DE SEATTLE A COPENHAGUE

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Hace ya diez años de la famosa “batalla” de Seattle, pero nadie parece acordarse. Allí estuvimos, con los ojos irritados por los gases lacrimógenos y algún que otro rasguño por la lluvia de cristales rotos....


Manifestación contra la celebración de la Cumbre de la Organización Mundial de Comercio en Seattle.(Archivo)

Abandonamos a tiemo el “bunker” de la Organización Mundial de Comercio. Contamos desde la calle el asedio al Palacio de Convenciones. Hubo 600 detenidos y decenas de heridos. El presidente Clinton declaró el estado de emergencia y más de mil “robocops” implantaron el estado policial entre las barricadas humeantes y los amasijos de escombros.

Diciembre del 99 fue una tardía secuela de mayo del 68. En Seattle brotó la chispa del movimiento “antiglobalización”, que dio mucho que hablar hasta que cayó el mazazo del 11-S, y nunca más se habló.

Pero las brasas han seguido ardiendo. El cambio climático se ha convertido ahora en el nuevo aglutinante del activismo social y ecológico, y Copenhague despunta en el horizonte como la secuela necesaria de Seattle. Aunque está por ver si las calles de la capital danesa echarán humo o si todo quedará en un rosario de pacíficas vigilias y manifestaciones en bicicleta,

Dos policías pasan junto a carteles de Greenpeace que reclaman resultados palpables en la Cumbre de Copenhague.| Efe

Si te perdiste Seattle, no puedes perderte Copenhague”, advierte Tadzio Muller, de Climate Justice Action , una de las redes que aspira a dar la campanada en la capital danesa, donde las hordas británicas (Climate Camp , 10:10) librarán un pulso callejero con Greenpeace ., con la WWF y con el nuevo activismo norteamericano (350 , Tck Tck Tck ).

La Campaña Global del Clima y “Hopenhaguen aspiran a darle el definitivo empaque mundial a las acciones que arrancan este fin de semana y que tendrá su primer clímax el lunes, cuando la premio Nobel Wangari Maathai entregue al premio Nobel Barack Obama y demás dirigentes los 10 millones de firmas en el nombre de la “justicia climática”.

A Obama no le esperarán con tulipanes en Copenhague. El presidente norteamericano está ya inmortalizado en una valla publicitaria, canoso y envejecido, mirando hacia atrás desde el 2020 y pidiendo perdón por la oportunidad perdida: “Lo siento: pudimos haber parado el cambio climático, pero no lo hicimos”.

La policía está avisada esta vez, pero siempre cabe la posibilidad de que los anarquistas “verdes” den la patada y se monte en la de Cochabamba en Copenhague. Al fin y cabo, como recuerda el anarquista John Zerzan en una entrevista que publicará El Mundo este sábado, nadie se acordaría a estas alturas de Seattle si no fuera por los escaparates rotos.

Naomi Klein, una de las heroínas de Seattle, estará por cierto el 12 de diciembre en Copenhague, escenificando la “inundación” del cambio climático. Desde San Francisco, el veterano Jerry Mander, del Fondo Internacional sobre la Globalización ha agitado también estos días el “espíritu de Seattle”: “Recordemos aquella victoria popular que hizo historia y preparémonos para el cambio que viene”.

Carlos Fresneda, Nueva York
Publicado en blog Crónicas desde EE.UU de El Mundo

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