- Dijo que va a 'redoblar' todos sus esfuerzos contra la 'marea negra'
- La línea costera desde Luisiana a Florida está amenazada por el derrame
- El tamaño estimado de la mancha es de unos 208 a 112 kilómetros y crece
- El costo de la operación de limpieza y el daño sería de miles de millones
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El presidente Obama ha dicho que la petrolera 'BP pagará' por una catástrofe que 'podría no tener precedentes' en el Golfo de México. Sin embargo, también ha prometido destinar "todos los recursos posibles y durante el tiempo que haga falta" para paliar los efectos de la 'marea negra'.
A su paso por Venice, en las marismas de Luisiana, ante cientos de pescadores y bajo la lluvia intermitente que empañó su visita, el presidente se ha comprometido a "preservar uno de los hábitats más maravillosos del mundo" y a redoblar los esfuerzos para evitar una situación "potencialmente catastrófica".
El mandatario pasó al final más tiempo de lo esperado en el Golfo de México. Tras despachar en Nueva Orleans con el gobernador Bobby Jindal, decidió descender con toda su comitiva hasta la punta sur del delta del Mississippi. En sus dos horas de viaje pudo comprobar los efectos aún visibles del huracán Katrina y la presencia ubicua de las refinerías de petróleo.
El mal tiempo dificultó extremadamente las operaciones de los equipos de 'respuesta' y los vuelos de reconocimiento, incluido el del propio Obama. Decenas de pescadores se quedaron varados en el puerto de Venice y expresaron al presidente su impotencia y su frustración por la tardía respuesta y la falta de coordinación.
Obama conversa con el gobernador de Luisiana sobre la 'marea negra'. | Ap
El portavoz de la Casa Blanca Robert Gibbs admitió que fue el propio presidente quien insistió en descender hasta Venice, en el delta del Mississippi, para conocer de primera mano la situación y trasladar a los equipos de “respuesta” un mensaje: "Se hará todo lo humanamente posible".
Los pescadores locales, que han decidido organizarse por su cuenta, criticaron abiertamente a la compañía BP, que ha firmado contratos con más de 200 pescadores para sumarse a las tareas de 'respuesta' (básicamente proteger la franja costera con barreras flotantes). Muchos de ellos seguían esperando ayer instrucciones para pasar a la acción. Otros decidieron lanzarse a la mar por su cuenta y riesgo.
La mancha sigue creciendo
La línea costera desde Luisiana a Florida está amenazada por el derrame, cuyo tamaño estimado es de unos 208 a 112 kilómetros de tamaño y sigue creciendo. Muchas de las comunidades en el camino de la mancha de crudo son las mismas que fueron devastadas por el Huracán Katrina en el 2005.
El petróleo, que brota sin control de un profundo pozo submarino dañado a unos 68 kilómetros de la costa de Luisiana, es presionado al norte por vientos fuertes y cambiantes.
El sábado, la franja más avanzada de la mancha se extendía frente a Venice, una pequeña comunidad pesquera a unos 121 kilómetros al sudeste de Nueva Orleans. Las costas de Mississippi y Alabama podrían estar en riesgo dentro de tres o cuatro días, dijeron funcionarios.
Sopa aceitosa
En la ruta de la extensa mancha se encuentran grandes canales de navegación, áreas de pesca claves, refugios de flora y fauna nacional, además de populares playas. Hasta ahora, las líneas más importantes de navegación que llevan al Río Mississippi y los grandes puertos de la costa del Golfo no han sido afectados.
La costa del Golfo de México y sus pantanales son hogar de cientos de especies salvajes, incluidos manatís, tortugas marinas, delfines, marsopas, ballenas, nutrias, pelícanos y otras aves.
El Golfo también es uno de los terrenos más fértiles de comida marina, lleno de camarones, ostras, mejillones, cangrejos y pescados. Mantiene a una industria de 1.800 millones de dólares, sólo por detrás de Alaska.
El Servicio de Manejo de Minerales dijo este sábado que dos plataformas estadounidenses frente al Golfo de México debieron cerrar y que una tercera fue evacuada como medida de seguridad. Se esperaban más cierres, agregó, pero la producción afectada hasta el momento era muy pequeña.
Sin embargo, las grandes instalaciones de gas y petróleo del Golfo están en su mayoría al sur y el oeste del derrame y no habían sido afectadas por ella hasta el sábado, según un portavoz de las compañías, que incluyen a BP, Royal Dutch Shell y Chevron.
La filtración, que siguió a la explosión y hundimiento de una torre de perforación la semana pasada, obligó a Obama a suspender planes políticamente delicados para expandir las perforaciones de crudo mar adentro. Los proyectos habían sido desvelados el mes pasado, en parte para atraer el apoyo republicano a una legislación sobre cambio climático.
Miles de millones de dólares
El Gobierno de Estados Unidos está aumentando la presión sobre el gigante energético con base en Londres, propietario del pozo averiado, para que haga mayores esfuerzos por tapar el flujo de crudo y contenga la creciente mancha. British Petroleum, concesionaria de la plataforma, estima que el pozo marino vierte cada día unos 800.000 litros de petróleo al mar.
Se estima que el costo de la operación y el posible daño que podría causar el derrame sería de miles de millones de dólares.
Sin una solución sencilla a la vista para cerrar un pozo que se encuentra a unos 1,6 kilómetros bajo el mar, varios cientos de barcos y aviones están trabajando para contener la mancha en la superficie.
La Guardia Costera extendió barreras flotantes de contención, las que son ubicadas en el agua y absorben el petróleo, en un esfuerzo por impedir que el crudo contamine la costa. Pero las marejadas han interferido con esos esfuerzos.
El Gobierno de Obama ha dicho que no se permitirán nuevas zonas de perforación hasta después de una revisión sobre el derrame.
Carlos Fresneda, enviado especial a Venice (Luisiana)
Publicado en El Mundo
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