LOS BIONEROS SE HACEN GLOBALES

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La red de ecologistas norteamerianos celebra sus 20 años y se prepara para dar el salto a Europa


Hace veinte años, cuando el cambio climático se percibía aún como una amenaza lejana, Kenny Ausubel tuvo la idea de reunir bajo un mismo paraguas a ecologistas y científicos, a indígenas y urbanistas, a pensadores y activistas, convocados ante un dilema apremiante y común: “¿Cómo rediseñar el mundo siguiendo los principios de la naturaleza?”.


La pregunta resuena hoy más fuerte que nunca. Pese a todas la tribulaciones de estas dos últimas décadas, Kenny Ausubel sostiene que las respuestas despuntan ya en el horizonte en forma de “soluciones” que surgieron precisamente en el cónclave anual de los “Bioneers” en la bahía de San Francisco.

El concepto “cradle to cradle” de William McDonough, la “biomímesis” de Janine Benyus, la red de la vida de Fritjof Capra, las “máquinas vivas” de John Todd o el “capitalismo natural” de Paul Hawken han sido algunas de las ideas revolucionarias que vieron la luz durante la larga travesía de los “Bioneros” (Pioneros de la Biología).


Entre las conquistas colectivas, el reconociomiento de los Derechos de la Naturaleza en la Constitución de Ecuador, otra propuesta que brotó como una chispa en esta hoguera incombustible de mentes, culturas y etnias que en unos meses dará el doble salto a Europa (en Amsterdam en primavera; en la Fundación Findhorn de Escocia en el otoño).


Kenny Ausubel –mano a mano con su esposa y cofundadora Nina Simons- tiene la mirada puesta en los nuevos horizontes de Bioneers Global y en la renovada llamada a la acción frente al cambio climático. Pero el alma de los Bioneros -que fue documentalista y especialista en medicina altenativa, biodiversidad y semillas- pretende seguir regango las raíces de la red y las ramas dispersas por la vasta geografía de la “otra” América.


“Durante estos 20 años hemos tenido momentos especialmente difíciles” reconoce Ausubel. “Hasta hace poco existía una gran contradicción entre el sentido de la urgencia ante la crisis ambiental y social y la dificultad de llevar nuestro mensaje al mayor número de gente... Pero estoy convencido en que el año 2006 hubo una especie de “iluminación global ecológica”, y la receptividad que existe hoy en día es mucho mayor en cualquier punto del planeta”.


“Una verdad incómoda” marcó el punto de inflexión, según Ausubel, que fue asesor de Leonardo DiCaprio en “La hora 11”, el documental que aglutinó por primera vez ante las cámaras a la tribu de los Bioneros. (disponible desde Fundación Terra en una edición especial con una guía para la acción, actualemente con un precio muy especial) El elenco de viejos y nuevos “pioneros” no ha dejado de crecer desde entonces, y la cita con la que despidieron el 2009 fue algo así como una declaración de principios para la década que viene...



Michael Pollan
, profeta de la comida sana, trazó una línea muy clara entre los alimentos “limpios” y locales y los productos procesados e industriales que abarrotan los supermercados: “La nueva pregunta cada vez que nos sentemos en la mesa debería ser ésta: ¿Cuánto petróleo nos estamos comiendo?”.


Brock Dolman, permacultor y agitador social, esbozó las líneas maestras de la “revolución de la rehidratación” e invitó a los más de dos mil asistentes al pleno de los Bioneros a velar por la última gota del líquido elemento: “El ciclo del agua es el ciclo de la vida, porque si hay una ley infalible en el planeta Tierra es precisamente ésa: sin agua no hay vida”.


El arquitecto Jason McLennan nos introdujo en el fascinante mundo de los “edificios vivos” (“living buildings”), que van mucho más allá de lo que hasta ahora se entendía por “contrucción sostenible” y aspira precisamente a “derribar todas las barreras” y a buscar la integración total con la naturaleza.


Annie Leonard, la “mensajera” de la basura, reescribió las reglas del activismo femenino con ese vídeo de apenas veinte minutos –“The Story of Stuff”- que está haciendo pensar a millones y millones de ciudadanos/consumidores a través de Internet.


Desde Alaska, y en son de paz entre las culturas indígenas y la civilización occidental, la infatigable Sarah James –la voz de la “nación del caribú”- ilustró los efectos devastadores del cambio climático en el Refugio del Artico y reescribió la regla de las tres “erres”: “Reducir, Reusar, Reciclar... y Rechazar”. (entrevista en yocambio)


El doctor Andrew Weil habló de la intimísima conexión entre la salud humana y la salud del planeta. El afroamericano Jerome Ringo, al frente de la Alianza Apolo, esbozó las líneas maestras de la incipiente economía verde. El visionario Jack Hidary urgió finalmente a multiplicar por diez el ritmo de la revolución energética...


En su veinte aniversario, y tendiendo ya el puente imaginario hacia Europa, los Bioneros se apuntaron a la campaña del Liderazgo Climático auspiciada por Jim Garrison, presidente del State of the World Forum, que en febrero reunirá en Washington a las mentes más clarividentes del planeta para dar un impulso postrero al proceso de Copenhague.


“Nuestro objetivo es presionar para que el objetivo de reducir un 80% las emisiones se acelere y se adelante al 2020”, declaró Kenny Ausubel en el “clímax” de los Bioneros. “Las soluciones están a nuestro alcance, y podemos llegar sin duda a ese objetivo ambicioso si logramos que la mayoría de la sociedad se movilice y actúe con la urgencia necesaria”.


Carlos Fresneda
Enviado especial (San Rafael / California)

Publicado en Natura 42 de El Mundo

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1 comentario:

Ciudadano de la Civilización Integral dijo...

Me ha encantao leer este artículo lleno de referencias porque parte de la Civilización Integral (o la idea de ésta) se refleja en él.