MANIFIESTO POR UNA RED NEUTRAL (ADHESIÓN)

Ahora que la época de shocks contra los bienes sociales va a ser  más potente,  y que ello es vital para que el fascismo económico siga repartiendo, da igual la estrategía, dividendos entre sus accionistas, a la red de todos, al primer logro global para la construcción de un mundo mejor, hay que protegerla todo lo posible para que ni Telefónica ni ninguna compañía lucrativa meta sus zarpas en las autopistas de la libertad de expresión y donde de momento y por eterno tiempo, todos estamos en igualdad de condiciones. Desde Yo Cambio nos sumamos al Manifiesto por una Red Neutral.

Carlos y Manolo


(Si te sientes cómodo y representado por este texto, dale toda la difusión que puedas y quieras: reprodúcelo, enlázalo, tradúcelo, compártelo, vótalo… todas esas cosas que puedes hacer con total tranquilidad y libertad gracias, precisamente, al hecho de que tenemos todavía una red neutral. Hagamos posible el seguir teniéndola)


«Los ciudadanos y las empresas usuarias de internet adheridas a este texto MANIFESTAMOS:

1. Que Internet es una Red Neutral por diseño, desde su creación hasta su actual implementación, en la que la información fluye de manera libre, sin discriminación alguna en función de origen, destino, protocolo o contenido.

2. Que las empresas, emprendedores y usuarios de internet han podido crear servicios y productos en esa Red Neutral sin necesidad de autorizaciones ni acuerdos previos, dando lugar a una barrera de entrada prácticamente inexistente que ha permitido la explosión creativa, de innovación y de servicios que define el estado de la red actual.

3. Que todos los usuarios, emprendedores y empresas de internet han podido definir y ofrecer sus servicios en condiciones de igualdad llevando el concepto de la libre competencia hasta extremos nunca antes conocidos.

4. Que internet es el vehículo de libre expresión, libre información y desarrollo social más
importante con el que cuentan ciudadanos y empresas. Su naturaleza no debe ser puesta en riesgo bajo ningún concepto.

5. Que para posibilitar esa Red Neutral las operadoras deben transportar paquetes de datos
de manera neutral sin erigirse en “aduaneros” del tráfico y sin favorecer o perjudicar a unos contenidos por encima de otros.

6. Que la gestión del tráfico en situaciones puntuales y excepcionales de saturación de las redes debe acometerse de forma transparente, de acuerdo a criterios homogéneos de interés público y no discriminatorios ni comerciales.

7. Que dicha restricción excepcional del tráfico por parte de las operadoras no puede convertirse en una alternativa sostenida a la inversión en redes.

8. Que dicha Red Neutral se ve amenazada por operadoras interesadas en llegar a acuerdos comerciales por los que se privilegie o degrade el contenido según su relación comercial con la operadora.

9. Que algunos operadores del mercado quieren “redefinir” la Red Neutral para manejarla de acuerdo con sus intereses, y esa pretensión debe ser evitada; la definición de las reglas fundamentales del funcionamiento de Internet debe basarse en el interés de quienes la usan, no de quienes la proveen.

10. Que la respuesta ante esta amenaza para la red no puede ser la inacción: no hacer nada equivale a permitir que intereses privados puedan de facto llevar a cabo prácticas que afectan a las libertades fundamentales de los ciudadanos y la capacidad de las empresas para competir en igualdad de condiciones.

11. Que es preciso y urgente instar al Gobierno a proteger de manera clara e inequívoca la 
Red Neutral, con el fin de proteger el valor de Internet de cara al desarrollo de una economía más productiva, moderna, eficiente y libre de injerencias e intromisiones indebidas. Para ello es preciso que cualquier moción que se apruebe vincule de manera indisoluble la definición de Red Neutral en el contenido de la futura ley que se promueve, y no condicione su aplicación a cuestiones que poco tienen que ver con ésta.
La Red Neutral es un concepto claro y definido en el ámbito académico, donde no suscita debate: los ciudadanos y las empresas tienen derecho a que el tráfico de datos recibido o generado no sea manipulado, tergiversado, impedido, desviado, priorizado o retrasado en función del tipo de contenido, del protocolo o aplicación utilizado, del origen o destino de la comunicación ni de cualquier otra consideración ajena a la de su propia voluntad. Ese tráfico se tratará como una comunicación privada y exclusivamente bajo mandato judicial podrá ser espiado, trazado, archivado o analizado en su contenido, como correspondencia privada que es en realidad.

Europa, y España en particular, se encuentran en medio de una crisis económica tan importante que obligará al cambio radical de su modelo productivo, y a un mejor aprovechamiento de la creatividad de sus ciudadanos. La Red Neutral es crucial a la hora de preservar un ecosistema que favorezca la competencia e innovación para la creación de los innumerables productos y servicios que quedan por inventar y descubrir. La capacidad de trabajar en red, de manera colaborativa, y en mercados conectados, afectará a todos los sectores y todas las empresas de nuestro país, lo que convierte a Internet en un factor clave actual y futuro en nuestro desarrollo económico y social, determinando en gran medida el nivel de competitividad del país. De ahí nuestra profunda preocupación por la preservación de la Red Neutral. Por eso instamos con urgencia al Gobierno español a ser proactivo en el contexto europeo y a legislar de manera clara e inequívoca en ese sentido.

CAMBIO CLIMÁTICO: DE LA ALARMA A LA APATIA


 

Seamos sinceros: escribir a estas alturas sobre el cambio climático es una tarea ingrata, peliaguda y fatigosa. Tal vez tenga razón Arnold Schwarzenegger: deberíamos inventar otro término más “sexy”, para vencer la resistencia tenaz de quienes han decidido que el medio ambiente no es “cool”, ya no vende, y que por tanto conviene esconderlo bajo tierra, a la espera de tiempos peores (inundaciones, huracanes, incendios, sequías, vertidos y demás desastres).

Hace un año, por estas fechas, el calentamiento global estaba en la mente de todos. Copenhague emergía como la última y gran oportunidad para una acción a escala planetaria. Pero el inoportuno “Climategate” (¿por qué nadie ha investigado hasta el fondo los oscuros intereses detrás de los emails “pirateados”?) pinchó el globo antes de tiempo. Los científicos quedaron como manipuladores y “mentirosos”. La cobardía de los políticos hizo todo lo demás.

Y aquí estamos, en la antesala de la cumbre de Cancún, con las expectativas bajo cero y con 15.000 expertos, delegados, funcionarios y emisarios de segunda fila intentando insuflar nueva vida al enfermo agonizante y febril.

No va a haber un “Big Bang” en la lucha contra el cambio climático”, advierte con los pies en el suelo Christiana Figueres, la costarricense con sangre catalana que lleva las riendas de la Convención Marco sobre Cambio Climático en Naciones Unidas (UNFCCC). A lo máximo que aspira Figueres es a “cambiar la dinámica” y a recuperar la menos un ápice de aquella “sensación de urgencia” que había hace un año y que se ha diluido por muchas y complejas razones.

Entre ellas, el silencio cómplice de los medios, con excepciones dignísimas como The Guardian, que sigue apostando por el medio ambiente como asunto de máximo interés, o de webs como Worldchanging, Treehugger y Grist, sacando a los americanos del conformismo y ofreciendo soluciones y acciones bien concretas.

Aunque la raíz del problema es sin duda la politización del tema. Creer o no creer en el cambio climático se ha convertido en un asunto de izquierdas o derechas. La cuestión se ha radicalizado cada vez más y no hay manera de tender puentes –ni siquiera lianas- entre los dos extremos.

El “ecologista escéptico” Bjom Lomborg lo han intentado a su manera –más o menos discutible- con su documental “Cool it”. El climatólogo de la NASA James Hansen (a quien entrevistamos este sábado en El Mundo) se ha desmarcado dando su apoyo a la energía nuclear. El propio Schwarzenegger se ha rasgado la vitola de republicano para defender hasta el último momento la Ley del Clima de California e impulsar ahora el grupo R20 para impulsar soluciones regionales a gran escala.

Dicen que nada hay tan paralizante como el miedo; en todo caso, la autocomplacencia. En pocos meses hemos pasado de la sensación de alarma a la total apatía. Nos han convencido de que no sólo no es posible un acuerdo político, sino que de poco o nada sirve cambiar las bombillas, conducir en bici, dejar de comer carne, compostar en casa o reciclar la basura.

Lo que hace falta ahora es huir de los extremos y actuar con sentido común. Firmar una tregua, pero sin olvidar que el tiempo apremia. Porque el mundo cambia, es ley de vida, aunque la resistencia al cambio la llevemos en los huesos... Informémonos, contrastemos opiniones y actuemos en conciencia. Cualquier cosa menos hundirnos en la resignación y en el sofá.

Carlos Fresneda
Publicado en el blog En la Ruta  Verde de El Mundo.es América
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Nota:  Por su estrecha relación con el tema eje del post, insertamos un vídeo de la conferencia de Domingo Jiménez Beltrán, vicepresidente de la Fundación Renovables, que interviene en la sesión  Las contribuciones de la empresa a una economía sostenible, en Conama10

Llamada a la proactividad estimulando la acción para el cambio.  
"¿Estamos hablando de cambio? Pero si ni siquiera somos capaces de cambiar de compañía de móvil".


BILL MCKIBBEN, EL ACTIVISTA INCOMBUSTIBLE


 Da todo su aliento y energía al movimiento 350.org y es un divulgador prolífico, con obras como la reciente 'Eaarth'                 

Bill McKibben tiene la planta espigada de un pívot de baloncesto y el espíritu combativo de un llanero
solitario. Se le reconoce desde lejos porque aventaja a todos por una cabeza y porque sabe crear
en su entorno una especie de frenesí apremiante y contagioso.

Con McKibben nos hemos cruzado una y mil veces en sus infatigables cabalgadas de la última década, desde su patria chica de Vermont hasta las escalinatas del Capitolio en Washington, pasando por la cumbre de los Bioneros en la bahía de San Francisco. Hasta hace poco llevaba sin embargo la vida ajetreada del ecologista teórico, preocupado en todo caso por disminuir su huella y dedicarle más tiempo a su familia, a sus caminatas por el bosque y a sus excursiones en canoa.

En sus alforjas cabía el orgullo de haber sido el primero en alertar al gran público sobre los efectos del cambio climático (entonces llamado efecto invernadero) en un libro proverbial que marcó un hito en 1989: El fin de la naturaleza. Publicó luego una larga decena de títulos –La era de la información perdida, Esperanza, Humanidad y Naturaleza, Economía Profunda– ahondando en la conexión entre nuestro estilo de vida y el deterioro del planeta. Colaboró con las publicaciones más punteras e intentó transmitir su pasión por el planeta como conferenciante. Pero algo le faltaba. Cada regreso a casa, cada artículo publicado, cada charla ante una audiencia más o menos multitudinaria, le dejaban en el fondo una sensación de vacío. Algo en lo más íntimo –coincidiendo casi con la inevitable crisis de los cincuenta– le decía que había llegado el momento de pasar a la acción.

Empezó por lo que tenía más cerca, movilizando a un grupo de estudiantes universitarios en Vermont, uno de los estados más progresistas de la unión. Allí prendió la chispa de Step It Up, embrión de lo que con el tiempo fraguaría en 350.org, el movimiento que está redefiniendo el movimiento ecologista a escala planetaria.

Más de 5.300 actos dieron la vuelta al mundo en la fecha clave y mágica (10/10/10). McKibben cree, sin duda, en el poder de los números, y las 350 partículas por millón de CO2 (la cifra considerada por el climatólogo de la NASA James Hansen como el umbral de peligro) han dejado de ser una abstraccióny figuran ya en la agenda de la ONU. 350.org nació precisamente en la antesala de Copenhague, cuando se estaba empezando a forjar –o eso parecía– una conciencia global ante el cambio climático. La cumbre acabó en un “fiasco de proporciones históricas”, nos confesaba recientemente el propio McKibben, que sufrió en sus carnes la humillación.

La depresión post-Compenhague dejó en el dique seco a viejos y nuevos grupos ecologistas. Pero McKibben decidió volver a la carga tras un breve período de reflexión. En enero de este año ya estaba dándole vueltas a todo lo que había que hacer para impulsar “un movimiento real, ruidoso y con gran capacidad de acción en todo el mundo”.

“Si algo aprendimos en Copenhague es que necesitamos un movimiento mucho más grande aún para forzar a los líderes a actuar”, reconoce el activista incombustible, embarcado en una partida a cuatro bandas entre Estados Unidos, Europa, China y el resto del mundo, “con especial hincapié en esa constelación de pequeños países (Samoa, Maldivas, Islas Salomón) que son los más amenazados y que apenas cuentan en la escena internacional.”

“¿Qué cabe esperar del próximo encuentro en Cancún?”, le preguntamos.

Y responde sin evasivas: “Muy poco. El Congreso norteamericano ha decidido no actuar: hemos enviado una señal muy nefasta al mundo. Pero es importante mantener vivo el proceso en Naciones Unidas. Los dos próximos años van a ser vitales”.

“Obama no ha hecho gran cosa, ni se ha mostrado dispuesto a arriesgar su capital político en la cuestión del cambio climático”, admite McKibben. “Ha tenido que lidiar con otros asuntos duros estos dos años y la política energética ha sido la gran sacrificada.”

El presidente ha accedido, al menos, a instalar nuevos paneles térmicos y fotovoltaicos en los tejados de la Casa Blanca, y ése ha sido tal vez el éxito más visible de 350.org. En plena campaña para el día de acción, McKibben encabezó una expedición solar con la idea de entregar a Obama uno de los viejos paneles que instaló en 1979 Jimmy Carter y que dos años después desmontó Ronald Reagan.

La excursión acabó en pinchazo sonoro, con el propio McKibben confesando a sus correligionarios de 350.org su profunda decepción por el intercambio de pareceres con los asesores de Obama.
Tres semanas después, sin embargo, el secretario de Energía, Steven Chu, anunciaba la reconversión de la Casa Blanca en la primavera del 2011 con una instalación que incorporará las últimas tecnologías y que permitirá no sólo proporcionar agua caliente sino también autoabastecer parcialmente de energía a la mansión presidencial.

"Nuestra próxima meta es lograr cosas prácticas, como que la Casa Blanca haya decidido reinstalar paneles solares" 

McKibben no pudo ocultar su satisfacción en vísperas de la movilización del 350.org: “Si ese hecho sirve para impulsar la energía solar de la misma manera que el huerto de la Casa Blanca ha impulsado la agricultura urbana, creo que podemos darnos por contentos”.


“Nuestra próxima meta será precisamente ésa: lograr cosas prácticas”, asegura. “Y podemos lograrlo país a país, con acciones llamativas para calar en la opinión pública y forzar a los políticos a tomar medidas contra el cambio climático, pese a todo el dinero invertido por el lobby de los combustibles fósiles y por las personas más ricas del planeta para abortar cualquier posibilidad de cambio”.

“organizar, organizar, organizar”... Son los tres consejos que Bill McKibben da a cualquier activista incipiente que quiere ir más allá del cambio personal y tener un verdadero impacto en su comunidad. “Pese a todos los obstáculos de este último año, el movimiento se encuentra más vivo que nunca: no hemos hecho más que empezar.”

El activista compulsivo no ha podido sin embargo enterrar al escritor nocturno que sigue llevando dentro y que vuelve a la carga estos días con Eaarth, algo así como Tierrra (con una “a” o una “r” de más, para recalcar que vivimos ya en otro planeta diferente al que conocíamos).


“Lo ocurrido este verano en Pakistán y Rusia son manifestaciones de ese clima extremo, que es una de la consecuencias más evidentes del calentamiento global”, concluye McKibben. “El cambio se está produciendo de una manera rápida y furiosa, y no nos queda otro remedio que adaptarnos. En nuestras manos está aún evitar que el clima entre en una espiral autodestructiva y deje el planeta irreconocible ante nuestros ojos.” 

Integral práctica


LA VUELTALSOL: BALANCE AMBIENTAL DE LA VUELTALSOL 2010 Y AGRADECIMIENTOS


....Se aportan datos referentes a la movilidad, el modelo de consumo de infraestructuras, la alimentación y el uso de los recursos. En lo cultural, el balance social lo pueden aportar los contenidos de estimulo a la acción respetuosos con el medio ambiente. Las entradas en este blog se han escrito con la voluntad de informar y dar a conocer algunos proyectos, acciones, personas y lugares, que estimulan los caminos hacia la sostenibilidad, según el criterio personal de Manolo Vilchez, comunicador ambiental y director de alSol, participe en este proyecto, que ha tenido como eje principal la exposición y presentación publica de los productos que la empresa fabrica y de los proyectos que promueve y pone a disposición de la sociedad. Finalmente, el uso de un mecanismo de cálculo de las emisiones emitidas de CO2 en una aproximación, permite manejar una autocompensación mediante la entrega de dos cocinas solares destinadas a un proyecto de cooperación al desarrollo.... enlace


¡QUE VIENEN LOS BIONEROS!


Los Bioneers son un heterogéneo grupo de activistas, científicos, pensadores e inventores con un fin común: buscar soluciones inteligentes, éticas y naturales para devolver la salud al planeta. En octubre se reúnen en Escocia y ‘abren’ sus conferencias y talleres al gran público.

Todos los hongos son mágicos”... La proclama de Paul Stamets, el micólogo más revolucionario de la galaxia, ha calado bien hondo desde aquella cumbre de los Bioneros, cuando anunció a bombo y platillo el lanzamiento de “la caja de la vida”, el invento con el que aspira a reforestar el planeta.

Imaginemos a Paul Stamets subido a lo alto de un escenario, con su sombrero fabricado con hongos y calado hasta las orejas, como un duende recién escapado de un cuento. Viajemos con él a lo más profundo del bosque y dejémonos guiar por el instinto y por sus sabias palabras: “Las soluciones están literalmente bajo nuestros pies”.

Visualicemos sobre la marcha la inmensa red del micelio que alimenta y protege los árboles y las plantas, y que conecta hasta el último resquicio de vida... “Porque los hongos son los auténticos guardianes de los ecosistemas, la inteligencia natural de la tierra, nuestra última gran esperanza. Y su mensaje es es así de claro: todo está interconectado.”  Acompañemos luego al micólogo mágico por una incursión intergaláctica a toda pantalla, o por los vínculos invisibles que hacen posible Internet, y hagamos finalmente la conexión.

 

Stamets encarna como pocos el espíritu de los Bioneros, pioneros de la biología, veinte años difundiendo las soluciones desde el corazón de la naturaleza. La carpa de los Bioneers se levanta cada otoño en San Rafael (California), y por ella desfilan los científicos, inventores, pensadores, activistas y ecologistas más respetados del planeta.  El invento de Stamets es la ‘caja de la vida’, con semillas de árboles y esporas de hongos para crear un bosque

Fue a primeros de los noventa, más o menos cuando se acuñaba la idea del “desarrollo sostenible”, cuando Kenny Ausubel y Nina Simons decidieron convocar la primera reunión de su genuina tribu con una misión inaplazable: restaurar la natutaleza y devolverle el equilibrio perdido. La misión de los Bioneros es ahora más apremiante que nunca, y con ese espíritu acaban de tender puentes hacia Europa (la pasada primavera en Holanda; este otoño, en Escocia) como preámbulo de esa red global que se está propagando como el micelio de Stamets.
La idea del cradle to cradle (reutilización total) de William McDonugh se gestó precisamente en una de las primeras reuniones anuales de los Bioneros. Janine Benyus impulsó también desde ahí su visión de la biomímesis, que ha dado la vuelta al mundo. Paul Hawken habló por primera ver del capitalismo natural y Fritjof Capra tejió la red de la vida. John Todd presentó en público a las ecomáquinas (depuradoras naturales de algas y plantas acuáticas) y Jason McLennan sorprendió en la última edición con el reto de los edificios vivos, que aspira a revolucionar la arquitectura.

El reconocimiento de los Derechos de la Naturaleza, incorporado a la Constitución de Ecuador, fue otra propuesta que brotó de la hoguera incombustible de Bioneros, que pasó por momentos difíciles, pero que encontró una nueva razón de ser a partir del documental La hora 11 –producido y presentado por Leonardo DiCaprio– y en la era del cambio climático. El climatólogo de la NASA James Hansen ha sido una de las estrellas del pasado cónclave californiano (del 15 al 17 de octubre), que ha tenido como hada madrina a Jane Goodall y su visión de los próximos cincuenta años.

Stamets y su reino de los hongos

Pero volvamos con el duende Paul Stamets ahora que le hemos puesto en su contexto y visitémosle en su reino particular de los hongos, bautizado como Fungi Perfecti y a los pies de las impresionantes Olympic Mountains, uno de los parajes más vírgenes del noroeste de Estados Unidos.

Cualquiera diría que el micólogo esperaba nuestra llegada en el momento más mágico, cuando los primeros rayos acarician los parasoles, esas setas de pie esbelto y sombrero deforma asombrillada (a juego con el del propio Stamets) que parecen desperezarse a primera hora del día. Con la cámara en un trípode, Stamets se deleita en la contemplación de su crecimiento (hasta 40 centímetros de altura pueden alcanzar) como un padre que atestigua el estirón de sus hijos.

Fungi Perfecti se dedica sobre todo a la comercialización de hongos medicinales, productos para gourmets (como el puré de trufas blancas o el chocolate CordyChi) y todo lo necesario para el cultivo doméstico (de las setas de ostra al shiitake). Stamets es también un precursor de las aplicaciones de los hongos para romper las toxinas, y entre sus clientes insospechados ha llegado a figurar el Pentágono. La Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA) llamó a sus puertas para ayudar a combatir el vertido del Golfo de México con micorremedios naturales.

Casi toda su experiencia está cocentrada en un fascinante compendio, Mycellium Running, aunque está convencido que lo que la gente necesita a estas alturas no son más libros sino herramientas para pasar a las “acciones individuales en masa”. 


Con la habilidad de un prestidigitador, Stamets nos lleva a la parte más recóndita de su reino y nos muestra de pronto su codiciado invento, la caja de la vida...
“Aquí, en una simple caja de cartón reciclado, viajan comprimidas las semillas de un centenar de árboles y las miles de esporas que ayudarán con el tiempo a crear un pequeño bosque. Si seguimos detalladamente los pasos, cada caja plantada en casa y transplantada luego a un lugar permanente servirá para secuestrar al menos una tonelada de CO2 a lo largo de 30 años”.

La idea es repartir un millón de cajas de la vida a un dólar cada una. “Con llegar al 1% de los envíos en Estados Unidos, podríamos reforestar una superficie de 2.500 hectáreas todas la semanas. Si la idea fructifica y se extiende a otras partes del mundo, podría ser la mayor reforestación colectiva de todo el planeta.”
Abetos, secuoyas, fresnos, cedros, olmos... Desde el frondoso noroeste de Estados Unidos, Stamets aspira a adaptar con el tiempo su invento a otros climas, y en eso anda, divulgando su idea de sol a sol, convencido de que “nos queda poco tiempo” para hacer las paces con el planeta.

En las culturas occidentales, recuerda, los hongos han tenido siempre mala fama y se han asociado tradicionalmente con la descomposición o la muerte. “Ahora que estamos empezando realmente
a conocerlos y a valorar su función, nos estamos alineando con la visión oriental, donde las setas se han visto siempre como símbolo de renacimiento y renovación”... Sostiene Stamets que estamos en los albores de una auténtica “revolución micológica”, a la que ya le ha encontrado un lema: “Sana la Tierra y la Tierra te matendrá sano”.

Dolman y el planeta agua
“¡Vaya con Gaia!”, es el saludo en español original (virado al chicano) que nos dispensa otro notable bionero, Brock Dolman, cabecilla la revolución hídrica. Las charlas de Dolman son inmersiones profundas en el Planeta Agua y en todo lo que el venerado líquido significa: “El ciclo del agua es inevitablemente el círculo de la vida”.


Se diría que Dolman tiene algo de zahorí con bigote y que invoca a su paso la lluvia. Un tremendo aguacero, de esos que dan la vuelta al paraguas, se desata a nuestra llegada al Art and Ecology Center de Occidental (California), donde Dolman y su equipo de permacultores, horticultores, educadores, activistas y artistas han creado un espacio de total fusión con la naturaleza, concebido para el mayor deleite de los sentidos y el mayor aprovechamiento del venerado líquido.


“La salud del agua es la medida infalible de la salud de la tierra”, advierte Dolman. “Es básico preservar la calidad y la cantidad del agua, porque nuestra vida depende de ello. Hemos entrado en un período de extremos climáticos, las inundaciones y sequías se alternan cada vez con más frecuencia, y cada comunidad y cada país dene tener su propio bote salvavidas”.

“Conoce tu cuenca de agua”, es otro de sus lemas predilectos. “No nos valen los mismos remedios de adaptación en Australia que en España, pero la filosofía es idéntica en cualquier lugar del planeta... Desde que arrancó eso que llamamos civilización, a la vera del Tigris y el Eufrates, el agua ha sido fuente de innumerables conflictos. Tenemos que dejar las peleas de lado, dejar de competir por y con el agua. Tenemos que hacer equipo con ella.”

Aljibes, cisternas, acequias, bancales, sumideros... La lluvia pone en marcha un flujo que se va canalizando a nuestro paso por el Art and Ecology Center, donde los huertos orgánicos reciben en sabias dosis el maná del cielo. “La agricultura se lleva del 60% al 80% del agua en California”, recalca Dolman. “Tenemos que implantar técnicas de captación y ahorro del agua en las ciudades, y cada uno debemos poner nuestra gota de agua, pero la mayor revolución hídrica es la que tiene que producirse en la agricultura industrial, que es también la mayor contaminadora del agua.”

Andy Lipkis, el hombre-árbol
Dejamos al mensajero del agua en su modélico retiro al norte de San Francisco, y viajamos por la costa oeste siguiendo la vieja senda de las secuoyas, dejando atrás las brumas de Big Sur y adentrándonos en el smog de Los Angeles. “La situación ha mejorado bastante desde los años ochenta”, certifica el bionero local por excelencia, Andy Lipkis. “Pero no podemos olvidar que 5.400 personas mueren todos los años por enfermedades respiratorias en la ciudad, y que el asma es una auténtica epidemia sobre todo entre los niños que viven en las inmediaciones de las autopistas.”
Lipkis sufrió asma de niño y su refugio fue el bosque. A los 15 años ya tuvo claro que lo suyo era plantar árboles y en 1973 decidió alumbrar TreePeople, pionero del movimento de reforestación urbana que, tiempo después, ha sacudido Estados Unidos. Él mismo ha perdido ya la cuenta de los árboles plantados,pero estima que los miles de voluntarios de su oganización han participado en la siembra de dos millones de hermanos vegetales en Los Angeles.


“La gente tiene la idea de que esta ciudad es un enjambre de autopistas”, apunta Lipkis, ”aunque la verdad es que el centro está aquí, en las colinas de Hollywood, y ya ves el vergel en el que estamos”.
La sede de TreePeople está en el mítico Mullholand Drive, en uno de esos sinuosos cañones a los que ocasionalmente llegan los coyotes. Desde aquí, Andy Lipkis, el hombre-árbol, nos invita a asomarnos al futuro de su ciudad –de cualquier ciudad– con otra perspectiva...

“Toda civilización que corta los árboles está condenada a la desaparición, como nos ha recordado Jared Diamond en Colpaso. De la misma manera, un barrio sin árboles es un lugar muerto. Los árboles son nuestro soporte de vida, aunque hasta hace poco su presencia en la ciudad era poco menos que ornamental. No hay dinero en el mundo para pagar su trabajo: absorben el CO2, limpian la contaminación, capturan el agua, nos protegen de las tormentas y de las sequías, nos propocionan sombra, nos dan oxígeno”.

La raíz de TreePeople es el hermanamiento ser humano-árbol, y el tronco es sin duda “esa conexión entre la gente que quiere llevar salud y comunidad a su vecindario”. El ideal de Lipkis es el citizen forester, algo así como el ciudadano forestal, cuidador del ecosistema urbano, familiarizado con el terreno (y, por supuesto, con la cuenca de agua).

Las plantaciones semanales de Tree-People –que cuenta con 15.000 miembros y dos mil voluntarios– se hacen siguiendo un meticuloso ritual que empieza con una fiesta vecinal en la calle y concluye con un círculo alrededor de cada árbol, que se humaniza con un nombre: “Los árboles necesitan a la gente, la gente necesita a los árboles. ¡Bienvenido Herbert!”.

Podríamos seguir a muchos otros bioneros hasta su cuna, como Jerome Ringo, unas de la voces más poderosas de la justicia ambiental en Luisiana, al frente ahora esa Alianza Apolo donde se dan la mano ecologistas, sindicalistas, acitivistas sociales y empresarios comprometidos con las energías renovables. Seguiríamos el periplo por Alaska con Sarah James, de la tribu de los Gwich’in, reclamando los derechos de los pueblos indígenas contra las explotaciones petrolíferas y ante la amenaza del cambio climático.

Volveríamos a California para hacer una parada obligada en Berkeley, donde vive la bionera mayor Annie Leonard –la autora de La historia de las cosas, obligando a los americanos a replantearse sus pautas de producción y consumo–, y también Michael Pollan, autor de El detective en el supermercado, que en la última edición de los Bioneros defendió el valor de la comida local frente al yugo de la alimentación industrial: “La nueva pregunta cada vez que nos sentemos en la mesa debería ser ésta: ¿cuánto petróleo nos estamos comiendo?”.

Haríamos, por supuesto, un alto en Nueva York, siguiendo el ritmo trepidante de Jack Hidary, fundador de Pace, empeñado en acelerar la transición hacia las renovables en los hogares y en el transporte. Y acabaríamos el trayecto en “Soñando Nuevo México”, el proyecto visionario impulsado por los Bioneros y apadrinado entre otros líderes por el hispano Arturo Sandoval.

Los Bioneros tienen precisamente su sede en Sante Fe, y allí fue donde Kenny Ausubel concibió este semillero de cambios e innovaciones que con el tiempo se ha convertido en esta tribu global, unida en torno a las verdaderas biotecnologías.

“Tenemos por delante la ardua tarea de rediseñar el mundo, pero las soluciones están a nuestro al alcance”, advierte Ausubel. “El manual de instrucciones está en la propia naturaleza; no tenemos más que descifrarlo y pasar a la acción”. 

Carlos Fresneda
Publicado en Integral 370, octubre 2010



¿Eres un bionero? por Daniel C. Wahl
Co-director del ‘Findhorn College’. Ha colaborado con Kenny Ausubel para traer los Bioneers a Europa. Junto con Marcello Palazzi, de la Fundación Progressio, organizó el evento Bioneers Global en zeist y ahora preparajunto a otros bioneros el próximo evento en Europa: la conferencia ‘Bioneers at Findhorn’.

El mero hecho de que estés leyendo estas líneas en ‘Integral’ nos lleva a la conclusión probable de que estás involucrado –o, al menos, interesado– en la innovación social y ecológica,la justicia ambiental y social,la educación medioambiental, el liderazgo de las mujeres,la sabiduría indígena,el apoyo a la juventud y el desarrollo sostenible a escala local,o unode losmuchos otros camposde actividad donde la gente desarrolla medidas prácticas para un futuro positivo. Durante más de 20 años, los Bioneers han puesto de relieve las mejores prácticas y procesos en estos ámbitos. Ahora, el movimiento se está expandiendo más allá de EEUU, hacia Europa y Asia, y amplía los círculos de la colaboración.
Como una red de redes que comparte una meta y ética común, el movimiento Bioneers aprovecha el poder de la colaboración y del intercambio de ideas inspiradoras para catalizar un cambio que sea eficaz y profundo. Kenny Ausubel y Nina Simons fundaron Bioneers en 1990 con la convicción de que “los principios de la naturaleza –el parentesco, la cooperación, la diversidad, la simbiosis y la creación de ciclos continuos con ausencia de residuos– también pueden servir como guías metafóricas para organizar una sociedad equitativa, solidaria y democrática”.
La conferencia anual en San Rafael, California, durante la última década, se ha convertido en un oasis de esperanza: más de 3.000 personas se congregan para compartir sus ideas, experiencias y su pasión por la co-creación de un futuro positivo.
El evento es transmitido en directo vía satélite a los festivales y conferencias de todo Estados Unidos, por lo que alrededor de 18.000 personas pueden compartir los discursos inspiradores y educativos.
“No existe una conferencia igual en la Tierra que celebre más las posibilidades de crear un mundo que sea propicio a la vida; Bioneers es fundamental para la re-imaginación de lo que significa ser humano”,dice Paul hawken,autor de Natural Capitalism y Blessed Unrest.
La mayoría del equipo de los Bioneers vive en Nuevo México. Allí han iniciado un proceso de transición que vincula a múltiples interesados en el desarrollo y la creación de sistemas de energías renovables y sistemas de alimentación biorregional y saludable. Este proceso de soñar (Dreaming …) está comenzando a ofrecer un modelo y una metodología para la acción biorregional en otros lugares.Ya existe un grupo en Mallorca trabajando en el plan de “Soñar Mallorca” (Dreaming Mallorca).
Los Bioneers son más que una organización o un grupo de personas que ofrecen conferencias y escriben artículos. Ser un bionero es sobre todo una actitud y una forma de activismo. Como Kenny Ausubel dice: “El movimiento de los Bioneers es una cultura de innovadores sociales y científicos que están imitando las instrucciones de funcionamiento de la naturaleza al servicio de fines humanos, mientras están contribuyendo a la curación de los sistemas naturales, que son la fuente del salud del planeta.”
Entre el 30 de octubre 30 y el 2 de noviembre de 2010, la ecoaldea de Findhorn, en Escocia, será la sede de la primera conferencia abierta al publico de los Bioneros en Europa. Entre los participantes, estarán Vandana Shiva, Peter Harper (del Centro de Tecnologías Alternativas en Gales), Kenny Ausubel y Nina Simons (fundadores de los‘Bioneers’), Ann Pettifor (Fundación de la Economía Nueva), May East (Educación Gaia), Maddy Harland (editora de la revista Permaculture Magazine), Hosken Liz (Fundación Gaia), John P. Milton  y muchos otros. El encuentro ofrecerá conferencias, talleres prácticos, y tiempo para el diálogo, la profundización y la integración. Si te sientes llamado a contribuir y participar en esta reunión única de gente activa en el cambio positivo hacia una vida mas consciente y sostenible, ¡eres un bionero!

Urbikes, bicis públicas ¡por fin!


Hablemos de la máquina verde por excelencia, ésa que permite a un cuerpo humano activo desplazarse por los senderos de la movilidad rodada y que no deja ni una pizca de suciedad en el aire que respiramos, ni un suma y sigue en emisiones de CO2 y otros gases chungos del clima cambiante, equivalentes por distancia recorrida cuando lo desplazado es un coche. Y todo esto aportando además al usuario saludables rendimientos.

Pero vamonos directamente al entorno urbano, donde desde este año la mitad de los humanos (el 50% de la familia humana ya vive en ciudades, urbes, megápolis…) nos movemos y donde, como es el caso de nuestro país, una gran parte de los fallecidos, 16.000 computables, dejan de existir antes de tiempo por las condiciones de contaminación de la atmósfera donde respiraban. Además, nos advierten que movernos quemando combustibles fósiles cada vez más será menos barato, quizás por esto cada vez más urge poner orden y cordura en ello, porque a todos los que respiramos nos gusta hacerlo en buenas condiciones.
Por salud de los usuarios de la urbe y la salud de todos los seres de la bondoda Biosfera que nos acoge, nos proponen movernos de otro modo, y aquí las bicis están listas para rejuvenecer forzadamente, de hecho ya en algunas ciudades van quitando espacio a los sucios y contaminantes vehículos fósiles mal usados, desde la esfera privada y, desde no hace mucho y con fuerza inusitada, desde la esfera publica.
Las grandes multinacionales del cacharrerío y mobiliario urbano va dejándose caer en las urbes, con su oferta de sistemas de bicicleta pública, que han encontrado en la promoción de la bici como medio de transporte urbano un esperanzador sendero hacia el movimiento inteligen­te de muchos ciudadanos por sus calles. Desde este espacio donde nos emocionamos con las posibilidades y la potencia de los pequeños cambios con rumbo a los globales, nos hemos encontrado estos días con el revolucionario concepto de las Urbikes, unas bicis ideadas y hechas por amor ambiental, aquí.

Edu Sentís es el ecodiseñador de Modular BPS, la microempresa que ha dado a luz el concepto de bicicleta de utilización publica sostenible, digamos como mobiliario urbano móvil, y lo ha hecho desde Rubí, Barcelona. Edu siempre ha soñado con bicis disponibles para cualquiera en cada esquina de la ciudad, duraderas y cómodas, un bien publico que todos cuidamos. Nada más entrar en su laboratorio de diseño, te encuentras con todo en su sitio, la expo de una de sus especialidades: los sistemas de seguridad/parkings para bicicletas, y en la pizarra colorida, los desarrollos de lo último salido de su mente. Ahora anda entre los accesorios, parkings y mejoras para la Urbikes, que, como comenta, es una bicicleta sólo con lo que hace falta para desplazamientos de unos pocos kilómetros, además cómoda, elegante, robusta, de mínimo mantenimiento, avanzada tecnológicamente y de poca utilidad para el hurto, y es que pesa lo suyo, 25 kg. Las piezas son específicas: transmisión por cardán (la cadena, su grasa y su mantenimiento ya son ya historia); sillín con suspensión hidráulica (como las sillas de oficina); cambio interno de 8 ve­locidades (facilitador del manejo simple de las velocidades), freno integrado contrapedal (siempre a punto) y los leds luminosos para ver y ser vistos (alimentados desde una dinamo en el buje de la rueda delantera); por cierto, las ruedas son macizadas con un bicompuesto que permite olvidarse de los pinchazos para siempre. Y eso sí, un cuadro sensual y ergonómico, de una sola pieza, le aporta a la máquina un toque de distinción y belleza mecánica ciertamente especial.

La clave en la gestión de la variable de servicios ideados para el concepto Urbikes ha sido diseñar creando sólo lo indispensable. El sistema de gestión y control permite integrarse con facilidad en los ya existentes de las zonas azules para coches –mira qué bien–, algo que ya está y que, con sólo voluntad, ahorra recursos y complicaciones.


Urbikes está hecha aquí, la ha parido una microempresa española, está realizada con lo mejor de los materiales y desde la creación de un amante destacado, experto y conocedor de la máquina verde (mira por dónde, verde chillón es el color que ha elegido para el lustre de la bici, para que de más vida a los grises oscuros de nuestras ciudades). No sólo ha sido lo material, sino también lo sinérgico lo que ha sorprendido a la competencia y los múltiples sistemas implantados por todo el mundo, y ha animado ya a algún ayuntamiento que ha visto claro que mejor invertir en calidad, mínimo mantenimiento y excepcional servicio publico aprovechando lo que ya hay, sistemas de gestión de la zona azul para vehículos fósiles, y todo ello desde la perspectiva de uno de los pilares del ecodiseño y de la llamada sostenibilidad: no crear si no es estrictamente necesario.

La ciudad de Granollers lo ha visto claro, las primeras 80 Urbikes comienzan a rodar durante este año. Es ya el esperado proyecto piloto, y Modular BPS ha tenido que defender que su propuesta es distinta, innovadora, creativa, práctica y sostenible. Lo más simple, económico y eficiente para un concepto de movilidad universal y que no contamina está a punto de salir rodando, así lo ha entendido Granollers, la primera ciudad del mundo urbikezada.


Manolo Vílchez
Publicado en la revista Integral

ARNOLD SCHWARZENEGGER: 'TENEMOS QUE HACER 'SEXY' EL MEDIO AMBIENTE


Arnold Schwarzenegger habla con Anne Thompson de NBC, sobre el cambio climático. | AP
  • 'Gobernator' juega el papel de 'líder global' contra el cambio climático
  • Lanza el movimiento 'R20' para impulsar la acción internacional
Arnold Schwarzenegger tiene ya un 'papelón' para el año 2011: líder global contra el cambio climático. 'Gobernator' está apurando las últimas semanas en el cargo para alumbrar su nueva criatura, la coalición 'R20', que aspira a convertirse en algo así como un G20 del medio ambiente.

“R20 servirá para hacer la transición a una 'economía verde' y para responder a los inevitables impactos del cambio climático”, ha dicho Schwarzenegger durante la puesta de largo de la coalición en Davis, California. Su intención es llenar la frustración y el vacío dejado por la ONU desde la cumbre de Copenhague con acciones concretas desde lo local.

Pero Arnold no tiene ninguna voluntad de convertirse en el nuevo Al Gore, o al menos eso le confiesa a Suzanne Goldenberg en The Guardian: “Tenemos que hacer 'sexy' el medio ambiente. Tenemos que lograr que la gente quiera formar parte de este movimiento”.

“Si algún talento tengo es el de hablar en un lenguaje claro que todo el mundo pueda entender”, se jacta 'Gobernator', que anda ya dándole vueltas a cómo quitarle plomo al 'cambio climático' y a los 'gases invernadero', dos términos que desgastados ya por uso y abuso.

“Vamos a dejar también la política a un lado y ver qué podemos hacer juntos”, asegura el republicano de corazón demócrata, tremendamente debilitado a sus 63 años por el tiempo consumido en la política. Los californianos no le quieren ver ni en película, pero al menos le han tributado una honrosa despedida con el referéndum de la ley del cambio climático, en la que el sentido común se ha impuesto a lo intereses y al dinero de las petroleras.

Con todo ese bagaje, y asistido al timón por Terry Tamminen (su 'gurú' ambiental, autor de 'Vidas por galón'), Schwarzenegger ha lanzado a los cuatro vientos el R20, con la presencia estelar de Harrison Ford y Deepak Chopra. 'Gobernator' piensa contar en el futuro con James Cameron, y al otro lado del Atlántico tiene ya dos notorios aliados: David Cameron y el Príncipe Carlos.

Schwarzenegger quiere convertir la apuesta por las renovables en su principal eje y poner énfasis en el intercambio de tecnología verde. Su objetivo es reunir suficientes líderes hasta representar el 20% de la economía mundial (de ahí el R20) y seguir creciendo: “Tenemos la esperanza de romper pronto ese techo y lograr que a otros países les sea más fácil subirse al carro”.

Carlos Fresneda,  Nueva York
Publicado en El Mundo.es América

HUMILDE REVOLUCION ENERGETICA, ...EN EL PLACHADO DE ROPA

Como aprendiz de agitador de sacarle al sol por efecto parabólico todos los servicios energéticos posibles, principalmente los de procesado de alimentos, osea cocinar sin emisiones, uno anda mirando alrededor y buscando otros usos. Y mira por cuestiones de la ilusión de que este mundo patas arriba gire rumbo a toda vela hacia las renovables y salga del mundo energético construido por unos pocos para otros pocos a base de crimen y sufrimiento humano.  En fín, haylos y guapos, otros usos, me quedo con uno de ellos.

Hace tiempo que vengo recolectando planchas de alisar la ropa, de las de antes de las eléctricas, que fueron hasta de gas en medio Europa hasta que explotaron varias y se socializo la arruga como interesante y casi obligada, mucho antes de de Domínguez la elevara a culto. Aquí la electricidad resolvió el tema y quedaron los necesitados de alisado, sin problemas. Pero mira por donde que estoy pensando en hacer a Haití exportadora de planchas, porque allá se fabrican artesalmente y la gente plancha con el calor del carbón, la mayoría, y planchan para desde su pobreza noble jodida por las injusticias de los tiranos, suyos y foráneos, por el cólera de la tierra , hace poco también del cielo y por mala suerte, el cólera epidemia (no me es fácil sacar algo dulce pero lo hago como terapia). 

De Haití llegaron la semana pasada dos planchas como las de antes aquí,  gracias al SFH y  a la cortesía del I+D del World Central Kitchen, enseguida fueron solarizadas con un pulido y una pintura anticalorica, mangos de madera protegidos y listas para recibir del sol, limpia energía planchadora. No tardé en llamar a mi madre, que le pega a cocina solar de a diario, y en preguntarle por su planchadas históricas, y tengo ya el master a distancia aunque la espero de regreso para ponerla a planchar y enseñarme el arte sobre la tabla. Ella usaba parecida a la haitianas, pero con brasas de la lumbre. Y sus problemas tenia con la ceniza y el proceso. 

Imaginaba en Haití, un planchado, sacando negro carbón de la lumbre pobre de los pobres, para dejar impoluta sus humildes galas para ese domingo donde expresarse con sus ritos y sus dioses y quizás preguntarse, porque Haití no tiene suerte.

Aquí el argumento y el paso a paso, y todo ello en la era del iPad, pues nada, le pongo el iPlanchado sin CO2 y me quedo tan a gusto. Y todo en honor a los que ya han plachado con el sol en lugares duros en acceso a la energía, a los que espero que pueda planchar (no te olvidamos Haití) y a Dieter e Imma Seifert, de los que recibí las primeras nociones, y a mi madre, por todo lo que planchó y porque ojalá no tarde, que nos espera una colada entera y la recogida de sus impresiones. Luego llegará el tratado de planchar sin emisiones, sin humos, sin combustibles, sin gastos, con alegría, con humildad, con solidaridad.... en fin.

Desde donde tengo la suerte de realizar labores plateamos una propuesta de aprovechamiento del servicio energético de un concentrador parabólico alSol para planchado de ropa, que como complemento al principal aprovechamiento del procesado de alimentos, permite en los países donde se emplean planchas de hierro colado con cámara para brasas o carbón vegetal, sustituir a estos combustibles y sus inconvenientes de uso, por un cómodo y eficaz servicio solar.


Planchas de hierro colado para carbón, utilizadas en Haití. A la izquierda unidad solarizada con tratamiento anti calórico negro mate y protección del asa de madera

2.Colocación en punto focal de un parabol alSol K10 con temperatura media de más de 180ºC. Se recomienda el uso de dos unidades, una en uso y otra en foco


3.Aplicación de planchado, es posible aumentar el rendimiento colocando en el interior masa térmica como puede ser arcilla compactada, extraible, permitiendo su uso habitual con carbón en caso de necesidad.



4. Planchado sin emisiones, en tiempos similares a los habituales, sin molestias ni protección contra residuos, sin costes de combustible y tiempos para el ciclo de gestión de estos.

Desde alSol, agrdecidos y sabedores de que el sol siempre nos acompaña...

Manolo Vílchez

LOS "HOMBRES-ARBOL DE CENTRAL PARK"

Mustafah Abdulaziz for The New York Times

Cory y Dana Foht buscaron a conciencia un árbol donde poder dormir. Tenían más de 24.000 a su disposición en Central Park; empezaron echando raíces en un roble. La subida era complicada y el otoño estaba desnudando prematuramente las ramas, de modo que se mudaron a un viejo olmo con la fronda aún espesa y allí colgaron sus hamacas de nylon.

Los hermanos “arborescentes”, nacidos en Florida, querían experimentar la sensación de “estar suspendidos por encima del estrés y del ajetreo de las calles de Nueva York”. Sus peripecias por las ramas darán pie a un documental, pero lo más importante era y siguen siendo las lecciones de vida aprendidas en estos dos últimos meses...
Es como si formaras parte de un ecosistema. Eres definitivamente consciente de que estás durmiendo y pegado a algo que está vivo”
Todo esto lo cuentan los hermanos Foht a Colin Moynihan en el New York Times, que publicó su aventura urbana en primera página. Desde entonces, decenas de curiosos nos hemos lanzado a la búsqueda de los “hombres-árbol” en las zonas más recónditas del parque y en plena eclosión de amarillos, rojos y ocres.
También los buscan la policía y los vigilantes: pernoctar en Central Park es ilegal, ya sea tendido en un banco o suspendido de una rama.


Si algo han aprendido en este tiempo los hermanos Foht es a actuar con el sigilo de una ardilla. No duermen aquí todas las noches, sino cuando sienten la llamada de la naturaleza y el clima acompaña (unos 20 días en lo que va de otoño). Ocasionalmente pernoctan en habitaciones de prestado en Brooklyn, donde trabajan como mecánicos de bicicletas.

Los Foht se mueven por la ciudad como auténticos exploradores: en dos ruedas y con la mochila a cuestas. Suelen dejar las bicis dejar en un garaje cercano al parque, en la frondosa punta noreste. Se adentran en el bosque urbano con la última luz del día, y se encaminan hacia su querido olmo como por instinto…
“Amamos este árbol. Algunas de las noches más inspiradoras que hemos tenido en Nueva York las hemos vivido aquí… Es una experiencia restauradora, desde el punto de vista espiritual”.


Pero el frío acecha y las ramas están perdiendo el follaje. Su “casa” es cada vez más visible y está quedando expuesta a los elementos. Su “misión” está tocando a su fin y no tienen en principio la intención de seguir los pasos de la legendaria y esquiva Julia “Butterfly” Hill, que se pasó 738 días encaramada a una secuoya.

Al fin y al cabo, el mensaje de los “hombres-árbol” no es tanto de “resistencia” sino de “comunión” con la naturaleza. Emboscarse estos días en Central Park, respirar a pleno pulmón y contemplar la caída de la hoja, es como despertar a la vida y sentir en las venas el hervor de la savia.

Carlos Fresneda

alSol cocinando: SALSA DE TOMATE CON HORTALIZAS, por el alSolChef René Bijloo

ENLACE: alSol cocinando: SALSA DE TOMATE CON HORTALIZAS, por el alSolChef René Bijloo



espacio alSolcocinando: cocinar sin emisiones puede ser uno de los gestos más sabrosos contra el cambio climático. Por ello aquí puedes encontrar sugerentes recetas y elaboraciones utilizando cocinas, hornos y solardomésticos de alSol

¡ que aproveche !

EL CAMINANTE "PLANETARIO"

  • John Francis estuvo 22 años caminando por todo el continente americano
  • También pasó 17 años en huelga de silencio como acto de protesta
  • En 1983 hizo las maletas y decidió embarcarse en una travesía de costa a costa
  • Su libro de bitácora, 'Planetwalker', ha despertado el interés de Hollywood
  • Unos 56.000 kilómetros calcula que ha caminado hasta la fecha
7 de enero de 1971. Dos petroleros chocan en la bahía de San Francisco y John Francis siente su parte de culpa cuando cruza en coche el Golden Gate. Se une a los cientos de voluntarios que combaten la marea negra, pero algo le dice que no es suficiente. Meses después decide no volver a usar un vehículo motorizado y moverse exclusivamente a pie.

Su decisión personal causa estragos entre sus amigos. "¿Crees que andando vas a cambiar el mundo?", le preguntan. "¿De veras piensas que una sola persona puede marcar la diferencia?"... Harto de contribuir a discusiones inútiles, John Francis da un paso más allá y hace un 'voto de silencio'. Al principio piensa que su doble decisión -caminar y callar- no durará más de un año, pero conforme van pasando los meses más implacable es su determinación.

John Francis.

 
En 1983 hace las maletas y decide embarcarse en una travesía de costa a costa. Finalmente accede a subirse a un barco y parte rumbo a Cuba y a Antigua (de donde vienen sus ancestros) para acabar en Venezuela y atravesar a pie Sudamérica hasta los vientos huracanados Tierra de Fuego.
Fueron en total 22 años de 'caminata' con la mochila a cuestas, 17 de ellos en total silencio y arropado por su inseparable banjo. No le faltó la compañía anónima de los niños que salían a su encuentro, ni la de los indígenas que le dieron bebida y alimento ("a ellos no hubo que explicarles nada"), ni la de la gente que le miraba extrañada y le señalaba con el dedo: "Ahí va el hombre que 'camina', como si lo normal fuera moverse en coche".
A sus 64 años, con el título de embajador de Buena Voluntad de la ONU en sus alforjas, John Francis sigue andando hasta 32 kilómetros diarios y mira hacia atrás con nostálgica satisfacción.

Interés de Hollywood

Su libro de bitácora, 'Planetwalker', ha despertado el interés de Hollywood y Will Smith podría meterse en sus zapatos. National Geographic hizo un documental sobre él y ahora prepara una serie educativa -'Planetlines'- para enseñar los pequeños a extraer las lecciones impagables del 'camino'...
"Caminar es la mejor manera de calibrar dónde estás, de dónde vienes y hacia dónde avanzas", asegura Francis, con voz parsimoniosa y afable, punteada ocasionalmente por el banjo.
"Una sola persona puede marcar la diferencia, y mostrar a los demás el sendero menos trillado. Pero cada cual debe seguir su propio camino: el mío fue ése, echar a andar como respuesta a un vertido de petróleo. Sobre la marcha aprendí cosas maravillosas".
Unos 56.000 kilómetros calcula que ha caminado hasta la fecha, suficientes para dar la vuelta a la Tierra "y un poco más" (en el caso de que pudiera caminar sobre los mares). Pero su meta no era batir ningún récord; en todo caso "peregrinar" por la causa planetaria.

"El silencio me enseñó a escuchar, y cuando volví a hablar decidí hacerlo en el nombre del planeta", recuerda. "Al fin y al cabo, el Día de la Tierra nació como respuesta al vertido frente a las costas de Santa Bárbara. Mi acción surgió meses después de que ocurriera lo mismo en San Francisco, y no me cabe duda de que surgirán acciones en respuesta al derrame del Golfo de México. BP tiene una tremenda responsabilidad, pero todos nosotros somos también responsables porque no sabemos funcionar sin rápido y barato".
Cuando John Francis empezó su larga marcha, la ecología consistía sobre todo en "preservar los hábitats y velar por las especies amenazadas". Entre caminatas, y en silencio, fue capaz de licenciarse en Estudios Ambientales y Gestión de la Tierra por la Universidad de Madison...
"Pero las principales lecciones me las dio la naturaleza y también la gente. He aprendido que la sostenibilidad no es más que la relación de los unos con los otros. La forma en que nos tratamos los humanos es un indicio de cómo nos relacionamos con nuestro medio ambiente. Mientras exista la opresión, la explotación y las guerras no podemos avanzar. Tenemos que hacer las paces con nosotros mismos para hacer las paces con el planeta".

Carlos Fresneda - Nueva York