La propuesta puede sonar a utópica: "Cómo 'descarbonizar' el Reino
Unido de aquí a 2030". Y sin embargo Paul Allen, director de emblemático
Centro para la Tecnología Alernativa
de Gales (marcando el camino para las energías renovables desde hace 40
años), asegura que se trata de una meta real y alcanzable, "usando la
tecnología que ya tenemos y con pequeños ajustes en nuestro estilo de
vida".
Allen es también el coordinador del informe Zero Carbon Britain,
presentado esta semana en Westminster y respaldado por la laborista
Joan Walley, al frente del comité interparlamentario del cambio
climático que reúne a 250 diputados de todos los partidos.
"No podemos esperar otros veinte años para hacer la transición",
asegura Allen, que recalca que estamos en una encrucijada parecida a la
de los años setenta, aunque sin duda más apremiante: "Acabamos de
rebasar las 400 partículas por millón de CO2 en la atmósfera. Y ése es un dato incontestable, incluso para quienes no creen en el cambio climático".
"Un aumento de las temperaturas por encima de los dos grados puede alterar gravemente a la vida en el planeta",
advierte Allen. "Necesitamos una 'descarbonización' rápida y efectiva.
Los políticos no pueden seguir agarrándose a excusas para no actuar".
El objetivo del Gobierno británico, plasmado en la Ley del Clima del 2008, es la reducción de las emisiones de CO2 en un 80% en el año 2050 (tomando como referente 1990).
El año pasado, y a pesar la crisis, las emisiones de gases invernadero
siguieron creciendo un 3,5%. La Comisión de Cambio Climático ha
advertido ya que será difícil lograr siquiera los objetivos para el
2017.
London Array, el mayor parque eólico marino del mundo. | EM
Pese al impulso dado a la energía eólica, con la reciente apertura del mayor parque marino del mundo
(el London Array, 175 turbinas, con una capacidad de 650 megavatios,
suficientes para abastecer medio millón de hogares), Gran Bretaña avanza
con pasos indecisos hacia el objetivo del 30% renovables en el 2030 y se enfrenta a tenaces resistencias dentro del Partido Conservador de David Cameron.
La gran apuesta del informe Zero Carbon Britain es precisamente el
viento, capaz de abastecer por sí sólo la mitad de la demanda energética
en el 2030, según las estimaciones del CAT. "Nuestro país está a la
cabeza del mundo en el potencial de la energía eólica", sostiene Paul
Allen. "Somos ya líderes mundiales en la producción 'offshore', y lo que
hace falta es una dirección más clara para atraer a los inversores".
El resto de la tarta energética se la repartirían la biomasa, la
solar térmica y fotovoltaica, la hidráulica, la geotérmica, la
mareomotriz y la undimotriz. La proyección cuenta con la producción de
gas sintético y de combustibles líquidos a partir de la biomasa para 'descarbonizar' el transporte.
En el escenario del CAT, la energía nuclear se aprovecharía sólo
hasta la extinción del ciclo de vida de los 16 reactores actualmente
operativos. El 'fracking' (extracción de gas natural hídrica) se descarta por sus riesgos para el medio ambiente y su contribución a las emisiones.
"Nuestros modelos demuestran que se puede reducir hasta un 90% las emisiones sin necesidad de desarrollar nuevas tecnologías y sin un detrimento en nuestra calidad de vida",
asegura Tony Kellner, especialista en la proyección de las energías
renovables y miembro del equipo de Zero Carbon Britain. "El restante 10%
puede ser absorbido por métodos naturales de captura de carbono como la plantación de bosques y la restauración de los humedales".
El segundo gran pilar del informe Zero Carbon Britain es la apuesta por el ahorro y la eficiencia energética, los así llamados 'negavatios'.
Según el CAT, Gran Bretaña podría reducir hasta un 60% de sus
necesidades energéticas con una "cura de eficiencia" en su parque de
viviendas, en sus edificios industriales y de oficina y en su flota
transporte.
El Centro de Tecnología Alternativa de Gales. | Carlos Fresneda
El tercer elemento va más allá de la propia energía y aborda la contribución, tantas veces olvidada, de la industria alimenticia a las emisiones de CO2. El CAT reclama un un profundo cambio en el uso de la tierra y en las prácticas agrícolas, con una drástica reducción de la superficie dedicada a la ganadería, unida a una 'relocalización' en la producción de alimentos y una popularización de las dietas 'bajas en carbono'.
En la Gran Bretaña de 'carbono cero' a la que aspira el Centro para
la Tecnología Alternativa, los coches serían preferente eléctricos y de
uso compartido, se requerirían fuertes inversiones en transporte público y el avión se reservaría para las grandes distancias.
En coordinación con el Foro de la Nueva Economía, el CAT presentará en
unos meses una estimación económica del conjunto de sus propuestas,
mientras arrima el ascua a las fuerzas políticas para lograr el apoyo a
una plataforma energética en las elecciones del 2015.
"Ese futuro está más cerca de lo que creemos, generaría miles de empleos y no supondría grandes cambios a nivel personal",
asegura Paul Allen, director del CAT."Ahora más que nunca nos hace
falta recuperar el propósito colectivo y dejar de lado las ideologías.
Los políticos deben de dar respuesta inmediata al gran reto que está planteando la ciencia.
Gran Bretaña fue el país que abanderó la revolución industrial y ahora
tiene el deber moral de abrir el camino a esta transformación
inaplazable".
Un centro para explorar el otro mundo posible
El Centro de Tecnología Alternativa de Gales. | Carlos Fresneda
El Centro para la Tecnología Alternativa fue creado en 1973 por el empresario y ecologista Gerard Morgan-Grenville. Decenas de voluntarios contribuyeron a su creación en los terrenos ocupados por una cantera de pizarra en Machynlleth (Gales), en uno de los mayores proyectos de restauración ecológica en el Reino Unido.
El centro ocupa una superficie de 160.000 metros cuadrados,
y hasta él se llega en un funicular activado usando exclusivamente agua
como contrapeso. El centro fue también pionero en la instalación de
placas fotovoltaicas y de aerogeneradores que aún hoy facilitan hasta el
80% de la energía.
Su exposición permanente incluye también una casa de ultraeficiente de bajo consumo,
huertas de permacultura, edificios de balas de paja, la mayor librería
'verde' el Reino Unido y un restaurante vegetariano, con el reciente
añadido de una cocina solar 'made in Spain' de Alsol.
El proyecto Zero Carbon Britain y la construcción del Instituto de Gales para la Educación Sostenible (Wise), considerado como un modelo internacional de bioconstrucción y eficiencia energética,
supuso en el 2010 un salto cualitativo para proyectar al CAT hacia el
siglo XXI, volcado en la labor educativa y de formación, con la misión
de seguir avanzando hacia la construcción de un mundo más sostenible.
Carlos Fresneda (corresponsal) | Londres
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