“La comida cruda te mantiene saludable y joven y te proporciona un “subidón” constante de energía” 
1970. Nace en Las  Vegas, hijo de un “chef” italiano. Crece comiendo carne y viendo la  trelevisión. Vive en Chicago. 1985. Se traslada con su familia a Palm  Springs. Tiene una “iluminación” observando a un águila con un pez en  sus manos en el desierto. Se hace vegetariano, y más tarde vegano (deja  de comer productos animales). 1994 Abre su primer restaurante crudívoro  en San Francisco con los ahorros de su madre (50.000 dólares)). 1999  Abre su segundo restaurante, Juliano’s Raw, en Santa Monica. Atrae a  estrellas como Natalie Portman, Demi Moore, Uma Thurmna o Woody  Harrelson. 2011 Planea su salto a Hollywood como guionista y con un  nuevo restaurante.
Natalie Portman y  Demi Moore tienen algo en común. Las dos aseguran haber descubierto a  estas altueras la fuente de la salud y la juventud: la comida cruda. Y  en el menú no incluyen a precisamente a Ashton Kutcher, sino a Juliano  Brotman, el “chef” que lleva más de una década predicando las virtudes  del “raw food” entre las estrellas de Hollywood.
 
Woody  Harrelson se ha enganchado tanto al credo “crudívoro” de Juliano que ha  terminado escribiendo un libro. Alicia Silverstone también ha publicado  su propio recetario vegetariano (“The Kind Diet”), con lejanas  influencias del famoso “chef”. Cher y Uma Thurman son otras de las  habituales en Juliano’s Raw en Santa Mónica, y dicen que Sting se suele  pasar con su mujer cuando recala en Los Angeles.  
“¿Qué  les da usted a las estrellas?”, le preguntamos al mítico Juliano, de  ascendencia italiana, presto a desmostrar su dominio del español  “aprendido en las cocinas”... 
“Yo  le doy a todo el mundo lo mismo: alimentos vegetales no cocinados,  preparados de un modo original y sabroso, pero conservando todas las  enzimas y los nutrientes. Comiendo así, como hacíamos antes de usar el  fuego, se acabaron las enfermedades. La comida cruda te mantiene  saludable y joven, y te proporciona un “subidón” constante de energía.  Yo mismo no necesito dormir más de dos horas al día comiendo de esta  manera”. 
Con melena rubia o sin ella, la estampa de Juliano lo dice todo. Nacido en Las Vega hace 41 años, dejó el colegio a los ocho y se fogueó desde niño en el restaurante italiano de su familia (de sangre sicialiana). Las ensaladas y los platos de pasta eran su fuerte, aunque se adiestró cocinando y comiendo carne, y viendo la televisión a todas las horas.
Pasó  un tiempo en la jungla de asfalto de Chicago, y a lo 15 años se  trasladó con la familia a Palm Springs. Allí fue donde experimentó, en  palabras propias y siempre en español, algo parecido a una  “iluminación”... “Perseguí a mi perro en el desierto, y me llevó a un  lugar donde había un águila, revoloteando alrededor de una poza donde  había una serpiente de agua, y un poco más allá, una rana tomando el  sol. Fue un momento muy especial, en el que sentí la unidad con el  mundo. A partir de ese día dejé de comer animales y me hice  vegetariano”. 
Las hojas de berza se convirtieron desde entonces en sus mejores aliadas. Empezó a usarlas para hacer burritos, envolviendo el relleno tal cual e invitando a sus comensales a saborear toda su “crudeza”... “Poco a poco fui eliminando todos los alimentos procesados, y después todos los cocinados o “decadentes”, como yo los llamo. En el “raw food”, los alimentos están “vivos”. Cocinar a 40-49 grados de temperatura sirve para matar los nutrientes y destruir las enzimas. Contrariamente a lo que alguna gente piensa, cocinar los alimentos puede hacerlos más indigestos”.
Con  50.000 dólares prestados por su madre y con el fruto de sus primeros  experimentos con batidoras, licuadoras y deshidratadoras, Juliano  decidió abrir un restaurante crudívoro en San Francisco en 1994. Su fama  llegó pronto hasta Los Angeles, y ante la insistencia de “varios amigos  famosos” abrió Planet Raw (o Juliano’s Raw, tanto monta) en Santa  Mónica, a tiro de piedra de las colinas de Hollywood. 
 De  los burritos pasó a las pizzas “crudas”, usando cereales germinados. O a  la pasta de calabacín “crudo”, aderezada con una crema marinara sin  ingredientes cocinados. La sopa de hongos, los burritos de fresas y  arándanos “luna llena” o la ensalada tailandesa de papaya verde son  algunos de los platos “estrella” que el propio Juliano ha popularizado  gracias a su libro “Raw: the uncook book”... 
Elizabeth  Hurley, Susan Sarandon o Pierce Brosnan han descubierto también las  bonanzas de la comida cruda, aunque Natalie Portman es sin duda el  rostro más radiante del “raw food” en vísperas de los Oscar... Juliano,  por cierto, anda tramando no sólo el asalto gastronómico a las colinas  de Hollywood sino su propio estreno como guionista con una película con  “mensaje”, para hacer cambiar de dieta a sus compatriotas: “Los  americanos son los peores “comedores” del planeta”.
Carlos Fresneda, correponsal / Los Angeles
Publicado en la sección el Zoo del siglo XXI
Publicado en la sección el Zoo del siglo XXI



 
1 comentario:
Tiene que haber de todo en el huerto del Señor. Las personas que han llegado a cumplir cien años y sanos, no es porque hayan comido crudo. Pero desde luego el ahorro energético externo en procesamiento del alimento es enorme. Sin embargo tiene un fallo, pues el cuerpo tiene que iniciar la transformación de los nutrientes desde cero, con su correspondiente coste de energía. Estoy seguro de que nadie ha hecho las cuentas de verdad. Cocinar es preparar la comida para el organismo, es pre-digerir, usando energía. El problema mayor para la salud y el balance energético está en las malas combinaciones de alimentos que el sistema digestivo no tolera. El éxito de estas personas que promueven nuevas filosofías del comer sano radica en que sus adeptos son famosos, no porque esté científicamente demostrado que su sistema sea el mejor. Y que tire la primera piedra de los que van a su Restaurante, alegando que jamás se van de BBQ. Vamos, no creo que comer crudo 100% forme parte del cambio. Con un 50% sobra. salud.
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