EDSE Inventiva, un no parar de diseñar cosas buenas

Se llega por la calle empinada a la sede de Edse Inventiva, allá cuelga siempre alguna bici y siempre claro en algún modelo de Modular. En los pocos pero suficientes metros cuadrados que ocupan, los creativos del lugar no paran de idear propuestas comerciales para facilitar a clientes sus pardinas bicis, enfrente diseñan mejoras para la Urbikes, que transformada y compartida con una empresa alemana, montarán ciudadanos de Copenhague y quizás de toda Dinamarca. Reunirse con el diseñador industrial y alma matter del conglomerao que ama la bicicleta por encima de todas las cosas menos una, a sus semejantes, es casi habitual para los que vamos por el camino de la vida empresarial aprendiendo a trompicones, y es que aquí se sabe mucho de diseño, desarrollos, materiales...

Hoy además la visita tenía premio, bueno, mas bien tuvo sus premios. Y por supuesto vine a celebrar los 10 años que lleva pedaleando un buen amigo y su equipo de colaboradores. Si, en este país patas arriba hay quien resiste, porque a la pasión no la tumba nada y aunque cueste todo lo que tienes.
Eduard Sentis nos presenta desde la puerta de la entrada el altar que han preparao para el motivo de un segundo premio Delta FAD de plata, el aparcabicicletas playero "RIM-AMB" compartido el diseño en esta ocasión con Moisés Martínez Lapeña, arquitecto de la AMB y Mariano de Gracia, jefe de sección de playas de la AMB.

 
 Y al poco, encuentro con la responsable de curioso calzado, la mención que la han concedido en los mismos premios a Sardines que es el nombre que su diseñadora, Estel Alcaraz le ha puesto a su propuesta de unas botas de agua plegadas tal para entrar en una lata del nombrado pescao.
 
 
Y aqui, con mucho más arte visual el valor del crear objetos que son buenas cosas para avanzar como especie, en este caso, cuando llueve... con 800 gramos de Sardines.


Vamos, que al despedirme del lugar me he montao una peculiar y onírica performance, calzao con unas Sardines color vistoso, sacada una Urbikes eléctrica de su seguro parking y ya en la bajada, saludando a los vecinos de Edse, los Intiam Ruai, que marchaban a coles a comunicar con el ahorro y las fuentes de energía renovable, siempre sonriendo van y me anuncian al paso el curso de energia solar de Greenpeace y que lo mueva entre la gente, y yo, como a la velocidad de las mariposas camino de la playa para disfrutarme una paseo descalzo, pero eso si, bien aparcada al llegar la máquina verde de color gratitud, sentimiento creativo, esperanza mejor mundo... 

Si, la mañana en Rubí ha sido balsamo entre tanta agitación de lo social y lo económico, porque todavía en el sueño veo un mundo rediseñado por completo, más reiventado, más seguro, más bonito, mas ético...

Manolo Vilchez
Publicado en blog En Ruta Solar de El Correo del Sol

Cómo 'descarbonizar' el Reino Unido de aquí a 2030








La propuesta puede sonar a utópica: "Cómo 'descarbonizar' el Reino Unido de aquí a 2030". Y sin embargo Paul Allen, director de emblemático Centro para la Tecnología Alernativa de Gales (marcando el camino para las energías renovables desde hace 40 años), asegura que se trata de una meta real y alcanzable, "usando la tecnología que ya tenemos y con pequeños ajustes en nuestro estilo de vida".
Allen es también el coordinador del informe Zero Carbon Britain, presentado esta semana en Westminster y respaldado por la laborista Joan Walley, al frente del comité interparlamentario del cambio climático que reúne a 250 diputados de todos los partidos.

"No podemos esperar otros veinte años para hacer la transición", asegura Allen, que recalca que estamos en una encrucijada parecida a la de los años setenta, aunque sin duda más apremiante: "Acabamos de rebasar las 400 partículas por millón de CO2 en la atmósfera. Y ése es un dato incontestable, incluso para quienes no creen en el cambio climático".

"Un aumento de las temperaturas por encima de los dos grados puede alterar gravemente a la vida en el planeta", advierte Allen. "Necesitamos una 'descarbonización' rápida y efectiva. Los políticos no pueden seguir agarrándose a excusas para no actuar".

El objetivo del Gobierno británico, plasmado en la Ley del Clima del 2008, es la reducción de las emisiones de CO2 en un 80% en el año 2050 (tomando como referente 1990). El año pasado, y a pesar la crisis, las emisiones de gases invernadero siguieron creciendo un 3,5%. La Comisión de Cambio Climático ha advertido ya que será difícil lograr siquiera los objetivos para el 2017.

London Array, el mayor parque eólico marino del mundo. | EMLondon Array, el mayor parque eólico marino del mundo. | EM

Pese al impulso dado a la energía eólica, con la reciente apertura del mayor parque marino del mundo (el London Array, 175 turbinas, con una capacidad de 650 megavatios, suficientes para abastecer medio millón de hogares), Gran Bretaña avanza con pasos indecisos hacia el objetivo del 30% renovables en el 2030 y se enfrenta a tenaces resistencias dentro del Partido Conservador de David Cameron.

La gran apuesta del informe Zero Carbon Britain es precisamente el viento, capaz de abastecer por sí sólo la mitad de la demanda energética en el 2030, según las estimaciones del CAT. "Nuestro país está a la cabeza del mundo en el potencial de la energía eólica", sostiene Paul Allen. "Somos ya líderes mundiales en la producción 'offshore', y lo que hace falta es una dirección más clara para atraer a los inversores".

El resto de la tarta energética se la repartirían la biomasa, la solar térmica y fotovoltaica, la hidráulica, la geotérmica, la mareomotriz y la undimotriz. La proyección cuenta con la producción de gas sintético y de combustibles líquidos a partir de la biomasa para 'descarbonizar' el transporte.

En el escenario del CAT, la energía nuclear se aprovecharía sólo hasta la extinción del ciclo de vida de los 16 reactores actualmente operativos. El 'fracking' (extracción de gas natural hídrica) se descarta por sus riesgos para el medio ambiente y su contribución a las emisiones.

"Nuestros modelos demuestran que se puede reducir hasta un 90% las emisiones sin necesidad de desarrollar nuevas tecnologías y sin un detrimento en nuestra calidad de vida", asegura Tony Kellner, especialista en la proyección de las energías renovables y miembro del equipo de Zero Carbon Britain. "El restante 10% puede ser absorbido por métodos naturales de captura de carbono como la plantación de bosques y la restauración de los humedales".

El segundo gran pilar del informe Zero Carbon Britain es la apuesta por el ahorro y la eficiencia energética, los así llamados 'negavatios'. Según el CAT, Gran Bretaña podría reducir hasta un 60% de sus necesidades energéticas con una "cura de eficiencia" en su parque de viviendas, en sus edificios industriales y de oficina y en su flota transporte.

El Centro de Tecnología Alternativa de Gales. | Carlos FresnedaEl Centro de Tecnología Alternativa de Gales. | Carlos Fresneda

El tercer elemento va más allá de la propia energía y aborda la contribución, tantas veces olvidada, de la industria alimenticia a las emisiones de CO2. El CAT reclama un un profundo cambio en el uso de la tierra y en las prácticas agrícolas, con una drástica reducción de la superficie dedicada a la ganadería, unida a una 'relocalización' en la producción de alimentos y una popularización de las dietas 'bajas en carbono'.

En la Gran Bretaña de 'carbono cero' a la que aspira el Centro para la Tecnología Alternativa, los coches serían preferente eléctricos y de uso compartido, se requerirían fuertes inversiones en transporte público y el avión se reservaría para las grandes distancias. En coordinación con el Foro de la Nueva Economía, el CAT presentará en unos meses una estimación económica del conjunto de sus propuestas, mientras arrima el ascua a las fuerzas políticas para lograr el apoyo a una plataforma energética en las elecciones del 2015.

"Ese futuro está más cerca de lo que creemos, generaría miles de empleos y no supondría grandes cambios a nivel personal", asegura Paul Allen, director del CAT."Ahora más que nunca nos hace falta recuperar el propósito colectivo y dejar de lado las ideologías. Los políticos deben de dar respuesta inmediata al gran reto que está planteando la ciencia. Gran Bretaña fue el país que abanderó la revolución industrial y ahora tiene el deber moral de abrir el camino a esta transformación inaplazable".

 

Un centro para explorar el otro mundo posible

El Centro de Tecnología Alternativa de Gales. | Carlos FresnedaEl Centro de Tecnología Alternativa de Gales. | Carlos Fresneda

El Centro para la Tecnología Alternativa fue creado en 1973 por el empresario y ecologista Gerard Morgan-Grenville. Decenas de voluntarios contribuyeron a su creación en los terrenos ocupados por una cantera de pizarra en Machynlleth (Gales), en uno de los mayores proyectos de restauración ecológica en el Reino Unido.

El centro ocupa una superficie de 160.000 metros cuadrados, y hasta él se llega en un funicular activado usando exclusivamente agua como contrapeso. El centro fue también pionero en la instalación de placas fotovoltaicas y de aerogeneradores que aún hoy facilitan hasta el 80% de la energía.
Su exposición permanente incluye también una casa de ultraeficiente de bajo consumo, huertas de permacultura, edificios de balas de paja, la mayor librería 'verde' el Reino Unido y un restaurante vegetariano, con el reciente añadido de una cocina solar 'made in Spain' de Alsol.

El proyecto Zero Carbon Britain y la construcción del Instituto de Gales para la Educación Sostenible (Wise), considerado como un modelo internacional de bioconstrucción y eficiencia energética, supuso en el 2010 un salto cualitativo para proyectar al CAT hacia el siglo XXI, volcado en la labor educativa y de formación, con la misión de seguir avanzando hacia la construcción de un mundo más sostenible.
 
Carlos Fresneda (corresponsal) | Londres 

La senda de la simplicidad radical















Ser "radical" es ser fiel a tus raíces. Así lo ha entendido siempre el norteamericano Jim Merkel, autor de uno de esos de libros de larguísimo recorrido, "Simplicidad radical", que cobra una nueva dimensión en estos tiempos difíciles.
Ser "radical" es también llevar las cosas hasta cierto extremo, y eso fue lo que hizo el propio Jim, que trabajó como ingeniero militar para la industria armamentística de Estados Unidos, antes de dar un giro copernicano al "ecopacifismo" de pala y rastrillo a través del Proyecto para la Vida Global.
 Durante casi dos décadas, y en época de las vacas gordas, Jim se las ingenió para plantar cara al consumismo y vivir con apenas 5.000 dólares al año (la media de los 7.000 millones de habitantes del planeta). Su experiencia fraguó en ese libro que ha dado la vuelta al mundo y que sigue siendo el compañero insustituible para todos aquellos que quieran recorrer la senda de la simplicidad y reducir a conciecia su huella ecológica.
Jim Merkel pasó largos inviernos en los bosques de Vermont, viviendo en una casa de madera de 60 metros cuadrados que él mismo construyó, cultivando más de la mitad de sus propios alimentos (nos sirvió un té de su propias hierbas, aderezado con miel de sus colmenas) y moviéndose sobre todo en bicicleta (y ocasionalmente en el viejo Honda Civic del 92 para distancias largas).
Pero su vida experimentó un nuevo giro "radical" al filo de los 50. Conoció a Susan Cutting, su media naranja. Tuvieron un hijo al que llamaron Walden, en homenaje al profeta de la simplicidad, Henry David Thoreau. Pasaron un tiempo en el centro de permacultura New Forest Institute, hasta que se instalaron finalmente en Belfast (Maine).
Allí se encuentra ahora Jim Merkel en inmejorable compañía, viviendo temporalmente en una yurta mientras da los últimos retoques a la casa familiar de 93 metros cuadrados en la que confían instalarse a partir de septiembre...
   "La radicalidad sigue ahí, aunque un poco templada por la edad. Mi amor por la madre Tierra no ha menguado un ápice. Ahora bien, a los 55 años, con una pareja y con un niño, es comprensible que tu perspectiva cambie. Digamos que no soy tan estricto como antes y tengo que llegar a ciertos compromisos para que mis decisiones no afecten a mi vida en familia".
    
"Tengo la suerte de contar con una compañera que comparte mis ideales", reconoce Jim. "De hecho, ella está muy involucrada en el grupo de Trannsición de Belfast. Pero los dos somos libres de tomar nuestras propias decisiones y procuramos no llevar el asunto al terreno personal".
De común acuerdo decidieron echar raíces en este pueblo de algo más de 7.000 almas en la deslumbrante embocadura del río Penobscot, donde la lengua del Atlántico se funde mágicamente con la fronda de los bosques...
"Sin las complicaciones de una ecoaldea o de una comunidad intencional, nos sentimos parte de una comunidad más extensa y vibrante. Susan se deja llevar más por las sensaciones, y ella está convencida de que éste es nuestro lugar. A mi me mueve más el "concepto", y aquí puedo trabajar mano a mano con gente comprometida, y seguir con mis clases de Sostenibilidad en el Unity College. Desde que trabajé para reverdecer desde dentro el campus de Dartmouth he querido estar muy en contacto con la gente joven en las universidades".

     








En el proyecto común de la casa "autoconstruida" ha cobrado forma y vida el espíritu de la simplicidad radical. Diseñada por una amiga arquitecta, Karolina Kaiwaka, está construida con pino y roble de los bosques cercanos y con materiales reciclados como el papel de periódico que contribuye al aislamiento.
Los criterios son muy cercanos a la "passivhaus", con ventanas de triple vidrio, cimientos con aislamiento térmico y el máximo aprovechamiento de la luz solar para el calentamiento.  Las placas térmicas proporcionan el agua caliente y las fotovoltaicas serán capaces de abastecer las mínimas necesidades energéticas. La casa funciona con un sistema de saneamiento seco y compostable. El agua la obtienen de su propio pozo...

"La idea es tener una serie de sistemas simples que funcionen incluso después de un huracán, junto otros no tan simples que nos hagan la vida más fáci. Después de dos años bombeando el agua mano, poner en marcha el bombeo eléctrico activado por el sol, para regar o poder bañarnos, ha sido un gran avance. Aún tenemos que hacer las visitas al pozo para el agua potable".
A sus tres años y medio, Walden ha asistido al crecimiento de la casa y ha contribuido con sus pequeñas manos al laborioso ensamblaje... "El niño está interesadísimo en cada aspecto nuevo de la construcción de la casa. Y al mismo tiempo ha visto crecer el jardín de permacultura en el que él mismo se sirve el desayuno. Para mí ha sido una grandísima experiencia tenerle cerca todo este tiempo. Gracias a él me mantengo joven".
Jim Merkel recuerda su propia juventud como si fuera casi otra vida. Nacido en Nueva York en 1958, se licenció como ingeniero eléctrico y acabó trabajando para el contratista militar TRW, vendiendo productos de alta tecnología a Irán e Irak cuando estaban en guerra. Su epifanía ocurrió en 1989, cuando apuraba una cerveza belga en un hotel de Estocolmo, mientras tramaba la venta al ejército sueco de su último ingenio: un ordenador que cabía en la palma de una mano y que era capaz de sobrevivir incluso a la onda expansiva de una bomba atómica...
"Recuerdo que los ojos se me quedaron clavados en la televisión."¡Desastre ecológico en Alaska!" El casco partido del Exxon Valdez no dejaba de escupir petróleo y ahí estaban los cormoranes estrangulados, y las focas asomando la cabeza ente la materia viscosa. Me sentí de algún modo cómplice de aquella tragedia".
"Yo era un joven ingenuo y acomodado que con una mano votaba a Ronald Reagan y con la otra sostenía el manillar de la bicicleta", recuerda Jim. "Mis visitas a Europa y a otros lugares de mundo me sirvieron para ver los efectos de las política imperialista e mi país, que aún resultan tan patentes... En vez de alimentar a nuestra propia gente, construimos drones para acabar con la vidas en otros países".
Tras su "conversión" de hace 24 años, Jim Merkel fue vicepresidente del Sierra Club de Santa Lucía en California, y poco después creó el Grupo de Trabajo para el Transporte Alternativo en San Luis Obispo. Pero fue su paso por Kerala (India) y los Himalayas lo que le hizo abrir los ojos. Allí  aprendió el valor real de la simplicidad y la solidaridad.
A su regreso creó el Proyecto para la Vida Global, con la misión imposible de enseñar a los norteamericanos a compartir equitativamente el planeta... "Los primeros 1.000 millones de habitantes toman 250 veces más que los últimos mil millones. En EEUU y en Europa tenemos la suerte de ser los primeros de la fila ¿Pero cómo hacer para que los últimos no se queden fuera del banquete?".
Su ejemplo de vida frugal, plasmado en "Simplicidad radical", ha cobrado precisamente un nuevo sentido ahora, en plena resaca del gran festín global... "Con crisis o sin ella, no podíamos esperar mucho más a hacer este ajuste. Se puede vivir mejor con menos, y se puede descubrir el valor de compartir, desde el coche hasta la casa, pasando por la comida o por los aperos para cultivar un huerto. Eso sí, hay que convertir ese descubrimiento de la simplicidad en una búsqueda apasionante, en una constante celebración. Al fin y al cabo lo hacemos por amor al planeta"
Carlos Fresneda                                                                                                                      Publicado en el blog EcoHéroes de El Mundo.es