrofina (fundador de la moneda virtual de trueque Dropis), Bastien Beaufort (organizador de la animada “disco soupe” de Slow Food) y tantos otros nos contagiaron hasta el final el espíritu de esa generación “Ouishare” de la que volveremos a hablar largo y tendido. Au revoir.



Carlos Fresneda

El futuro es colaborativo


El Ouishare Fest en el parque de La Villette, en París. | C. F.
El Ouishare Fest en el parque de La Villette, en París. | C. F.
  • La delegación más nutrida del Ouishare Fest, tras la francesa, fue la española
  • Una treintena de emprendedores, innovadores y conectores, en La Villette
  • "Es increíble la cantidad de iniciativas que están surgiendo en España"
  • Una nueva economía en la que el hombre y el bien común están en el centro
  • Pronostican cambios en el capital, el trabajo y la gestión de recursos
No tomaron la Bastilla, pero conquistaron el Cabaret Sauvage, que quedaba por allí cerca. Fueron en total unos treinta, entre emprendedores, innovadores y conectores "Made in Spain". La delegación más nutrida, después de la francesa, en el Ouishare Fest que ha convertido el parque de La Villette en inmejorable y delirante muestrario de la economía colaborativa.
Al fin y al cabo, nuestro país se ha convertido en uno de los motores de Ouishare, la comunidad internacional con epicentro en París, que en poco más de un año ha provocado una fulminante reacción en cadena en Europa y América.
"Es increíble la cantidad de iniciativas que están surgiendo en España", certifica el cofundador Antonin Léonard a pie de obra. "La crisis ha impulsado a la gente a buscar soluciones, pero también ha influido mucho el poder de las redes sociales y la mentalidad de la gente de nuestra generación, entre los veinte y los treinta, habituados como estamos a funcionar de otra manera".
"Para nosotros, compartir y colaborar es algo absolutamente normal", asegura el cofundador de Ouishare Fest
"Para nosotros, compartir y colaborar es algo absolutamente normal", asegura Antonin, con su español aprendido en Argentina. "La tecnología nos ha abierto muchas puertas, y ahora estamos intentando trasladar ese modelo a la economía. El consumo colaborativo, la financiación colectiva, la producción en código abierto, la cultura de los 'makers', los bancos de tiempo y las monedas virtuales… Todo eso son manifestaciones de una nueva economía en la que el hombre y el bien común vuelven a estar en el centro".
"Los cambios locales no son suficientes, hay que crear alianzas globales para transformar el sistema", proclamó bajo la carpa abarrotada del Cabaret Sauvage Michel Bauwens, fundador de la P2P Foundation y 'profeta' del movimiento. "Nuestras ciudades se llenarán de espacios en los que todos seremos productores en potencia", vaticinó el norteamericano Dale Dougherty, fundador del movimiento de los 'makers', echando raíces en Europa.

Puentes entre la vieja y nueva economía

La "avanzadilla" española abrió fuego con Javi Creus, de Ideas for Change, tendiendo puentes entre la vieja y la nueva economía y urdiendo estrategias para los "cambios radicales" que se avecinan en los tres frentes: el capital, el trabajo y la gestión de recursos. Frente al pesimismo rampante, Alfons Cornellá, de Infonomia, reiteró su fe en "un futuro con nuevos sistemas de colaboración entre la compañías" y esbozó su visión de la "co-society".
Tan intenso ha sido el intercambio de ideas e iniciativas del Ouishare Fest que casi se impone un descanso, antes de seguir las evoluciones del equipo español. Entre tanto, podemos reponer fuerzas (y bailar de paso) en el Disco Soupe montada por Slow Food, que ha ideado esta manera festiva y cien por cien "colaborativa" de recuperar la comida desechada en los mercados y convertirla en una celebración colectiva.
Podemos también participar en un taller de 'upcycling' (reciclar hacia arriba), meternos en una sesión de inteligencia colectiva, llevar a los chavales a un taller de "hackidemia" o ayudar a construir una casa de madera en cuatro horas con la gente de La Vie Share.
La 'confianza' se ve como nueva moneda de cuño en "una economía a la que todos podamos contribuir"
"De la misma manera que existen ya los espacios de 'co-working', en las ciudades están surgiendo espacios co-creativos y co-productivos que van a ser las bibliotecas del futuro", asegura Tomás Díez, del FabLab de Barcelona, que vaticina el advenimiento de los 'ciudadanos inteligentes'…
'Smart Citizens' se llama precisamente el sistema ideado por el FabLab de Barcelona, partiendo del 'hardware' libre de Arduino, para construir pequeños sensores inteligentes que podrán ser usados por los ciudadanos para medir la contaminación del aire y los niveles de ruido. El proyecto se está financiando a través de Goteo, fiel a su máxima de 'crowdfunding for crowd benefits'(financiación colectiva para el beneficio común).
Olivier Schulbaum, de Goteo, habló precisamente de su visión de una "crowd economy" en la que "todos podamos podamos contribuir". Del necesario cambio de nuestra mentalidad como consumidores y de la "confianza" como nueva moneda cuño se habló largo y tendido durante el Ouishare Fest.
"Yo misma tuve mis dudas a la hora de ceder en alquiler por primera vez mi propio coche a desconocidos", reconoce Mar Alarcón, cofundadora de Social Car, la empresa pionera de alquiler entre particulares en España, con más de 15.000 usuarios. «Al final lo acabas viendo como lo más normal, sabiendo que hay un seguro que te cubre los riesgos. Y es también una manera de hacer un dinero extra o de ahorrar, si eres tú quien lo alquila».

Tiempo para los que no tienen tiempo

La colaboración teje redes a todas las horas, y ahí tenemos a Social Cary a Etece, la compañía que ofrece "tiempo para los que los no tienen tiempo"… Los "solucionadores" de Etece se ofrecen a llevar los coches compartidos llave en mano, aunque las tareas más solicitadas siguen siendo los arreglos a domicilio o los montajes de muebles de Ikea. Ramón Blanco, que adaptó el modelo de Taskrabbit a las necesidades autóctonas, ha abierto brecha en Madrid, Barcelona y Valencia, y en junio llegará a Málaga y Sevilla, con Zaragoza y Bilbao a la vuelta del verano.
Los "solucionadores" llevan los coches compartidos llave en mano, aunque las tareas más solicitadas siguen siendo los arreglos a domicilio o los montajes de muebles
Tendiendo puentes entre la economía colaborativa y la precariedad laboral, la compañía Infojobs ha lanzado el banco de tiempo 'Prepárate', pensado para "mejorar la empleabilidad" de los españoles: yo te doy unas clases de alemán o francés, tú me enseñas a programar… Jaume Gurt y Anne-Cécile Ragot presentaron el proyecto en el Ouishare Fest, donde también estuvo Alberto González Pont, fundador de Workyland, que aspira a tender puentes entre profesionales de otros países ('workyhosts') dispuestos a recibir o acoger a profesionales que buscan experiencias o aspiran a trabajar en el extranjero ('wokyvisitors').
Llamamos finalmente a las puertas de Knok, la comunidad de intercambio de casas fundada por Juanjo Rodíguez y que en apenas dos años ha tendido sus redes por 159 países: "La nuestra es tal vez la forma más conocida de economía colaborativa que existe, aunque lo que faltaba era crear auténticas redes y un sistema con un seguro que protege la casa ante posibles daños. La gente ha descubierto que ésta en una forma más barata y más gratificante de viajar, con más espacio para ti y para tu familia y con un contacto que antes no teníamos con la gente local".
Cerramos este atropellado repaso al equipo español en el festival parisino con el gran 'conector', Albert Cañigueral, fundador de Consumo Colaborativo, desbordado por la intensidad y la rapidez con la que todo está pasando: "Estamos en una fase de experimentación total, y es muy difícil calibrar la auténtica dimensión y saber que lo que quedará. Alrededor de Ouishare orbitan muchas cosas, unas ya muy sólidas y otras aún no tanto. Pero una cosa es cierta: la economía colaborativa está aquí para quedarse".
Carlos Fresneda / París

Biocultura apuesta por la transición y el consumo colabor ativo

Participantes en el espacio del movimiento transición.
Participantes en el espacio del movimiento transición.
  • Unos 70.000 visitantes han pasado estos cuatro días por el Palau San Jordi
  • La crisis ha obligado a la gente a buscar alternativas
Biocultura, la feria de los productos ecológicos y el consumo responsable, celebra su 20 aniversario en Barcelona apostando fuerte por la dos tendencias sociales del momento: el movimiento de la transición y el consumo colaborativoUnos 70.000 visitantes han pasado estos cuatro días por el Palau San Jordi, donde se celebrará también hoy un debate sobre "nuevos medios para una nueva realidad".
Por segundo año consecutivo, de camino hacia los 700 expositores, el Espacio en Transición se ha convertido en uno de los más poderosos reclamos de Biocultura. Coordinado por la revista 'Ecohabitar y Transición Sostenible', el espacio es el punto de encuentro de una panoplia de grupos que buscan alternativas al actual modelo económico.

La reconciliación entre la economía y la ecología será precisamente hoy el tema de debate en una mesa redonda en la que participará, entre otros, el fundador de Transición Sostenible Juan del Río. Con el impulso del segundo encuentro nacional en Mijas, Del Río se refiere a la labor "de un movimiento que nos invita a pasar de la indignación a la acción", con iniciativas como las monedas sociales, la agricultura urbana, la permacultura, los planes de decrecimiento energético y la busca de una mayor calidad de vida.

La crisis ha dado un especial impulso al movimiento en países comoEspaña, donde existen ya 40 grupos, y Portugal, donde se celebrará el 14 al 16 de junio la Ajudada, un encuentro internacional que revindica la reconexión de la economía con la comunidad.
La economía colaborativa, otra tendencia que ha experimentado un crecimiento espectacular en nuestras tierras, estará también presente hoy en la jornada de cierre de Biocultura, con una charla a cargo de Albert Cañigueral –fundador de www.consumocolaborativo.com – y Mar Alarcón, cofundadora de Social Car, pionera del alquiler de coches entre particulares (con 15.000 usuarios en toda España).

"La crisis ha obligado a la gente a buscar alternativas, no sólo para ahorrar, sino para hacer dinero al mismo tiempo y aprovechar los recursos al máximo", sostiene Albert Cañigueral, que ha rastreado más de 150 'startups' asociadas al consumo colaborativo en España. "A esto se une la explosión de las redes sociales, ahí es donde todos comprobamos todos los días el poder de compartir: cuanto más das, más recibes".

Mar Alarcón y Albert Cañigueral estarán precisamente entre el 2 y el 4 de mayo en París entre la nutrida representación española en el OuiShare Fest, el gran cónclave de la economía colaborativa, donde se tenderán puentes entre emprendedores, 'makers', inversores y el gran público en un escenario nada usual: la carpa del Cabaret Sauvage, en el parque de la Villete.

Uno de los últimos actos programados para hoy en Biocultura hacereferencia muy directa a esta "nueva realidad" y a su reflejo en los nuevos medios. La directora de El Correo del Sol, Montse Cano, compartirá mesa con Ariadna Trillas (Alternativas Económicas) , Laura Ferrero (FronteraD), Pedro Burruezo (The Ecologist en español) y Juan Maldonado, profesor de Periodismo Multimedia en la Universitat Autònoma de Barcelona.

“Estamos viviendo tiempos muy convulsos, de cambios drásticos en pocos años, que están dejando a una gran parte de la sociedad casi sin opciones”, asegura Montse Cano. “Sin embargo, paralelamente a esos cambios que nos empobrecen a todos los niveles, hay una profunda transformación social a la que los medios tradicionales no están dedicando atención: una sociedad civil crítica y activa, que se organiza y emprende desde unas nuevas bases colaborativas y en mayor sintonía con sus comunidades y con la Tierra”.

Carlos Fresneda