12.000 MILLAS DE ODISEA EN BICICLETA

Durante dos años, el corresponsal de El Mundo en Estados Unidos Carlos Fresneda ha recorrido el país de la contradicciones (también conocido como Estados Unidos de América) y ha seguido la estela cada vez más visible del “cambio” que viene.

FOTO: Ryan Mlynarczyk y Mandy Creighton en la ecoaldea de Itaca / C. Fresneda

On the Green Road/En la Ruta Verde (1)


Se llaman Ryan y Mandy. Salieron en bicicleta de Sebastopol (California) hace algo más de un año y han atravesado el país de costa a costa. Acaban de emprender a todo pedal el camino de vuelta: su meta es cruzar bajo la línea de meta el Día de la Tierra, en abril del 2010.

El contador particular que llevan en sus piernas marcará entonces las 12.000 millas o 19.000 kilómetros. La suya es una odisea propia de una “road movie”. La película se titulará “Within Reach” (“Al alcance”) y será la mayor aventura jamás contada por los vericuetos de la “otra” América.

Conocimos a Ryan Mlynarczyk y Mandy Creighton en un lugar de resonancias míticas: Itaca (Nueva York). Se les veía cansandos pero contentos. Con las fuerzas justas, después de las “cabalgadas” diarias de 42 millas (73 es su récord), y preguntándose todas las noches si merece la pena seguir pedaleando.

“Cuando sabes lo que quieres, el mundo conspira a tu favor”, sostiene Mandy, con la renovada convicción de sus 31 años. “¿Por qué hacemos esto?”, se pegunta Ryan, dos años mayor que ella. “Digamos que hemos salido al encuentro de gente que ha perseguido su propio sueño; esperamos encontrar el nuestro por el camino”.

On the road, Ryan y Mandy han reinterpretado el camino de Kerouac y tantos otros, a la busca de una quimera de horizontes infinitos. Su viaje tiene sin embargo un giro insólito e “intencional”, con un largo centenar de paradas en comunidades, barrios y ecoaldeas que poco o nada tienen que ver con el “sueño” americano.

“El cambio está ocurriendo ya en este país”, certifica Ryan. “La gente está descubriendo que crear comunidad y vivir en armonía con la naturaleza es el camino hacia la sostenibilidad. Y las respuestas están surgiendo a nivel local, sin esperar a que se den por enterados los políticos”.

Mandy y Ryan confiesan que ellos comulgaron con el credo consumista de sus compatriotas, hasta que un viaje proverbial a Centroamérica en 1999 les hizo abrir los ojos. Allí se conocieron, aunque separaron sus caminos a la vuelta. Ryan iba para abogado, y después para fotógrafo. Mandy no acababa de tenerlo claro, su vida avanzaba sin rumbo y a todo tren.

“¿Te animas a cruzar Estados Unidos en bicicleta?”. La propuesta de Ryan debió parecerle de lo más tentadora. Los dos vendieron sus coches y se entrenaron durante un año a conciencia. Iniciaron su periplo en octubre del 2008 en una bicileta solar hasta Fresno, y luego continuaron en un tándem hasta Arizona. Pronto descubrieron que lo mejor era hacer el camino como perfectos “bikepackers”, con la mochila al hombro, en bicicletas separadas.

En Nuevo México descubrieron la comunidad de sus sueños, el rancho del Colibrí . Pero decidieron seguir su búsqueda en Austin, Texas, y de ahí a Nueva Orleans, a compartir el sueño de los vecinos del Noveno Distrito Bajo con la ayuda de Brad Pitt. Vivieron luego la utopía práctica de The Farm, donde perive el espíritu de la era hippie. Subieron por Carolina del Norte, sudaron junto a los ciclistas de Nueva York y enfilaron finalmente hacia la ecoaldea de Itaca ecovillageithaca.org. Allí volvieron a escuchar el canto de las sirenas.

El tiempo apremia, y Ryan y Mandy andan ya por Comstock, en Michigan, y puede que algo más allá. Se acercan peligrosamente a las 5.835 millas y el invierno se echa encima. Pasarán por Greensburg, el corazón verde de la América profunda, y dejarán para el final esel corredor “revolucionario” que discurre entre Seattle y Portland, la ciudad posible.

Seguiremos periódicamente a Ryan y Mandy en su travesía. Aspiramos a llegar con ellos hasta la línea de meta y descubrir, sobre la marcha, que todos los días son el Día de la Tierra.

Carlos Fresneda, desde Ithaca

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