IRA POPULAR CONTRA BP


La paciencia se ha agotado al cabo de 40 días. De Nueva Orleans a Nueva York, de las marismas de Luisiana a las playas de Alabama, la ira popular contra BP por su incapacidad para contener el vertido en el Golfo de México ha dado pie en las últimas horas a un rosario de manifestaciones y actos de protesta.

La más espectacular ha sido ante la gasolinera de la compañía británica en el Soho de Nueva York, tomada al asalto por doscientos manifestantes con las caras y las manos embadurnadas con petróleo “falso”, gritando consignas como éstas: “BP, tu corazón es negro”, “BP, limpia y deja de ensuciar”...

En Grand Isle, el pueblo costero de Luisiana por donde pasó Obama el viernes, empezaron a surgir por doquier carteles de protesta. Siguiendo la estela del pescador Dean Blanchard, decenas de vecinos despidieron al presidente con pancartas bien visibles, denunciando las acciones de la compañía petrolera: "¡BP, verguenza!", "BP, devuélvenos nuestra playa", "¡BP, arruinaste nuestro futuro!".

Dean Blanchard se sumará el domingo a la manifestación convocada en el corazón del barrio francés de Nueva Orleans. Pescadores y ecologistas unirán fuerzas como nunca antes para exigir soluciones y responsabilidades en el mayor vertido en la historia de Estados Unidos, con más de 70 millones de litros de crudo derramado hasta la fecha.

La indignación popular contra BP ha ido a más tras la visita fugaz de Obama, precedido por 400 empleados que fueron contratados para limpiar a toda prisa la playa. “Todo esto ha sido una nueva operación de maquillaje”, denunciaba Rosie Barrow, a los pies del restaurante Barataria. “Se marchará Obama y se volverán a olvidar de nosotros”.

Por la noche, en el cónclave de los capitanes de barco, se llegó a mascar la amenaza de una plantón en las operaciones de limpieza: “O nos facilitan equipos, nos ponen médicos y nos garantizan que los dispersantes no nos van a causar cáncer, o van a tener que hacer frente a esto ellos solos”.

En Venice, entre tanto, en la embocadura del río Misisipí, las brigadas de pescadores voluntarios –movilizados por el presidente del distrito de Plaquemines Billy Nungesser- empezaron la operación limpieza de las marismas con máquinas aspiradoras, sin esperar las órdenes de turno de BP.

Douglas Suttles, jefe de Operaciones de la compañía, ha anunciado que el domingo será el día del veredicto para la operación “top kill”, la inyección de barro líquido a gran presión con la que se esperaba contener el vertido. Suttles informó que los “parones” de varias horas son necesarios para saber si el barro se asienta y se tapona la fuga.

“Es como un pulso entre dos fuerzas iguales”, agregó el jefe de Operaciones de BP, que aseguró que la compañía está trabajando ya en métodos alternativos como una nueva y más pequeña campana de contención, o el emplazamiento a 1.500 metros de profundidad de una segundo cierre de emergencia sobre el mecanismo que falló el día del accidente.

Carlos Fresneda (Enviado especial) | Grand Isle (Luisiana)
Publicado en El Mundo América
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