DUDAS SOBRE EL SALMON TRANSGENICO

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El primer salmón genéticamente modificado, capaz de crecer el doble de rápido que un pez convencional, está listo para ser servido en el menú de los norteamericanos. Pero la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) ha decidido dejar de momento en suspenso su comercialización hasta que la compañía AquaBounty resuelva las dudas sobre su seguridad planteadas por un panel de científicos.

“Los datos presentados por la compañía no han sido sucifientes para responder a todas las preguntas”, aseguró el veterinario y profesor de la Universidad Estatal de Iowa James McKean, al frente del grupo de “escépticos” en el panel de la FDA que tiene en sus manos la decisión de aprobar el primer animal trasgénico para consumo humano en EEUU.

“Yo no me sentiría alarmado ante la posiblidad de comer este tipo de pescado”, declaró por su parte Gary Thorgaard, investigador de la Universidad Estatal de Washington, alineado con los científicos favorables a la aprobación del salmón trasgénico.

Ronald Stotish, director ejecutivo de AquaBounty (algo así como el Botín Acuático), aseguró que no existe ninguna diferencia entre el salmón convencional y el trasgénico, “más allá de su capacidad para crecer en la mitad de tiempo”. AquaBounty, una compañía de bioingeniería con sede en Massachussetts, lleva 15 años investigando con la variedad tansgénica, obtenida tras insertar un gen de crecimiento del salmón “chinook” del Pacífico en huevos fertilizados del salmón del Atlántico.

El “cruce” entre los dos salmones supondría de hecho la creación de una nueva variedad. Aparte de las diferencias físicas, los salmones del Pacífico y del Atlántico difieren también por su capacidad para adaptarse y sobrevivir en sus entornos ambientales. La variedad del Atlántico es capaz de volver al mar después de desovar en los ríos; la del Pacífico muere habitualmente al cabo de varios días o semanas remontando la corriente.

"No hay diferencias apreciables en el pescado, cuya comercialización en piscifactorías Podría servir para aliviar la presión sobre la pesca de salmón y para satisfacer la creciente demanda de fuentes de proteínas en los próximos 30 o 40 años”, aseguró Stotish en su defensa del salmón trasgénico.

En consonancia con las directrices de la Organizacio Industrial de Biotecnología, AquaBounty no se conforma con que su salmón sea aprobado para el consumo humano, sino que reclama que sea vendido si un etiquetado en el se renocozca su condición de producto modificado genéticamente... “El consumidor podría interpretarlo como una señal de alerta”, recalcó Stotish.

Una decena de grupos ecologistas y de defensa de los derechos de los consumidores han hecho entre tanto causa común contra el salmón trasgénico y han llevado en los últimos días las protestas hasta las puertas de la Casa Blanca.

La Unión de Consumidores ha emitido esta semana un comunicado en el que expresa su preocupación por “el riesgo de severas reacciones alérgicas” que podría causar el pez modificado genéticamente. El Centro para la Seguridad de los Alimentos y el Observatorio de los Alimentos y el Agua han advertido también que no existen suficientes pruebas sobre los efectos del salmón trasgénico en los consumidores o en el medio ambiente, en el caso de que la variedad se propagara por los ríos y los océanos de Norteamérica.

“Esto no es lo que la gente necesita o quiere”, advirtió ante el panel de la FDA Nina Mak, analista del Sociedad Antiviviseccionista de América, que puso sobre la mesa la razón de fondo tras la comercialización del salmón trasgénico y de crecimiento ultrarápido: conseguir los mismos beneficios en la mitad de tiempo.


Once horas duró el debate entre los científicos el lunes pasado, seguido ayer de otro intenso intercambio de opiniones sobre la necesidad o no de etiquetar como tal el salmón trasgénico. La mayoría de los panelistas consideraron al menos suficientes las garantías ofrecidas por AquaBounty contra la posibilidad de que la especie modificada genéticamente pudiera escapar o causar daño al entorno natural.


Steven Vaughn, del Centro para la Medicina Veterinaria de la FDA, justificó asúi la cautela del organismo. “Estamos ante una tecnología que ofrece muchos retos para nosotros”, declaró Vaughn, que recordó cómo hay otros animales trasgémicos para cosumo humano en lista de espera. Entre ellos, las vacas y los cerdos.

Carlos Fresneda, Nueva York
Publicado en El Mundo, edición papel
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