Barack Obama. | AFP
- La EPA aplaza la entrada en vigor de las nuevas regulaciones contra el esmog
- Podría cancelar sus planes para regular el CO2
La Administración Obama ha decidido dar marcha atrás en la lucha contra las emisiones cotaminantes ante la creciente presión de los republicanos. La Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA) acaba de anunciar un retraso de al menos seis meses en la entrada en vigor de las nuevas regulaciones contra el esmog y el mercurio.
La EPA podría dejar también en el alero sus planes para empezar a regular las emisiones de CO2 en las centrales térmicas y en las plantas industriales a partir del 2 de enero, el único y tímido avance logrado hasta la fecha por Obama en la lucha contra el cambio climático.
La noticia ha provocado la reacción airada de los grupos ecologistas, en contraste con los elogios de la industria, encabezada po el Instituto de Petróleo Americano y la Asociación Nacional de Fabricantes, que han ensalzado la decisión de Obama de apostar "por el crecimiento económico frente al proceso regulatorio".
"La EPA está asustada ante la nueva mayoría republicana en la Cámara de Representantes", ha denunciado Frank O’Donnell, presidente del Observatorio del Aire Limpio (Clena Air Watch). "Y Obama ha dado ya entender que no le importa enfrentarse con su base, con tal de llegar a compromisos con sus adversarios para poder ser reelegido".
"No vamos a permitir que la EPA regule lo que han sido incapaces de legislar", ha advertido por su parte el congresista republicano Fred Upton, que ejercerá como presidente del Comité de Energía a partir de enero. Upton promete declararle la guerra personal a la directora de la EPA, Lisa Jackson, cuya permanencia en el puesto se ve seriamente comprometida por las presiones de los republicanos.
Desde el 2009, Jackson ha imprimido un giro drástico a la EPA, que bajó notablemente el listón de la protección del medio ambiente durante la era Bush. En vísperas de la cumbre del cambio climático, Jackson calificó por primera vez el CO2 y los gases invernadero como "una amenaza para la salud humana".
Boicot de los republicanos
Sus intentos de regular las emisiones han sido boicoteados sistemáticamente por los republicanos, que están forzando la máquina para evitar que las nuevas medidas entren en vigor el 2 de enero. Si los conservadores logran su objetivo, Obama no será capaz de cumplir siquiera los vagos compromisos de Copenhague y mucho menos impulsar la ley del cambio climático, varada en el Senado desde hace año y medio.
De momento, las presiones de los republicanos han servido para aplazar al menos seis meses la entrada en vigor de las nuevas leyes contra las emisiones contaminantes en las ciudades. La normativa contra el esmog aspiraba a rebajar el máximo nivel de ozono troposférico recomendable de 75 a 70 partes por mil millones.
El ozono, que protege la Tierra contra las radiaciones ultravioleta en las capas altas de la atmósfera, es sin embargo tóxico en las capas bajas y está considerado como uno de los principales causantes del esmog fotoquímico. Decenas de ciudades como Houston o Los Angeles se habrían visto obligadas a endurecer sus medidas anticontaminantes desde enero con la nueva normativa (cuyo coste estimado por la industria habría sido de 90.000 millones de dólares).
La segunda ley aplazada es la que pretendía fijar nuevos límites a las emisiones de mercurio en 200.000 calderas industriales y en decenas de plantas icineradoras. La EPA alega que harán falta nuevos estudios científicos de aquí a julio del 2011 (en el caso del normativa antismog) y hasta abril del 2012 (en el caso del mercurio) para determinar la puesta en marcha de la nueva normativa.
Carlos Fresneda, Nueva York
Carlos Fresneda, Nueva York
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