Me he quedao alucionao con una foto aérea sobre Holanda, la ha publicado la revista Energías Renovables
para ilustrar su homenaje a los dos años de la catástrofe nuclear de
Fukushima (Foto: Holanda, a vista de pájaro y click del gran Normann
Szkop).
Todo en esa imagen es belleza solar con la mano humana por
medio, por un lado los colores alegres de los campos de amapolas, que
gracias a la energía solar y la magia de la tierra alegran vidas y
convierten la instantánea en un desborde de atención. Aunque complementa
a su lado, la tecnología que recoge del ciclo energético solar, el
aprovechamiento de las corrientes de viento que se generan por los
cambios térmicos y convierte ese flujo en electricidad limpia, renovable
y hermosa si la comparamos con la generada por una tecnología primero
criminal, luego socializada y aun tolerada a pesar de que solo ha
aportado no más del 15% de la electricidad mundial dejando basura para
miles de generaciones, hipotecando el futuro de los que todavía no están
y obstruyendo el camino a un modelo energético que garantiza paz y
seguridad.
Nada más ver los
aerogeneradores me he ido a mis instantáneas en un lugar que, si vas a
Galicia, tan rica en hermosa y fértil tierra, tan dada a la calidad
humana y con tan impresionantes costas enfrentadas a mares bravos, un
lugar que tienes que visitar. Impresiona antes ver en la noche la
central térmica de As Pontes con la chimenea de mayor altura de Europa,
olvidada al poco al hacer un vivac bajo un imponente aerogenerador que
se presentaba emocionante al oírlo, pero más cuando la luz nos dejara
verlo girar sobre dos aventureros energéticos que osamos disfrutarnos
una noche de agosto en la ruta a Sotavento.
Sotavento
es un parque experimental eólico, puesto en marcha cuando Galicia
decidió apostar por cultivar megavatios de energía limpia gracias a sus
vientos, en algunas lomas, de los mejores de Europa. En Sotavento se
plantaron los aerogeradores del momento, cada empresa participe el suyo,
y desde el centro de seguimiento todavía se recogen datos de
rendimientos y respuestas técnicas.
Todo es viento y pedagogía en Sotavento,
hasta la planta del edificio dedicado también a la cultura eólica es un
tripala a vista de pájaro, que alberga los espacios que hacen mucho mas
agradable y rica la visita al lugar. El que escribe tenía dos motivos
para llegar al sitio, uno por devoción energética y otro porque desde
que comenzaron las actividades de educación ambiental en el lugar, una
cocina solar parabólica sirve para, ocasionalmente y en días de sol,
recibir a los estudiantes al bajar de sus autocar, con un chocolate
caliente comienzan el periplo. Aunque lo eólico marca contenidos, la
eficiencia energética, el bioclimátismo, la movilidad eléctrica y hasta
el hidrégeno allá tienen su espacio, y a la vista, y para servicio del
visitante.
Tuvimos la suerte de ser
atendidos por Manuel Díaz, motor humano del lugar, y aunque eran los
primeros vídeos con el cacharro ese del iPhone aquí quedan las
explicaciones que me sirven para recordar en día señalado a todas las
víctimas de la energía nuclear, a los afectados por Fukushima, a los que
también cayeron en Madrid por la locura humana animada por una invasión
criminal energética, en Irak. Y como ciudadano de fe en un nuevo modelo
energético sostenible, limpio y pacifico, a Sotavento, por todo lo que
aporta a mis anhelos.
La expo de cometas, con una de las más increíble, la Cody.
Qué es la tarabela.
Magistral de palas de aerogenerador.
Y aquí el vídeo oficial de la casa Sotavento.
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