POR UN TRAGO DE AGUA SUCIA

Agua sucia, ¿Quién quiere un trago de agua sucia?

Los neoyorquinos que caminan por la calle 14 miran de soslayo al insólito “vendedor” y ponen cara de asco ante las botellas con un líquido de sospechoso color anaranjado.

Por un dólar, saboree el agua sucia que beben a diario en Africa y en Latinoamérica”

Cuando los peatones muerden el anzuelo, el “vendedor” revela sus cartas. Se llama Dámaso Crespo, español para más señas, director de artístico de la campaña Dirty Water/Agua Sucia de la agencia Casanova Pendrill que ha recorrido estos días las calles de Nueva York.

La idea es recaudar fondos para el Tap Project , en cooperación con Unicef y y con la meta de facilitar agua potable durante 40 días a un niño por cada dólar recaudado. “De pequeños los llamábamos países subdesarrollados y dábamos dinero para combatir el hambre”, recuerda Dámaso. “Ahora los llamamos países en vías de desarrollo y descubrimos que hay un problema aún más acuciante: 4.200 niños mueren al día por enfermedades relacionadas con el agua”.

Elija, usted, elija. Tenemos agua con sabor a tifus, a cólera, a malaria, a hepatitis, a disentería, a fiebre amarilla...”.

Cuando el interesado se dispone a sacar el dólar y a comprar el agua sucia en la máquina expendedora, Dámaso y su equipo (Alejandro Ortiz, Daniel Luna, Beto Arévalo y Ankit Dhuper) le hacen tragar saliva... “Por tu propia salud, ahórrate el dólar que te cuesta el agua “sucia” y dona el dinero a Unicef. Basta con enviar un mensaje de texto con la palabra WATER o AGUA al 864233”.

El viandante, William Carter, decide donar al final cinco dólares y se marcha con una sonrisa ancha por haber contribuido a la causa. Otros se quedan formando tumulto ante la máquina de refrescos, intentando imaginar el dilema de saciar la sed de tus propios hijos con el líquido mortífero. La semana internacional del agua quedó atrás, pero la tragedia se sigue gestando a diario en parajes muy cercanos al nuestro.

Para hacerse una idea del presente de los países “en desarrollo” y del futuro en los países “secos”, no hay más que pinchar el vídeo de la campaña Tap Project en YouTube.

Nadie volverá a abrir seguramente el grifo con el mismo desdén, y nadie se cruzará de brazos ante la perspectiva de “privatizar” nuestro bien más vital, después del aire.

El agua es de todos.

Más fotos de la campaña Dirty Water aquí


Carlos Freseneda, corresponsal Nueva York

Publicado en el blog Crónicas desde EE.UU de El Mundo, el 30.3.09

1 comentario:

Pedro Bravo dijo...

Muy bueno: duro, directo, serio. En Madrí primero habrá que acostumbrar a la gente a pedir agua del grifo, luego nos queda un buen trecho...

Enhorabuena por el blog.