"Hola a todos... Como sabéis, mi país, Portugal, está luchando. Y
Portalegre, en el Alto Alentejo, está todavía en peores condiciones. En
los últimos cinco o diez años, casi toda la industria local ha ido
cerrando. Supongo que muchos de los jóvenes con agallas se han ido. Y no
es sorprendente que en el pueblo se respire la negatividad y la falta
de iniciativa. Hay estudios que vaticinan que en 20 años Portalegre
puede incluso dejar de existir".
"Ante esta situación, la pregunta es: ¿Cómo puede prosperar una iniciativa de transición cuando hay tanta desesperación económica y social?". La respuesta es la 'Ajudada',
el encuentro ideado por Filipa Pimentel y más de un centenar de
voluntarios, que han arrimado el hombro para resucitar el espíritu de
aquella celebración colectiva que "ayudaba" a aliviar la dureza del
trabajo en el campo.
Durante tres días, la pequeña ciudad de 25.000 habitantes y a 70
kilómetros de Badajoz, conocida al otro lado de la frontera por su
famoso mercadillo, se ha volcado en la nueva 'Ajudada', poniendo al día
la misma fórmula que se practicaba desde tiempos inmemoriales en las
comunidades rurales portuguesas: la ayuda mutua y la cooperación.
"Ha llegado el momento de repensar por completo la economía",
sostiene Filipa Pimentel, con un pie siempre el Portalegre y el otro en
Bruselas, donde coordina los "hubs" de transición en todo el mundo. "En
estos tiempos de crisis, una de las ideas más básicas que hay que
replantearse es la "necesidad" de usar dinero para todo, cuando existen otras fórmulas".
Más allá de las monedas sociales o de los grupos de trueque e
intercambio, la 'Ajudada' reivindica el poder de la ayuda mutua en eso
que se ha dado en llamar la 'gift economy', traducida indistintamente
como la economía del obsequio, del regalo, del don o de la dádiva (esta
última palabra tiene la virtud de derribar las barreras lingüísticas y
culturales con el portugués, que tanta falta nos hace).
"La 'gift economy' consiste básicamente en mantener un flujo de
"regalos" dentro de la comunidad y compartir al mismo tiempo los
recursos", explica Filipa. "La dádiva se hace sin esperar nada a cambio.
No se produce la transacción directa como cuando empleamos dinero, pero
la reciprocidad existe de otra manera. En el fondo, lo que estamos generando en una cadena de "donaciones" que aumenta la cohesión social de las comunidades y recupera valores como la solidaridad y la generosidad".
En Portalegre, y gracias al impulso del grupo de transición local,
funciona desde hace meses un centro comunitario bajo un principio que
parecía utópico: "cero euros". Unos ofrecen mano de obra gratis, otros
llevan muebles, otros donan ropa vieja, telas, máquinas de coser... En
poco tiempo, el centro (que antes era una tienda) ha generado un círculo
de "economía de la dádiva" que sigue creciendo y que a partir de hoy
contará además con una nueva sede, en una casa cedida por el
Ayuntamiento y rehabilitada con la ayuda de más de 300 manos.
"Manos" (reclamando la acción y las experiencias prácticas) ha sido
el lema del tercer y último día de la 'Ajudada' de Portalegre, que ha
culminado precisamente con 'O Grande Projecto Colaborativo' en torno a
la nueva casa común, y en el que se han volcado por igual mujeres y
hombres, mayores y niños.
La segunda jornada obedeció a la consigna "Corazón" (el factor
emocional y personal), y la primera se organizó en torno a la "Cabeza". O
sea, la dimensión racional y el potencial real de esta otra forma de
gestionar los recursos que el pensador norteamericano Charles Einsenstein ha rebautizado como "la economía sagrada".
Charles Einsenstein y el 'transicionista' Gary Alexander
fueron precisamente los dos grandes soportes de Filipa Pimentel en la
travesía de la 'Ajudada'. El autor de 'La Economía sagrada' recordó en
el Jardim de Corredoura de Portalegre los orígenes reales del dinero,
"que nace en el contexto del 'espíritu del don', como un ritual que
conecta y coordina la actividad humana hacia un fin común".
El mallorquín Juan del Río, fundador de Transición Sostenible,
participó también muy activamente en la 'Ajudada', intentando acortar
las distancias a veces insalvables entre las dos culturas limítrofes.
Los sabores del campo portugués son esencialmente los mismos que se dan
en nuestras tierras, y los deseos de un profundo cambio económico entre
la población no entienden de fronteras (ahí tenemos sin ir más lejos de
la Red Vecinal de Ayuda Mutua del barrio madrileño de Aluche).
"En la 'gift economy', lo que cuentan son las relaciones humanas y la capacidad de compartir los recursos
que existen dentro de la comunidad", sostiene Juan del Río. "Al
contrario, la economía de mercado funciona siempre con la expectativa de
recibir una recompensa a cambio de bienes y servicios, y sólo las
personas y actividades que generan dinero están valorizadas".
Del Río no podrá olvidar el abrazo colectivo de más de 300 personas
haciendo piña en las plazas y jardines de Portalegre, ni los
incontables talleres en el centro de artes y en el centro de
trabajadores, ni las dinámicas de grupo ni las incontables muestras de
generosidad de los vecinos lusos, ni las comidas colectivas en las que
todos "ayudaron" a su manera sin necesidad de pagar nada...
Filipa Pimentel
acabó tan cansada "que ni te puedes imaginar". La 'madrina' de la
'Ajudada' piensa ya en la manera de dar continuidad a tanta energía
social como la acumulada estos días en las cuestas de su pequeña gran
ciudad, donde "todos estamos aprendiendo a encontrar nuestro papel en la
economía de la comunidad".
Carlos Fresneda
No hay comentarios:
Publicar un comentario