Manolo Vilchez
Publicado en blog En Ruta Solar de El Correo del Sol
Pensamos y sentimos que por qué no lo imposible en tiempos ordinarios se puede convertir en factible en tiempos extraordinarios. Los ejes políticos y economicos, se manejan por una minoría hija predilecta del capitalismo. Indagar en la construcción de la resiliencia, reencontrar valores no rentables para pocos pero vitales para los muchos, anhelar un mundo sin perdedores, escribimos sobre personas y organizaciones que estimulan a cambiar hacia un mundo mejor. Carlos Fresneda y Manolo Vilchez
Pero Obama ha declinado el ofrecimiento –tal vez por evitar la comparación con Carter- y los ecologistas han tenido que desandar el camino con las viejas placas térmicas a cuestas.
Ni siquiera la oferta de la compañía californiana Sungevity, que se ha ofrecido a hacer una nueva instalación en la Casa Blanca con las últimas tecnologías, ha servido para disuadir a los asesores presidenciales, que han recordado sin embargo el compromiso de Obama de “estimular” las renovables con 80.000 millones de dólares.
“No han querido aceptar el panel de la era Carter que trajimos con nosotros y nos han dicho que seguirán deliberando para decidir si se instalan en la Casa Blanca algún día”, declaró Bill McKibben tras el frustrante encuentro. “Les hemos dicho que estaría bien si se decidieran pronto, dado el paso al que se está deteriorando el clima”.
Bill McKibben recordó cómo Carter se adelantó a los tiempos y decidió instalar las placas térmicas en 1979 para proporcionar agua caliente a la mansión presidencial. Su promesa y esperanza era que aguantaran en el tejado de la Casa Blanca hasta el año 2000, pero Ronald Reagan decidió desmontarlas apenas dos años después.
McKibben es consciente de que el movimiento del clima en Estados Unidos “va a tener que viajar inevitablemente hacia atrás para dar el salto adelante”. Por segundo año consecutivo, el activista más emblemático de Estados Unidos ha convocado el próximo 10 de octubre cientos de actos revindicativos en todo el planeta y bajo los auspicios de 350.org, la campaña para pedir una reducción global de las partículas por millón de CO2 en la atmósfera.
“La industria de los combustibles fósiles ha plantado resistencia al cambio y ha logrado boicotear la ley del clima”, denuncia McKibben. “Está claro que no vamos a ver una acción federal en los próximos dos años, de modo que la solución está de nuevo en nuestras manos. Vamos a aprovechar ese tiempo para construir el movimiento que este país y el planeta necesitan... Y vamos a seguir pidiendo que la Casa Blanca se reconvierta a la energía solar. El presidente Obama debería predicar con el ejemplo”.
Carlos Fresneda
Publicado en el blog En la Ruta Verde, de El Mundo
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Yo recuperándome de los días previos, comenzando a escribir a las 21 horas cuando todavía queda medio día por delante, a tres horas de llegar a Santo Domingo donde dos colegas del alma me esperan y donde también miembros de la ong CESAL en la zona nos vienen a recibir y echar un cable. Mientras en la pantallita veo como el avión dibujado se acerca a una isla especial, en la bodega del gran avión que me traslada, van 400 kg de materiales mimados, van 14 cocinas solares parabólicas alSol en sus cajas planas, van los recipientes para ayudar a cocinar sin consumir leña o carbón aprovechando la limpia energía del sol, cuando las lluvias que ya han comenzado en Haití, lo permitan. Van decenas de linternas solares y cinéticas (a manivela), lámparas solares de camping que en la estantería de Carrefour (que las ha donado) no dicen mucho sino eres admirador de la autonomía energética o comienza tu pasión por las enegías renovables camino del campong, pero que hemos imaginado que su luz pueda ayudar a ver algo más clara la vida, ayudar a algunos perdedores de este mundo patas arriba, de perdedores en un país que hace tres meses como que perdió su poco futuro, en un país que ojalá la ganas de organizarnos por primera vez como especie unida, tenga para Haití un espacio destacado de acción y reconstrucción de todo.
Los pilotos de Air Europa organizados como logistas solidarios en sus ratos de descanso han considerado a ese proyecto ciudadano de llevar tecnologías domésticas en base a la energía solar a la punta de La Española, The Solar For Hope / Energía Solar para la Esperanza (me permito las mayúsculas) como ayuda humanitaria y los casi dos metros cúbicos sólo tienen el coste de su cuota de emisiones de CO2, al igual que mi cuerpo y el poco peso de materiales personales que me traigo para estos doce días donde queremos hacer lo mejor que podamos el mejor trabajo que sabemos y podamos hacer. Gracias pilotos, gracias Telmo de la Quadra Salcedo por las gestiones y por los sabios consejos. Gracias Santi y colega, del barrio de la Prosperitat, en Nou Barris, por mover la adquisición de las cocinas solares desde la caja del concierto por Haití y por ayudar a mover los cuatro carros hasta los topes. Menos mal del tiempo y la furgo de José Bueno, sin ello no se como lo hubiéramos hecho más fácil.
Hace unos meses me leí el capítulo dedicado a los dos países de la isla en Colapso y lo llevo conmigo fotocopiado, y lo dejo disponible en un pdf, con todo los respetos al autor y editorial y como promo de ese libro que hay que leer si uno quiere saber hacia donde como que vamos en base hacía donde hemos ido antes. Te lo recomiendo para conocer más sobre ese territorio, sus gentes y avatares históricos, sociales y ambientales, donde a una parte le cambió el rumbo hace unos 100 días. Ahora he abierto la guía de Lonely Planet de República Dominicana y Haití, directo me he ido a saber más sobre el país más pobre de este hemisferio por donde vuelo, y en resumen, todas las precauciones y consejos recibidos aparecen impresos y son de ayuda para movernos en un lugar duro, en un momento difícil, pero con la ilusión parecida a esos cientos de miles de ciudadanos que tienen a bien invertir y trabajar para que nuestra sociedad camine hacia un destino más justo para todos, la verdad que lo que ahora siento debe ser lo que los cooperantes de toda índole y condición sienten con su compromiso de ponerse manos a las obras enormes que nos quedan por acometer.
El calor del Caribe es como un veranillo al caso, y no ha sido poca cosa sacar de la cinta los 21 paquetorros, pasar por un sorprendido control de aduanas, abrir algunas cajas y salir al ruedo a buscar la pick up, cargarla hasta los topes y por cortesía de José Andrés, empresario del comer, comunicador y promotor del Solar For Hope, por alojarnos en la zona colonial para disfrutarnos gastronomía local y compartir con Antonio Benete responsable de proyectos en República Dominicana desde CESAL y su mujer, el paso de mapas y documentaciones, los últimos cambios en el paso de la frontera que igual se nos complica y datos sobre los proyectos que la ong realiza en los dos países de la isla. Las 5:30 ha sido la hora pactada para poner rumbo a la otra esquina de la isla.
Manolo Vílchez, para Solar For Hope / Energía Solar para la Esperanza
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WASCO (OREGON).- Desde que la turbinas arraigaron entre el trigo, John Hildebrand duerme mucho más tranquilo por las noches. El viento de la “garganta” del río Columbia, que antes era capaz de volverle loco, suena ahora a maná del cielo. El zumbido de las aspas forma ya parte del paisaje acústico en este rincón del altiplano de Oregón, en plena “nación del salmón” y en tierras sagradas de la tribu de los Wasco.
PARQUE EOLICLO KLONDIKE DE IBERDROLA EN OREGON
Hace siglo y medio que los Hildebrand se instalaron en estos páramos dorados del lejano noroeste de Estados Unidos, en el lado soleado del imponente Mount Hood, que los separa de los bosques y las brumas. Vieron llegar el ferrocarril, y después la electricidad, y finalmente el tractor. La agricultura industrial les dio de comer durante un tiempo, pero no fue suficiente. La aldea de Klondike se acabó desdibujando en los mapas, y en Wasco apenas quedaban 400 almas mal contadas. Su destino probable habría sido el de tantos pueblos fantasmas de la América profunda.
Pero en esto llegaron los españoles de Iberdrola... “Antes vinieron otros, aunque no acabamos de fiarnos”, recuerda John Hildebrand, mientras se ajusta los tirantes y despacha una hamburguesa en el Lean To Cafe and Goose Pit Saloon, el bar donde socializan los locales.
"Nunca dudé del poder del viento”, asegura el veterano agricultor, 82 años. “Aquí tuvimos siempre molinos, y yo sabía que estos aires que tanto nos han hecho sufrir, nos acabarían dando grandes satisfacciones. Ahora nos beneficiamos todos los años de la “doble cosecha”. No nos podemos quejar”.
JOHN HILDEBRAND EN EL PARQUE EOLICO KLONDIKE DE IBERDROLA EN OREGON
John Hildebrand tiene aún el rancio recuerdo de cuando estuvo en la España posfranquista “conduciendo un viejo Seat por carreteras secundarias”. “Me cuentan que aquello ha cambiado mucho y que hay turbinas por todos los lados”, advierte. “Ahora son ustedes quienes tienen el “conocimiento...”.
Seguimos al “energicultor” por caminos polvorientos. En su ranchera lleva una pegatina que suena a declaración de principios: “Si amas tu petróleo extranjero, vas a tener que amar tu comida extranjera”... En poco tiempo nos plantamos en los campos de espigas, que bailan con el viento y brillan aún más intensamente junto al reflejo blanco, uniforme y casi infinito de los aerogeneradores.
Los agricultores firman un contrato de cesión del suelo por 30 años y perciben algo más de 5.000 dólares al año por “molino”. Con 242 turbinas instaladas en cuatro fases, el parque eólico de Klondike es el mayor de los que opera Iberdrola en el mundo: 400 megavatios, suficientes para abastecer a 115.000 hogares de los estados de Oregón, Washington y California.
Klondike es también uno de los tres parques más grandes en Estados Unidos, que este año se ha colocado a la cabeza del mundo por potencia eólica instalada (26.000 megavatios). Aun así, el viento no supone aún más que un 1,5% de la tarta energética del país, y el potencial de crecimiento es enorme.
Si Gamesa eligió Pensilvania, y Acciona se inclinó por Iowa, Iberdrola decidió empezar la conquista precisamente por el noroeste y controla desde Portland (Oregón) una red que se extiende ya por 14 estados y suma un total de 2.876 mevatios. Una tercera parte de la capacidad instalada por nuestro gigante eólico está precisamente en Estados Unidos.
Aunque la crisis ha menguado las inversiones previstas de 8.000 millones de dólares entre el 2008 y el 2012, Iberdrola confía en poder llegar este año a la meta de los 800 MW instalados con el impulso del Plan de Estímulo de Obama, que ofrece ayudas en efectivo (grants) y prorroga hasta el 2012 los créditos fiscales a la producción (PTC).
“Sin duda, el plan de estímulo y la ley de energía darán un impulso definitivo al sector”, admite Martín Múgica, al frente de Iberdrola Renewables en Estados Unidos y Canadá. “A partir de ahora vamos a contar con un marco de apoyo que antes no existía. Estamos muy satisfechos y sólo esperamos que las dos leyes cumplan sus expectativas”.
John Hildebrand, el campesino “eólico”, avanza entre las turbinas por el carril que lleva el nombre de su familia y se niega a creer que todo el mérito sea de Obama: “No soy de los que opinan que este presidente haya hecho malo al “otro” (Bush). Lo cierto es que el viento empezó a despegar en este país cuando tuvo un sentido económico. Y lo mismo pasará con la energía solar: funcionará en estas tierras cuando le llegue el momento, aunque no sé si viviré los suficiente para beneficiarme de ella”.
El viento ha servido de momento para renovar por completo la escuela de Wasco, para adecentar las carreteraas y para poner en marcha dos proyectos de “desarrollo” impensables hace una década. La idea de reconstruir el viejo hotel Sherman, que daba prestancia al pueblo, pervive aún en las mentes de los afables lugareños, que viven con pie en el pasado y otro en el futuro inmediato
Seth Stanfield, 31 años, californiano y marinero en tierra, piensa quedarse en Wasco así que sople un viento del fin mundo. Su experiencia militar ha sido impagable para tomarle las hechuras a los gigantes de metálicos de más de 100 metros y a su complejo mantenimiento Un total de 23 personas controlan el funcionamiento de un auténtico ejército de rotores. “Hay que saber de electricidad, de mecánica y de informática”, advierte Stanfield, mientras nos invita a contemplar la “sala de mandos”, a entrar en los intestinos de una “nacelle” y a visitar el imponente interior de una turbina. “Y has de estar también dispuesto a un intensidad física y a una exposición constante a los factores externos... Quien tenga claustrofobia o vértigo, mejor que se abstenga”.
Obama: “No hay que tenerle miedo al futuro”
WASCO (OREGON).- Barack Obama ha decido dar un último empujón a la Ley del Cambio Climático, aprobada por la mínima en la Cámara de Representantes (219 votos a favor, 212 en contra). El texto que fija por primera vez una reducción a las emisiones de CO2 en Estados Unidos –del 17% en el 2020 y del 83% en el 2050- está pendiente aún de la votación final en el Senado, donde será aún más complicado sacarla adelante.
“Hago una llamada a todos los senadores y a todos los americanos en este asunto”, declaró el presidente. “No podemos tenerle miedo al futuro. Y no debemos ser prisioneros del pasado... No creáis en la desinformación que circula estos días: no existe ninguna contradicción entre las inversiones en energía limpia y el crecimiento económico”.
Obama vaticinó que la nueva ley servirá “para impulsar el desarrollo de fuentes de energía bajas en carbono, tales como la eólica, la solar y la geotérmica”. El presidente metió en el mismo paquete a “la energía nuclear segura” y al “carbón limpio”.
Pese al empeño puesto por los impulsores de la ley, los demócratas Henry Waxman y Ed Markey, el “compromiso” final ha obligado a rebajar los límites a las emisiones y contiene numerosas “concesiones” la industria, en opinión de la mayoría de los grupos ecologistas. La ley está siendo también boicoteada por los “lobbys” del carbón y del petróleo, que pretende forzar una “marcha atrás” en el Senado.
Carlos Fresneda, enviado especial
Publicado en El Mundo, 5.07.09