Publicado en Natura 22 de El Mundo · 02/2008
Permítanme que les haga partícipes de una intimidad de lo más ecológica. Casi me hace perder la cabeza porque sus líneas, sus formas, su estética, su sigilo al moverse son para mí todo belleza, atracción, deseo. Antes de estar con ella la miraba y remiraba sin remedio. No había día en el que no me fijara en ella y deseara que llegara el momento de llegar juntos donde ni en sueños había imaginado, siempre unidos, inseparables.
Y por fin llegó el instante esperado. El día estaba nublado, el termómetro marcaba la media del invierno. Bien abrigado yo y ella siempre con su modesta y ligera presencia comenzamos nuestra anhelada relación. No me queda más remedio a estas alturas que presentarles a una de las grandes creaciones humanas, realizada con los nutrientes más técnicos. Quiero presentarles a mi bicicleta.
La actual es producto de un abandono y de una pérdida involuntaria. La primera era grande, fina, segura, pero acabó desplazada por la segunda, pequeña, plegable, robusta pero manejable, más íntima y cercana. Ésta me la arrebató un descuido de las manos y no volví a saber de su destino. La actual y yo compartimos casa y, plegada, la alojo tras la puerta de la sala de estar. Le he dejado como nombre el original, una Dahon Curve de cinco velocidades accionadas desde un cambio interno, con un sillín Duopower ergonómico. El sistema de pedales, modificado por mí, lleva un revolucionario Rotor, que elimina los esfuerzos del punto muerto del pedaleo y obtiene más rendimiento con menos energía muscular.
Para que nos vean mientras nos movemos, instalé un sistema de iluminación de eterna eficiencia, el Reelight, que gracias al magnetismo evita el consumo de baterías. Les habló de la pareja ideal para moverse por la ciudad, cómoda, no contaminante y fácil de trasladar de un lugar a otro. Porque la bicicleta es usada cada día más como medio de transporte urbano en la ciudad. Y no sólo por las ciudadanos propietarios.
Tengo además el carné número ochocientos y pico de los más de 100.000 del sistema de transporte público en bicicleta de Barcelona, el Bicing. Una iniciativa puesta en marcha en 2007 y que ha tenido un rotundo éxito. Permite, con una pequeña cuota anual, tomar una bicicleta en cualquiera de las estaciones de alquiler repartidas por la ciudad y dejarla en otra distinta, tras un corto trayecto por la ciudad.
Miles de personas nos movemos así sin hacer ruido, sin ensuciar el aire, sin gastar valiosos combustibles fósiles, sin acelerar el clima cambiante, generalmente con más sonrisas que caras de susto. En el próximo artículo ahondaré más en las mil ventajas de la auténtica máquina verde.
Aquí enlace al pdf del suplemente Natura 22, un regalo de información ambiental
QUIÉN: Manolo Vílchez es colaborador de la Fundación Tierra y facilitador ecológico. Su interés es reducir el impacto ambiental en la vida cotidiana. Consejos: En este artículo defiende el uso de la bicicleta en la ciudad y recomienda las siguientes web: dahon ; bicing y el especial de bicicletas de la Fundación Tierra
Pensamos y sentimos que por qué no lo imposible en tiempos ordinarios se puede convertir en factible en tiempos extraordinarios. Los ejes políticos y economicos, se manejan por una minoría hija predilecta del capitalismo. Indagar en la construcción de la resiliencia, reencontrar valores no rentables para pocos pero vitales para los muchos, anhelar un mundo sin perdedores, escribimos sobre personas y organizaciones que estimulan a cambiar hacia un mundo mejor. Carlos Fresneda y Manolo Vilchez
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