El revulsivo ha sido Obama, pero lo que está pasando en Estados Unidos se estuvo cociendo a fuego lento mucho antes. De alguna manera, Obama es la expresión de ese cambio que empezó a gestarse desde la
base en los años más oscuros de la era Bush, como reacción a esa América arrogante y prepotente que negaba el cambio climático, se ponía al mundo por montera y lanzaba una guerra por su cuenta y riesgo.
La reacción en cadena contra todo lo que representaba Bush empezó a tomar forma en el año de su reelección. Fue en el 2004 cuando sindicatos, ecologistas, activistas, empresarios concienciados y políticos del ala izquierda del Partido Demócrata decidieron unir fuerzas en torno a una visión de futuro,la Alianza Apolo.
ELIGIERON ESE NOMBRE POR LA FUERZA QUE aún tiene en el imaginario colectivo de los norteamericanos. “El reto que lanzó en su día Kennedy resuena aún en nuestras mentes”, recuerda el portavoz de la Alianza, Keith Schneider. “Lo hicimos una vez y podemos volver a hacerlo. Esto es América y seguimos siendo el país más industrioso y tecnológicamente avanzado del mundo. Sólo nos faltaba la voluntad política”.
Cuatro años antes del ascenso meteórico de Obama, la Alianza Apolo acuñaba aquello de la Economía de la Nueva Energía. Con una inversión de 500.000 millones de dólares en diez años (la mitad de lo que se ha gastado en Irak y Afganistán), calculaban que se podría llegar al objetivo de 25% de renovables en el año 2025 y crear sobre la marcha cinco millones de puestos de trabajo “verde”. Poco después llegó Al Gore con Una verdad incómoda, y el vendaval desatado fraguó en la Alianza por la Protección del Clima y en poderosas campañas como Repower America. La opinión pública norteamericana recortó la distancia que entonces le separaba de Europa, mientras seguía produciéndose una sinergia cada vez mayor entre los sindicatos y los ecologistas, que tendieron también puentes como nunca antes en la BlueGreen Alliance.
EN PLENA CAMPAÑA ELECTORAL, Y PESE A las resistencias iniciales, el mensaje ecológico fue calando entre los candidatos demócratas gracias sobre todo a la labor del Centro para el Progreso de América (CAP) de John Podesta, uno de los artífices de la Alianza Apolo, que luego sería el jefe de la transición de Obama.
Lo que al principio sonaba como una utopía fue fraguando poco a poco en una promesa electoral. Obama, en su pulso con McCain, empezó a hablar de la Economía de la Nueva Energía y prometió invertir 150.000 millones millones de dólares, redoblar la producción con energías limpias en tres años y crear 2,5 millones de puestos de trabajo.
Obama decidió poner a un premio Nobel de Física y experto en cambio climático, Steven Chu, al frente de la secretaría de Energía. Su Administración ha abierto las puertas a los colaboradores más directos de Al Gore, como Carol Browner o Cathy Zoi. Como asesor de Empleo Verde ha nombrado a Van Jones, creador de Green For All y miembro ilustre de la junta directiva de la Alianza Apolo.
“Digamos que ha existido un trabajo conjunto durante cinco años y ahora es cuando empezamos a ver los frutos”, asegura el portavoz de la alianza, Keith Schneider. “Europa nos lleva ventaja, pero este país ha tenido siempre la virtud de cambiar muy rápido. La transición definitiva al siglo XXI llega ahora, y tenemos la determinación necesaria para pisar el acelerador y llegar a la meta en un tiempo récord”.
LA CRISIS AMENAZÓ CON RALENTIZAR EL despegue, pero los lazos entre sindicatos, ecologitas, políticos y empresarios han resistido el temporal. “¿Hacia que otro futuro podemos avanzar?”, se pregunta Schneider. “¿Dónde vamos a invertir si no es en la nueva energía? ¿Cómo vamos a crear empleo? El viejo sistema ha hecho aguas y está más claro que nunca que necesitamos otro modelo si queremos garantizar la seguridad energética, la recuperación económica y el futuro del planeta”.
El “plan de estímulo económico” de Obama ha dado fuerzas renovadas, y el liderazgo ejercido por el presidente –que celebró el Día de la Tierra en una granja eólica– sirve como ese elemento aglutinador que falta al otro lado del Atlántico.
Mientras el 1 de Mayo dejó a la luz el creciente malestar social y la profunda división entre los sindicatos y las fuerzas políticas en la vieja Europa, en Estados Unidos se percibe y se palpa un impulso que tiene mucho que ver con la naturaleza emprendedora y soñadora que encarna lo mejor del país y que resulta cada vez más visible en la era de Obama.
El mundo gira, y el desfase que existía antes empieza a percibirse justo al revés. Se diría que el epicentro de las revolución energética ha vuelto a Estados Unidos, como muy bien pudimos comprobar en Windpower 2009, la mayor convención mundial de energía eólica, celebrada –nada casualmente– en Chicago, la ciudad del viento y la cuna de Obama.
Carlos Fresneda
"¿Hacia qué otro futuro podemos avanzar? ¿Dónde vamos a invertir si no es en la nueva energía? ¿Cómo vamos a crear empleo?"
Aquí, en España, podríamos inaugurar desde el imaginario activista y social la Alianza Solar, emulando al conglomerado de nombre espacial de los estadounidenses, ya que aquí también estamos vinculados al cosmos y su fuerza.
Esto es España, y seguiremos siendo un país poco industrioso –dependiente de lo foráneo– si no espabilamos. Pero lo que tenemos como activo principal es una posición destacada geográficamente,tenemos una fuente de energía abundante y la relación inteligente con ella podría cambiar nuestra posición local y global. Somos una incipiente potencia mundial en energías renovables y no he visto/se ha visto a nadie brindar todavía. Greenpeace presentó el informe "100% renovables para el 2050", un estudio exahustivo sobre la potencialidad de las fuentes de energía renovable y su captación, la generación de empleo y una sociedad limpia de carbono y de átomos de riesgo indefinido.
DE AQUÍ A 40 AÑOS, COMENZANDO YA Y siendo conservadores pero valientes, nuestras sociedades podrían ser radicalmente distintas en el uso de los bienes naturales, su Transformación y su impacto en la Biosfera. Y todo, sobrando energía limpia. Greenpeace cumplió su compromiso poniendo en manos de todos los actores sociales un manual para la acción que no parece que haya sido del todo agradecido ni debatido. Al contrario. Aquí, lamentablemente, aún destacan fuerzas cargadas de desvergüenza, chuleo y mentira, que dicen que el empleo verde y, en especial, el de las energías renovables, cuesta mucho porque se subvenciona, destruyen empleo y, claro, con la crisis, mejor quedarnos como estamos, que es más barato.
PERO NUNCA SALDRÁN LOS NÚMEROS EN un sistema basado en las energías sucias, radiactivas, centralizadas y generadoras de destrucción. ¿Se atreverán los negacionistas a poner precio al cambio climático, que reconocemos todos, al riesgo nuclear y a la gestión de su basura? Nunca lo harán porque no hay cifras éticas para ello...
El Centro de referencia de las Energías Renovables y Empleo del Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud (ISTAS), del sindicato CC.OO, responde a las mentiras lanzadas contra el empleo verde y contra el progreso de las energías renovables desde la derecha conservadora y sus secuaces. También desde el ISTAS, nos informan de que “se está intentado que salga a nivel europeo una alianza entre distintos agentes sociales.
Se llama Spring Alliance y lleva varios meses fraguándose entre el EEB (European Environmental Bureau), la ETUC (Confederacion Europea de Sindicatos) y la plataforma social europea. El 17 de junio hay un evento en Bruselas para presentar las propuestas sociales que se han consensuado”. Una buena noticia. Como lo es que en el último Debate del Estado de la Nación, Zapatero haya defendido la apuesta por las energías renovables, “modelo para otros países”: “La economía verde es un gran yacimiento de empleo que puede absorber parte del de la construcción”.
SON MUCHAS LAS POSIBILIDADES QUE tenemos: el sol mueve un territorio que debería ser gestionado y mimado para que lo que alberga sea de máxima calidad siempre: bosques, agua, aire... Y otros sectores, como el de una construcción saneada y dedicada a rehabilitar, y batallones de recicladores, y diseñadores de productos que puedan volver limpiamente a la cuna de donde salieron... Por todo ello, desde Yo cambio proponemos la urgente y sabia unión de sindicatos, ecologistas, políticos y empresarios responsables para cambiar el escenario gris por uno verde y para unirnos en tiempos extraordinarios a las fuerzas globales que piensan y trabajan por el bien común global.
Manolo Vilchez
Integral práctica
En el número de enero 2009 de Ambienta (revista del Ministerio de Medio Ambiente), el artículo “El Medio Ambiente emplea”, explica lo actual y lo que puede llegar sobre el buen trabajo.
Daphnia es el boletín informativo sobre prevención de la contaminación y producción limpia elaborado y editado por ISTAS (Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud de CC.OO.). En su número 49 (primavera 2009) presenta: “La economía verde sale al rescate”. ISTAS ha presentado un documento relevante contra el negacionismo del empleo verde y las energías renovables,titulado “Análisis crítico del documento Studyof the effects on employment of public aid to renewables energy sources”, de G. Calzada, que demuestra que el activismo sindical responde con la verdad a las mentiras de lobby de las energías sucias y el capitalismo salvaje.COALICIÓN CLIMA es la unión de numerosos colectivos ecologistas, sindicales, sociales y económicos para buscar soluciones contra el cambio climático.
Artículo de Sergio de Otto sobre los talibanes negacionistas.
Alianza Apolo
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¿un proyecto Apolo ”verde”? ¿un New Deal “verde”?
Publicado en Integral, nº 355, julio de 2009
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