CIELO ABIERTO AL LADO DE CITE SOLEIL - SHF 5

Reedición retroactiva

No ha costado poco encontrar un pedazo de cielo en medio de la pobreza ocupacional que rodea a Cite Soleil, nada más pasar la referencia clave de un puente sobre lo que debería ser un río. Nos ha servido también para descongestionar de Puerto Príncipe núcleo urbano, demasiada destrucción a la vista, demasiados escenarios de dolor pasado y dolor en los recuerdos, demasiado aire sucio, pero suficiente ajetreo humano como para ilusionarse.

Antes, nuestro 4x4 quedo en 0x0 patatero al dejarnos tiraos junto al hospital de Médicos Sin Fronteras allá en el aeropuerto, donde Carlos entrevista y visita, buscando además a ese chaval músico que perdió casi todo y ahora recuperado de lo traumático se dedica a cantar allá donde muchos están en la horizontal, dolidos todavía.

Al cabo de dos horas, tenemos repuesto y ya con un sospechoso 4x1, cambio de cargamento y corriendo a la cita con Sor Pilar.
Un vaso de agua fresca de recepción en el Dispensario de María Magdalena, de las Hermanas de la Caridad ha sido para mi como debe ser lo bendito, algo agradecido y supremo. Sor Pilar se presenta, nos disculpamos por el retraso y con ganas de recuperar todo lo perdido y compensar su espera, José Andrés y un servidor solar nos ponemos a montar la cocina parabólica batiendo todos los records y con destino al lugar mientras van llegando el resto de hermanas, son 5 en total, y Sor María Aparecida, entre suministros hidratantes no para de indagar en lo relacionado con ese artefacto que un mecánico y un chef montan al unisono mientras comparten las cosas de la vida con esas enfermeras confesionales que puestas donde estamos las elevo a lo más alto del servicio a la humanidad. El libro de cocina de Imma Seifert (pdf) que se inlcuye en la caja de la cocina es leído y releído, mientras van llegando preguntas sobre funcionamiento y ventajas de esa máquina que se conecta con el cielo sólo para hacer el bien a la viandas. Hablamos de Navarra y las renovables y de a ver cuando unos de esos molinos se bate con los vientos del lugar, propone una hermana.

Sor Pilar nos cuenta que en 5 años han levantao 75 mil historias medicas, y que no paran, a las 2 de la mañana comienzan a hacer fila los aflijidos, que aquí son todos y no tienen más lugar, con la esperanza de recibir alivio a su dolor, traumático o emocional, de manos de voluntarias de la vida para los demás.
Estamos en el patio interior, nada más pasar la verja, y sale a comentario Telmo, nuestro guía logístico en la distancia, que pasó un mes en la zona nada más romperse Haití, durmiendo muchos días en el mismo lugar donde ahora estamos preparando la demostración solar.

Agua a ebullición y lección magistral de José Andrés, manejo y cuidados trasladados con pasión a esas mujeres que miman y cuidan la vida de los demás. Llegan Carlos y el fotógrafo Jake, y Sor Pilar entra en diálogos, es una de las personas de aquí que están allá que van para el homenaje de Carlos a la superación haitana de los 100 días de la rotura. José Andrés y los niños se lo pasan bomba, les graba en vídeo mientras cantan y a modo de director de una orquesta excepcional, se centra en ello con una pasión muy especial. Al mismo tiempo , explicamos con detalle que es The Solar For Hope, que gracias a personas y entidades hemos podido proveer de tecnologías solares al proyecto y todo mientas entregamos las lámparas y linternas solares, de la que seduce la función de antimosquitos de las de camping, que agradecen valiosamente.

Sigue el material escolar, el saltamontes destaca por lo rápido que trasmite la pasión de los que llegamos hace un rato al lugar y por las posibilidades que tiene para alegrar el conocimiento de los más pequeños, todo el material tiene destino nítido. La caja aislante y los recipientes y una despedida con retorno que al final no pudo ser y quedo en llamada por teléfono. A Sor María Aparecida, nada más editar le envío enlace. Nos faltó tiempo para probar equipos, pero ya me consta que en muy buenas manos dejamos lo que pensamos puede ser una ayuda en ese lugar donde todo, todo tiene un valor especial.

Gracias hermanas, no recuerdo que me llamaran alguna vez hijo de Dios como ustedes lo hicieron, y sintiéndome hijo del azar de la vida, no dudo que hay fuerzas que nos unen a todos, y valores como la compasión y la entrega a los demás de la que muchos tenemos que aprender y aplicarnos, mientras un sistema social injusto requiere toda nuestra fuerza para llevarlo a justo, ético, solidario y equitativo .

Manolo Vílchez
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