El ruido generado por el Nexus One ha relegado a segundo plano la creación de Google Energy, la subsidiaria que a partir de ahora explorará las posibilidades del gigante de internet en el mercado de la energía. Google acaba de pedir también permiso para comprar y vender electricidad a la Comisión Federal Regulatoria de la Energía.
Niki Fenwick, portavoz de la compañía, asegura que la última maniobra de Google obedece simplemente a la intención de aumentar el suministro de fuentes renovables y "neutralizar" las emisiones de su cuartel general de Mountainview, en Silicon Valley.
La noticia ha disparado las especulaciones sobre el salto definitivo de Google al campo de las energías renovables. La compañía, que cuenta con Al Gore como ilustre asesor, contrató como "zar" verde en el 2006 a Bill Weihl, profesor e investigador del Instituto Tecnológico de Massachussetts.
Bajo la consigna "Renovables más baratas que carbón", Weihl ha capitaneado hasta ahora los esfuerzos de Google.org (la filial filantrópica). El propio Weihl anticipó en su día a El Mundo que la compañía se ha marcado el objetivo que alcanzar esa meta antes del 2015. Google destinó el año pasado 45 millones de dólares a investigar en los campos de la energía solar térmica, la eólica de altura y la geotérmica mejorada.
En declaraciones al New York Times, Weihl anticipadaba esta semana el compromiso de Google para marcar el camino de la "innovación" en el campo de las renovables. La compañía, que ha invertido en "startups" como eSolar y Brightsolar, cuenta con un tejado de placas fotovoltaicas en su sede con capacidad para generar 1,6 megavatios.
El PowerMeter, que pemite controlar a distancia y minuto a minuto el gasto energético en cualquiera hogar, forma también parte de la avanzadilla energética de Google, que comercializará este año el dispositivo en cuatro países: Estados Unidos, Alemania, India y Canadá.
Carlos Fresneda, Nueva YorkPublicado en elmundo.es América
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