Antes en el aeropuerto había comprobado que el servicio roaming de la compañía del móvil me permitía recibir y enviar llamadas, y flipando. Hago lo propio con el módem usb desde el portátil y aquí tengo que echar mano de teléfono de atención al cliente hasta que me avisan que estaban cobrando la llamada y rápido me dan el truco para navegar como si estuviera en casa, y si, descarga de correos y sigo con el flipe a miles de km de donde uno vive pagando una pasta pero conectao al mundo y oleee. Había flipado también con el vuelo de 8 horas directo desde Barcelona y la obra humana que hace posible atravesar el atlántico en un plis plas, dejando CO2 por un tubo como contribución a cambiar el clima y consumir un tesoro que dejará pronto de serlo, eso si, soñando que ojalá pudiera atravesarlo a lomos de un delfín como proponía en lo onírico Jim Merkel. Y entre bandejas de papeo diverso, el ojeo y lectura de 3 revistas cogidas poco antes en el kiosco, el dossier de la Vanguardia sobre cambio climático, muy completo y ameno, la revista Arquitectura y Diseño con su especial ECO de 64 páginas de cobijos variados, productos de interés y opiniones de eruditos.
y la necesaria Integral, imposible a faltar con un especial dedicado a lo más especial del mes, el día de acción climática del 24 de octubre desde el 350 (dejo post con la misiva del llamamiento de hoy para pasar a la acción, animaté) y yo en contradición conmigo mismo contribuyendo a que sea más difícil desde mi lujo cultural subido en lujo de movilidad.
Sentirme un privilegiado por disponer de mucho de la tecnología y de acceso a la información me hace sentirme si acaso más humilde y corresponsable con los que sólo piden poco y viven con el impacto justo para que todos los que somos y los que serán tengan la oportunidad de aspirar a su trozo de pastel en este único planeta. En fin, espero compensar mis emisiones con emisiones de sorbos de creatividad ecológica y nuevas relaciones y acciones para el cambio, en este país donde todo es grande, incluso demasiado.
No suelo viajar por los aires por motivos varios y ambientales sobre todo, pero en esa manzana llena de energía humana y espejo de una parte del mundo agitado y de todo en general, en ese espacio único con más de 8 millones de los 6.500 que deambulamos por la Tierra rumbo a la incertidumbre climática y social, hay uno al que me une el adn y tira de lo suyo. Y por otro el privilegio de tener el apoyo en la gran ciudad de quien con el comparto este espacio para animarnos ambos con el cambio y para animar a cambiar o por lo menos reconocerlo, a todo el que como tú, dedica un tiempo a nuestros escritos, siempre por nosotros agradecido.
Vengo también a seguir la estela de un profesional de la comunicación, amigo y ecoheroe, Carlos Fresneda. Está previsto conocer partes y activismo de la otra América, la que a ambos nos interesa y consideramos importante para que mucho cambie. El es el casi seguro quién más sabe y comunica sobre la NorteAmérica del cambio y yo soy un fiel seguidor de su obra.
Olor a aromas del recetario macrobiótico en la planta 15 de un lugar cercano al cielo, aparecen los primeros libros novedad: Diario en bicicleta, el Manifiesto de la bicicleta, el Fin de la Medicina, el programa de actividades de la 20 jornada de Bionners, destino soñado a tiro de tiempo cercano y al teléfono Carlos en entrevista con Lester Brown sobre su última entrega del Plan B desde el Earth Policy Institut y las joyas de sus alertas traducidas aquí. Yo entre abrazos con el privilegio de verme el borrador y las imágenes de su último trabajo sobre el bionero señor de los hongos, Paul Staments (aquí la web de su mundo)... sigo con el flipe en pleno jet lag.
Lo que son las cosas, casi me jodo el tobillo dándole al balón con los hijos de Carlos na más llegar y ha estao de un pelo, sirviéndome para remomerar lo curioso de los momentos antes de salir. Se me caen dos fundas mientras me disfruto una gominola de osito, y venga cemento para unirlas de nuevo a toda pastilla en artesano dentista . Y al poco (después de chequearme escritos) menos mal de la intuición de viejo perro callejero que se me ocurre irme a pasaportes a preguntar si el mío está en norma y flipar cuando me dicen que no y yo ya con todos los papeles hechos, fotos, justificantes y carreras, menudo ultimo día antes del primero del viaje épico. Antes de volar me voy a pagar el último café y las dos tarjetas desmagnetizadas y miro en la maleta para arreglarme el viaje y resulta que las camisetas cogidas al voleo me salen con olores a humanidad suprema.
Pero de momento todo bíen, tobillo en orden después de sorprendente compresa con tofú (ya les contare a los de Vegetalia) siguiendo los cuidados de Isabel, camisetas en proceso de orden y lavado, la dentadura en su sitio y trapicheando con dolares en papel lo poco que compro, que ojo, que es sabido que aprovecho para chequear ecotendencias y que estos días cuento, y ya comento que aquí va para desbordante el tema. Veremos donde quedan las dos cocinas solares que además a ambos nos unen en alSol y como nos vivimos una cita eje que me llevará en este viaje épico y que quizás no volveré a repetir en la vida, a encontrarme con unas experiencias anheladas desde siempre y ahora a punto de tenerlas al lado. Esto es América, la otra a la de las películas (aunque también ya las tiene), la auténtica América activista y oleeé.
Permíteme que cuente aquí durante unos días lo que veo, siento y admiro en este país único como cualquier otro pero por ser lo que es cargado de impactos nada más comienzas a moverte. espero que te sea útil. Carlos se sumará en algún momento, que no veas como curra un corresponsal con creación cotidiana y la de cronista de la emocionante América del cambio.
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