El fotógrafo y
montañero David Breashears alerta sobre la aceleración en el “repliegue” de los glaciares del Himalaya
Como
los grandes pioneros de la alta montaña que fotografiaron por primera vez el
techo del mundo, David Breashears pensaba que los glaciares del Himalaya eran
inmutables. “Todos creíamos que iban a estar aquí para siempre”, asegura.
“Nunca imaginamos que las acciones de la especie humana pudieran tener un
efecto apreciable a 8.000 metros de altura”.
Y sin embargo, a lo largo de sus ocho
expediciones al Everest, Breashears tuvo la sospecha –y después de la
certidumbre- de que la tercera masa de hielo y nieve del mundo (después de los
dos polos) se estaba “replegando”.
Para comprobarlo, rescató del olvido las
fotos de Vittorio Sella, George Mallory y Major E.O. Wheeler y se propuso
capturar al cabo de un siglo las mismas panorámicas. El resultado es una
exposición –“Ríos de Hielo”- en la National Geographic Society que ha vuelto a
poner sobre la mesa el tema tabú del momento: el cambio climático.
“Nunca esperé ver algo así”, declaró a su paso
por Londres David Breashears, antes de partir de nuevo hacia el Tíbet. “La
verdad es que la desaparición de los glaciares se está acelerando y no hay
tiempo que perder”.
Breashears ha fundado incluso su propia ONG
(GlaciarWorks) para crear “conciencia ambiental a través del arte, la ciencia y
la aventura”. El montañero y fotógrafo admite que las conclusiones “erróneas”
del Panel Intergubernamental de la ONU -que vaticinaron que los glaciares del Himalaya desaparecerán antes
del 2035- alimentaron la hoguera los escépticos del clima.
Y aunque admite que no es científico, y
que le mueve una incuestionable pasión por la naturaleza, su objetivo consiste
en usar sus fotos como “pruebas irrefutables” de lo que está ocurriendo.
El glaciar Jannu, captado por pimera vez
en 1899 por Vittorio Stella, ha retrocedido más de cien metros. Las tres
lenguas del Rongbuk Oeste, a los pies del Everest, fotografiado en 1921 por
Major E.O. Wheeler, han quedado reducidas a una. Las misma suerte han corrido
el Baltoro, el Kyetrack o el Kangchegyunga, que han menguado más de setenta
metros desde las primeras imágenes...
“Quien habla de los glaciares del Himalaya
habla de los grandes ríos de Asia, del Indo al Amarillo, pasando por el Ganges”,
sostiene Breashears. “De la estabilidad de estos ríos de hielo depende la vida
y el alimento de más de 700 millones de personas, por no hablar del riesgo de
inundaciones y de guerras por los recursos... Odio decirlo, pero el mundo es un
verdadero lío. Y no sólo nos estamos quedando de brazos cruzados, estamos
incluso caminando hacia atrás”.
Las imágenes escalofriantes de los ríos
de hielo coincide estos días con la expedición fletada por el Guardian al
“techo del mundo” para comprobar de primera mano el repliegue de los glaciares.
La corresponsal ambiental Suzanne Goldenberg recoge entre otros el testimonio
del profesor Syed Hasnain, del Instituto de Energías y Recursos de Delhi, que
alerta sobre el papel creciente de las nubes de hollín procedentes de India y
China.
Yao Tandong, director del Instituto Chino
de Investigación en la Meseta del Tíbet, corrobora el papel del “carbono negro”
en el derretimiento de los glaciares y se atreve a dar una proyección bastante
más precisa –anque igualmente alarmante- que la ofrecida en su día por la ONU:
“La masa glacial del Himalaya puede disminuir un 43% de aquí al 2070”.
Publicado en El Mundo
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