TreeHugger, la ecología "positiva"


Llamarle a alguien “treehugger” (literalmente, “abrazador de árboles”) era poco menos que condenarle a la hoguera de los “hippies”, tildarle de ingenio e iluso, ponerle el estigma de ecologista inadaptado.

Hasta que llegó Graham Hill, en plena eclosión primaveral de los blogs, y decidió bautizar a su retoño precisamente así, TreeHugger, a modo de afrenta verde… “Corría el año 2004, y la mayoría de los sitios web estaban dedicados a la ecología del “no”. Nosotros decidimos hacer algo distinto, poner el “sí” por delante y hablar de nuestras esperanzas y nuestras aspiraciones”.

Graham Hill trajo los vientos nuevos del diseño y la tecnología. Ken Rother puso después su experiencia y su visión estratégica en la web. Los dos se embarcaron en una odisea que tuvo también mucho de cambio personal, a la busca de ideas y soluciones a los problemas más acuciantes del planeta. En poco tiempo, TreeHugger se convirtió en el blog más puntero de la ecología “positiva” en EEUU. La compañía Discovery se percató del futuro y la compró en el 2007 por 10 millones de dólares.

Pero Hill y Rother no se dejaron cegar por el “pelotazo” verde. Ahí siguen, impulsando initiciativas para minimizar el impacto ecológico, como el reciente concurso “Life Edited” que prentende sacarle todo el jugo posible a un pisito urbano de 39 metros cuadrados. El propio Graham Hill ha predicado con el ejemplo en su modesto y luminoso apartamente en el Soho, donde vive, trabaja y comparte espacio con una bicicleta ultraligera diseñada por él mismo.

Antes de invitar a los norteamericanos a renunciar a sus sueños desmesurados de grandeza, la gente de TreeHugger (doce en plantilla y cuarenta colaboradores habituales) lanzó el reto de reducir drásticamente el consumo de carne con otra propuesta que ha calado hondo: Weekday Vegetarian (el vegetariano de los días de diario).

Desde el principio quisimos lanzar ideas que incitaran a la gente a pasar a la acción”, recuerda Graham Hill. “Y también pusimos un interés especial en no crear división ni ser partidistas”, recalca Ken Rother. “Lo “verde” se identifica por lo general con la gente de izquierdas, pero el espectro de los “conservacionistas” es muy amplio y queremos que la gente de derechas se sienta igualmente cómoda”

Ante ciertas cuestiones no valen sin embargo medias tintas... “¿Qué naciones se verán afectadas más duramente por el cambio climático?”, fue uno de los titulares más sonados de estos últimos días en TreeHugger, con un estudio a fondo sobre el impacto de la inundaciones, las sequías y las subidas del nivel del mar en Bangladesh, China y las Maldivas. La expulsión de una profesora universitaria en Utah por “incitar” a sus alumnos al activismo del clima, los riesgos de contaminación del agua con la ténica de “fracturación hidraúlica” para extaer gas natural, la travesía del desierto de Australia del coche eléctrico Wind Explorer o las tendencias “verdes” en la semana de la moda de Nueva York se codean en este espacio virtual que ha ensanchado las fronteras de lo que entendíamos por ecología.

Preguntamos a Hill y Rother si de un tiempo a esta parte (desde Copenhague, para ser más exactos) no han notado una cierta “fatiga verde”... “No debemos perder el tiempo dándole vueltas a si la información ambiental ha dejado de ser “cool” o si resulta aburrida”, responde Hill. “Lo importante es seguir avanzando, porque el mundo se mueve. Y al margen del debate del cambio climático, lo cierto es que nos vamos a quedar sin petróleo y sin carbón, y más vale que tengamos listas otras fuentes de energía. Porque la pregunta de fondo, la que deberíamos hacernos todos, es ésta: ¿Queremos construir una vida mejor o no queremos?”.



Carlos Fresneda
Publicado en el blog En la Ruta Verde de El Mundo

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