Casí una mes por la Tierra, conectando con el Sol



Sale mi madre del gallinero casero, lleva 5 huevos de gallinas casi felices, al rato son batidos y mezclados alquimicamente para que la tecnología los convierta en un sorprendente bizcocho sin emisiones. Durante el café, también subido al sol, la TV escupe políticos del siglo XX que no sirven para nada ahora y vomita Fukushima, el drama que sigue y cambiará Japón para siempre, la perplejidad todavía es poca para entender y buscar sentido a la mayor de las locuras de la especie humana, aunque la primera es matarnos todavía con las armas con las que traficamos, tan lejos de una conciencia crítica de especie, que poco a poco se va sembrando. Comparto con mis padres y su vivir humilde, en un lugar para la buena vida, allá donde ganaron por una vez  en la vida la carrera de la fertilidad, allá donde los parieron, allá donde han decidido viajar hacia su final biológico.

Antes del bizcocho con huevos de gallinas no infelices, por Madrid la Ong Cesal tuvo a bien acoger la performance de unas cocinas parabólicas alSol, un humilde horno solar autoconstruido y algunos artefactos para sentir la electricidad solar. Primero en un encuentro de familias católicas, donde con una atención suprema los chavales fliparon aun si tener sol. Luego varios colegios y entidades sociales de la periferia de la gran ciudad, donde mañanas con sol fueron igual a procesado de alimentos para nutrir los sentidos, explicar las vivencias en Haiti e intentar iluminar con luz natural el camino al futuro de la primera generación que no lo pasará tan bien como yo.


Al poco en Murcia, repetición de la jugada, esta vez en la fiesta campera de los ingenieros de la región, allá no faltó menú sin emisiones: vegui fideúa, bizcocho, café y tisanas compitieron con paella suprema vía gas. Dos pinches de excepción, dos estudiantes, dos ciudadanos activistas de Bullas con un futuro especial delante, le echaron al tema valor, el sol acompañó, y la misión de paz cultural, cumplida.



Donde el bizcocho salió, entro otra fideúa y acabó la acción con otro café, mientras José se forraba una vieja cantimplora de aluminio con una funda de esparto por el trenzada, el gallo le daba a su cacareo de vez en cuando, una camiseta del 350.org colgaba secándose por mismo sol, todo un ensayo para un futuro reportaje en la TV autonómica que no pudo grabarse ese día. Fukushima invadió cada disparo de la cámara, como una venganza antinuclear, cada imagen no preparada era para el recuerdo un grito activista, un grito camino de la celebración del Día de la Tierra, durante el tour donde todos los días eran dedicados a ella.


Subiendo con la furgo cargada parada obligada en Benidorm, y con el alSolChef Rene Bijloo, entrega oficial nocturna para test solar del proto de la nueva cocina alsol 1.2 serie Gehrlicher, que ya levanta pasiones por ser lo más avanzado que una humilde microempresa social pone al servicio de eso de cocinar al ritmo de la vida.


Y nada más llegar a BCN, rumbo a la Fira per la Terra, donde del Arco del Triunfo cuelga la mayor pancarta de la historia local antinuclear, y me lo tomo como la meta final de un recorrido por la Paz, todo mu intimo. En el espacio de los solardomésticos repetimos paella, fiduea, bizcochos y café, y  elevamos el menú sin emisiones a nuestro grito radical contra el dominio de unos pocos sobre todos los demás, y contra las fuentes de energía sucias, peligrosas y criminales con el futuro por llegar, contra todos los sinvergüenzas que invaden la política y los campos de la economía  local y global, donde las acciones dañan a otros en cualquier lugar de este hermoso planeta, que si nos espabilamos nos perderemos el poder disfrutar a pleno pulmón, todos.

 


Todos los días son los días de la Tierra, todos los días son los días para una Humanidad que puede si se reta, vivir su incertidumbre en el universo con las mayores garantías de equidad, justicia y libertad, que puede conseguir vivir en Paz. La batalla para ello, ardua, nos espera y no debemos el tiempo  dejar pasar, no hay nada más bello por construir.

Manolo Vilchez

Daryl Hannah y la Tierra

 
                  James Cameron y Daryl Hannah durante el Día de la Tierra. Santa Bárbara. Foto: ©IsaacHernandez.com

La actriz que hiciera de sirena en Splash recibió el Premio Héroe Medioambiental de manos del director de cine James Cameron, durante la celebración del Día de la Tierra en Santa Bárbara, donde nació esta celebración hace 41 años, tras un vertido de petróleo que conmovió el mundo en 1969.
Hannah lleva años defendiendo y practicando la sostenibilidad y, últimamente, produce cortos que muestra en su página web dhlovelife.com. Además produce su propio biodiesel con aceite vegetal reciclado para propulsar su coche.

“Estoy enamorada del mundo natural y todas sus cualidades, por lo que no es difícil para mi salir en su apoyo”, dijo Hannah al público de Santa Bárbara. “Estamos atravesando una gran crisis en este planeta. Ahora es el momento de plantarle cara a esta crisis, porque tenemos todas las soluciones necesarias para resolverla. Esa es la buena noticia, que tenemos las soluciones. Sólo tenemos que hacerlas más asequibles. Hay que poner la voluntad.

“Es verdad, estudiantes de la Universidad de California en Santa Bárbara, ya han descubierto la manera de hacer paneles solares sin minerales raros. Ya sabemos como almacenar energía, como conseguirla, como cultivar reconstituyendo la tierra en lugar de destruyéndola. Sabemos como proteger el agua, nuestros recursos naturales y las otras especies.”
El Día de la Tierra debería ser en realidad todos los días. Este fin de semana se celebrará  por todo el mundo. En Santa Bárbara lo celebramos el fin de semana pasado. Unas 40.000 personas acudieron al parque, donde se servía agua gratuita, en lugar de venderse en botellas de plástico. El Consejo Medioambiental de la Comunidad (CEC por sus siglas en inglés) calcula que se evitó tener que reciclar 6.000 botellas de plástico.

Más de mil personas utilizaron el aparcamiento vigilado gratuito para bicicletas. Y más de 500 se acercaron a probar coches alternativos en el Green Car Show. Yo fui uno de los que pudo conducir el Chevrolet Volt (un coche eléctrico que puede recargar sus baterías con su motor de gasolina o enchufándose a la red), el Toyota Prius híbrido (ahora recargable en red) y el Nissan Leaf, completamente eléctrico. De los tres me quedo con el último, pero sólo si lo voy a cargar con energía renovable.

En Berkeley, California, se inventó una fórmula que unía los préstamos para instalaciones solares a las hipotecas de las casas, pero el gobierno federal ha frenado esta iniciativa, denominada PACE. Ahora se están recogiendo firmas para darle la vuelta a la tortilla y restablecer el programa alabado por Arnold Scharzenegger y otros políticos. Mientras tanto, hay otras soluciones. Sungevity, por ejemplo, instala las placas en tu tejado como un “renting”, en el que uno paga sólo una mensualidad, equivalente al recibo de la luz.

Además, el gobernador Jerry Brown firmó una ley por la cual California obtendrá un tercio de su electricidad de energías renovables.
Como dice Daryl Hannah, tenemos las soluciones. Sólo nos hace falta la voluntad. Y concluyo con las palabras de la actriz: “Gracias por proteger este lugar maravilloso y mágico en el que vivimos. Si plantas una semilla en la tierra, sale comida. Es un milagro. Y nacen árboles que filtran el aire. Y si tiras los desechos de comida en la tierra se convierten en abono para que crezca más comida. Es maravilloso.”

Isaac Hernández, Santa Bárbara

Isabel López Chamorro, agricultora ecológica


Hablamos con una emprendedora 'enganchada' a la tierra y sus frutos, que lleva su huerta hasta los estantes de su ecotienda

Visionando la imagen de una mujer somalí, agricultora de subsistencia, con el zagal a cuestas, me llegan poremail las fotos de Isabel con sus berzas. Es un día especial y mi mirada quizás algo más sensible hacia las compañeras de especie me lleva en un viaje rápido a unir África con A Coruña vía alimento, y a dos mujeres que utilizan la tierra para abastecer necesidades básicas propias y de cercanos. Escuchando por teléfono ala agricultora gallega, sé que podría dejar lo cotidiano para ayudar a su coetánea más necesitada, y lo haría con lo que ha aprendido a hacer desde que la llamada de la tierra la llevó a formarse en un curso de iniciación a la horticultura ecológica, a plantar con ilusión semillas según lo aprendido con su familia y a levantar el primer invernadero, allá donde tiene la casa,no lejos de la gran ciudad, a orillas del bravo Cantábrico. Nacida en Baracaldo (Vizcaya), Isabel se instaló de pequeña en A Coruña, donde trabaja. Vive enTeixeiro, a 52 km de A Coruña, donde tiene su explotación agraria y vivienda.

Comenzó su Camino en el vivir más responsable cuando, de joven, preocupada por las cuestiones socioambientales de su momento, participó activamente en el movimiento antinuclear contra la implantación prevista de una central en la cercana Xove. Lo colectivo en manifestaciones y los gritos de “¡Nuclear, no gracias!” llegaron en paralelo a su análisis de lo social, uniendo el cercano mundo rural y sus preocupaciones: se preguntaba por qué Galicia, con el potencial que tiene, era país de gente que marchaba, por qué no se apreciaba el trabajo agrícola, motivando a los jóvenes a que salieran fuera.

Ya con la huerta, llegaron los amigos sugiriendo que plantara un poco más para ellos. Al poco, las cestas comenzaron a repartirse combinándose con la asistencia a ferias donde ofrecer las cuidadas verduras, desde siempre obtenidas sin venenos. Con la ayuda profesional de una vecina, pronto fueron cuatro invernaderos más. Ahora ya cuenta con siete. Han pasado 13 años desde que en el pequeño huerto familiar comenzó a transformar energía en alimentos, e impulsó a nuestra ecoheroína en su revolución vivencial. Ahora ya cuenta con siete. Han pasado 13 años desde que en el pequeño huerto familiar comenzó a transformar energía en alimentos, e impulsó a nuestra ecoheroína en su revolución vivencial. 

Isabel dio el paso a agricultora ecológica profesional, certificó la explotación en el Consello Regulador de la Agricultura Ecoloxica de Galicia (CRAEGA) y se presentó como proveedora en tiendas de su entorno. Desde su vínculo con el Sindicato Labrego Galego, analiza y busca salidas dignas a la loable labor del pequeño productor de alimentos en esa tierra que ama y que visiona como vergel. Los mercados municipales aparecen como una ayuda clave para ofrecer cosechas propias y acercarse al consumidor final directamente, y ella, en uno de los cinco con los que cuenta A Coruña, abrió un puesto fijo con un compañero del gremio, con servicio tres días a la semana por las mañanas. Así comenzó Horta+Sá.

Al tiempo, y de esto hace ahora cuatro años, apostó por una tienda fija, abierta todo el día, todos los días menos el domingo, y que es ahora el centro de operaciones donde esta microempresaria de lo nutritivo –con tres compañeras trabajando con horarios armonizados– garantiza verdura fresca en abundacia desde la mañana a última hora de la tarde.
Horta+sá, que se traduce como la “huerta más sana”, es una ecotienda que destaca por una oferta continua de alimentos frescos y cuidados durante el día, y que Isabel, como productora y con habilidades en lo comercial, sabe que cuidar: “La frescura es clave, empleamos procesos de rehidratación, cuidamos la presencia y colocación en las cajas, del buen trato a las verduras hasta cuando las colocamos en la bolsa de transporte del cliente”. “Cada agricultor –añade– transmitimos a las verduras algo que nos conecta y esto el cliente habitual lo percibe. Sabe perfectamente qué verduras son las de mi huerta y cuáles no, y es que algo especial arrastran hasta ser adquiridas.”

La producción propia de la huerta más sana en la tierra es aproximadamente del 60% fresco. En invierno, cuenta con una media de seis verduras, como son las acelgas, los puerros, el apio, el brécol, las berzas y los maravillosos y autóctonos grelos, que son las hojas del nabo forrajero antes de florecer, delirio en cocidos del momento de los productos elaborados rondan el 40%, contando con una exquisita selección de lo mejor que ofrece el mercado de lo producido y transformado ecológico. Es evidente en la tienda la gran conexión entre la producción propia y la venta, y es que Isabel sabe que locosechadoy ofertado en el día es lo que la distingue, además de su pasión por transmitirlo. Me cuenta que hay veces que, cuando explica lo que para ella representa cualquiera de sus verduras, no siempre la entienden. 

Para las variedades a las que no llega, cuenta con compañeros que se las suministran, y frutas y otras verduras durante el año le llegan de la distribución estatal. Aunque se queja de que, viviendo en Galicia y con la maravilla de tierra que tienen, no tengan en enero repollo: “La tierra está deseando dar. Somos nosotros los que no sabemos todavía sacar de ella”. Cuando clientes no habituales, gente mayor que recuerda la tradición, se le quejan del precio de los grelos, ella explica del ciclo para sembrarlos, cuidarlos y, en invierno, el frío que se pasa para recogerlos, y de cómo desde la tierra hay que trasladarlos a la tienda para que estén disponibles a los que de ellos gustan pero no cultivan. Con ello explica el valor de toda la producción ecológica de alimentos y de que el coste es más real, ya que eleva a justicia el valor de todo agricultor para nuestra sociedad.

Me toca escribir por descripción y comentarios a distancia, y cuando Isabel comenta aspectos de su tienda, como que me teletransporto a ella. Tiene como todostenemos, sus colores preferentes, y las paredes de su negocio social exponen su adorado verde combinado con el armonioso anaranjado, que, unidos a los frutos multicolores de la tierra, generan un espacio que por sí solo da valor a todo lo que acoge. Entre lo cromático y lo aromático, los frutos cercanos se cuelan transformados por la alquimia solar y los elementos en los sabores de la tierra.

De su Galicia vergel, llegamos a las algas y cuenta cómo las empanadillas que hornea un vecino panadero con algas frescas y masa de harina de kamut son de culto entre su clientela. Todo por las verduras, en este caso hasta las del mar. Elogia la labor manufacturera de los frutos de la huerta marina, cita a Algamar y Porto-Muiños, comenta cómo la visión y la apuesta decidida de gente joven está creando puestos de trabajo y productos elaborados surgidos de la creatividad, la investigación y el cariño por lo que da la tierra azul.
Ahora, Isabel aspira a Consolidar la optimización de su producción agrícola: quiere aumentar las variedades, experimentar con las que mejor se puedan adaptar, convencida de habitar un vergel pendiente, imaginando que la fertilidad de Galicia, en tierra y mar, la conviertan en un despensa estatal. Anuncia que abrirá en breve una pequeña tienda online para llegar más allá de los barrios cercanos. Seguirá creando lazos entre los clientes y la explotación agrícola, piensa que tendrá el tiempo de abrir más las puertas en jornadas de convivencia, donde sus clientes vean en directo de dónde salen las verduras que comen y sepan del trabajo y esfuerzo que conlleva sacar verduras de la tierra rumbo al plato.

A todo joven que aparece por la tienda preguntándole por tendencias y posibilidades en esto de lo agroecológico, Isabel se vuelca, le traslada su experiencia, le aconseja sobre inversiones que eviten errores y equivocaciones: ella gastó mucho en maquinaria que no le ha servido para nada, y les anima a que metan manos en la tierra.

Isabel reclama que la sociedad precisa información para defenderse de la usurpación multinacional de los alimentos y que debe tener acceso a productos sanos: es clave arriesgar para producir y consumir el producto fresco, desde la economía de proximidad, que tanto ayuda al planeta. Si no hay fresco y no se vende, no habrá agricultores locales y la soberanía alimentaria no será nuestra. Imagino que habrá querido gritar más de una vez: ¡Ecoagricultoras y ecoagricultores del mundo, venceremos!

Manolo Vilchez



Productores de transformados con algas marinas gallegas: Porto-Muiños y Algamar 

Una ayuda para los bosques

La Forestería Análoga es un sistema de reforestación que recupera la viabilidad de ecosistemas deteriorados y facilita productos ecológicos rentables para los propietarios y la comunidad.

Las selvas tropicales acogen por lo menos el 50% de las especies del mundo, lo cual las convierte en unxtenso banco y biblioteca de material biológico y genético. La biodiversidad de estos bosques tropicales ha inspirado a muchos humanos durante millones de años. Lamentablemente, en el presente, el planetapierde anualmente 140.000 especies y 16 millones de hectáreas. La alta presión sobre los recursos naturales debido a la densificación de la población, la ganadería y la agricultura han sido algunas de las causasprincipales de la pérdida de biodiversidad. Sin embargo, esta situación no es inevitable e, irónicamente,en la actualidad la agricultura puede servir como un arma de doble filo y ser utilizada para restaurar zonas devastadas y recuperar la biodiversidad de estas últimas mediante una metodología forestal novedosa para Europa conocida como Forestería Análoga (FA).

 
Biodiversidad
Las tierras restauradas según esta metodología aumentan el número de especies notablemente.

Un concepto de los años 80
La Forestería Análoga es un sistema forestal que se remonta a los años 80, pero que hoy en día ya está bastante establecido en cuatro continentes del planeta (Suramérica, América del Norte, Asia, Australia). Creado por el Dr. Ranil Senanayake en Sri Lanka, la FA es un método de manejo forestal que busca establecer un ecosistema dominado por árboles, el cual es análogo o muy semejante en estructura arquitectónica, dinámica y función ecológica a la vegetación original. Esta metodología también trata de capacitar a las comunidades, social y económicamente, a través del uso de especies comercializables.

El trabajo de la FA se basa inicialmente en una evaluación intensiva de la zona a ser restaurada: identificar los niveles de biomasa, evaluar su hidrografía y los outputs energéticos. Respetar la propia área y los territorios vecinos es primordial en todo este proceso, dejando que los procesos sigan su cauce, valorandoal mismo tiempo la biodiversidad presente y respetando la madurez de estos. Es una metodología muy atractiva para los agricultores forestales, puesto que les suministra una fuente de ingresos en su entorno natural o seminatural. Se diferencia de otros sistemas agroforestales en que tiene una gran importancia la utilización de la flora y fauna forestal nativa, ya que su conservación es uno de los objetivos prioritarios de la FA. Ejemplos ya muy establecidos pueden observarse en países como Ecuador, Costa Rica, Cuba y Sri Lanka. Un estudio comparativo realizado en 2007 en Ecuador ha demostrado las ventajas de un sistema análogo ante un sistema agroforestal convencional y un pastizal. Se mostró que la parcela de FA tenía una mayor sostenibilidad ecológica que los demás sistemas debido a una mayor biodiversidad de especies, cobertura arbórea y materia orgánica (Torres-Gallardo, 2007).

La Marucha, Costa Rica
Este sistema ha sido realizado con éxito en Costa Rica, en la finca La Marucha en Londres, Cantón de Aguirre (zona del Pacífico Central de Costa Rica). Milo Bekins, propietario de la finca La Marucha y presidente de la Red Internacional de Forestería Análoga (RIFA) desde 2006, compró la finca en1985 cuando esta era una zona considerablemente degradada. 

‘Ayudar a la naturaleza restaurando el bosque’. Este es el lema que puede leerse en la entrada de la finca La Marucha, en Costa Rica, un lugar que había sido devastado por la ganadería intensiva y que ahora es un ejemplo de biodiversidad. 

Cuando llegamos aquí, no había aves, iguanas ni otros animales… Ahora tenemos un bosque con sombra y materia orgánica”

El estado de la finca en aquel entonces era bastante desolador. Había sido deforestada por los antiguos propietarios, habiendo servido anteriormente como zona de ganadería intensiva, y el grado de erosión y degradación era extremo. Las únicas zonas de bosques relictos eran las que rodeaban la quebrada y los lindes de la finca. En la actualidad es una finca de 82 hectáreas de bosque secundario altamente productiva, cuyos resultados han sido obtenidos sin fertilizantes químicos, plaguicidas o maquinaria pesada. Milo Bekins compara una plantación a una ensalada verde, en la que los cultivos y otros elementos verdes deben de estar juntos: “Hay que ver la finca como un entorno integral, como ecosistemas que trabajan en simbiosis hacia la madurez”.

Los resultados de veinticinco años de mucho esfuerzo y sacrificio han sido muy positivos en todos los sentidos; ha habido un incremento de biodiversidad y el mejoramiento y mantenimiento de los recursos naturales esenciales como son la calidad del agua y el suelo. En 1992, La Marucha fue la primera finca en obtener la certificación orgánica en Costa Rica. “Cuando llegamos aquí no había aves, iguanas ni otros animales. Diferente a las gramíneas que dominaban este terreno, tenemos un bosque con sombra y queproduce materia orgánica”, dice Bekins.

Hoy en día, Milo Bekins sigue compartiendo sus conocimientos de FA con otros finqueros de la región. La Marucha también sirve como punto de enseñanza para alumnos de varias universidades americanas y costarricenses. Para Milo, la Forestería Análoga es un estilo de vida que uno tiene que compartir con la naturaleza y al mismo tiempo que la respeta.

Productos de Jardín Forestal
Los productos agroforestales provenientes de los bosques restaurados a través de la FA, que garantizan la restauración del ecosistema forestal, la producción ecológica u orgánica y la conservación de especies forestales autóctonas, reciben el nombre de Productos de Jardín Forestal (PJF) o Forest Garden Products (FGP). FGP es un aval que garantiza al consumidor que los productos que consume han sido cultivados mediante técnicas ecológicas y que, por su compra, están apoyando económicamente a programas de restauración forestal. De este modo, a través de la FA y de la comercialización de los FGP, las comunidades humanas forestales pueden encontrar empleo en la protección de los bosques de su entorno sin tener que recurrir a las talas masivas de árboles para su exportación o la conversión en pastizales y campos de cultivos.

Hoy existe en Europa un centro de distribución de los productos FGP: Guayapi Tropical con sede en París, Francia, y con disponibilidad para todo el continente.

“Capacitar a las personas para mejorar sus vidas mediante la restauración de la biodiversidad, este es el pilar de la forestería análoga.” Milo Bekins, presidente de la RIFA.

“La Forestería Análoga es la metodología más versátil para la recuperación de ecosistemas degradados. Puede ser aplicada en cualquier medio ambiente, sea tropical o templado: el diseño se adapta a las necesidades del agricultor o dueño del predio, y cumple las funciones ecológicas más importantes para el entorno local.” Lorena Gamboa, directora e inspectora internacional de los Productos de Jardín Forestal (FGP) en américa Latina .

Aplicación en el Mediterráneo
La cuenca mediterránea es una de las ecorregiones de gran diversidad de especies vegetales, con unas 15.000-25.000 especies, el 60% de ellas endémicas (IUCN Red List, 2008). La importancia de los bosques mediterráneos radica en los servicios ambientales: conservación de la biodiversidad autóctona, regulación de los recursos hídricos, prevención de inundaciones torrenciales, retención en el subsuelo del agua de lluvia, reducción del deslizamiento de suelos en las laderas y prevención de la pérdida de los mismos por procesos erosivos. Son un tapón climático, regulan el microclima local y forman parte de unos paisajes por donde transitan millones de turistas todos los años, donde el ecoturismo tiene cada vez más importancia socioeconómica y son, además, un gran depósito de CO2 atmosférico. Entre los productos del bosque mediterráneo, están las maderas nobles de construcción y de ebanistería, plantas medicinales, condimentos, tintes, taninos, endulzantes, miel, frutos forestales, especias para licores, setas, plantas ornamentales (flor seca y jardinería), brotes, etc.; productos con mucho potencial como Productos de Jardín Forestal. Si tenemos en cuenta, además, como producto derivado del bosque, la belleza del paisaje forestal, de un valor incalculable, la necesidad de reforestar se convierte en prioridad nacional.

La FA puede desempeñar un gran papel en la restauración del paisaje. Existen modelos tradicionales de gestión de ciertos bosques de la región que tienen un gran valor ecológico, como son las dehesas y los policultivos adehesados con diferentes especies arbóreas, que crean un peculiar entorno donde se desarrollan actividades agroecológicas más respetuosas con el medio que los monocultivos. Entre los ejemplos de FA están la utilización de flora melífera de especies y genotipos locales (para garantizar las potencialidades evolutivas de dichas especies), en la implementacion de setos en fincas agroecológicas y/o de restauración forestal, junto con especies alimenticias, por ejemplo espárragos silvestres, hinojo, moras, setas y un largo etc., muchas veces vinculados con valores socioculturales locales, que es otra forma de diversidad.

Los diseños de Forestería Análoga tienen también un considerable potencial en otros campos: la restauración de hábitats forestales, sobre todo los que poseen un gran valor ecológico, como pueden ser tejedas o sabinares en la península Ibérica, la reforestación de espacios periurbanos, realización de corredores biológicos, reforestación de cuencas hidrológicas, creación de jardines forestales en pequeños espacios domésticos, públicos y privados, donde usuarios particulares, escolares, jubilados… tengan a su disposición un vergel semi silvestre, multiestratífico, que conserve especies forestales de los hábitats de la zona, junto con árboles frutales de variedades autóctonas o tradicionales y otras especies vegetales y animales.

Organizaciones asociadas
En la actualidad, la Red Internacional de Forestería Análoga (RIFA), formada en 1996, cuenta con 27 miembros de 21 países y también tiene organizaciones asociadas en Latino América, África, Asia, Estados Unidos y Canadá. Hasta el día de hoy, se ha implementado con éxito la Forestería Análoga en programas de restauración forestal en diversas condiciones bioclimáticas y socioeconómicas, siempre considerando y cumpliendo con los objetivos de la FA.

Un milagro verde
La finca La Marucha, con 82 hectáreas de bosque, fue la primera en obtener la certificación orgánica en Costa Rica y sirve de referencia para otros propietarios y para estudiantes universitarios. 

Texto y fotos: Elena Bulner y Julio Cantos Gázquez (enlaces a email)





Bibliografía recomendada:
Analog Forestry: Principles and Implementation. An international Analog Forestry Network (IAFN)Workshop. CATIE (Costa Rica), Feb 9th-17th 2007.
Estructura, Composición y Diversidad en bosques naturales y con forestería análoga en Londres Cantón de Aguirre, Costa Rica. Tesis de Maestría. Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE), Costa Rica. Jiménez-Salgado, José Ulises (2008)
Pimm, S.L., Russell, G.J., Gitleman, J.L. & T.M. Brooks. (1995) The Future of Biodiversity. Science 269: 347-350.
The Mediterranean: A Biodiversity Hotspot Under Threat (2008). The IUCN Red List of Endangered Species Factsheet. Species Survival Commission.
Evaluación de sostenibilidad ecológica del sistema forestal análogo a un sistema agroforestal convencional y un pastizal, tomando como referencia al bosque nativo en la Comunidad de Nuevo Mundo, Cantón San Miguel de los Bancos, Pichincha, Ecuador. Red Internacional de Forestería Análoga (RIFA). Torres-Gallardo, Jose David (2007).

En la red:
Guayapi Tropical (comercialización productos certificados FGP)

Gordo, enfermo y casi muerto

  • Nacido en Sydney, en 1972 se traslada con su familia a Columbus, Georgia
  • Joe Cross engordó hasta llegar a los 150 kilos y poner en peligro su vida
  • Recrea su experiencia en un documental: 'Gordo, enfermo y casi muerto'


Joe Cross tiene una teoría: "Pasamos 40 años de nuestras vida intentando matarnos y los otros 40 intentando mantenernos vivos". En el caso de este 'broker' australiano reconvertido en cineasta, el punto crítico llegó a los 41, cuando la balanza marcaba 150 kilos, cuando su cuerpo se cubrió de granos y pústulas por un ataque de urticaria y cuando el médico de turno le dijo: "Si sigues así, no vas a durar mucho".

Le recetaron Prednisone entre otros muchos medicamentos, pero siguió atiborrándose de Big Macs (hasta once de una tacada), picando a todas las horas y bebiendo 'océanos de Coca Cola'. Hasta que un día, examinando su barriga, llegó a la conclusión de que se había convertido en una auténtico 'yonki' de la comida basura y que sólo cabía una solución: desintoxicarse como cualquier adicto.
La primera y radical decisión: beber sólo zumos durante sesenta días. La segunda: comprarse una buena licuadora. La tercera: recorrer Estados Unidos de costa a costa, armado con una cámara y 'triturando' sobre la marcha vegetales y frutas, saliendo al encuentro de decenas de gordos e invitándoles sutilmente a 'libar' del néctar milagroso...

 Joe Cross


- ¿Le apetece un zumo de manzanas verdes, espinacas, coles, zanahorias y gengibre?.¡
El camionero de Iowa Phil Staples, con más de 220 kilos a cuestas, tuerce primero el gesto cuando le aborda Joe Cross en un aparcamiento. Pero las dudas se disuelven en cuanto el australiano austero, en plena ruta 66, le invita a echar una ojeada al maletero de su Toyota azul. Allí está la licuadora, enchufada a una batería y presta a preparar en menos de dos minutos el almuerzo verde, rebosante de vitaminas, calcio, hierro, antioxidantes y micronutrientes. Glup...

- Oiga, pues no sabe del todo mal.

Y así fragua la insólita amistad de 'Gordo, enfermo y casi muerto', el documental que narra el idilio 'líquido' del 'broker' y el camionero, en una travesía deudora de aquella otra de 'Thelma & Louise'. Por el camino conoceremos a Siong, Lynette, Scott, 'Bear' y otros que se atreven con la dieta 'desintoxicadora'(80% frutas, 20% vegetales). Pero ninguno sufre una transformación comparable a las de Joe & Phil, menguados prácticamente a la mitad de su peso al cabo de hora y media de metraje.

"La premisa dramática era: chico gordo y rico hace dieta líquida durante sesenta días para intentar 'salvar su vida'", confiesa Joe Cross, protagonista y director del insólito 'road movie'. "Lo que me sorprendió vivamente fue la reacción positiva de la gente. Algunos reconocieron que su forma de comer era como un 'suicidio lento'. Muchos decidieron cambiar y embarcarse en la misma aventura".
Joe Cross contó con la complicidad y el seguimiento del doctor Joel Furhman, crítico implacable de los hábitos dietéticos de los norteamericanos. "En todas las áreas de vida soy partidario de la moderación", asegura el doctor Furhman ante la cámara. "Pero con la comida 'basura' y ultraprocesada soy implacable: hay que desterrarla por completo de nuestra dieta".
Lo que Cross propone, tras experimentarlo en carne propia, es "una vuelta a lo más básico y a lo que nos da directamente de la Madre Naturaleza". "Mi decisión fue radical y no le recomiendo a todo el mundo que se lance a la carretera durante sesenta días tomando nada más que zumos", reconoce el cineasta. "Pero cualquiera puede probar a 'desintoxicarse' durante unos días, con la supervisión de un doctor".

"Al principio es normal notar un 'bajón', como si nos diera el 'mono', pero los niveles de energía subirán luego tremendamente", asegura Cross. "Con el tiempo no sólo mejorará nuestra salud física, sino que llegaremos a adquirir una claridad mental que no teníamos antes".
El cineasta y 'broker' de Sydney, embarcado ahora en la promoción de la dieta sana con Reboot Holdings, ha vuelto estos días a recrear su aventura americana, rodeado de algunos de sus compañero de viaje, como el irreconocible Phil Staples y su hermano 'Bear', que llegó a pesar 170 kilos cuando vio de cerca la muerte tras un infarto.

Con su licuadora siempre cerca, Cross recuerda cómo la historia está llena de gente notable que predicó con el ayuno y la dieta líquida: de Hipócrates a Pitágoras, de Gandhi a Jesucristo... "Nunca es tarde para purificarse, ni para recordarse a uno mismo el punto de partida. Sigo llevando en mi iPhone una foto de cuando estaba gordo y enfermo, pesaba 150 kilos y parecía que me hubiera tragado una oveja".

Página de Fat, Sick and Nearly Dead

Carlos Fresneda, Nueva York 
Publicado en El Mundo.es

¡Cambiar de energía!


 

¡Cambiar de energía!”... Es la consigna que se escucha estos días en Washington y con la que vamos a despedir este periplo que nos ha llevado durante año y medio por la ruta “verde”. O mejor dicho, por la ruta de las profundas contradicciones.

Desafiando a la ola “antiverde” que sacude Estados Unidos, más de 10.000 jóvenes activistas han acudido a la cita anual de Powershift, que arrancó como un vendaval tras la elección de Obama y que parecía haberse desinflado bajo el peso de los poderosos y oscuros intereses, los mismos que llenaron de negro el Golfo de México (hace un año del vertido de BP) y que ahora contaminan con productos cancerígenos los lagos de Texas (en el nombre de la fracturación hidráulica para extraer gas natural).
      
Condenados a la hoguera como parte del diabólico Dragón Verde, Al Gore y Van Jones han resurgido de sus cenizas y se han atrevido a espolear a la muchachada, al tiempo que los republicanos consuman el mayor asalto a las políticas ambientales de las últimas cuatro décadas.

    
“Es cierto que los Gobiernos han sido paralizados por las compañías energéticas del carbón y del petróleo, que han puesto grandes sumas de dinero para frenar el proceso político”, dijo Gore en la botadura de Powershift. “Pero también es cierto que estamos viendo una gran respuesta por parte de los grupos de base y que a nivel local se está produciendo la transición hacia las renovables y hacia la conservación y la eficiencia”.
    
¿Se supone que debemos esconder la cabeza en la arena y hacer como si no fuera real?” (Gore no pudo evitar la mención al cambio climático). “No podemos negociar con las leyes de la física. Lo que tenemos que hacer es responder a la realidad”.
      
Una pequeña delegación, capitaneada por Courtney Hight (“cabecilla” de la Coalición de Acción en la Energía y ex miembro consejo de calidad ambiental de Obama), se abrió paso hasta la Casa Blanca y mantuvo un breve y energético encuentro con el presidente.
      
“Le hemos dado las gracias a Obama por defender las leyes ambientales frente al acoso de los republicanos”, declaró Hight. “Pero no hemos ocultado nuestras diferencias sobre el tema nuclear. El presidente ha dejado claro que es algo que va a seguir apoyando. Sentimos discrepar”.

       
La seguridad en las centrales nucleares norteamericanas, los efectos del vertido de BP en el Golfo de México, el “imperio” petrolífero de los hermanos David y Charles Koch o los riesgos de contaminación de los acuíferos de la fracturación hidraúlica (“fracking”) fueron algunos de los temas abordados durante el encuentro de Washington, junto a la necesidad de un auténtico plan de “empleo verde” y el urgente relanzamiento de las renovables, que están perdiendo apoyo en detrimento del gas natural y de la energía nuclear.
        
El entusiasmo de la muchachada de Poweshift contrastó con la marcha atrás que se palpa no sólo en Washington sino en estados como Maine, donde el gobernador republicano Paul LePage ha puesto en marcha un plan de 63 puntos para cortar las leyes ambientales. El caso es que dos años después de la llegada de Obama, y 41 años después del primer Día de la Tierra, Estados Unidos se encuentra tal vez en la mayor encrucijada “verde” de su reciente historia.
        
El tiempo dirá hacia dónde se inclina el péndulo ¿Hacia la energía rebosante de los jóvenes o hacia la energía desgastada de los de siempre?

La geometría del vértigo

 

“Hay dos elementos que el viajero captura a primera vista en Nueva York: la arquitectura “extrahumana” y el ritmo furioso. Geometría y angustia... No hay nada tan poético y terrible como la batalla de los edificios con los cielos que los cubren”.

      La observación de García Lorca, allá por 1932, sigue siendo válida por los siglos de los siglos, por más que uno conviva a diario con los “gigantes”. Algo vibra, sin duda, cuando asciendes por encima del piso 30 y hundes la mirada en el vértigo de las calles y avenidas, y tiemblas sin remedio ante el Gran Cañón de cemento y vidrio.

      “Bienvenidos a la racionalidad de la vida civilizada”, que diría Hipodamo de Mileto, el arquitecto griego que inventó la retícula urbana, llevada a la máxima exageración con las 155 calles y once avenidas numeradas de aquel Manhattan. Se cumplen ahora 200 años del plano cuadriculado que catapultó definitivamente Nueva York hacia ese futuro con aristas, el mismo que provoca fervores y odios entre quienes la habitamos y la padecemos.
      
París me impesionó mucho, Londres aún más, y ahora Nueva York me acaba de noquear” (seguimos con Lorca).
       
Allá por 1811, la ciudad era un enjambre más o menos laberíntico, no muy diferente de cualquier enclave del viejo mundo, por debajo de lo que hoy conocemos como Houston Street. Al “padre” de la retícula urbana, John Randel, le costó convencer a sus vecinos de la necesidad del tiralíneas para poyectar Nueva York hacia el norte. Más de una vez le lanzaron alcachofas y repollos en actos públicos, y en el alto Manhattan fue atacado por los perros de los indignados propietarios.
       
Pero su “visión” se impuso, en el nombre del orden y de la salud. La isla de las 400 colinas, el paraíso de los indios Lenape, pasó por un proceso de “reducción topográfica” que la dejó totalmente llana e irreconocible. Se dejó un generoso “oasis” cuadriculado en el medio (Central Park), pero en el resto de la ciudad campó a sus anchas del Espíritu de la Especulación, el mismo que con el tiempo 
tiraría de ella hacia el cielo.

     
En 1864, un año antes de su muerte, Randel se desquitó de sus detractores celebrando  “la bella uniformidad” de Nueva York y presumiendo de haber contribuido más que nadie al primer gran “boom” inmobiliario (allanando el terreno a Robert Moses, Donald Trump y tantos otros “ladrones” del ladrillo).
     
Para bien o para mal, la retícula se convirtió en la esencia de la ciudad, “crucificada” sin remedio de norte a sur y de este a oeste. Algunos, como el filósofo francés Rolan Barthes, han creído ver en “la geometría de Nueva York” una intencionalidad poética: que cada uno se sienta dueño de la capital del mundo. Para el holandés Rem Koolhaas, autor de “Delirante Nueva York”, la implacable horizontalidad y la inevitable verticalidad condenan sin embargo a Manhattan a una visión en dos dimensiones, sin espacio ni libertad para “la anarquía tridimensional”.
     
Sam Roberts, en el New York Times, recreaba recientemente ese forcejeo aún latente  entre arquitectos y urbanistas. El diseñador gráfico Paul Sahner, hipnotizado por la magia de la rejilla urbana, se ha lanzado entre tanto a fotografiar la ciudad cuadrícula a cuadrícula. Y Eric Sanderson, el ecologista del paisaje que ha recreado vitualmente cómo era Manhattan hace 400 años, vuelve a reclamar estos días la necesidad de pensar en una ciudad más humana y más respetuosa con sus ecosistemas, a pesar de su innegable grandiosidad, la misma que cautivó y apuñaló al poeta...
    
“La aurora de Nueva York gime/ por las inmensas escaleras/ buscando entre las aristas/      nardos de angustia dibujada”.


Carlos Fresneda, Nueva York
Publicado en el blog Crónicas desde Nueva York de El Mundo.es

El 'voyeur' invisible de Nueva York

  • Bill Cunningham lleva la mitad de sus 82 años inmortalizando a los paseantes
  • Cunningham está considerado como uno de los mejores fotógrafos de moda
  • El dominicano Oscar de la Renta es otro de sus más devotos admiradores

Por su bicicleta lo conoceréis. Y por su cámara al hombro, por su chaqueta de un azul chillón y por su pelo albino. Agazapado en las esquinas, parado en un semáforo o en mitad de la acera. Esperando siempre el milagro callejero en forma de sombrero rojo, falda amarilla o conjunto de rombos blancos y negros. Clic, clic, clic.

Bill Cunningham lleva la mitad de sus 82 años inmortalizando a los paseantes de Nueva York con vocación de 'voyeur' invisible. Su presencia es tan ubicua como la de los vendedores de pretzels y perritos. Todos lo hemos visto alguna vez, empotrado en la marea urbana. Lo suyo es algo así como el sacerdocio del asfalto...

"Se supone que uno no se puede enamorar de su trabajo, pero eso es lo que a mí me pasa. Me divierto muchísimo... Necesito estar en la calle y dejar que la calle me hable".
Cunningham está considerado como uno de los mejores fotógrafos de moda, pero hace tiempo que renunció a sus quince minutos de fama. La vanidad y la codicia no van con él: "El dinero es barato, la libertad es mucho más cara". Hasta hace poco vivía en un estrecho apartamento sin baño, son cocina y sin televisión, y dormía en un lecho de presidiario entre su inmenso archivo fotográfico en el Canergie Hall.

La modestia es lo primero, pese a su reputación ganada a pulso. Cuando los cineastas Richard Press y Philip Gefter se propusieron a seguirle los pasos, el fotógrafo escurrió una y otra vez el bulto. Diez años tardaron en vencer su timidez y su resistencia: el fruto es un conmovedor documental, 'El Nueva York de Bill Cunningham', que sigue agotando las entradas al cabo de un mes de su estreno.
Parece un hombre de otra época o de otro planeta, y sin embargo Cunningham es un auténtico precursor en todos los sentidos. Entre otros méritos, lleva 40 años pedaleando en Nueva York y se ha 'dejado' robar 28 bicicletas. El sillín ha sido durante mucho tiempo su incomparable 'mirador', y lo sigue siendo casi todos los días, así le caiga encima un aguacero primaveral (su poncho lleno de parches forma parte de su 'uniforme' y es otra muestra indeleble de su austeridad). Los días de lluvia y nieve, confiesa, se lo pasa como un niño mientras fotografía a las mujeres saltando charcos.

Católico hasta la médula, de misa dominical, reconoce que su pasión por la moda nació precisamente de pequeño, "observando los sombreros de las señoras" en los bancos de la iglesia. De joven, tras su paso frustrado por Harvard, creó su propia línea de sombreros, William J.', antes de dedicarse a fotografiar la fauna colorista de la jungla urbana.

"La mejor pasarela de moda ha estado siempre en la calle", sostiene Cunningham, que inició su andadura en Women's Wear Daily y marcó un hito con sus monográficos en 'Details'.
En 1978 saltó a las páginas del 'New York Times', donde su sección dominical ('On the Street') es todo un clásico del periodismo gráfico. Fue el primero en presentar al público americano a Jean-Paul Gaultier y a tantos diseñadores, y en las pasarelas de París se le venera como el último gran mito (en el 2008 le nombraron 'caballero' de la Orden de las Artes y las Letras).

"Todas nos vestimos para Bill", confiesa la mismísima Anna Wintour, que admite cómo recurre una y otra vez a los 'collages' callejeros de Cunningham para otear las tendencias del momento (en esta primavera destemplada, por cierto, despuntan las trencas blanca). Oscar de la Renta es otro de sus más devotos admiradores: "Nadie ha sabido captar como él la historia visual de esta ciudad en los últimos cuarenta años".

Cualquier fiesta de la alta sociedad neoyorquina no es nada sin la presencia del fotógrafo huidizo, que cumple con su misión sin beber siquiera un vaso de agua y luego desaparece como un duende nocturno, reservando lo mejor de sí mismo para la masa anónima que desfila ante sus ojos a plena luz del día.

"La moda es la armadura que llevamos para sobrevivir a la realidad de cada día", palabra de Bill Cunningham, que nada detesta más que le confundan "con uno de esos paparazzi que se dedican a torturar a la gente".

Greta Garbo se puso en una ocasión a tiro de su objetivo, y aún recuerda los días en que se codeaba con Marilyn Monroe, Ginger Rogers o Joan Crawford. Pero en su trabajo no hay lugar para la nostalgia, sino una ligereza envidiable y una frescura constante: un sentido de la anticipación para cazar al vuelo esas 'aves del paraíso' que pululan por sus páginas.

Sigue disparando en película, y en la tienda donde revela religiosamente los carretes le da pudor confesar su nombre cuando llama por teléfono: "Soy yo, el tipo de la chaqueta azul"...

Carlos Fresneda, Nueva York
Publicado en El Mundo

Despedido de una central nuclear de EEUU por alertar sobre la seguridad


  • Paul Díaz fue administrador en la planta de San Onofre en California
  • Trasladó sus quejas sobre la fatiga del personal a la Comisión Nuclear
  • 'Ellos no necesitan que te hagas el superhéroe', le aconsejaron sus superiores
Las olas rompen a los pies del muro de ocho metros de altura que protege la central nuclear de San Onofre. Los dos reactores usan el agua del mar para refrigerarse, ante la mirada cómplice de decenas de surfistas que acuden a diario a su playa favorita del sur de California, a medio camino entre Los Ángeles y San Diego, en las inmediaciones de la falla geológica de Cristianitos y en una zona de alta actividad sísmica.

Las dos "jorobas" de la central, visibles desde la autopista número 5, parecen aún más vulnerables vistas desde la orilla. San Onofre fue construida para soportar temblores de magnitud siete en la escala Richter, pero no hace falta echarle mucha imaginación para pronosticar lo que ocurriría ante un "tsunami" como el de Japón.
Paul Díaz trabajó hasta el año pasado en la central hasta que fue despedido por denunciar las preocupaciones sobre la seguridad de los propios empleados. Y aunque admite que San Onofre está mejor preparada ante un desastre que Fukushima, lo que realmente le preocupa es "la seguridad de cada día".

   Foto: isaachernandez.com

Actuó en nombre de sus compañeros

Díaz –35 años, de origen dominicano, ex miembro de los Marines- ejercía como gerente de administración en la central cuando se le ocurrió hacerse eco de las quejas por "fatiga laboral". Los propios trabajadores advertían que las jornadas prolongadas y los turnos excesivamente largos afectaban a su nivel de alerta y podían llegar a comprometer la seguridad.
"Cuando trasmití la preocupación del personal a mis superiores, la respuesta fue: "Ellos no necesitan que te hagas el superhéroe"", asegura Díaz. "Volví a mi trabajo, pero al poco tiempo me enteré de que se había dado orden a los trabajadores para no elevaran sus quejas a nadie fuera de la cadena de mando".

Fue entonces cuando Díaz acudió directamente a los inspectores federales y denunció la situación a la Comisión Regulatoria Nuclear (NRC): "Está claro que en San Onofre no existe eso que los expertos llaman un "ambiente consciente de seguridad". Si tienen miedo a hablar, los trabajadores pueden decidir que es mejor no informar de la existencia de una filtración o de una fuga de vapor".
"A mí me despidieron como represalia", asegura el ex gerente de la central. "Durante diez años tuve un expediente sin tacha y ellos mismos me habían promocionado meses antes. Yo cumplí con mi deber, porque una central no es 100% segura si el nivel de alerta no se mantiene entre los trabajadores".

El caso ya se encuentra en los tribunales

Díaz ha llevado a los tribunales a la central de San Onofre, y su abogada Maria Severson confía que su caso sirva para extremar las medidas de seguridad en las 65 centrales norteamericanas tras el accidente de Fukushima.
""Si ves algo, di algo", ésa debería ser la regla número uno de seguridad en cualquier central nuclear", asegura Maria Severson. "La manera más obvia de garantizar la seguridad es mantener abierta la comunicación entre los trabajadores, y no intentar silenciarlos".

"En marzo del 2010, la Comisión Regulatoria Nuclear envió una carta alertando sobre lo esencial que es mantener abierto el flujo de comunicación entre los trabajadores", recuerda Stevenson. "Nada ha cambiado desde entoces, y sólo esperamos que el caso de Paul Díaz sirva para extremar las precauciones y extremar la cultura de la seguridad, no sólo en San Onofre sino en todas las centrales nucleares".
Paul Diaz sigue viviendo (y buscando trabajo) en Oceanside, a unos 20 kilómetros de la central... "Yo me siento seguro aquí porque conozco a las personas que trabajan allí dentro y sé que los dispositivos de seguridad están entre los mejores del mundo. Pero también es cierto que existen lo que yo llamo "bolsillos de cáncer" que pueden comprometer todo el sistema. Espero que los tribunales me concedan una compensación, pero no aspiro a volver a trabajar en la central. Me conformo con que la nueva directiva tome de verdad medidas y consiga erradicar el "cáncer" en beneficio de todos".

   Foto: isaachernandez.com

Denuncias previas en San Onfre

Otros dos supervisores de San Onofre, Rick Busnando y Mike Mason, denunciaron en el 2009 a la compañía Southern California Edison alegando que fueron despedidos por revelar violaciones de las normas de seguridad en San Onofre, que ha sido apercibida en varias ocasiones por la Comisión Regulatoria Nuclear.

El portavoz de la central, Gill Alexander, no ha respondido a los emails de elmundo.es para ofrecer su versión sobre el caso Díaz. En declaraciones a la cadena ABC, Miller sostiene que su despido estuvo relacionado con su "rendimiento" en el trabajo. Según Alexander, la compañía ha tomado las "medidas oportunas" para responder a la carta del NCR que alertaba sobre las preocupaciones del personal y el medio a represalidas por cuestionar la seguridad de la central.

Carlos Fresneda | San Onofre (California)

Trump 2012: el fin del mundo


Nadie representa mejor lo peor de Nueva York que Donald Trump. La vanidad y la avaricia, la petulancia y la flatulencia, la agresividad y la arrogancia, la egolatría y la megalomanía confluyen en este personaje de circo que va llenando la ciudad de prolongaciones fálicas de sí mismo y que ahora se ha popuesto precipitar la profecía del calendario maya.
     “Trump 2012: el fin del mundo”...
     
Soy la pesadilla de Obama”, declara el maestro incomparable de la autopromoción, convertido en agitador desmelenado del Tea Party. “Están preocupados porque le he lanzado un reto para que demuestre si ha nacido o no en este país, donde existe una duda muy real sobre su origen”.

Sostiene Trump que Obama no vino al mundo en Hawai sino en Kenia, y que su abuela africana lo vio nacer, y que su auténtcio certificado de nacimiento sigue sin aparecer, y que podemos estar ante “el mayor fraude en la historia de Estados Unidos”.


    “Trump 2012: sálvese quien pueda”
     
Payasada tras payasada, The Donald se ha encaramado al número dos entre los aspirantes republicanos, haciéndole cosquillas a Mitt Romney y robándole la portada de los tabloides a su amigo Charlie Sheen (que pernoctó recientemente en el Hotel Trump Internacional, lo que disparó las especulaciones sobre su candidatura como vicepresidente).
     
Trump ha aprovechado la “espantada” de Sarah Palin y ha sabido anticiparse a la intrépida Michele Bachmann, otra que aspiraba a capitalizar el cabreo de las masas  ultraconservadoras, a la busca desesperada de líderes restablezcan el respeto perdido por América en el mundo.

     
      
       “Trump/Sheen 2012: combinación letal”      

El caso es que la Casa Blanca se ha sumado a la charada presidencial. Después de ignorar durante varias semanas los improperios de Trump, el asesor de Obama David Plouffe recogió la afrenta y declaró a la cadena ABC: “Donald Trump tiene cero posibilidades de ser elegido por el pueblo americano”.
      
A la pregunta sobre su fulgurante ascenso en las encuestas, Plouffe respondió sin pelos en la lengua: “Dada su propensión al espectáculo, espero que siga subiendo... No se está portando precisamente como un líder; su conducta es más propia de una barraca de feria”.
      
      “Trump 2012: el apocalipsis está cerca”.
       
No sería ésta la primera vez en que Trump defrauda las expectativas. Ya en el 2000, después de superar la crisis de la media edad y la ruina, amenazó con presentarse como candidato del tercer partido. Se hizo republicani, y luego demócrata, y otra vez republicano. Amagó con la candidatura a Gobernador de Nueva York en el 2006 y a la presidenciales en el 2008.



Y entre tanto prometio reconstruir las torres gemelas y fundar la Universidad (fantasma) Trump.
Lo único innegable es todo este tiempo fue su éxito como empresario sin escrúpulos en el “reality show” “El Aprendiz”. Con una frase que le acompañará hasta la tumba –“¡Estás despedido!”- se abrió paso en el mundillo del espectáculo hasta lograr su propia estrella en Hollywood Boulevard. Escribió varios “bestsellers” sobre sí mismo –“Trump: piensa como un multimillonaro”, “Trump: piensa a lo grande”, “Trump nunca se rinde”- y llenó la ciudad de torres clónicas como la que oscureció el edificio de la ONU o la que levantó pese a toda la oposición vecinal en el Soho (que sigue medio vacía).

    
    “Trump 2012: la América que merecemos”
 
Zozobraron sus casinos en Atlantic City, pero con Melania a su lado (tras sus sonados divorcios con Ivana y Marla) todo volvió a ser posible al cumplir la sesentena... “Mi nombre es suficientemente grande y está asociado al oro, hasta tal punto que no tengo que decir mucho sobre mí mismo”.
     
Su tupé, asegura, es auténtico. En todo caso lo retoca con un fijador o con unos reflejos dorados para disimular la plata incipiente... Eart Tempkin, más conocido como Orky The Clown, se ha deshecho en elogios estos días y se ha mostrado dispuesto a darle la bienvenida a la Asociación Mundial de Payasos si fracasa en su intento de llegar a la Casa Blanca: “Con ese peinado, no le haría falta siquiera una peluca”.

     Trump 2012: quien ríe el último...

Carlos Fresneda, Nueva York
Publicado en el blog Crónicas desde Nueva York en El Mundo.es