LONDRES.- Nunca nieva a gusto de todos. Y menos un viernes, si eres enfermera a domicilio y si tienes que pasarte el día al volante, de casa en casa, cuidando enfermos y ancianos que esperan tu llegada como agua de mayo. O como nieve de enero...
El caso es que Leanne Myers, 40 años, enfermera y vecina de Durrington
(a hora y media escasa de Londres), no había visto nevar de esa manera
desde que era niña. Su primera reacción, al salir de casa y ver la capa
blanca de ocho centímetros, fue maldecir al hombre del tiempo. Las
ruedas del coche patinaban;
tuvieron que ayudarla para salir del aparcamiento. Estaba claro que no
iba a llegar muy lejos.
Y fue así, en lucha desesperada contra las inclemencias, como se dejó
seducir por la erótica de la nieve. La idea le vino repentinamente a la
cabeza. Sacó el móvil, llamó a su mejor amiga y no admitió peros:
“Danielle, trae la guitarra de tu padre y ponte un gorro extravagante y
el sujetador más sexy que tengas. ¡Nos vamos a desnudar en la nieve!”.
Eso hicieron. Posaron despendoladas y ante los ojos atónitos de su hija
Ellie, 12 años, que se quedó sin cole por la gran nevada. “Pero mamá,
¿estáis locas?”, les dijo la niña. “Tú no hagas caso y dispara”, replicó
la madre, que a punto estuvo de romper la guitarra y quebrarse algún
que otro hueso en un
inoportuno resbalón mientras se hacían las fotos.
La nieve estira el tiempo, ya se sabe. Y Leanne Myers mató las horas de
la tarde, atrapada en casa, colgando sin pudor las instantáneas en
Facebook y bajo la consigna “Let’s get naked in the snow!”. Al día
siguiente, cuando amainó el temporal, se pasó con su marido por el pub
local y le hicieron un “paseíllo” al entrar, entre piropos admiración
por sus buenas carnes: “Nos cuesta reconocerte con la ropa puesta”.
Ante su sorpresa descubrió que su fama trascendía ya a los 7.000
habitantes de Durrington, Wiltshire. La bola de nieve llegó de Australia
hasta Japón, desde donde le fueron nevando instantáneas insólitas de
gente posando en cueros o en ropa interior ante el blanco
elemento. La cosa acabó en eso que llaman un “fenómeno viral” en la
red. Sus 50 amigos en Facebook se dispararon a 5.500 y las fotos
desbordaron pronto los límites de la imaginación...
“Por favor, enviad imágenes de buen gusto”, suplicó la enfermera de las
nieves, que ha decidido encauzar la iniciativa hacia “fines
caritativos”. La idea es publicar al menos dos calendarios de desnudos
“blancos”, uno para el hospital Odstock y el otro para el centro John
Radcliffe, donde fue operada del corazón su hija Ellie, que nació
prematuramente.
“Estoy
por completo en las nubes, no me podía esperar esta respuesta de la
gente”, asegura Leanne Myers en confesiones al Sunday Times. “Lo que más
me ha asombrado es la inventiva de la gente
y las mil maneras de mantener la “dignidad” en cueros”.
La foto que más le ha impresionado es la de un vecino con el resplandor
de su enorme saxo en plena nieve. Los más atrevidos son los hombres
sexagenarios, únicos capaces de rivalizar con las chicas jóvenes que se
suben a la moto, a la bici, al trineo o a lo que haga falta. Las bolas y
los muñecos de nieve dan también mucho juego para tapar lo justo.
Un tipo se cubre incluso con sus alas de ángel de las nieves. Y una
pareja ha tenido la ocurrencia de casarase en cueros y con fondo blanco,
ante un insólito séquito de invitados desafiando al frío en paños
menores. La fiebre ha llegado a China y Japón, en incluso a Israel y Abu
Dhabi, con arena del desierto a falta de
nieve.
“Está claro que la gente se siente mucho mejor después de posar
desnudos en la nieve, no hay más que ver sus sonrisas”, asegura Leanne
Myers. “Supongo que todos sienten lo mismo que experimenté yo. Te
liberas de muchos complejos cuando expones tu propio cuerpo ante el
fondo blanco y en medio del frío... Nos hemos divertido mucho, pero
ahora estoy muy contenta ahora que ha llegado el deshielo. Me lo piden a
gritos, pero no voy a hacer otra “performance” en la nieve”.
Carlos Fresneda
Publicado el 28.1.2013 en edición papel de El Mundo
No hay comentarios:
Publicar un comentario