Mi coche es tu coche


Chris Jones, a bordo del BMW que alquila a otros particulares.
Chris Jones, a bordo del BMW que alquila a otros particulares.
  • Permite un uso eficiente y amortizar el vehículo
  • Un coche se pasa aparcado el 96% del tiempo, dice un empresario del sector
  • 'Es como todo: hay que probarlo; yo empiezo a tomarle gusto', dice un usuario

"La primera vez te sientes un poco raro… Pocas cosas hay tan personales como tu propio coche, y es verdad que te lo piensas dos veces antes de dejarle las llaves a un extraño. Pero esto es como todo: hay que probarlo. Yo he empezado incluso a tomarle el gustillo: a mis clientes les dejo chocolatinas y otras sorpresas en la guantera".
"Lo más increíble es la relación personal que se establece. El trato directo te devuelve la confianza, algo que habíamos desterrado en las relaciones comerciales". -Chris Jones
Chris Jones, 28 años, vecino de Londres y programador informático, relata así su experiencia intransferible como propietario de un BMW 118d que ahora cede en alquiler a sus vecinos, o incluso a quienes vienen de paso por la ciudad y prefieren un coche "personalizado" como el suyo, que además resulta bastante más barato que el típico 'rent a car'.

Chris es uno de los 19.000 propietarios de coches que se han subido al carro de Whipcar, una de las empresas pioneras en el alquiler P2P (persona a persona). La idea, extendida por España por Social Car empezó a rodar hacer dos años en el Reino Unido y llega ya a 450 ciudades bajo el irresistible reclamo: "Amad a vuestros vecinos, alquiladles vuestros coches". Las empresas se llevan un 15% de comisión en las transacciones entre particulares.

"Un coche circula una media de 4,6 horas por semana y se pasa aparcado el 96% del tiempo", explica Vinay Gupta, cofundador de Whipcar. "Es absurdo tener algo si la mayor parte del tiempo no lo utilizas. Y es del todo necesario hacer un uso más eficiente del coche en la ciudades y reducir de paso las emisiones. Y eso por no hablar de la gran ventaja económica, tanto para los que tiene coche como para quienes no lo tienen".

350 euros extra al mes

 

Volvemos al asiento imaginario del BMW de Chris, que se esmera como nadie por ceder el coche al vecino o ir incluso a recogerle al aeropuerto. Sus tres clientes regulares y diez ocasionales le dan cinco estrellas por su servicio. En un buen mes, reconoce, llega a tener unos ingresos extra de hasta 300 libras (350 euros), suficientes para cubrir los gastos y algo más.

"Tener un coche para ti solo empieza a ser una carga económica, entre la gasolina, el mantenimiento y el parking", admite Chris. "Yo necesitaría en realidad el 10% de mi coche, y lo que hago ahora me da esa flexibilidad. Me lo reservo para cuando realmente lo necesito, casi siempre para escapar un fin de semana. Pero viviendo en el centro de la ciudad realmente no me hace falta".

Vinay Gupta, fundador de Whipcar.
Vinay Gupta, fundador de Whipcar.

Hasta ahora, y pese a que un seguro complementario cubre los rasguños y los accidentes de los usuarios de Whipcar, Chris no se ha llevado ninguna mala sorpresa en el momento de recoger su coche. "Lo más increíble es la relación personal que se establece, nada que ver con los fríos alquileres a los que estamos habituados. El trato directo te devuelve la confianza, que es algo que habíamos desterrado en las relaciones comerciales. ¿Quién me iba a decir hace dos años que iba a conocer a mis vecinos y a hacer amigos alquilando mi coche?".

Vinay Gupta, el cofundador de Whipcar, no tiene coche, aunque ocasionalmente usa los servicios de su propia empresa como conductor. A sus 35 años, recuerda cómo toda su ambición de adolescente en Nueva York consistía en cumplir los 16 años y ponerse al volante. "Esa mentalidad está cambiando profundamente. Los jóvenes de hoy en día no perciben el coche como una liberación, sino más bien como un peso. En cuanto al coche como símbolo de estatus, creo que ese 'interés' ha derivado hacia las nuevas tecnologías".

Según Gupta, la crisis económica ha sido curiosamente el motor de esa tendencia llamada indistintamente 'consumo colaborativo' o 'economía compartida'. "Empezamos con las casas, ahora con los coches, creo que acabaremos compartiendo muchas cosas más por una simple razón: la eficiencia. Las actitudes están cambiando más rápidamente de lo que creemos, y la tecnología nos permite posibilidades que antes eran impensables".
"Nuestro reto no es sólo económico: tenemos una responsabilidad social y es contribuir a una ciudad más sostenible, con menos emisiones y menos vehículos en las calles". -Alexandra Ramió, Social Car.
Asegura Gupta que los propios fabricantes se están lanzando al mercado P2P y planean introducir el software en los coches para facilitar el 'carsharing'. De momento, los usuarios no tienen más que acceder a la web, cumplir una serie de requisitos básicos (los coches no pueden tener más de ocho años, a los conductores se les puede pedir una edad mínima) y elegir entre un abanico de gamas y opciones: el BMW 118d de Crhis por 709 libras al mes, el Mazda 3 Sport de Ian por 35 libras al día, el Renault Clio de Kadie por ocho libras a la hora.

En España, la delantera la tomó en enero de 2011 Social Car, que cuenta ya con 6.000 usuarios y una flota de 1.500 coches. El alquiler medio es de 35 euros al día, y la mayoría de los usuarios están en ciudades grandes como Barcelona, Madrid y Valencia, aunque la tendencia se va abriendo paso por toda nuestra geografía.

Mar Alarcón, de Social Car.

Mar Alarcón, de Social Car.

"Fuimos de los primeros en Europa en subirnos al consumo colaborativo", recalca Alexandra Ramió, de Social Car. "La situación económica está llevando a mucha gente a replantearse cómo hacer un mejor uso del coche e incluso rentabilizarlo cuando no se está usando. Pero nuestro reto no es sólo económico: tenemos también una responsabilidad social, y es contribuir a una ciudad más sostenible, con menos emisiones y menos vehículos en las calles".

La mecánica del alquiler de coches entre particulares es muy sencilla: basta con darse de alta en la web, cumplir unos ciertos requisitos básicos como conductor, y modificar en todo caso el seguro del coche con la ayuda de la compañía, que orienta sobre los precios en función del modelo y del estado del coche y cobra una comisión por las transacciones (en torno al 15%).

La cofundadora de Social Car, Mar Alarcón, abrió las puertas de la economía compartida en el sector de las renovables con Social Energy y ahora se dispone a hacer lo propio con el mundo de la movilidad, convencida de que el futuro pasa por el P2P y por la optimización de los recursos en tiempos de crisis.

Carlos Fresneda (Corresponsal) | Londres

1 comentario:

mecánica automotriz dijo...

He estado mirando la página de Social Car y pinta muy bie, sólo me queda una duda ¿qué ocurre si tu coche se siniestra o tiene un accidente? entiendo que el seguro todo riesgo, al tener franquicia, te obliga a pagar parte del arreglo.