Un 'indignado' protesta disfrazado frente a la catedral de St. Paul. | AP
El obispo de Londres Richard Chartres, número dos en el escalafón de
la Iglesia Anglicana, ha mostrado su solidaridad con los "indignados" y
ha logrado parar la orden de desalojo de la Corporación de Londres, que había dado a los ocupantes 48 horas para desmantelar el campamento
"Las campanas de alarma están sonando en el mundo y St. Paul ha
escuchado esa llamada", dijo el obispo Chartres a la hora de justificar
el volantazo de la Iglesia Anglicana. En un breve comunicado, la
Catedral de St. Paul ha anunciado la "decisión unánime" de suspender las
acciones legales y mantener a cambio "un diálogo directo y
constructivo" con los "indignados" sobre "los asuntos morales y éticos
que proponen".
El arzobispo de Canterbury Rowan Williams, máxima autoridad
eclesiástica, ha roto finalmente el silencio y ha resumido así las
tensiones internas en la Iglesia Anglicana: "Los acontecimientos de las
dos últimas semanas han demostrado cómo las decisiones tomadas de buena fe
y por buena gente, bajo una presión inusual, pueden tener consecuencias
desagradables y no previstas. El clero de St. Paul merece nuestra
comprensión en estas circunstancias".
El desmarcaje de la Iglesia Anglicana coincide con el endurecimiento
de la postura por parte de las autoridades locales y del propio Gobierno
de David Cameron, obligado a tomar posiciones ante la crisis
desencadenada por los 'indignados'.
La ministra de Interior, Theresa May, ha dado su respaldo a los
responsables de la Coporación de Londres -el consorcio que vela por la
seguridad y por la imagen de la City- y a su decisión de emprender
"acciones legales" para forzar el desalojo. "La
policía, la Iglesia y la Corporación de Londres necesitan trabajar
juntos para despejar las protestas lo antes posible", ha declarado May.
Por su parte, la asamblea general de Occupy London decidió continuar ayer indefinidamente con la protesta.
"Nuestra invitación al diálogo sigue ahí", declaró Ian Chamberlain,
portavoz de los ocupantes. "Nos quedaremos aquí mientras exploramos
todas las acciones legales".
La actitud de la policía ha sido hasta la fecha de estricta
vigilancia, sin irrumpir ni alterar en el funcionamiento del campamento,
donde existe incluso una "calle" o fila bautizada como "¡Ya Basta!", en
homenaje a los "indignados" de Sol.
En una protesta paralela, a las puertas del Parlamento en
Westminster, 12 personas han sido detenidas durante una protesta a favor
de los derechos de los "squatters".
Carlos Fresneda, corresponsal en Londres
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