Vuelvo
a pasar por Fresnedillas de la Oliva, esa localidad con dos árboles
vinculaos a su nombre y a su historia, en la Sierra de Madrid. Voy rumbo
a echar una mano en la finca de La Dehesa y no puedo resistirme a oler
el buen pan. Parada obligada en obrador de la panadería ecológica El Árbol del Pan,
con sus aromas, a toda máquina humana y horno a punto, manos, harina,
masas, moldes y alquimia de los elementos, todo a la vista, todo
transformándose en buen pan.
Allá sigue la amasadora de segunda
mano que les acompaña desde el principio, en ella se da el primer meneo
con mezcla de agua y las harinas producidas de forma ecológica y
suministradas por El Rincón del Segura. Después
siguen con la separación y el amasado manual del volumen para una
pieza, tras haber dejado la masa fermentar ½ hora. Y el mismo recuerdo y
comentario: cada pieza es formada a mano, imprimiendo a la misma el
sello y el alma del elaborador, me comentan. Hornean cumpliendo norma, por irradiación, en horno eléctrico, en proceso con electricidad verde contratada.
Todos
los ingredientes son de procedencia de la buena agricultura, la
ecológica; el agua es de la red filtrada, utilizan levadura madre y solo
2 gramos x kilo de masa de levadura seca ecológica. Los panes del Árbol
del Pan son de fermentación lenta, más digeribles, más sabrosos que los
habituales.
Y recupero de un post anterior datos sobre la procedencia del nombre de la ecopanadería: el Árbol del Pan (Artocarpus altilis),
que procede del sudeste asiático, y que sus frutos dieron mucho de
comer a los esclavos llevados a América con el látigo (son ricos en
carbohidratos y una buena fuente de vitaminas y minerales) y que, además
de esto, les inspiró lo que representa el árbol, la necesidad de
pulmones, los pulmones de la tierra. + en la wiki sobre el arbolete.
Y
con 7 panes en el Árbol del mismo (y varios bizcochos de culto), son
los que siguen ofreciendo, mira por donde el número que más afín tengo
en mi acontecer, qué cosas.
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