- ¿Podrían las mujeres haber evitado la crisis?
- Más voces reclaman el rol femenino en la empresa y el mundo financiero
- Son más cautas ante el riesgo y calibran mejor los impactos a largo plazo
La economía, como el coñac, era cosa de hombres. Las mujeres no
llegaban ni al 2,5% en el sector financiero cuando se produjo la gran
debacle. Solos ante el peligro, con el riesgo por montera, banqueros,
'traders' y 'brokers' se dejaron arrastrar por el exceso de
testosterona.
Nina Simons, cofundadora de Bioneers. | Isaac Hernández
"¿Podrían haber evitado las mujeres la crisis?", se preguntaba hace
tres años la economista Anne Sibert, profesora de la Universidad de
Londres. La respuesta nunca la sabremos, aunque la antropóloga Melissa
Fisher, autora de 'Las mujeres de Wall Street', tiene algo que decir al
respecto: "Antes de la emancipación femenina, a las mujeres se las
percibía como poco capaces para asumir responsabilidades en la sociedad.
Después de esta crisis, son los hombres, impulsados por la codicia, por
el riesgo y por el machismo, quienes empiezan a ser percibidos del
mismo modo".
Lo que la economía necesita a estas alturas es savia femenina, está claro. El Premio Nobel de 2009 a Elinor Ostrom fue acaso un presagio de ese giro inaplazable. Frente al culto obsesivo a la propiedad privada, Ostrom reivindicó el valor de los bienes comunes.
Antes de su muerte este mismo año, se empeñó en demostrar la utilidad
de los recursos compartidos para evitar el colapso ecológico, en este
planeta sobrepoblado y bajo presión.
"Las mujeres estamos más en sintonía con la Tierra como nuestro hogar", recoge el testigo Nina Simons, cofundadora de Bioneers y editora de 'Moonrise',
una colección de ensayos sobre el liderazgo femenino. "Seamos madres
biológicas o no, lo cierto es que nos une ese instinto de protección que
debería ser un componente vital de la nueva economía".
Después de reivindicar el papel de las mujeres en la ecología, Nina
Simons aspira ahora a reclamar al rol femenino en la economía.
'Feminomics' da título al seminario que el 22 de octubre
se celebrará en San Rafael (California), reclamando una mayor
participación de la mujer en el intrincado mundo de los negocios y las
finanzas, diseñado por y para los hombres.
Nina Simons recuerda a una de las precursoras en el arte del
'feminomics': Anita Roddick, la fundadora de The Body Shop. "Anita fue
un ejemplo increíble de liderazgo femenino en el mundo de los negocios.
Supo aprovechar su sabiduría no sólo para atraer clientes, sino para crear una auténtica comunidad y promover el cambio social y político. Supo usar también sus tiendas para crear conciencia social y para construir una economía basada en las relaciones humanas".
Simons destaca la labor reciente de otra emprendedora en la
vanguardia del 'feminomics': Judy Wicks, fundadora de The White Dog Café
en Filadelfia e impulsora de la red BALLE
(Alianza de Empresas por las Economías Vivas y Locales). Wicks se ha
convertido en el motor de una gran transformación económica desde lo
local en Estados Unidos, conectando a más de 30.000 emprendedores, a
450.000 trabajadores y a millones de clientes bajo un lema común:
'Prosperidad para todos'.
"Anita Roddick fue un ejemplo increíble de liderazgo femenino en el mundo de los negocios. Supo aprovechar su sabiduría no sólo para atraer clientes, sino para crear una auténtica comunidad y promover el cambio social y político".
Le preguntamos a Simons por la visión de la economía de otras dos mujeres, aún más notorias y poderosas: Angela Merkel y Margaret Thatcher.
"A menudo, las mujeres se comportan perpetuando las jerarquías y la
mentalidad dominante, que es la que funciona en sistemas patriarcales.
Podemos ver también a algunas mujeres comportándose así en puestos de
poder económico, pero en el fondo creo que estamos pasando por una
transformación del modelo de liderazgo que trasciende incluso los
géneros".
En el seminario de 'Feminomics', junto a emprendedoras y directoras
ejecutivas, habrá también sitio para mujeres como Rebecca Anderson,
economista de sangre cherokee y fundadora de First Peoples Wordlwide.
"En las culturas indígenas, las mujeres son casi siempre las gestoras de los alimentos y los recursos",
recuerda Nina Simons. "Los hombres habitualmente se sitúan en el
perímetro, en el papel de protectores o guardianes. Nuestras culturas
tienen sin duda algo que aprender sobre la apreciación de las cualidades
de ambos géneros y, por supuesto, sobre la sostenibilidad. Necesitamos
incorporar el concepto de la séptima generación y añadir el valor de los
ecosistemas a la ecuación económica".
Hablamos finalmente de la desigualdad económica y de cómo se está
ensanchando, si cabe, el bache de la desigualdad de género.
Paradójicamente, y pese a ser las más perjudicadas por la medidas de
austeridad, las mujeres están demostrando una mayor 'resiliencia' ante
la crisis.
"Hay también una mayor presión para incorporar a las mujeres al liderazgo en grandes corporaciones y en el mundo de las finanzas",
admite Nina Simons. "Existe ahora el convencimiento de que las mujeres
son más cautas ante el riesgo y calibran mejor los impactos a largo
plazo. Se está produciendo un rápido ascenso en las universidades y en
puestos intermedios de trabajo. Las dinámicas de poder están cambiando.
Estoy convencida de que las mujeres –y el lado femenino en todos
nosotros- contribuirán a un mayor equilibrio en nuestra cultura y en
nuestras instituciones, y que eso redundará en una economía de
relaciones humanas, con mayor capacidad para la empatía y la
cooperación. Esa es mi esperanza".
Carlos Fresneda, Corresponsal Londres
Publicado en El Mundo.es Economía
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