Filipa
Pimentel, directora del 'hub' de grupos de transición en Londres, y
Juan del Río, cofundador de Transición Sostenible Barcelona. | C.F.
- Numerosas iniciativas buscan nuevas fórmulas para capear la crisis
- Algunos grupos proponen replantearnos nuestras necesidades básicas
“Un problema no se puede solucionar con la misma mentalidad con la
que se creó”, decía Einstein. Y sin embargo eso es lo que seguimos
haciendo cuatro años después de la debacle financiera. Lejos de
experimentar con nuevas ideas, los gobiernos reinciden en las fórmulas gastadas de la vieja economía y ahí estamos: asistiendo como meros espectadores al derrumbamiento de un sistema que nos arratra en plena caída.
Más allá de las manifestaciones callejeras, los ciudadanos de todos
los países ricos –y los no tan ricos- se están organizando como nunca
antes. La explosión de grupos e iniciativas ante la crisis es tal que
podríamos hacer una serie diaria para dar espacio a sus protagonistas.
En el Reino Unido, el movimiento de la Transición
–extendido ya a 34 países- ejerce cada vez más como el catalizador
necesario de las respuestas aún incipientes. Este fin de semana se ha
celebrado en Londres la sexta conferencia anual, con una nutrida
representación española y bajo una consigna de traducción libre y
múltiple: “REconomy” (algo así como Reimaginar, Reactivar y Relocalizar la economía).
“La era de la energía barata y del crédito barato ha quedado atrás”,
advirtió el cofundador del movimiento, Rob Hopkins. “El sistema es como
un viejo dinosaurio que está cayendo por su propio peso. Lo que
necesitamos es una nueva manera de pensar, formas distintas para
dinamizar la economía y construir comunidades resilientes y adaptadas a
estos tiempos extraordinarios”.
Empezar por lo personal
Inderpaul Johar, confundador del Hub de Westminster, habló de los
siete años de experiencia del laboratorio para el cambio y la nueva
economía. Julie Brown, de Growing Comunities en Hackney, habló del
avance imparable de la agricultura urbana. Susan Thomas, de Totally
Locally en Slaithwaite, relató del poder transformador de 5.000 vecinos
volcados en cuerpo y alma en “reactivar” sus comercios locales.
El Bzzzbnk ofreció esperanzadores ejemplos de “crowdfunding” para empresas sociales.
La gente de Good for Nothing demostró el poder de la innovación y la
colaboración, como antídoto a la competitividad extrema. Y Ugo Vallauri,
fundador del Restart Project, vaticinó el fin de la cultura de “usar y
tirar” y del valor de “reusar” ante lo que se avecina...
“Ha llegado el momento de repensar por completo la economía”,
sostiene la portuguesa Filipa Pimentel, que coordina desde Bruselas
todos los “hubs” de transición repartidos por el mundo. “Y tenemos que empezar desde lo personal, reevaluando nuestras necesidades básicas, incluida la “necesidad” de tener que usar dinero para todo”.
Filipa es una teórica y práctica de la “gift economy”
(la “economía de dar”). En Portalegre, su patria chica, los
“transicionistas” han creado un centro comunitario bajo un principio que
parecía en principio utópico: “cero euros”. Unos ofrecen mano de obra
gratis, otros llevan muebles, otros donan ropa vieja, telas, máquinas de
coser... En poco tiempo, el centro (que antes era una tienda) ha
generado un círculo de economía gratuita que poco a poco se va
extendiendo por el pueblo de 10.000 habitantes.
“En momentos tan duros como los que estamos pasando, hay que abrirse
necesariamente y buscar soluciones con imaginación”, añade Juan del Río,
un joven formador ambiental mallorquín y miembro del primer 'hub'
español de transición, creado este mismo año tras el primer encuentro
nacional en Zarzalejo. “Pero lo peor que podemos hacer ante la crisis es
cerrarnos y ofuscarnos, y pensar que esto no tiene solución”.
'REconomy Project'
Del Río participó en el seminario de “Transición en Tiempos de Austeridad”
y admitió que la situación se está haciendo muy acuciante en España por
culpa del paro y los precios de los alquileres: “Los problemas se van
precipitando y ya empezamos a tener serios problemas para pagarnos la
alimentación y otras necesidades básicas. La sociedad española responde
con iniciativas como las cooperativas integrales, los grupos de
“prosumidores”, los bancos de tiempo, las monedas sociales... Pero hay
poco contacto entre los grupos, y una tendencia a marcar las
diferencias, en vez de abrazar la diversidad”.
En cualquier caso, el terreno está más que abonado para adaptar a
nuestras tierras el REconomy Project que ya se ha se puesto en marcha en
Totnes (el epicentro de la Transición) y que pronto encontrará réplica
en los más de mil grupos en todo el mundo, con la meta de cómo crear y alimentar “un nuevo tipo de economía local que beneficie a la gente y al planeta”.
“Nunca cambiarás las cosas luchando simplemente contra la realidad
existente”, podía leerse en otro lema anónimo que circuló durante la
conferencia. “Para cambiar algo, hay que construir algo de un modo
totalmente nuevo que haga quedar obsoleto el modo viejo”.
Carlos Fresneda (corresponsal) | Londres
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