Licuado de avena eco por unos 35 céntimos el litro y un residuo menos


Venga, vamos a hacer los números de un litro de licuado comercial de avena eco dentro de uno de los 25 millones de tetrabriks que se fabrican cada día en este país.
Su precio en estantería oscila entre los 1,8 y los 2,2 €. Nos quedamos con la media, 2 €. Hasta la estantería, el ciclo de vida es más o menos el siguiente: Para fabricar el recipiente, cójase aluminio, petróleo, celulosa y tintas de impresión; fabríquense los componentes; ensámblense y listo el fabuloso Tetra Pack (ojo, que admiro la creación por la practicidad y prestaciones extraordinarias, y más ahora que el cartoncillo desde es certificado por el FSC, y además se recicla el conjunto al 100%). Bien, tenemos transportado el recipiente y ya está a las puertas del fabricante embasador.
Ahora nos vamos a por la avena: siémbrese, coséchese, almacénese y transpórtese hasta el fabricante del licuado.
Con todo ello, y ya en la nave de procesado, obsérvese la energía eléctrica que llega (ojalá, de comercialización limpia), la bendita por laica agua mejorada desde la red de distribución, la más avanzada tecnología, y a por el licuado.
Remójese unas horas la avena (en cantidades industriales), colóquese el triturador junto con 1 litro de agua a unos 90ºC (proporción de escala), licúensen sus nutricionales componentes, aderécese con la receta del maestro y condúzcase al envase, ciérrese este y agrúpese para que un distribuidor lo coja, lo traslade (en algunos casos hasta más de dos mil kilometros), alguien lo coloque en un almacén o estante y tú o yo lo podamos adquirir y consumir. Damos un paso atrás y comprobamos que se ha retirado la fibra de la avena, que se queda como valor añadido, pero pagado por el consumidor, para otros usos de la industria alimentaria. 
Ya trasladado y en casa, calientese si procede de nuevo la dosis de licuado y, una vez consumido el total, recipiente al reciclaje (iglú amarillo). Pasa el camión, lo recoge, traslada y, una vez separadas sus partes en la planta de tratamiento de residuos, de nuevo se consume energía, agua y materias primas en nuevo destino.
Los hechos y los números son: 1 litro de agua con la esencia licuada de 50 gramos de avena y algunos aderezos en minidosis desde la fábrica a casa, una media de 60 watios para calentar la porción de liquido y un tetrabrik en nuestra propiedad.
Gracias al viaje rápido comprobamos cómo obtener unos nutrientes cuesta un exagerado consumo de materias primas, emisiones de CO2 y beneficios para la industria alimentaria.
Vamos a por la alternativa en base a reciente experiencia personal:
Encuéntrome con Salva en Biolcultura Madrid, le pillo 1 kg de avena desnuda, sembrada y cosechada con sus manos en sus tierras de Burgos, donde no cae veneno alguno. Él es agricultor ecológico, es en definitiva un cuidador de la salud planetaria y humana. Le pago 2 euros por la bolsica de papel con el fruto de su trabajo y sus aliados de la fertilidad de la vida.
Ya en casa, en la mesa, 50 gramos de la avena de Salva remojada 12 horas, un poco de aceite, una pizca de sal, esencia de vainilla y para endulzar, estevia líquida (por supuesto, aquí valen miel, agave, etc), un litro de agua de red filtrada por osmosis (pero con recuperación del agua de rechazo, ...otro día lo explico). La batidora tan resultona y habitual en todo cobijo y el invento del Chufamix.
Como dispongo de cocina solar parabólica —en este caso, la alSol K10—, me ahorro la media de 60 watios para llevarla a ebullición (si no se dispusiese de sol o de cocina solar, tiramos de gas o electricidad y aquí la aproximación de coste energético).
Viértase el agua en el recipiente contenedor (de plástico de calidad alimentaria), introdúzcase el tamiz, en su interior se echa la avena remojada, las dosis de complementos y ...ándale batidora. Con un minuto o al cambio 10 watios (pueden ser limpios si contratas comercialización como socio de Som Energía), tienes licuado el contenido y disuelto en el agua. Súbase el tamiz y désele como a la zambomba con el prensador para extraer de la fibra hasta la ultima gota. Y listos, con unos 3 minutos de tiempo laboral, 1 litro de avena eco, con receta de tú, cocinillas, ...caliente y lista para nutrir desayunos, meriendas o cenas.


Algunos números medios:
• la dosis de avena del Salva sale por 10 céntimos; los aderezos por otros 15;

• el agua y sus procesos con amortización del sistema de osmosis sale por 0,04 centimos;

• calentar el agua con cocina solar, 0 patatero;

• electricidad por unos 0,05 céntimos;

• la limpieza de los materiales empleados sale por 0,01;

• y la amortización del Chufamix (démosle 400 litros de vida) sale por 10 céntimos.

Un total aproximado del licuado de avena eco sería 3 minutos de mi tiempo y 35 céntimos de euro, un tetrabrick menos que fabricar y trasladar, junto con el del agua y los procesos.
Me queda la fibra, pero estoy buscando receta para mezclar con puré de patatas y hacerme una bolas energéticas o algo parecido.
Por cierto, amortizo también la batidora, de aquí la clave de ecodiseño del Chufamix, que aprovecha el motor externo ya disponible en casi todos laos.



En fin, unos 6 litros de licuado vegetal por 2 euros, y un montón de bolas energéticas dependiendo de las habilidades culinarias, y también un montón de emisiones de CO2 ahorradas. Y de tiempo, cuesta si cuentas bien más de tres minutos comprar un tetrabick. Que os aproveche.
Manolo Vilchez
Publicado en el blog En Ruta Solar de El Correo del Sol


PD: En breve, en la tienda de alSol, el Chufimix con obsequio de 1 kg de avena de Salva. Y, por
supuesto, cocinas solares disponibles, faltaría...

De moscas y humanos

Foto: Isaac Hernández 

Paul Ehrlich juega a hacerse el apocalíptico en la réplica de las Puertas del Infierno en la Universidad de Stanford. El humor es el antídoto necesario contra el pesimismo en este atípico profesor de Biología, capaz de encontrar un curioso paralelismo entre dos de sus "especialidades" como científico: la mosca del vinagre y la especie humana...
     
"Si una mosca del vinagre descubre una fruta podrida, pongamos un plátano, pronto verás una población de moscas comiendo de la misma banana. Hasta que una mosca se dispersa, encuentra otra fruta y las demás la siguen... El problema es que la especie humana dispone de una sola banana, que es la Tierra, por eso conviene cuidarla lo mejor posible".
    
Y ahora la principal diferencia: "La mosca del vinagre tiene la suerte de evolucionar genéticamente a una velocidad pasmosa. En apenas dos semanas es capaz de desarrollar la resistencia al DDT... Los humanos, sin embargo, apenas hemos evolucionado genéticamente desde la época de Aristóteles. Nuestra única esperanza es pues la evolución cultural, que es mucho más rápida e imprevisible".
    
Aquí acaba (de momento) el cruce de caminos entre moscas y humanos. Aunque el rasgo diferenciador del "homo sapiens" es sin duda el de haberse convertido en "El animal dominante", como se titula uno de los últimos libros de Paul Ehrlich... "Digamos que la avaricia y el afán de dominio son parte de la naturaleza humana. Ahora bien, ¿tiene que ser así para siempre? Es un pregunta abierta...".
    
La otra gran pregunta, a la que el propio Ehrlich intentó responder con "La bomba de la población", sigue escociendo al cabo de cuatro décadas: "¿Cuántos seres humanos será capaz de albergar la Tierra?". Aunque el propio biólogo, criticado en su día como fatalista y maltusiano, prefiere reformularla de esta manera: "¿Cuál sería el número ideal de humanos para garantizar la sostenibilidad del planeta y el derecho a la una vida digna?".
    
"Dudo mucho que por encima de la capacidad de carga de los 7.000 millones se pueda garantizar ese derecho", sostiene Ehrlich. "Ese es el gran problema de fondo: la sobrepoblación está unida a la pobreza y al deterioro del medio ambiente. Aunque el mayor impacto es el que causamos los países ricos; si el mundo entero viviera como los estadounidenses o los españoles, nos harían falta varios planetas para satisfacer nuestras necesidades".
      
De momento somos ya 7.059 millones, según los últimas estimaciones, y todo apunta a que seguiremos creciendo al menos hasta los 9.000 millones. "Digámoslo claro: la población no puede seguir creciendo indefinidamente, de la misma manera que tampoco puede hacerlo la economía", sostiene Ehrlich. "La razón de peso es la misma: vivimos en un planeta finito y todo tiene un límite".
    
Dicen sus detractores que los mismos argumentos usó Ehrlich en 1968, cuando éramos 3.500 millones, y sin embargo aquí estamos. Airean sus críticos la polémica de la esterilidad forzosa que apuntó en su día el controvertido biólogo, que recientemente volvió a defenderse, en declaraciones a Isaac Hernández: "Dije que podríamos llegar a eso, pero nunca que fuera la solución ideal. Siempre pensé que sería muy difícil a nivel social. De hecho, me sorprende el éxito de la política china. La presión suave con sistemas contraceptivos disponibles para todo el mundo que sea activo sexualmente y la política social que anima a la gente a parar con dos, es lo que yo siempre he recomendado. En Europa ha funcionado".
    
Asegura también el biólogo de Stanford a sus 80 años que el reto de las poblaciones "envejecidas" hay que combatirlo con una vejez más activa, aunque su gran esperanza reside en el empoderamiento de las mujeres: "La solución está en dar educación y poder a la población femenina; no es de recibo que las mujeres sigan siendo ciudadanas de segunda clase en la mayor parte del mundo. Las tasas de crecimiento disminuyen por sí solas conforme las mujeres avanzan hacia la igualdad de derechos".
     
"¿Pesimista yo?", se defiende Ehrlich. "Pesimismo es seguir haciendo lo de siempre. La esperanza es lo último que se pierde, aunque reconozco que a veces tengo mis serias dudas. La verdad es ésta: hemos sido unos pésimos gestores del planeta. Hemos alterado los ecosistemas y la atmósfera hasta el punto de poner en peligro las condiciones que hacen habitable la Tierra".
      
Otro atisbo de esperanza: el acercamiento entre ecología y economía, que hasta ahora parecían habitar en dos planetas distintos (Venus y Martes, pongamos por caso). Ehrlich es miembro del Instituto Beijer de Economía Ecológica en Estocolmo... "Confío en una nueva generación de economistas que ya tienen en cuenta factores como la naturaleza, la pobreza y la población, ignorados hasta ahora en aras del crecimiento económico que ha imperado en las últimas décadas... A la crisis nos ha llevado este modelo Robin Hood a la inversa, que roba a los pobres para dárselo a los ricos. La gran pregunta que deberíamos hacernos es ésta: "¿Quién controla el crecimiento económico?".
     
Dicho lo cual, Ehrlich detesta ingualmente la consigna de "¡Salvad el planeta!"... "Llegado el caso, el planeta se va a salvar por sí mismo y sin necesidad de contar con el animal dominante para su propia supervivencia. Incluso si hubiera una hecatombe nuclear, las bacterias serían capaces de generar nueva vida y evolucionar... ¡Y vuelta a empezar!".

Carlos Fresneda
Publicado en el blog EcoHéroes de El Mundo.es

La empresa social 'sin humos'

Blakemore, cofundador de Bikeworks, en la puerta del taller. | C.F.Blakemore, cofundador de Bikeworks, en la puerta del taller. | C.F.
 
Se venden bicicletas. También se reparan. Y se reciclan. Y se dan clases de mecánica a los jóvenes sin empleo. Y se enseña a pedalear sin miedo por la ciudad. Y se mantienen flotas de dos ruedas para las empresas. Y se da trabajo a la gente sin techo. Y se promueve el uso de bicis de manos para los discapacitados.

Todo eso, y mucho más, es Bikeworks. Premiada hace dos años con el London Business Award a la Mejor Empresa Social, la iniciativa ha echado a rodar por partida doble en el este y el oeste de la capital británica, la ciudad europea donde más ha crecido el uso de las dos ruedas (560.000 viajes en un día cualquiera).

Bikeworks reivindica el poder de la bici como herramienta de cambio social, económico y ambiental en las ciudades, que no es poco. "Las bicis nos han acompañado desde hace unos 200 años y ahí siguen, adaptándose a los tiempos y demostrando su valor incalculable", asegura Jim Blakemore, co-fundador de Bikeworks, abriéndose paso entre los 'esqueletos' de una veintena de bicicletas listas para reciclar. "Lo que estamos intentado aquí es ni más ni menos que el círculo completo. No nos basta con vender o reparar bicis: hay que dar un paso más allá para exprimir todo su potencial y contribuir a un mundo mejor, y más en estos tiempos de cambio".

Como tantas empresas sociales, Bikeworks surgió del chispazo simultáneo de dos ideas. Jim Blakemore llevaba desde los 14 años trabajando en el mundillo de las bicis para costearse los estudios, llegó a tener su propio negocio en Cambridge, pero estaba deseando cambiar de piñón. Dave Miller se curtió durante una década en organizaciones comunitarias y sin ánimo de lucro, hasta que decidió dar el salto como empresario social con una idea que giraba precisamente en torno a las dos ruedas.

Empleo para los 'sin techo'

A través de amigos comunes, Miller y Blakemore acabaron compartiendo desde el 2007 el 'tándem' de Bikeworks, que nació como una empresa social para reciclar bicicletas y dar empleo a gente "desfavorecida" (especialmente jóvenes en paro y gente sin techo).
"Aún recuerdo con emoción los primeros 'sin techo' que pasaron por los cursos de entrenamiento y mecánica", asegura Jim. "No podían creerse que como 'premio' a su trabajo iban a recibir al final su propia bicicleta. He visto realmente muchas vidas transformadas por las dos ruedas en estos años".

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El establecimiento de Bikeworks. | C.F.

La propia empresa social, que arrancó tímidamente en el este de Londres, ha pasado por un rápido proceso de transformación, propulsada por los acontecimientos. Durante los Juegos Olímpicos, un equipo itinerante de 14 mecánicos (los Dr. Bikes) arreglaron gratuitamente 3.000 bicicletas. Durante los Paralímpicos, el programa All Ability Cycling desplegó sus alas y promovió por toda la ciudad las bicicletas de manos, los triciclos y otros dispositivos para discapacitados.
"Ha sido quizás otro de los momentos más emotivos en nuestra breve historia", recuerda Jim Blakemore. "No hay palabras para trasmitir la sensación de un discapacitado, confinado media vida a una silla de ruedas, en el momento de recuperar la 'memoria muscular' y descubrir que puede volver a 'correr' con una bici".

Pero Bikeworks es también una empresa, con una veintena de empleados fijos y otros tantos a tiempo parcial. El presupuesto anual ronda los 1,4 millones de euros; el 80% lo cubren con la parte de 'negocio' y el 20% con subvenciones, programas y becas. Miles de bicicletas condenadas a los vertederos han acaban pasando por la 'recicladora' de Bikeworks, que revende más de 500 bicis de segunda mano 'low cost' al año.

"La idea es llegar a ser autosuficientes y rentables", asegura Blakemore. "Y a pesar de la crisis económica vamos avanzando en esa dirección. De alguna manera, somos la primera empresa social de bicis que ofrece todo bajo el mismo techo. Y no dejamos de darle vueltas a posibles vías de expansión. Al fin y al cabo, el uso de la bici se ha duplicado en Londres en los últimos diez años y es algo que va claramente hacia arriba".

[foto de la noticia]
   Taller de Bikeworks. | C.F.

'Bikeworks' puede parecer desde fuera la típica tienda de bicicletas, pero el secreto se esconde en la trastienda, donde está el taller/almacén de reciclaje. Y también en el sótano, donde se reparan las bicis y se imparten los cursos para aprendices de mecánicos, con Digger al frente.
"Lo que nos hace falta no es sólo gente con habilidad mecánica, también comunicadores que sepan llevar la cultura de las dos ruedas a otro nivel", apunta Digger, veterano de las dos ruedas. "Nuestro mundillo ha sido un poco autista, y ha llegado sin duda el momento de abrirse y llegar a todas las capas la sociedad".

"En Inglaterra, a diferencia de los países centroeuropeos, ha existido durante décadas una especie de temor a usar la bicicleta", añade Digger. "No ya por miedo a los coches, sino como si la gente tuviera la sensación de que estaba 'prohibido' usarla en una calle cualquiera. Esa barrera se ha derribado por suerte, y poco a poco van mejorando las infraestructuras. Las bicis son cada vez más visibles. Eso es lo que cuenta".

El alcalde Boris Johnson, que tanto presume de la bici pública, aún no se ha pasado por 'Bikeworks', pero todo se andará (o se pedaleará, más bien). "Paciencia, motivación y compromiso", ésas son las tres claves que nos da Jim Blakemore, a modo despedida, en este viaje de ida y muchas vueltas a la empresa social "sin humos".

Carlos Fresneda / Londres

Volverás a Columbine

Los estudiantes autores de la matanza del Instituto Columbine, Colorado.

Los estudiantes autores de la matanza del Instituto Columbine, Colorado.

Trece años después de la masacre del Instituto Columbine, como en una macabra revancha del destino, el horror vuelve a golpear las conciencias de los norteamericanos, tan aferrados a su sacrosanto derecho constitucional a portar armas.
     
El consabido espectáculo de lamentos y lágrimas seguirá durante días a la tragedia de Connecticut. Acudirá el presidente Obama a pronunciar discursos y consolar a las víctimas. Pero nadie moverá un dedo para ponérselo más difícil a los asesinos. Como dijo el malogrado Charlton Heston: “Tendréis que arrancarme el arma de mi cadáver”…
      
Con más de 200 millones de pistolas en circulación, con la mayor proporción de pistoleros por cabeza de todo el planeta, es de esperar que en cualquier momento se produzca una tragedia similar. La duda no es ya cuándo, sino dónde será el próximo tiroteo, “patrocinado” por la todopoderosa Asociación Nacional del Rifle (NRA), auténtica responsable de la epidemia que causa todos los años más de 30.000 muertes en Estados Unidos (incluidos los suicidios, con las pistolas siempre a mano).
      
La penúltima lluvia de balas fue en un cine de Aurora, este mismo verano, cuando 12 personas resultaron muertas y 59 heridas en un pase de la ultraviolenta “El caballero oscuro: la leyenda renace”. Tiempo antes, en Arizona, uno de tantos perturbados con pistola mató a seis personas y atravesó con una bala el cráneo de la congresista Gabrielle Giffords, que meses antes había presumido ante su electorado: “Tengo un Glock de 9 milímetros y soy muy buena disparando”.

Lecciones no aprendidas

Ahora, como entonces, los lamentos de políticos se estrellan contra esa “incultura” de la violencia arraigada en la América profunda y alimentada por el “lobby” de las armas que, digámoslo claro, tiene comprada a tres cuartas partes del Congreso norteamericano, incluido un buen puñado de demócratas.
     
Pese al impacto de la masacre del Columbine (trece muertos y dos suicidios), pese a la conmoción causada en el 2007 por la matanza de la Universidad Virginia Tech (32 muertos), pese a los cambios prometidos por Obama, lo cierto es que nunca cambia nada. El NRA invierte más dinero que nunca en la ruleta de la política y logra que se aprueben “leyes de autodefensa”, como la que se cobró la vida del adolescentes Trayvon Martin en Florida.
     
El “lobby” de la pólvora tiene la máquina bien engrasada, y por nada del mundo va a permitir que las leyes para reforzar el control de las armas se convierta en un tema palpitante, no ahora ni nunca. Los pistoleros fueron fieles a su cita en las dos convenciones, la republicana y la demócrata, y ahora llega el momento de recoger la cosecha de pólvora.
     
Como en Columbine, los grandes medios contribuirán al circo montado alrededor de la tragedia y nadie (salvo que Michael Moore lo vuelva intentar con una secuela) se atreverá a ahondar en las raíces de la drama. Con lo fácil que sería publicar una lista de todos los políticos “untados” por la NRA y cómplices de la masacre de Connecticut…
     
Pero los pistoleros, con flamante sede en los alrededores de Washington, seguirán en pie de guerra y pronto contraatacarán su ejército peculiar lacayos de las relaciones públicas, repitiendo por activa y pasiva la letal consigna: “No matan las pistolas, matan las personas”. 

¡Acabáramos!

Carlos Fresneda / Londres
Publicado en la edición papel de El Mundo 15.12.2012 y online en El Mundo.América

Algunos twitters:

La asociación del Rifle tiene comprados a muchos políticos en USA según Carlos Fresneda en

Un lacra + mortífera q la guerra o el terrorismo: 30.000 muertos cada año por armas en EEUU “: Guns kill 30k Americans annually" 

This morning a crazy man attacked 22 children at an elementary school- in China. But all the crazy man had was a knife. Number of dead? Zero 

Im so sad..just found out about the shooting! When we will realize that weapons for all is not the way to achieve a safer America? I pray..

¿Sabías dónde se organiza una de las mayores ferias de venta de armas sin restricciones? en Las Vegas Sands, de un tal Sheldon Adelson

Cuántos muertos se necesitan en EEUU para la vida valga más que la industria de las armas?  

¡Hay q prohibir los coches por provocar más muertes q las armas!..No, idiota, sus muertes son daño colateral. Las de las armas son directas 

Obama va a hablar sobre Conneticut. O es para prohibir las armas o que se calle. 


Am recalling all the days i dropped my daughter off at kindergarten, and the atmosphere of complete trust. Just too sad for words 

RT “: La venta de armas se ha duplicado en EE UU en la última década.

como no intentemos por todos los medios prevenir los desequilibrios, los indefensos seguirán cayendo por habrunas, navajas o tiros, DOLOR




El cambio climático en el diván

Destrozos en Nueva York tras el huracán Sandy.

La “no” noticia de las dos últimas semanas ha sido sin duda la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático en Doha. ¿A quién se le ocurre organizar el tinglado en el país con mayores emisiones per cápita de CO2 del planeta? ¿Cómo hablar de la desaparición de la capa del hielo en el Ártico en esta aberrante “burbuja” en mitad del desierto?

A Qatar se va en todo caso a jugar al fútbol o a intercambiar petrodólares… Reunir allí a cientos de burócratas del clima, tenerles dos semanas bajo el aire acondicionado, viviendo como perfectos jeques, es otro regalo más (y van unos cuantos) a los escépticos y a los “negacionistas”.

Tan sólo el vago compromiso de los países ricos de indemnizar a los países menos desarrollados por “daños y pérdidas atribuidos al cambio climático” salvó “in extremis” las negociaciones que no merecieron titular alguno hasta el último aliento, al cabo de dos semanas de tira y afloja.
La verdad es que ya cansa escribir sobre el cambio climático. Y la culpa la tienen tanto los que no hacen nada (¿no quedamos en que Obama se iba a tomar la cosa en serio tras la destrucción causada por el huracán Sandy?) como los que reinciden en las reuniones eternas y cada vez más lejanas, condenadas de antemano al fracaso.

La culpa la tienen también los grandes medios, que se han batido en retirada, convencidos de que el cambio climático “no vende” y crea incluso “fatiga” en la opinión pública, mucho más preocupada por la acuciante situación económica.

Llegados pues a este punto de hastío, resignados al hecho de que lo que de verdad le preocupa a la gente es cómo llegar a fin de mes (y en todo caso qué tiempo hará mañana), ha llegado quizás el momento de sentar en el diván al cambio climático y preguntarnos qué podemos hacer todos por recuperar el interés.

Engaging with Climate Change da título a un curioso libro, publicado en el Reino Unido, que presume de ser el primer acercamiento al tema desde “una perspectiva multidisciplinar y psicoanalítica”, ahí es nada… Los autores de Engancharse al cambio climático (traducción libre) se preguntan entre otras cosas por qué se ha extendido tanto el escepticismo, por qué nos obstinamos en negar nuestra dependencia con la naturaleza y hasta qué punto existe un conflicto latente entre nuestros valores y el estilo de vida al que nos arrastra nuestra cultura.

Sin restar mérito al esfuerzo múltiple y “psicoanalático”, la respuesta me parece así de simple: el cambio climático tiene claramente un “problema de comunicación”. Los millones invertidos por los “lobbies” en campañas de desinformación han echado por tierra la labor de los científicos y los esfuerzos de las instituciones y de las organizaciones no gubernamentales.

Lo que el cambio climático necesita urgentemente es una campaña para crear conciencia pública, con imágenes como las del huracán Sandy a su paso por Estados Unidos y por Haití, para convencernos de que el problema está ahí, golpeando por igual a los países ricos y a los países pobres, y que no podemos cerrar los ojos.

“No puedes ignorar esto”, fue el reciente titular de The Guardian ante las inundaciones que afectaron el sureste del país y que dejaron pueblos enteros convertidos en islas. La autora del artículo, Anne Karpf, se define a sí misma no ya como “escéptica”, sino como “ignorante” del cambio climático. Su actitud, sin embargo, ha cambiado radicalmente ante las sobrecogedoras imágenes de los ríos desbordados. Su ambivalencia ha dejado finalmente paso a una determinación: “Algo hay que hacer”.

Pero la gente no pasará a la acción si nos quedamos en el mensaje apocalíptico a lo Al Gore. Necesitamos en todo caso “aguijones” como los del cientítico de la NASA James Hansen, intentando convencer a los norteamericanos de que el huracán Sandy es “el cambio climático llamando a nuestras puertas de la manera más cruda”. Pero hace falta también gente como Bill McKibben, el fundador de 350.org, capaz de convertir la frustración en acción.
El lema “Save the planet” tiene que morir y dejar paso a otro que reúna al mismo tiempo la urgencia del cambio y la esperanza en un mundo mejor. El miedo paraliza a la gente y la amenaza constante se convierte en angustia. Hace falta sin duda incorporar al mensaje la “visión” de una realidad positiva y distinta a la que podamos contribuir.

Lo que necesita el cambio climático, cuando se levante del diván, es algo así como una cura de “optimismo oscuro”, como propugna Shaun Chamberlain, una de las mentes más lúcidas del movimiento de Transición: “Tenemos que ser descaradamente realistas a la hora de aceptar la situación actual, por abrumadora que nos resulte. Pero tenemos que ser también descaradamente positivos a la hora de imaginar el mundo que podemos crear”.
En eso estamos…

Carlos Fresneda
Publicado en el blog Realidad Paralela de El Correo del Sol

El Gobierno británico da luz verde al 'fracking'

Protestas contra el uso de 'fracking' en Londres. | Justin Tallis

    Protestas contra el uso de 'fracking' en Londres. | Justin Tallis
  • La fractura hidráulica causó dos pequeños terremotos en Lancashire
  • Las perforaciones estuvieron suspendidas 18 meses para evaluar el impacto
  • Las reservas británicas podrían superar 1,7 billones de euros

El Gobierno británico ha decidido dar finalmente luz verde a las extracciones de gas pizarra. El ministro de Energía y Cambio Climático Ed Davey ha decidido autorizar el uso generalizado de la polémica técnica conocida como 'fractura hidráulica' o 'fracking', que causó hace 18 meses dos pequeños terremotos en el condado de Lancashire, en unas perforaciones realizadas por la compañía Cuadrilla.

"La extracción podrá seguir adelante con nuevas medidas de control para reducir el riesgo de actividad sísmica", ha declarado Davey. "El gas pizarra constituye una gran promesa para el futuro energético del país, para la reducción de las emisiones de CO2 y para la creación de miles de empleos".
Según estimaciones de la Sociedad Geológica Británica, el Reino Unido cuenta con unas reservas de gas pizarra estimadas en 1,7 billones de euros, principalmente en el noreste del país. El ministro del Tesoro George Osborne es el principal impulsor de la 'fiebre del fracking' y planea la apertura de una Oficina Especial del Gas Pizarra.

Los mapas iniciales estiman que hasta el 64% de la campiña inglesa podría perforarse a la busca del controvertido 'maná' energético, que se ha convertido en el caballo de batalla de los grupos ecologistas en todo el mundo (incluida España) desde el impacto de la película 'Gasland', de Josh Fox.
Los críticos cuestionan principalmente la contribución del 'fracking' a los movimientos sísmicos y a la contaminación de los acuíferos. La fractura hidráulica consiste en una perforación vertical hasta la capa de pizarra, donde la perforación se vuelve horizontal. Con la ayuda de explosivos se provocan pequeñas grietas, en las que se inyectan miles de toneladas de agua alta presión, mezclada con arena y productos químicos, para fracturar la roca y liberar el gas.

Sin entrar en el impacto directo que el 'fracking' puede tener en las zonas de explotación, el ministro Ed Davey ha defendido la extracción del gas pizarra en el nombre del cambio climático: "¿No es mejor producir el gas en este país que tener que importarlo desde la otra parte de mundo?".

Carlos Fresenda / Londres

'Imaginaciones' nuestras


Mientras los mismos políticos, con distintos collares, se disputan las migajas del poder. Mientras los mismos economistas, con idénticas ideas, nos arrastran por el fango de la crisis. Mientras los mismos medios, con invariables titulares, reinciden en la crispación que no cesa…

Mientras todo va, en resumidas cuentas, de puta pena, resulta que hay signos de que algo empieza a cambiar. Así nos llamen idealistas, perroflautas o soñadores. “Imagine”…
No hablamos de “imaginaciones” nuestras, sino de realidades concretas. Historias que van contra la corriente dominante y que rara vez saltan a los titulares, casi siempre escondidas bajo esa letanía de tragedias y tristezas que algunos llaman actualidad.

Vivimos inmersos en una matrix informativa. Tan vapuleados acabamos por el centrifugado diario que apenas nos quedan ganas para explorar –y no digamos para construir- el otro mundo posible (“lo imposible nos llevará un poco más de tiempo”).

Pero lo cierto es que aquí, en la Realidad Paralela, están pasando cosas, muchas cosas de las que apenas dan cuenta la televisión o los periódicos, si acaso las redes sociales. Pues resulta que la gente no sólo protesta y se lanza a la calle. La gente se mueve, se organiza y empieza a urdir muchas pequeñas historias que se siguen desacreditando como minoritarias o alternativas, pero que poco a poco empiezan a formar el tejido de otro tipo de sociedad.

Paul Hawken hablaba hace algo más de una década de esa “revolución invisible y silenciosa” en Bendita Inquietud. Eran también tiempos de insurrección callejera, espoleada por la batalla de Seattle y por los patadones de los antisistema.

Pero el sistema no tardó en aplastar la revuelta e imponer la mentalidad de guerra que marcó la primera década del siglo. Y en esto llegó la crisis, y quedó por fin claro quiénes son los vencedores y quiénes los vencidos en esta economía autodestructiva que todos hemos alimentado sin saberlo.
Arreciaron de nuevo las protestas, y al cabo de año y medio las dieron por muertas. Los medios, ya se sabe, necesitan manifestantes apaleados y cristales rotos. Las otras noticias, las que no sangran ni hacen ruido, ni tienen protagonistas famosos, pertenecen en todo caso al subgénero de la “palpitante inactualidad”, que es precisamente la semilla del auténtico cambio.

También es cierto que esto de estar con un pie en la Realidad Paralela tiene sus riesgos. Uno acaba perdiendo la perspectiva de la Realidad Perpendicular (o sea, la que te atraviesa por la mitad todos los días). A poco que te descuides, recobras la ilusión y la esperanza, y todos sabemos de sobra en qué acaba todo eso. “Hope”…

Pero estamos donde estamos y no hay vuelta de hoja. Nos han enviado hasta aquí para hablar de las ciudades en transición, del consumo colaborativo, de los huertos compartidos, de increíbles y comestibles, del hazlo tú mismo, de mueve tu dinero, de las monedas sociales, de los bancos de “colaboracciones” y de otras quimeras más o menos reales… en la Realidad Paralela.

Seguiremos imaginando...

Carlos Fresneda

¡A la ecología por la economía!

Thomas Kolster, de WhereGoodGrows.

La economía es de Marte, la ecología es de Venus. Lo que hemos vivido en las últimas décadas es el permanente desencuentro entre las dos ramas que, se supone, deberían brotar del mismo árbol. Pero las dos “ciencias” han estado durante mucho tiempo a palos y es ahora cuando recogemos los frutos… podridos.

La economía y la ecología deben encontrarse necesariamente en la Tierra, y en eso estamos. Al fin y al cabo, la raíz es la misma: “oikos”, la casa (o sea, el planeta que nos da cobijo). La diferencia está en todo caso en la “savia”: una debería velar por la administración y la gestión de los recursos, y la otra por el conocimiento y por el cuidado de ese gran ser vivo que llamamos Gaia.

Después de la delirante aventura interplanetaria, el aterrizaje forzoso del 2008 debería servir finalmente de punto de encuentro… “¡A la ecología por la economía! (y viceversa)”, como hace poco le oí proclamar a nuestro amigo y director de EcoHabitar Toni Marín, uno de los primeros en olerse la inevitable convergencia.

Los tiempos están cambiando, que diría Bob Dylan, y esta misma semana ha saltado la liebre del marido economista y la esposa ecologista… Pues resulta que al gobernador del Banco de Canadá y futuro gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, le ha salido una mujer muy “verde” (en el buen sentido).

Diana Carney, la esposa del banquero, ha expresado sus simpatías por el movimiento “Occupy” y ha reconocido que la “desigualdad económica” es el problema más grave de nuestro tiempo. A sus 46 años, ha decidido recuperar la infancia perdida (hija de un granjero) y convertirse al “credo verde”, montando en bicicleta, cultivando sus verduras y recomendando “frugalidad” frente al hiperconsumismo en su propio blog.

Los canadienses no ven nada extraño en el matrimonio entre el economista y la ecologista (más allá de la contradicción de vivir en una confortable mansión de un millón de euros en Ottawa). Los medios británicos, sin embargo, se han llevado las manos a la cabeza y han condenado a la mujer del banquero como “anti-capitalista” y “eco-guerrera”… Vuelta a empezar.

Lo último que necesitan la economía y la ecología es una nueva guerra, después de las armas de destrucción masiva empleadas para negar el cambio climático. Llegados a este punto se impone necesariamente una tregua, como la firmada esta misma semana en Londres en la conferencia “Sustainable Brands”. 

Había que haber visto a Paul Gilding, ex director ejecutivo de Greenpeace y autor de “La gran disrupción”, dando una lección de futuro a los empresarios y a los expertos en marketing: “Hemos llegado al “pico” del estado de negación en el que vivíamos. La economía necesita tocar tierra y recuperar su propósito real: mejorar nuestras vidas”.

La economía necesita aprender de la ecología y alinearse con la naturaleza. Y la ecología tiene que aprender de la economía y hacerse más práctica. Una y otra deben sacar partido de la “colaboración”, la palabra clave en el mundo que viene, en opinión del creativo iconoclasta Thomas Kolster, que pronto lanzará la mayor plataforma colaborativa “on line” para el cambio social: WhereGoodGrows Donde Crece lo Bueno…

Carlos Fresneda
Publicado en el blog Realidad Paralela de El Correo del Sol 

Tuits desde Conama 2012


Me encuentro en la mayor reunión de emprendedores verdes, de ideas y dinámicas para ayudar a sacar a este país de la etapa de ajuste, camino a un futuro lo mas sostenible que podamos. En Conama 2012 se vive la pasión por reinventar el sistema para el 99%, materializando, aunque sea poco, la senda, los productos, los servicios y el bienestar.

Llegando a Conama, frente a su sugerente llamada:



Los emprendedores en pleno taller de speednetworking en el espacio Green Jobs. En foto:



Y en vídeo:



José Luis Yustos nos explica la experiencia de participar en la speednetworking desde su actividad en A21:


En la selección de eco propuestas Conama 2012:

1. Creación de Naviki, un enrutador ciclista en la Unión Europea:



2. Kutxa Ekogunea, primer parque de la sostenibilidad estatal, en San Sebastián:


3. Planta termosolar Puerto Errado 2 Calasparra, tecno Fresnel:


4 Elarbolesvida.es, programa la plantación de 10 millones de árboles:
 

5. , Asociación de fomento eco verde, solidaria y del bien común




Se celebra un debate sobre la reforma energética, donde José Luis García expone el punto de vista de Greenpeace (el sonido no es muy bueno): Video of Posición energética de Greenpeace


En el mismo debate, el CEO de Climate Strategy, Peter Sweatmann, da pistas sobre dónde estamos y hacia dónde podríamos ir con las renovables: Video of Peter Sweatmann, propuesta energética Spain



Llega el autoconsumo fotovoltaico. Es imparable, según el representante del Ministerio de Industria. Electricidad más barata que por la red:


Jaime Guedón presenta el proyecto Aula Ecológica


Dos buenas noticias desde Greenpeace


Breve presentación de la Coop Som Energia



Y antes de coger el tren, lo mas rico de la jornada, ya fuera de Conama, un encuentro con los compas de Menudavida


Manolo Vilchez

Taller de juegos (recuperado de los recuerdos)

Por casualidad ha caído en mis manos meneando un mueblecillo en la casa familiar, una revista Vital, de allá por 1998, ósea hace 14 años. Mi inestimable colega Alvaro Altés publicó sobre agricultura y estrellas, él que tanto hizo por la introducción de la agricultura biodinámica en este país en que falta desde hace algo más de 12 años. Me han dao sentimientos de nostalgia y recuerdos, sin duda. Al pasar sus páginas me aparece uno de los primeros artículos que tuve el placer de componer y tuvieron en Vital la atención de publicar, continuando aquel espacio dedicado al Balcón Comestible, ...que recuerdos.

He cogido y he fotografiao las 4 páginas, en ellas tres de los que salen me han tocao la fibra más de lo esperao, el más peque esta ahora a punto de ser mayor de edad que junto a la humana juguetona, andan lejos de donde escribo, el adulto disfrutó y mucho, recuerdo, y el chaval era un vecino de aquella Villareal hace tiempo lejana y debe andar por la vida quizás con algún recuerdo de aquellas jornadas montando juegos, jugando con ellos y dejándose fotografiar.

Aquí dejo las fotos, en calidad creo suficiente (con un clic, visionado pa lectores) para poder ojear de forma algo más cómoda, lo que ocurrió en aquellos días de recuerdos y que puede ser útil, quizás para enfrentarse de otra forma a esa temporada donde el consumo nos llama a llenar de efectos los espacios y las relaciones, cuando quizás mejor sea para todos inflarnos de afectos, darnos todo lo posible de eso que nunca comprará el dinero.

Juegos, juguetes y actividades saludables para los pequeños que un día serán mayores y también para los ya lo son pero siempre serán como casi niños... 

Manolo Vilchez
Publicado en el blog En Ruta Solar de El Correo del Sol