Preámbulo
Comienza con este post los dedicados a pequeñas acciones cotidianas de nuestras vidas y de lo que nos rodea, con animo de comunicar y estimular el valor de todo lo pequeño que es hermoso y siempre poderoso para los cambios personales y colectivos que precisamos. En la ya era del fin del petróleo barato, el arranque de un cambio climático acelerado, y la necesaria organización social y económica global bajo los más loables principios (aunque algunas élites del pasado se opongan), el poder de cada uno de nosotros para acompañar el mejor de los mundos, esta en nuestras manos, en nuestro consumo, en nuestra manera de entender la realidad e interactuar con ella. Ahora activarnos decididamente y en la medida que nuestra cotidianidad y recursos nos permiten, para conseguir limitar la concentración de parte por millón de CO2 en la atmósfera al limite que la ciencia anuncia como seguro (350 ppm), nos presenta la oportunidad de crear y desarrollar extraordinarios pequeños pasos y experiencias enriquecedoras, caminando con rumbo hacia el mejor futuro.
ACCIÓN 1
Cuando me hice microempresario gracias al apoyo de 17 colegas que sueñan como yo que lo que hacemos desde alSol fabricando solardomésticos es bueno para el bien común, invertí una parte de la prestación de desempleo en montar mi oficina móvil. Y entre la tecnología habitual hacia falta un recipiente para trasladarla. Nada mejor que una mochila ergonómica, llena de corpartimentos, resistente para proteger las tecnoinversiones y suficiente para estar todo el día circulando.
Elegí de la oferta la que consideré más estudiada y elaborada, pague un pasta por ella y comencé a llevarla en la espalda, colocarla en la cesta de la bici y tirar millas, con unas 6 veces de media de carga y descarga x día, más viajes de largo recorrido. El armazón de nailon balístico nunca he tenido previsto que parara proyectiles pero para resistir golpecillos ha dado garantía.
La Kinetik de Logitech fue una de las inversiones con un óptima previsión de amortización, además de ser una mochila muy estudiada por diseñadores del tema, cuando la dejas en el suelo queda estable y cuando la abres en forma de acordeón te queda todo a mano y no se vuelca, realmente de gran utilidad y comodidad para mis ajetreos. Pero debido quizás a mis hábitos de llevar un poco de todo, la cremallera de uno de los compartimentos no pasó del 7º mes. Una vez visto la imposibilidad técnica de resolver la reparación por el montaje especial que el cierre corrido tiene, y de asumir la mea culpa, no me puse por ello a reclamarle al fabricante sus 5 años de garantía. Después pensé que debí hacerlo mientras la mochila inutilizada estaba en el trastero, aunque imposible desprenderme de un material tan valioso en recursos y servicios, a pesar de su deterioro.
Ahora que ando mirando que hacer para seguir caminando con poco peso ambiental sobre este mundo patas arriba, no puedo más que pensar que lo que tengo material y aprecio debe tener el máximo de valor y utilidad. Incorporando procesos de creatividad y atención, he conseguido algo que no es poca cosa.
Después de 6 meses el otro día me cogí la mochila, le quité el polvo, me la mire de arriba a abajo, me la puse delante y volví a estudiar si era posible sustituir la cremallera. No lo vi claro ni posible. Intente entonces mirar la forma de volver a entrar en uno de los lados con la cabeza de apertura y cierre y na da na. Pero dándole a la olla con el intelecto normalillo medio que creo tener intuí que realizando un corte en cada uno de los extremos en uno de los lados de la cremallera y a unos centímetros del final de recorrido seria posible sacar las dos cabeza metálicas y colocar la entrada del otro lado, ajustar y comenzar a “coser” la cremallera con una simplicidad total. Para evitar salir del recorrido al abrir la cremallera he solucionao el tema con ese extraordinario invento de un imperdible, colega cercano del clip, joya del diseño, que impide llegar a la zona del corte. La cremallera en uno de los tramos me ha quedao algo montada y ando en ello para a afinar la mejora.
El caso es que vuelvo a tirar de mochila oficina portátil más contento que nadie con ello. Y aun pensando que igual hay algún problemilla técnico y hasta tengo previsto indicarle a los de Logitech que refuercen la calidad y resistencia de las cremalleras para que esa mochila genial siga su estela merecida de gran producto para la movilidad activista y lo más durable posible.
Recuperar, ponerse a pensar la simplicidad de las cosas, diseñar y aplicar pequeñas soluciones y aprovechar valiosos recursos, creo que nos toca un poco a todos. Cualquier acto de consumo es una apropiación de valiosos materiales que tienen su impacto ambiental en todo el ciclo de vida (wiki). Elegir los mejores productos en la medida de nuestras posibilidades y darles la mayor vida posible, a pesar de deterioros, es un pequeño arte habilidoso que nos debe hacernos sentir ecoheroes íntimos con nosotros mismos.
Existe una campaña para el área metropolitana de Barcelona que es una delicia a favor de la reutilización, Mejor que Nuevo 100% Viejo es la traducción de Millor que Nou, 100% Vell que fomenta los mercados de segunda mano y los talleres de reparaciones. La campaña paralela Mejor que Nuevo Reparado ( Millor que Nou Reparat) ofrece talleres y asesoramiento gratuito en el área de Barcelona para que cada cual se pueda reparar sus cacharros que no funcionan. Si estas cerca, absolutamente recomendables, yo no me pierdo como el más próximo de costura de cremalleras...
Manolo Vílchez
P.D.: Envie el enlace al post a la gente de Logiteck, oye, esta mañana responde que agradecen el consejo y que intentarán aplicar mejoras en su producto. Mira que bien
Comienza con este post los dedicados a pequeñas acciones cotidianas de nuestras vidas y de lo que nos rodea, con animo de comunicar y estimular el valor de todo lo pequeño que es hermoso y siempre poderoso para los cambios personales y colectivos que precisamos. En la ya era del fin del petróleo barato, el arranque de un cambio climático acelerado, y la necesaria organización social y económica global bajo los más loables principios (aunque algunas élites del pasado se opongan), el poder de cada uno de nosotros para acompañar el mejor de los mundos, esta en nuestras manos, en nuestro consumo, en nuestra manera de entender la realidad e interactuar con ella. Ahora activarnos decididamente y en la medida que nuestra cotidianidad y recursos nos permiten, para conseguir limitar la concentración de parte por millón de CO2 en la atmósfera al limite que la ciencia anuncia como seguro (350 ppm), nos presenta la oportunidad de crear y desarrollar extraordinarios pequeños pasos y experiencias enriquecedoras, caminando con rumbo hacia el mejor futuro.
ACCIÓN 1
Cuando me hice microempresario gracias al apoyo de 17 colegas que sueñan como yo que lo que hacemos desde alSol fabricando solardomésticos es bueno para el bien común, invertí una parte de la prestación de desempleo en montar mi oficina móvil. Y entre la tecnología habitual hacia falta un recipiente para trasladarla. Nada mejor que una mochila ergonómica, llena de corpartimentos, resistente para proteger las tecnoinversiones y suficiente para estar todo el día circulando.
Elegí de la oferta la que consideré más estudiada y elaborada, pague un pasta por ella y comencé a llevarla en la espalda, colocarla en la cesta de la bici y tirar millas, con unas 6 veces de media de carga y descarga x día, más viajes de largo recorrido. El armazón de nailon balístico nunca he tenido previsto que parara proyectiles pero para resistir golpecillos ha dado garantía.
La Kinetik de Logitech fue una de las inversiones con un óptima previsión de amortización, además de ser una mochila muy estudiada por diseñadores del tema, cuando la dejas en el suelo queda estable y cuando la abres en forma de acordeón te queda todo a mano y no se vuelca, realmente de gran utilidad y comodidad para mis ajetreos. Pero debido quizás a mis hábitos de llevar un poco de todo, la cremallera de uno de los compartimentos no pasó del 7º mes. Una vez visto la imposibilidad técnica de resolver la reparación por el montaje especial que el cierre corrido tiene, y de asumir la mea culpa, no me puse por ello a reclamarle al fabricante sus 5 años de garantía. Después pensé que debí hacerlo mientras la mochila inutilizada estaba en el trastero, aunque imposible desprenderme de un material tan valioso en recursos y servicios, a pesar de su deterioro.
Ahora que ando mirando que hacer para seguir caminando con poco peso ambiental sobre este mundo patas arriba, no puedo más que pensar que lo que tengo material y aprecio debe tener el máximo de valor y utilidad. Incorporando procesos de creatividad y atención, he conseguido algo que no es poca cosa.
Después de 6 meses el otro día me cogí la mochila, le quité el polvo, me la mire de arriba a abajo, me la puse delante y volví a estudiar si era posible sustituir la cremallera. No lo vi claro ni posible. Intente entonces mirar la forma de volver a entrar en uno de los lados con la cabeza de apertura y cierre y na da na. Pero dándole a la olla con el intelecto normalillo medio que creo tener intuí que realizando un corte en cada uno de los extremos en uno de los lados de la cremallera y a unos centímetros del final de recorrido seria posible sacar las dos cabeza metálicas y colocar la entrada del otro lado, ajustar y comenzar a “coser” la cremallera con una simplicidad total. Para evitar salir del recorrido al abrir la cremallera he solucionao el tema con ese extraordinario invento de un imperdible, colega cercano del clip, joya del diseño, que impide llegar a la zona del corte. La cremallera en uno de los tramos me ha quedao algo montada y ando en ello para a afinar la mejora.
El caso es que vuelvo a tirar de mochila oficina portátil más contento que nadie con ello. Y aun pensando que igual hay algún problemilla técnico y hasta tengo previsto indicarle a los de Logitech que refuercen la calidad y resistencia de las cremalleras para que esa mochila genial siga su estela merecida de gran producto para la movilidad activista y lo más durable posible.
Recuperar, ponerse a pensar la simplicidad de las cosas, diseñar y aplicar pequeñas soluciones y aprovechar valiosos recursos, creo que nos toca un poco a todos. Cualquier acto de consumo es una apropiación de valiosos materiales que tienen su impacto ambiental en todo el ciclo de vida (wiki). Elegir los mejores productos en la medida de nuestras posibilidades y darles la mayor vida posible, a pesar de deterioros, es un pequeño arte habilidoso que nos debe hacernos sentir ecoheroes íntimos con nosotros mismos.
Existe una campaña para el área metropolitana de Barcelona que es una delicia a favor de la reutilización, Mejor que Nuevo 100% Viejo es la traducción de Millor que Nou, 100% Vell que fomenta los mercados de segunda mano y los talleres de reparaciones. La campaña paralela Mejor que Nuevo Reparado ( Millor que Nou Reparat) ofrece talleres y asesoramiento gratuito en el área de Barcelona para que cada cual se pueda reparar sus cacharros que no funcionan. Si estas cerca, absolutamente recomendables, yo no me pierdo como el más próximo de costura de cremalleras...
Manolo Vílchez
P.D.: Envie el enlace al post a la gente de Logiteck, oye, esta mañana responde que agradecen el consejo y que intentarán aplicar mejoras en su producto. Mira que bien
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