ALTO AL COCHE EN TIMES SQUARE

La hilera interminable de taxis amarillos bajo las luces de neón pasará pronto a la historia. El “Broadway Boogie Woogie” que inmortalizó Mondrian se quedará sin coches. Los peatones serán dueños y señores de Times Square. No se hable más.

El alcalde Michael Bloomberg, que fracasó en su intento de implantar un “peaje de congestión” para entrar en Manhattan, se ha obstinado en conquistar poco a poco el asfalto para los caminantes, abrumadora mayoría en la isla. El anuncio fue recibido como un auténtico clamor popular, y la única pregunta que nos hacemos ahora ésta: ¿Por qué tardaron tanto en peatonalizar la Plaza del Tiempo?

James Traub, autor de “The Devil’s Playground”, recuerda cómo Times Square ha sido el ágora indiscutible de la ciudad desde 1904, cuando se instaló aquí el periódico que le dio nombre y renombre (y también el primer anuncio de neón). En la época de “Taxi Driver” y “Midgnight Cowboy”, fue el emblema de la larga noche y de la mala vida. Giuliani decidió rebautizarla como Disneyork, a la medida impoluta y anodina de millones de turistas. Y en esto llega el discutible Bloomberg, y la reclama en usufructo para quienes la admiramos y la sufrimos todos los días.

Bloomberg, que baja en metro a la oficina, se ha propuesto reconquistar también la ciudad para los ciclistas: los domingos a dos ruedas en Park Avenue fueron un éxito tal que pronto se extenderán más allá del verano. La Octava Avenida marca entre tanto la senda verde, mientras los carriles-bici se propagan sigilosamente por la isla (pocas experiencias hay comparables a la de cruzar el puente de Brooklyn a pedales).

Ahora le ha llegado el turno al corazón mismo de la ciudad, siempre al borde del infarto. Las isletas marrones brotaron como la tierra en medio del asfalto. Después llegaron las sillas, las mesas y los bancos. De un modo natural, los coches empezaron a sentirse “desplazados”, y el 25 de mayo estarán definitivamente fuera de lugar.

La Gran Vía neoyorquina será exclusivamente peatonal entre las calles 42 y 47 (y también entre la 32 y la 35). El “experimento”, eso dicen, durará hasta final de año, pero va a ser muy difícil que los caminantes vuelvan a ceder al coche el terreno reconquistado.

El coche en la ciudad tiene sus días contados
. Lo que está pasando en Nueva York es el espejo de lo que ha ocurrido ya en Londres, o en París, o en Barcelona. Y lo que terminará sucediendo –mal que le pese a nuestros gobernantes- en ese Madrid estrangulado por las autopistas y agujereado por los túneles. Tiempo al tiempo.

Carlos Fresneda desde Nueva York
Publicado en Crónicas desde EE.UU de El Mundo

DINERO PARA REDISEÑAR UN PLANETA VERDE

Ahora que ya la realidad supera a todas las películas, me he puesto a hacer algunos números ilustrándome con la célebre estafa de Madoff, que se agenció más de 35.000 millones de euros y sale sonriendo en las fotos. Después del ecoshock he comenzado a imaginar el número de hospitales de urgencia, de colegios, de agua y comida, de cultura y conocimiento y hasta de bicicletas para todos que se podrían financiar con ese dinero que no se sabe donde está. Con el monto de este timo global se podría rediseñar ecológicamente el planeta no sé cuántas veces.

Ahora que parece que el dinero de nuestro mundo no existe o no es real, resulta que estoy a punto de recibir dividendos. Sí, un mileurista que tiene el privilegio de ser inversor en estos tiempos puede parecer todo un logro, pero me explico. En su día pedí un adelanto de la nómina para meterme como partícipe en un negocio energético. Mi apuesta tiene como fuente a la más poderosa, limpia y democrática de todas: el Sol. Tengo el privilegio, este mes de febrero, de recibir casi un 10% de lo invertido mientras la cubierta del mercado del Carmel en Barcelona sigue produciendo casi 180 kilovatios hora por año. Casi un metro y medio cuadrado de silicio azul precioso es mi porción de los paneles solares fotovoltaicos que conforman la Ola Solar del Carmel, una brillante propuesta para 139 capitalistas populares promovida por la Fundación Tierra.


Los 1.000 euros que puse son poca cosa, pero vienen de perlas los más o menos 100 euros de retorno por la venta de kilovatios. En fin, inversión más limpia y menos tóxica no creo que vuelva a encontrar. Lástima que un Real Decreto haya complicado que otros mileuristas se puedan sumar a la inversión ética, verde, segura y atóxica que pude hacer yo.

Otro dinero que percibo es el 15% que me ahorro en gasolina gracias a un curso de conducción eficiente. Una inversión absolutamente rentable si se conducen vehículos impulsados con combustibles fósiles, ya sea poco o mucho. Ya que también se ahorra otro tanto en CO2 emitido a la atmósfera.


La compra de una nevera clase A+ (atención, un + significa un 10% menos de consumo que la A) fue otra de las inversiones más rentables que he podido hacer. Costó un poco más, pero se paga menos toda la vida por disfrutar de sus servicios. Un ciudadano del Levante quiso invertir en tres cocinas solares parabólicas indicando que eran una inversión personal de cara al futuro. Planteó que dos eran para sus hijos de aquí a un buen número de años. Y es que hay ecoinversores para todo.

Visitas recomendables para inversores éticos:
Un banco, Triodos
Ola Solar
Conducción eficiente
Consumo inteligente
Electrodomésticos
Solardomésticos para el cambio

Manolo Vílchez

Publicado en Natura 33 de El Mundo

EL “DETECTIVE” DE LOS ALIMENTOS

“Es trágico ver cómo la dieta americana se ha convertido en la dieta del mundo”
“Lo que nos venden como alimentos no son más sustancias con apariencia comestible”
Michael Pollan


El mundo al revés: un norteamericano descubriéndoles a los europeos las virtudes de la comida sana. Pero antes, una confesión: “Es trágico ver cómo la dieta americana se ha convertido en la dieta del mundo, y cómo ha ido devorando a su paso las tradiciones culturales y gastronómicas del planeta”.

Con ustedes, Michael Pollan, compartiendo esta mesa comunal en la que acabaremos comiendo todos, acompañándonos a la compra para recordarnos lo que conviene y no conviene meter en la bolsa, investigando por su cuenta y riesgo todo lo que hay detrás de lo que nos venden como “alimentos” y que en realidad no son más que “sustancias con apariencia comestible”, como él mismo dice.

Ardua labor ésta de presentar en público a nuestro distinguido comensal. Pongamos que Michael Pollan, 53 años, vive en las colinas de Berkeley, donde da clase en la universidad y desde donde abandera el “movimiento de la comida sana” en Estados Unidos, con libros imprescindibles como “La botánica del deseo” (el mundo desde la perspectiva de las plantas) o “El dilema omnívoro” (un historia de cuatro comidas radicalmente distintas”). Empezó como “agroperiodista” y se ha acabado convirtiendo en cocinero de la conciencia de todo un país, con una receta así de simple: “Comed alimentos, no demasiados, sobre todo plantas”. Aunque el papel que más le va, asegura, es el de “detective” de los alimentos, siguiendo el rastro de todo lo que nos llevamos a la boca, descomponiendo desde dentro la temible “dieta moderna occidental” y proponiendo la vuelta a la comida simple y natural. “El detective en el supermercado” da título a su último libro en español, que al otro lado del Atlántico se llamó “En defensa del alimento”, con una reivindicativa lechuga pidiendo a gritos unas gotitas de limón y aceite de oliva.

Michael Pollan recomienda a los norteamericanos que coman como siempre han comido los franceses, los italianos o los griegos (antes de la colonización de los McDonald’s). En el podio de la comida mediterránea echamos en falta a los españoles, y el “detective” gastronómico se justifica: “Los españoles comen demasiada carne, casi tanta como los americanos, el equivalente a seis jamones al año... Por lo demás, la dieta de los españoles es más o menos similar a otros países mediterráneos, rica en productos frescos y sazonada con aceite de oliva”.

Volveremos al “pecado” de la carne (el propio Pollan recoconoce su debilidad por el jamón ibérico), pero vamos a examinar de entrada el típico menú de la “dieta occidental moderna” para saber a qué atenernos: alimentos procesados, hidratos de carbono refinados, grasas refinadas, mucha carne, muchas calorías, mucha sal, potentes adictivos como el azúcar o el sirope de maíz, muy pocas verduras, frutas o cereales integrales.

Por principio, el “detective” Pollan propone “escapar” de la dieta moderna, producto de los monocultivos de la agricultura industrial “y cuyo secreto estriba es descomponer el maíz y la soja, procesarlos y luego volverlos a componer en sustancias que parecen comestibles”. Estos “pseudoalimentos” ocupan casi siempre la parte central de los supermercados, empaquetados con vistosos colores, con falsos reclamos para que parezcan “saludables” y una lista interminable de ingredientes ininteligibles para el común de los comensales.

Regla número uno: nunca comas nada que no comería tu tatarabuela. “La fuente más valiosa y fiable en cuestiones alimenticias es la tradición”, palabra de Pollan. “La ciencia ha aportado bien poco a la alimentación y ha creado esa cultura del “nutricionismo” de la que conviene huir. La tradición es la sabiduría popular destilada. Nuestros antecesores sabían lo que les sentaba bien y por sentido común dejaron de comer lo que les ponía enfermos”.

“¿Probaría acaso nuestra tatarabuela esos tubos de yogur llamados “Go-Gurt” y que no sabría como aplicarlos en su cuerpo, y mucho menos cómo comerlos?, se pregunta el “detective” alimenticio. “¿Y qué decir de esos pastelitos llamados “twinkies” que resisten increíblemente en cualquier condición a lo largo del tiempo? Si las bacterias y otras pequeñas criaturas deciden no “comerlos” es posiblemente porque saben algo que no sabemos nosotros”.

Regla número dos: “Consume productos perecederos”. “Los alimentos reales viven y mueren”, recuerda Pollan, “con un par de excepciones, entre ellas la miel, que ha llegado a aguantar intacta en las tumbas de los faraones”. Los alimentos reales –los que se pudren con el tiempo- hay que buscarlos en la periferia de los supermercados, cerca de las puertas de entrada y salida donde se reponen las existencias.

Y entre los alimentos reales, nada mejor que los que tienen “hojas”, seguramente ricos en fibra, vitaminas, antioxidantes y otros nutrientes esenciales. “De los 75 o 100 elementos que necesitamos para mantenernos sanos, casi todos están en las plantas”, asegura Pollan. “El último lugar donde debemos buscarlos es en los alimentos ultraprocesados”.

Regla número tres: “No comas demasiado”.. El norteamericano medio ingiere 300 calorías más por cabeza que hace veinte años. El “supersizing” se ha convertido en el pan de cada día en los restaurantes de “fast food” (“cuanto mayores las porciones, peores los restaurantes”). Y la gente come en el coche, come en el despacho, come por la calles, come a todas las horas...

“El picoteo estaba mal visto cuando yo era pequeño y ahora es nuestro deporte nacional. En los programas matutinos de televisión, en las vallas publicitarias y en los supermercados se nos atiborra con un solo mensaje: “Come más, come más”. La cadena Taco Bell se ha inventado la cuarta comida, a las once de la noche, para los que no quieren irse con hambre a la cama. El único respiro que nos dan es cuando dormimos, aunque parece que hay un somnífero, Ambien, que provoca hambre y hace que la gente se levante sonámbula a atacar la nevera”.

Sonámbulos o no, los abonados al “fast food” siguen en aumento, y si no que se lo digan a McDonald’s, que ha cerrado su año récord a pesar de la crisis. Le preguntamos al “detective” si todas las sospechas de lo mal que comemos no conducen hasta el McAuto y todos sus derivados, si no es acaso el “fast food” el enemigo público “número uno”... “No creo que el “fast food” debería prohibirse, pero sí tendría que ponerse coto al marketing dirigido a los niños y poner impuestos sobre todo a las bedidas refrescantes. El éxito del “fast food” está también en el precio: al final resulta que el maíz, que es la base de la alimentación industrial, está también detrás de la hamburguesa y las patatas fritas. Estamos subvencionando lo mal que comemos, que a su vez nos cuesta miles de millones de dólares en gastos sanitarios. ¡Estamos subvencionando la enfermedad!”.

Comer solo, a la americana, es otra de las recetas para el desastre gastronómico.
“Conviene recuperar la comida como acto social”, advierte Pollan, “y volver al placer de la buena mesa, como reclama la gente de “Slow Food”. Cocinar tus alimentos es muy importante: hay estudios que demuestran cómo la salud de la gente que cocina es casa es bastantes mejor que la de la gente que come habitualmente fuera. En casa se usan habitualmente alimentos “reales”, mientras que los restaurantes recurren a potenciadores del sabor que jamás usaríamos en nuestras cocinas. Y todos deberíamos cultivar, que es la manera más elemental de cerrar el círculo de los alimentos y reconectar con la naturaleza. Un pequeño huerto te puede cambiar la vida”.

Antes de abandonar virtualmente el supermercado le preguntamos a Pollan qué es lo que no debemos comer nunca: “Cualquier producto que contenga sirope de maíz, porque es una señal de que está altamente procesado. Cualquier producto que tenga más de cinco ingredientes o que contenga algo que nos somos capaces de descifrar. Por lo general, todo lo que entra dentro del calificativo de “sustancias que parecen comestibles”. Pero  ante todo evitar las bebidas refrescantes, el antialimento por excelencia, todo energía y cero nutrientes, el mejor caldo de cultivo para la obesidad y la diabetes de tipo 2. Seguramente hay alimentos mucho más nutritivos en la sección de comida para perros”.

Dicho lo cual, y tras tomarle las medidas al pequeño huerto-jardín y al cajón con lechugas que cultiva en su propia casa, acompañamos a Michael Pollan a hacer la compra  bajando la cuesta, en el mercado de granjeros de la avenida Shattuck (donde está también Chez Panisse, el emblemático restaurante en Berkeley de Alice Waters, otra popularísima activista y defensora de la comida sana).

En Estados Unidos hay ya más de 5.000 mercados de granjeros que traen diariamente a la ciudad la cosecha local y preferiblemente orgánica... “Yo conozco personalmente a los agricultores, he visitado incluso sus granjas, sé cómo cultivan y de dónde vienen la mayoría de los alimentos que compro. Esa debería ser nuestra máxima aspiración, siempre que podamos. Aunque reconozco que es un privilegio tener un mercado así a tiro de piedra de tu casa, y sé que a los barrios menos favorecidos no llegan apenas los alimentos frescos, que la gente con pocos recursos compra comida barata y procesada, y es precisamente la más afectada por la epidemia de obesidad y por todos los males derivados de la dieta “industrial””.

Pollan arrambla con los puerros, rebuscar entre los manojos de coles rizadas y parece enfrentarse al dilema hamletiano con una calabaza en las manos... “A veces me pregunto a qué esperan las autoridades sanitarias. El modo en que comemos es el causante de las enfermedades más frecuentes en los países industrializados. Deberíamos tomar el ejemplo de Francia y lanzar mensajes muy directos para concienciar a la población, igual que se hizo con el tabaco. Pero la industria de la alimentación tiene aún mucho poder: es muy difícil crear un estado de alerta sanitaria cuando los lobbys de la industria están poniendo dinero en las campañas de los políticos”.

Le pregutamos al “detective” por los alimentos trasgénicos, tan difícil de rastrear en el supermercado. “No sería arriesgado decir que el 75% de los alimentos procesados tienen algún componente genéticamente modificado. En cierto modo, en Europa es más fácil distinguirlos que en Estados Unidos, donde no ha habido debate porque los dos partidos estaban por la labor. Los trasgénicos deberían estar identificados, y que la gente decida o no si quiere comprarlos. A mí, personalmente, más que los efectos sobre la salud me preocupan sus efectos en el medio ambiente, porque en última instancia sirven para perpetuar los monocultivos y degradar el suelo”.

La conexión –tantas veces invisible- entre los alimentos y el medio ambientes es otra de las obsesiones de Pollan: “El modo en que comemos contribuye al 37% de las emisiones de gases invernadero, y sólo al consumo de carne le ha atribuido la ONU un 18% en su último estudio. Yo no digo “no” a la carne, yo mismo la consumo de un modo muy moderado, dos o tres veces a la semana. Pero hay muchas razones para comer menos carne. Si todos los norteamericanos comieran un día menos de carne a la semana, dejaríamos de emitir el equivalente en CO2 a quitar casi 20 millones de coches de la carretera durante un año”.

Su despertar como “detective” de los alimentos ocurrió precisamente cuando avanzaba en coche por una carretera californiana, a la altura de Fresno, y empezó a notar “un olor tan fétido como el de todos los retretes de la estaciones de autobuses juntos”. A un lado de la carretera vio una masa compacta de cientos de vacas; al otro, montañas de estiércol y campos de maíz. “Hice la conexión en el acto: éste es el lado oculto de la carne que comemos”.

Aquí llega pues el amigo americano, Michael Pollan, ondeando la bandera de la comida sana y apelando a nuestas conciencias de ciudadanos globales: “El modo en que comemos influye más en el planeta que ninguna otra área de nuestra vida. Y la buena noticia es que es muy fácil cambiar, con cada dólar o cada euro que gastas en el supermercado. Así ha ido creciendo en Estados Unidos el mercado de la comida biológica, que mueve ya más de 20.000 millones de dólares al año. Todo ha sido fruto de un acuerdo tácito entre los consumidores y los productores, que han decidido votar con el tenedor”.

Carlos Fresneda, desde Berkeley

Su libro está editado este mes de febrero en España por Temas de Hoy bajo el título "El detective en el supermercado", descubre cómo la ciencia de la nutrición y la publicidad nos han hecho más gordos y enfermizos.

Cuesta 17,50.-€, aquí un punto de venta

 

SIMPLICIDAD RADICAL EN TIEMPOS DE CRISIS

Los inviernos son eternos en Vermont. Se diría que la nieve forma parte indisoluble del paisaje y que el deshielo no llega nunca. Pero Jim Merkel, ex ingeniero militar convertido a la causa de la ecología radical, asegura que en su huerto casero en los bosques de Norwich crecen las coles y las zanahorias, las patatas y las calabazas, incluso el trigo y la avena. Echándole tiempo a la cosecha, llega producir más del 60% de los alimentos que consume en todo el año. Aunténtica comida local (aderezada con la miel de sus propias abejas).Jim con su especial nevera cero consumo
Con las nieves, claro, no le queda más remedio que tirar de la despensa, construida junto a la entrada trasera de la casa de madera de pino que prácticamente levantó con sus propias manos. Con sesenta metros cuadrados le bastan: trabaja y cocina la misma estancia, y la bañera la tiene al pie de la cama. Se mueve en bicicleta (fue campeón en tiempos) o en un viejo Honda Civic del 92 para las distancias largas. La factura de la luz rara vez supera los diez dólares, con poco más de 5.000 se apaña para todo el año.

Su ejemplo de vida frugal y plena es un auténtico estímulo en los tiempos que corren. “Con crisis o sin ella, no podíamos esperar mucho más para hacer el ajuste”, sostiene Merkel. “Es injusto que los habitantes más privilegiados del planeta tengamos 250 veces más que los más desfavorecidos. El encuentro se tiene que producir necesariamente en un punto intermedio, que es lo que puede sostener la Tierra”.

Jim Merkel creó hace más de una década el Proyecto de Vida Global, intentando responder activamente a los retos del cambio climático, la destrucción ecológica, la guerra y la pobreza. Atrás quedaba, como en una vida pasada, su experiencia como ingeniero militar al servicio de varias contratas del Pentágono. La catástrofe del Exxon Valdez fue como un hachazo en su conciencia. Poco después emprendería una senda radicalmente distinta y en bicicleta, procurando reducir al máximo su huella ecológica.

Su paso por Kerala (India) fue el aldabonazo definitivo. “Aún hoy lavo mi ropa a mano en solidaridad con las mujeres que conocí allí”, recuerda. “Al volver a mi país, comprendí la íntima conexión que existe entre nuestro estilo de vida, el deterioro ecológico y la pobreza a la que está condenada la mitad de los humanos. El planeta es generoso y nos ofrece un suculento banquete: tenemos que aprender a degustarlo entre todos, y pensar también en las generaciones venideras y en los millones de especies que lo comparten con nosotros”.

“Simplicidad radical” da título al libro con el que Merkel dejó huella en España, haciendo proselitismo en bicicleta (17.000 millas recorridas hasta la fecha). Hace apenas dos años, hizo un alto en el camino para reverdecer desde dentro la Universidad de Dartmouth, pero ahora ha vuelto a lo suyo: el ecologismo de raíz (de ahí lo de “radical”), rastrillo y pala.Jim Merkel en una parada del Tour No Oil por España
Su sueño es un mundo donde todos tomemos ni más ni menos que lo que nos corresponde, pero sin imposiciones, dogmatismos ni rigideces... “Se puede vivir mejor con menos, aunque hay que convertir ese descubrimiento en una búsqueda apasionante y en una celebración. Al fin y al cabo lo hacemos por amor al planeta”.
Jim Merkel y el autor

Carlos Fresneda, desde Norwich (Vermont)

Publicado en Crónicas desde EE.UU - El Mundo

enlaces:
Proyecto de Vida Global
libro Simplicidad Radical

EL SOL ENTRA EN IKEA

No es que me dedique a promocionar multinacionales dedicadas a animar a redecorar nuestras casas, pero la fuerzas de las economías de escala pueden conseguir cosas que no siempre llegan a la velocidad digamos necesaria. He sido un deboto de los cacharrillos que para funcionar emplean la limpia energía del sol o el viento para entregar un servicio energético, generalmente allá donde la red eléctrica no está. También lo he sido, lo de deboto solar, por el valor educativo de muchos de los cacharros que he identificado y algunos, quizás demasiados, he comprado. Y ahora que me he impuesto excitarme menos para no contribuir a llenar este mundo de cosas que no son del todo vitales y alegre por enterarme de que por fin una cosa lógica esta preparándose, la unificación de cargadores de red para todos los aparatillos a los que nos hemos hecho adictos para con ellos vivir, viva la crisis, llega la creatividad y la lógica contra el despilfarro.... a ver si llegamos a tiempo.

Los de Ikea son reconocidos por aplicar diseño y ponerlo al alcance de casi todos los que vivimos en la zona cómoda de este hermoso planeta. Y uno que disfruta viendo como se pueden hacer cosas útiles con poco y bien, tiene en la gran superficie no obligada cita pero si interesante incursión a ver que hacen diseñadores y fabricantes en plan masivo observando estanterías y expos mientras se caminan los varios kilómetros.

Cuando voy a Ikea siento una pequeña excitación cuando me aproximo a la zona de lampareo y bombilleo, me miro que este siempre en su sitio el cartelón informativo sobre lo inteligente de iluminarse con las bombillas de alta eficiencia, tan ricas en delicado mercurio y tan necesarias ahora para los pequeños cambios, y eso, chequeo como anda la evolución de las primeras lamparas de leds, ojalá esta corriera más deprisa, de las que no supero la adicción y de la que de la exclusiva colección que promueve la gran tienda, tengo dos modelos.

Pues bien, ayer que fui en busca de marco de madera simple de 50x70 para ilustrar mi mundo, y ayer flipé, me encuentro a un led de alto rendimiento con un ojo óptico sensacional, unido a un flexo que llega a la base y allá, un panel solar fotovoltaico monocristalino (lo mejor) completa una lampara de sobremesa informal y en colores llamativos.

Que el gigante se haya metio a distribuidor de lamparas de muy altisima eficiencia y además facilite sacarle servicios energéticos al todopoderoso sol, vamos, yo que me creía curado anticonsumo me he comprao una de color amarillo sin pensarlo, compulsivamente, sin dejar espacio a la terapia. Y es que si delante estaba un producto Ikea, con sus calidades medidas, quizás me encontraba delante de una lámpara útil para espacios aislados (ufff, que rápido me voy con la mente a los que no tienen luz todavía, ni tendrán red para alimentarla quizás nunca) y también para el luminoso disfrute cultural energético, otro instrumento más para la alfabetización en cuestiónes de energía, pensé rápido.


En las pruebas de primera indagación, no me convence la intensidad de las expuestas, hasta que llego a una y el fogonazo led me hace expresar un ¡¡joerrr¡¡¡, esta si estaba cargada a tope. Una amarilla ya está en la mano rumbo a caja, por ella pago 14,95 euros, hecha por chinos, imagino que con todas las garantias de justicia
social y ambiental, lo de el coste de mano de obra es obvio lo que es.


Con ganas de destripar el producto, llego a espacio de laboratorio casero con la idea de otra lámpara de uso complicaillo, pero sorpresa suprema, chapo pal diseñador, resulta que el cuerpo de panel y baterías es móvil, extraible, lógico para llevarlo a la carga al quicio de la ventana soleada, bueno, aquí me pongo a los pies de los idealistas y brindo con agua del grifo en copa de lujo, por los que han pario el producto. Resulta que además, y ya tocando en zona casi prohibida, cuatro tornillos me llevan a las tripas de la unidad energética limpia encontrando tres baterías recargables de R6 / AA de 1,2 miliamperios de NimH (niquel metal hidruro), registrables y cambiables y tremendo si son de tecnología HIBRIO, que no pierden carga casi con el paso del tiempo. El led es una cabeza con 16 puntos diodos imagino que de 1 watio de potencia (estoy en ello) que gracias a la lente hace un haz directo y pasa de sobras como luz de lectura blanca y potente y que quizás por la calidad oteada sea de los de más de 50 mil horas de servicio, ...casi ná. Confirmado en la especificaciones del producto.


No he tardao na el pillarme un indeleble y marcarme el positivo y el negativo, porque 3,6 voltios y 1,2 amperios dan para hacer además otras cosas a modo de cargador/alimentador, pero de esto ya hablaremos.
Indican que hace falta todo un día de exposición al Sol (10-12 horas) para disponer de 4-5 horas de servicio luminoso limpio y renovable, más que suficiente.


En fin, que miles de consumidores atemorizados muchos con los cambios por venir, paseantes como yo por pasillos de la gran superficie, van a poder preguntarse que el sol se captura de día, se almacena y brilla como mágico por la noche, quizás más de diez se pregunten que no estaría mal dotar a cooperantes amigos de alguna de ellas como regalo útil nada más sacarlo de la bolsa en lugares lejanos y quizás agradecidos por un foco de luz. ¡¡ Atención papis ¡¡, a ponerse al día en el efecto fotovoltaico que quizás os caiga más de una pregunta y por el bien de la revolución energética, no fallar, o igual os cae una sorprendente explicación tecnoinfantil, aprovechar pues que nunca es tarde para aprender.
Una cuestión final, en casa cuesta explicar de donde viene la electricidad que hace que la luminosidad nos acompañe, si te miras la factura veras un queso donde las fuentes de energía sucia, las jodidas radiactivas, todas conflictivas, contaminantes y generadoras de cambio climático son las que se llevan casi todo el circulo, es lo que hay y no todos en el mundo tienen el privilegio de cepillarselas, por otro lado las renovables van subiendo, pero demasiado poco para la que tenemos encima.

Con la lámpara desconentada de la red, la explicación es más fácil: se mira en dirección al Sol que está a 150 millones de kilómetros de la ventana, y del que en 8 minutos los fotones que explotan en él llegan a la superficie del panelillo y por magia del silicio y la obra humana, servicio energético directo o acumulable y venga, por el camino sólo queda bondad, limpieza y bienes naturales intactos, sólo por poder explicar esto y todas las variantes y complementos que le puedas poner, ya se amortiza la inversión y se sorprende a los colegas, pero si son xavales y se lo explican entre ellos, bueno, la inversión tendrá poco competidores en rendimientos positivos y mercados de futuros.

Igual más de uno se pregunté porque Ikea se ha metido en terreno extraño con luces para el hogar, porque ha hecho un gran producto (palabra de adicto a cacharerio solar, no homologado y a esperas de juicio neutro popular) a lo mejor es que cada vez son más los que quieren que en el futuro, el que consigamos que sea, podamos sentirnos mejor consumiendo recursos finitos y energías sin limites, ni dueños, ni daños, ni cuentos, que unido a ese decrecimiento inteligente en todo, quizás hará que solo podamos consumir con criterio productos validos, buenos, y a su precio justo, en comercios éticos y responsables, ...queda rato, pero podríamos tenerlo cada vez más cerca, si lo cutre no nos roba más futuro y más camino hacia la felicidad.

Por cierto, y sin comisión de la multinacional redecoradora, a la lámpara le llaman SUNNAN

Manolo Vílchez


Enlaces:
- espacio sobre responsabilidad social y ambiental de Ikea
-medidas para la mitigación del cambio climático de Ikea

QUE LEO, EN TIEMPOS REVUELTOS

son sólo unas pinceladas, para mi son como antídoto contra todo lo positivo sucio que pasa y que si me descuido me deja como temeroso; espías y chorizos políticos en Madrid bien pillaos, nuevo pirula en USA, que parece la escuela superior de los ladrones donde se miran todos los pirulas bien vestidos del ese sistema del capital global que no ha valido para casi nada, vista la película de no ciencia ficción en la que todos somos actores, muchos atemorizados. Nuevos guerreros para Afganistán, Obama debe estar muy pillao por los que realmente mandan, en fin, ahora que los bancos de prestigio aquí son también mentira, y que los que no tienen nada son sacaos, por ultima vez, de las aguas que no son playa de verano, creo que toca mantener la salud, la templanza y el criterio para que los ejes del mal no nos roben más el futuro.

En los kioscos el numero de febrero de la revista GEO lanza un dossier titulado Planeta Tierra donde un viaje visual desde las alturas muestra en imágenes los desmanes que nuestra especie ha montao a ojo de satélite, sigue con reflexiones para vivir con poco petróleo y las Green Tech desde la renovables y la vida sostenible allá donde es más fácil acometerla, 50 páginas para ver mucho de lo que debería venir.
Geo
Como ritual mensual acudo al kiosco a dar apoyo y luego disponer de estímulos pal combate con el número de cada mes de Le Monde Diplomatique, en español, periódico de culto sobre el mundo real visto por gente poco sospechosa de trabajar para algo que no sea la defensa del bien común. De su director Ignacio Ramonet, recomendable leerse Neocolonialimso agrario, ahora que robar lo efimero ya no cuela porque ya no hay, a comprar tierra fértil allá donde queda, y los mismos, los dueños del capital, los países insostenibles y glotones en exceso, cuantas cosas se mueven en un pequeño mundo, ahora que de Darwin se celebra cumple y de su teoría de la selección natural podemos irnos a imaginar la selección del capital, quien tiene pasta se cepilla a quien no la tendrá nunca apropiándose de los bienes naturales que los rodean, agua, tierra, aire y hasta de las almas.
Aquí un regalo del periódico, el artículo completo y el indice del resto. Uno de ellos, ni energía nuclear ni energías renovables llama al decrecimiento energético antes que nada, desde la pluma de Pedro Costa Morata.
Le Monde Diplomatique
Neocolonialimso agrario
De otro sabio leo en la prensa un artículo que llama la atención, ahora que todo se tambalea con las crisis todas, las soluciones que están desde siempre para construir una sociedad inteligente y más libre chocan con los bloqueos de los políticos que no saben ver más allá de lo cercano y facilón en tiempos duros, cuando lo que se necesita ahora es echarle como nunca, valor. Josep Puig, en tocar la lira mientras la tierra arde, comenta como en Catalunya un paisaje querido como de postal en un mundo cada vez mas feo es argumento para frenar las renovables. Presenta también a la Agencia Internacional de las Energías Renovables, que el pasado 26 de enero fueron 75 países los constituyentes oficialmente en la sede del antiguo Parlamento alemán en Bonn.
Tocar la lira..

Y es bueno saber que disponemos todos de una necesario observatorio, lugar desde donde se puede otear el presente e imaginar el mejor futuro, el Observatorio de la Sostenibilidad en España es un tesoro humano que aporta cada año un informe lleno de solo verdad y de solo inteligentes propuestas para que nos hagamos ricos no con dinero sino con valores y acción ecológica. Este año le toca a la 'Sostenibilidad Local, una aproximación urbana y rural' es el cuarto y trata sobre las interrelaciones entre los sistemas urbanos y rurales, que siendo de vital importancia, apenas han sido consideradas desde la perspectiva de la sostenibilidad, esa palabra tan usada pero la mejor de momento. Este informe apuesta por un nuevo diálogo estratégico campo-ciudad, para salvar los desequilibrios territoriales. No te pierdas los datos ambientales al día de tu provincia, para saber mejor donde estamos, 500 páginas que son como hojas de ruta para esto tiempos inciertos.
OSE
aquí enlce al informe en pdf (10 megas)
Opcions, llega por la cuenta de correo-e, avisan de que el numero 21 de la revista es un especial que contiene las 5 últimas guías ràpidas del consumo consciente de ordenadores, aceite de oliva, deportivas, pasta de dientes y muebles de madera, importante porque a partir de ahora, el consumo como no sea responsable y comedido, parece que no iremos a buen destino... Opcions

que leas mucho entre lo que ya lees, y si lo consideras ójala te sea útil de lo yo leo, para mantener la atención firme hacia los retos que sin remedio vamos a tener que afrontar, eso sí, en medio de cortinas de humos, temores impuestos y ladronzuelos de felicidad: ¡STOP en los morros, pues¡. ¡Animo¡

Manolo Vílchez

¡ACTÚA ANTES DE LA ÚLTIMA HORA!

La hora 11 es una película que impacta en el alma y nos hace sentir amor por la vida mientras nos explica lo que está pasando en nuestro planeta y lo que puede pasar si nos rebelamos.

En el telediario me entero de las nuevas sobre el último gran ladrón especulador; en Polonia, el cambio por el clima no parece que vaya a cambiar mucho el clima; en Estados Unidos, un ciudadano de color suministra intenciones de máxima cordura ante el cambio global, mientras el ciudadano poco valorado al que sustituye aparece recibiendo honores de sus guerreros. Lo hace en un país petrolero arrasado por las bombas que mandó tirar y en el que unos zapatos voladores casi aciertan.

El invierno toca los muros del piso de alquiler que no están aislados; la noche es fría de verdad y hemos decidido abrigarnos y tirar de energía solar concentrada hace millones de años –gas fósil llamado natural–, un lujo para calentar nuestra ineficiencia estructural. Son ya las 11 de la noche y dispongo de un cañón de proyección de mi personal tecnoequipamiento para el curro y de un DVD con libro que se presenta interesante. Me lo ha dejado un buen colega y me ha sugerido que le pase una valoración. A las 11 de la noche todavía altera el oído algún petardo; debe de haber ganado el equipo local y los aficionados encuentran un motivo de pingüe celebración molestando a los que nos importan un bledo los éxitos deportivos. Estamos en un cine doméstico; imagino que como muchos ciudadanos a los que la crisis nos hace reflexionar sobre cómo invertir los recursos que aporta nuestra venta de energía vital y tiempo a cambio de un dinero que cada vez parece menos limpio por todos lados.
Leo, al mismo tiempo, la contraportada de la guía para la acción que acompaña el DVD –por cierto, menudo recurso para la cultura ambiental y la del cambio total–: La hora 11 describe el último momento en el que es posible cambiar. La película explora cómo la humanidad ha llegado a este momento; cómo vivimos, el impacto que producimos sobre los ecosistemas y lo que podemos hacer para cambiar nuestra trayectoria. Expertos de todo el mundo –una pléyade de decenas de científicos, pensadores y activistas de primera línea– nos presentan los hechos y hablan de los aspectos más urgentes a los que se enfrenta nuestra humanidad en el planeta que nos aloja.

Estoy lleno como partícipe comodón de la primera gran crisis global, y en la hora antes de la última, una serie de humanos, muchos de los cuales ya tenía clasificados en mi agenda como ecohéroes, me han comenzado a decir desde la pantalla cosas importantísimas con una claridad de montaje, escenas y música de fondo insuperables. Kenny Ausbel, fundador de los BIONEERS, me cuenta que hay una impresión generalizada de que no somos parte de la naturaleza, cuando en realidad, sí lo somos. De hecho, somos naturaleza. Éste es, probablemente, el mayor malentendido que existe en el mundo y el que está causando todos estos males. Paul Hawken, por su parte, señala que hace 40 millones de siglos se formó una célula; esa célula tenía un gen y ese gen es la clave de todas las formas de vida existentes. Y lo impresionante acerca del cuerpo humano es que tiene cien billones de células y el 90% de ellas no son humanas, sino hongos, bacterias, microorganismos... Así pues, lo que nos hace humanos no es humano, de modo que nuestro interior encierra la historia de la vida en nuestro planeta desde esa primera célula original de hace 40 millones de años.
Oren Lyons se hace la siguiente pregunta: “¿Escogimos erradicarnos nosotros mismos de la Tierra?" Con el tiempo, ésta se regenerará y todos los lagos volverán a ser cristalinos. Los ríos, las aguas, las montañas; todo estará verde de nuevo y en paz. Puede que no queden humanos, pero la Tierra se sanará porque ella tiene todo el tiempo del mundo y nosotros NO. En ese preciso momento nos encontramos.

Lo de predicar puede parecer una actividad a la que soy propenso, pero no es así como lo siento. Sí, La hora 11 ha impactado en mi alma, te lo digo sin tapujos. Te recomiendo que en el cine, en la escuela, con los amigos o en tu casa, mientras un mundo feo comienza a declinar y otro que debe ser todo lo hermoso que podamos conseguir avanza, recibas con toda la atención lo que esos sabios humanos explican sobre cómo cambiar todo para poder aspirar a ser felices algún día de la eternidad.
Si te fijas, a alguno de ellos se le saltan las lágrimas. Incluso me sucede a mí, a pesar de ser conocedor de gran parte de lo expuesto. Nunca nadie me explicó tan directo y tan claro qué es la Vida, qué es la Energía, qué es la Naturaleza, qué está pasando y qué puede pasar si ahora mismo –no hay mucho más tiempo– me rebelo y paso a la acción. Hasta esta noche de petardos futboleros, nunca he valorado tanto el efecto de sentir amor hacia la vida como lo he hecho después de escuchar a los invitados de la producción de Leonardo di Caprio, elegante actor e inteligente activista. A tu disposición está la obra, DVD y guía para la acción de La hora 11. Puedes seguir la pista en las webs de los promotores, no hay una hora que perder, y no te olvides de agradecerles –es mi personal propuesta, que conste– el favor que han hecho al bien común. Los que soñamos, vemos, queremos y ya estamos en pleno cambio tenemos un DVD y un libro guía para accionarnos después de los impactos sabios que nos llegan en inglés, pero que también podemos escuchar, suprema, en castellano.
No nos queda una hora, nos queda un segundo, que no es eterno, para cambiar de verdad todo lo que está mal hecho. Crisis laboral, sí; muchas crisis, sí, pero no todas. La espiritual, puede ser, pero tenemos un trabajo urgente que no acabaremos en todo los que nos queda por vivir. En el último segundo de la hora final, un futuro de película verde, hermosa, heroica en humildad y sensible se me ha puesto delante... Ése es el futuro que quiero ya para mí y para todos. Me voy hacia él, ¿te vienes?

Manolo vílchez
Publicado en Integral 350, febrero 2008
artículo publicado (pdf)

Integral Práctica:
-El precio del libro y el DVD es de 20 e (IVA incluido) + gastos de envío. Para más información y compra: Fundación Tierra y Artemisa Comunicación Audiovisual
-BIONEERS ha inspirado el documental de la Hora 11
-En los cines se ha podido ver UTOPIA, una mirada global a nuestro estilo de vida, hecha aquí y relacionada con la esencia de la Hora 11, protagonizada por dos ciudadanos que recorren el territorio entrevistando a los bioneros de aquí.
-Algunos bioneros cercanos a nosotros:
Joaquín Araújo, naturalista, escritor y comunicador
Jorge Riechmann, poeta, sociólogo, ecoinvestigador, escritor
• Jordi Miralles, biólogo, ecoactivista y presidente de la Fundación Terra
• Domingo Jiménez-Beltrán, fundador del Observatorio de la Sostenibilidad de España y ex director de la Agencia Europea de Medio Ambiente

EL “PODER VERDE”, A LAS PUERTAS DEL CAPITOLIO

Lo nunca visto a las puertas del Capitolio. Sindicatos y ecologistas, hermanados por una causa acuciante y común en tiempos de crisis. Trabajadores del acero y activistas en bicicleta, aparcando todas las diferencias y haciendo piña bajo un lema universal: “¡Una economía que funcione para todos!”.

Esto empieza a sonar al grito combativo del “green power”, que tiene ya su rabioso “himno verde” y romperá a finales de mes con una multitudinaria marcha en el mall de Washington, reclamando el giro copernicano hacia las energías limpias.

Como ambicioso preámbulo, más de 2.500 líderes sindicales y ecologista acudieron estos días al cónclave del Empleo Verde , con parada obligada en las escalinatas del Congreso y sonoro recordatorio para sus señorías, en el momento de cerrar el plan de estímulo económico: “¡Somos la solución, y no el problema!”.

Fue emocionante escuchar a líderes sindicales de toda la vida, como James Hoffa o Richard Trumka, compartiendo micrófono con Allison Chin, presidenta del Sierra Club, o David Foster, artífice la Blue Green Alliance, el crisol donde fraguó hace dos años este insólito matrimonio entre “currantes” y ecologistas, con la bendición de la nueva clase política y de una nueva generación de empresarios comprometidos con la revolución del sol y del viento.

El campo del activismo norteamericano, en barbecho durante más de una década, está floreciendo de pronto con una primavera explosiva de nuevos grupos como la Alianza Apolo, 1Sky o la Alianza por la Protección del Clima que tienen línea muy directa con la Casa Blanca y han servido en bandeja al presidente “la economía de la nueva energía”.

Pero hay sobre todo un líder que despunta ya como el Obama de la nueva ecología: Van Jones, al frente de la gran familia de Green For All, precursor del movimiento de la “justicia social” que ha embarcado en la misma lucha a los más desfavorecidos y a las minorías.

“La ecología, los derechos civiles y la lucha sindical han ido hasta ahora por separado, pero ha llegado el momento de la gran convergencia”, proclamó Van Jones en el palpitante cierre de la cumbre del Empleo Verde. “¡Este es realmente el sueño de Martin Luther King, amplificado y hecho realidad para todos!”.

Carlos Fresneda, desde Washington


Publicado en elmundo.es / Crónicas desde EE.UU

enlaces vinculados:
Green For All
Van Jones
Alianza por la Protección del Clima
1Sky
Alianza Apolo
Gran marcha
Grenn Jobs Conference
Blue Green Alliance

SEMILLAS, ARBOLES, BOSQUE, RUMBAS DE LOS ESTOPA Y COCINAS ALSOL

...manos fértiles
Mientras vivimos en Barcelona uno de los inviernos con menos presencia de sol de la época y donde los tornados y vendavales se manifiestan, como no se recuerda y quizás con la fuerza del cambio climático, este domingo pasado, un cielo azul limpio prístino ha alegrado la celebración de un evento social múltiple y popular, que ha comenzado pildorizando semillas en arcilla con la técnica de póstumo Masanobu Fukuoka, los nengo dango o caca de vaca (así les llamaban para animar el fregao), a mano y a máquina, por muchos niños y sus mayores, para plantar un bosque en la ribera del río Llobregat, de 10.000 arboles, 400 ya crecidos y el resto en píldoras, en tierras del Prat, frente a Cornellá, ciudad de los ilustres rumberos y del presentador del programa de los 40 Principales, Internight, Toni Aguilar. Juntos y por iniciativa compartida de la Fundación + Arboles y el programa de radio y con el apoyo de los ayuntamientos de la zona y miles de ciudadanos, la mañana fue realmente especial.

En la wiki saco la descripción de los nengo dango:
Para mejorar la producción de la Naturaleza con la menor intervención posible Fukuoka ideó un sistema que permite sustituir el arado así como los espantapájaros y otros métodos:
* Mezclando semillas dentro de bolitas de barro de unos 2 o 3 cm que luego esparcirá por el campo
* las bolas se desharán con la primera lluvia intensa, y las semillas comenzarán a brotar, hasta entonces protegidas de los animales y el tiempo.
* en la mezcla de semillas vienen incluidas las semillas del cultivo que se desea hacer, junto a otras plantas (principalmente trébol blanco) que germinarán más pronto y crearán una capa fina que protegerá el suelo de la luz, impidiendo la germinación de hierbas, pero no de cereales o lo que se desea cultivar.
* en lugar de arar o desherbar el campo, lo recubre con restos de las plantas cultivadas en la cosecha anterior, de forma que se crea un compostaje natural, que conserva la humedad y los nutrientes e impide la proliferación de hierbas no deseadas.
* En las bolas de arcilla puede incluirse una parte de abono natural (estiércol u otros)
* Una porción de pimienta de cayena ayuda a disuadir a los animales que se puedan comer las semillas
* En las bolas pueden incluirse diversas combinaciones, según sea el cultivo de cereales, hortalizas, frutales, zona boscosa, etc. de modo que pueden tener muchos más usos que el de producción de alimentos agrícolas: reforestación, reverdecimiento, regeneración de suelos...

la foto de la acción de todos los principales implicados
También en Cornella hay una microempresa algo peculiar y esta fué la comunicación de vínculo de esta con los organizadores para poder celebrar el momento y que me ha permitido junto al socio Carles Duran, disfrutar de la promoción de los productos de la empresa donde trabajo:

alSol tecnologías solares se suma agradecida al acto Plantemos el Bosque de Estopa. Esta microempresa impulsada por personas y organizaciones sensibles hacia la economía ecológica y la educación ambiental, entre ellas la Fundación Terra, fabrica innovadores solardomésticos: cocinas, hornos y secadores que al igual que los árboles, funcionan gracias a la limpia y renovable energía del Sol. Solardomesticos made in Cornella, donde alSol tiene su taller de fabricación principal y su almacén de productos. Siempre que el Sol nos acompañe sin nubes por medio y dando todo el soporte al enverdecedor acto, los asistentes podrán conocer, entre nango dangos, el funcionamiento de una cocina solar parabólica y probar los sabores del Sol desde la tisana Arboles alSol, que estimula los sentimientos personales hacia las acciones sostenibles, elimina el temor a los cambios y brinda por la sociedad global solidaria. Las cocinas solares también son de utilidad allá donde los árboles escasean al quemarlos para cocinar, aproximadamente hoy, la fuente energética para más de 1.500 millones de miembros de la familia humana.
En fin, ha sido una mañana especial, en un lugar especial, con música animadora para acompañar los pequeños cambios, ahora que son necesarios.
...entre rumbas, la entrega de los certificados del 2º bosque Internight, el de los artistas de Cornellá

enlaces:
Fundación + Arboles
Programa Internight
Los Estopa, David y José Muñoz
Masanobu Fukuoka
Cocinas solares alSol

“BIONERAS”: COMO RESTAURAR LA MADRE TIERRA

En un lugar llamado Lamy, en una antigua escuela de adobe rodeada de plácidas colinas, anida la tribu ecológica de los bioneros. ¿Su lema? Restaurar la Naturaleza. Aprender de la Madre Tierra. Reparar todo el daño causado por la especie humana usando la sabiduría acumulada en cada surco del planeta. De ahí el nombre: pioneros de la biología. Y también bioneras...

Corría el año 1990 cuando Nina Simons cofundó los Bioneers junto a su marido Kenny Ausubel. Venían de crear una compañía, Seeds of Change, que intentaba preservar la diversidad de las semillas frente a la invasión de los monocultivos y los trasgénicos. Los dos sentían ese vínculo íntimo con la naturaleza, pero necesitaban ir más allá. Convocaron en Santa Fe la primera reunión de los bioneros, y la idea no tardó en polinizar.El otoño pasado llegaron a los 3.000 seguidores, en la gran tienda instalada en la bahía de San Francisco. Su misión es buscar soluciones a la encrucijada ecológica en la que vivimos, ensanchar los horizontes y crear una red donde tengan cabida no sólo los activistas y los científicos, también los inventores y los empresarios, los pensadores y los artistas, y las feministas, y los líderes espirituales, y las culturas indígenas...

Todos estamos conectados es otro de los principios básicos de los Bioneers, y como el micelio que se propaga por los bosques, su mensaje no entiende ya de fronteras. Destacados bioneros y bioneras, como David Suzuki o Janine Benyus, se erigieron en protagonistas de The 11th Hour, el documental producido por Leonardo DiCaprio. Anita Rodick, la fundadora de Body Shop, fue en su día otra de las entusiastas impulsoras del movimiento, alentado también por Vandana Shiva, Terry Tempest Williams o Julia “Butterfly” Hill, la mujer que pasó 738 días encaramada a una secuoya gigante para evitar su tala.

Los Bioneers han roto el molde monolítico de los movimientos ecologistas y han introducido ese espíritu de colaboración y co-creación más acorde con los tiempos que corren. “Estamos asistiendo al retorno del principio femenino, que de alguna manera supone la restauración del equilibrio perdido en el planeta” afirma la bionera mayor, Nina Simons. “En estos momentos de crisis y de grandes cambios es fundamental otro tipo de liderazgo: la mujeres podemos ayudar a enseñar el camino”. Antes de especializarse en Cultivando el Liderazgo Femenino (así se titula su retiro periódico para mujeres empresarias), Nina Simons se dedicó al teatro y a la comunicación. Fue en Nuevo México, la tierra adoptiva de Georgia O’Keeffe, donde sintió ese hermanamiento proverbial entre el paisaje terroso y la cultura indígena... “Un día visité un jardín de biodiversidad y fue como si sintiera un palmadita en la espalda, y escuchara a la naturaleza diciéndome: “Ahora, vas a trabajar para mí””.

En el 2001, y como una tantas ramas que brotan de los Bioneers, Nina Simons participó en el lanzamiento de “UnReasonable Women for the Earth”. Lo de mujeres irrazonables responde a una cita de George Bernard Shaw, adaptada por la bionera texana Diane Wilson durante uno de los cónclaves anuales de la tribu: “Una mujer razonable es aquella que se adapta al mundo; una mujer irrazonable es la que hace que el mundo se adapte ella... Animo a toda las mujeres a ser irrazonables, porque el mundo nos necesita”.
De la misma cepa nació el grupo pacifista Code Pink, co-creado por Medea Benjamin y Jodie Evans. Bajo el paraguas de los Bioneers ha crecido también otra asociación que defiende el derecho a la maternidad como un acto revindicativo: Moms Rising, hijo compartido de Kristin Rowe-Finkbeiner y Joan Blades.

Joan Blades es también la madre de MoveOn, el sitio Web que ha reinventado el arte del activismo político en la era de internet (creado junto su marido Wes Boyd). “Empezamos apenas cien amigos y en poco tiempo éramos ya medio millón”, recuerda. “Entre todos hemos creado un sitio de ciudadanos ordinarios que antes se sentían sin fuerza y ahora están totalmente involucrados en el proceso democrático, reclamando a los gobernantes que presten atención a cuestiones como la sanidad o el cambio climático”.

MoveOn fue la primera plataforma de lanzamiento de Al Gore en su cruzada contra el calentamiento global. Joan Blades ha decidido entre tanto virar hacia un terreno más familiar con ese Manifiesto de la Maternidad que clama por la igualdad de género desde una perspectiva distinta a la del movimiento feminista.

"Las madres ganan un 27% menos que hombres con el mismo nivel educativo y de experiencia,y las madres solteras ganan incluso un 40% menos”, se lamenta Blades. “Está claro porque hay tantas mujeres y niños viviendo en la pobreza, y tan pocas mujeres líderes". Con Moms Rising (Madres en Ascenso), Blades aspira a “cruzar las líneas políticas, económicas y culturales” e introducir de paso la perspectiva a largo plazo en el movimiento ecologista: “Necesitamos gente que piense en sus hijos, en lo que va a quedar para ellos".

Un río inabarcable de ideas y líderes, directa o indirectamente relacionados con el medio ambiente, converge todos los años en el cónclave de los Bioneers. “La nuestra es una propuesta integradora, que intenta conectar todos los puntos y romper con la polarización tan habitual en nuestra sociedad”, recalca Nina Simons, citando a otro destacada bionero, el físico Fritjof Capra, autor de “La red de la vida”.
Confiesa Nina que uno de los momentos más sentidos de este viaje, que dura ya 18 años, fue cuando escuchó a una comadrona tendiendo un puente entre lo que ocurre en un parto y este preciso instante, a escala planetaria: “Hay un momento en todo nacimiento en el que la mujer está abrumada por el dolor, exhausta, y no puede imaginar la manera de seguir adelante y alumbrar un hijo... Ese es el momento en el que estamos: una situación difícil y llena de angustia, miedo y dolor, pero hay una nueva forma de vida que está naciendo entre nosotros. Es un momento apasionante”.

Los jóvenes bioneros tienen también su espacio propio, y quien más ha hecho por alimentar la savia nueva es posiblemente Julia “Butterfly” Hill, la mujer arborescente: más de dos años encaramada a 70 metros de altura para evitar la tala de una secuoya gigante que ella misma bautió con Luna. Desde su nido lanzó aquel mensaje de resistencia y persistencia contra las sierras mecánicas de la Pacific Lumber Company. Al final logró salvar 1,2 hectáreas de coníferas centenarias en el norte de Califonia.

Ahora camina con los pies (descalzos) por la tierra... "¿Qué es lo que le empuja a uno a ir más allá de lo cómodo y adentrarnos en lo incómodo, y darnos cuenta que somos más poderosos y más mágicos de lo que nuestra mente nunca se hubiera imaginado?", se sigue preguntando. Esta idea la llevó a co-fundar Círculo de la Vida (Circle of Life Foundation) y la Red Captar (Engage Network), dedicada a enseñar a la gente a encontrar su fuerza, a través de un programa llamado apropiadamente ¿Cuál es tu árbol?. Hill ha salido en los Simpsons, en canciones y libros, y será protagonista de una película en 2009, con Rachel Weisz haciendo su papel.

Melissa Nelson, de la tribu Turtle Mountain de los indios Chippewa, es otra bionera destacada. Al frente de la Cultural Conservancy, su misión es preservar las tradiciones americanas nativas... “Mi visión es un mundo que celebra la diversidad, cultural y biológica, viviendo en comunidades sostenibles, comiendo alimentos autóctonos de la región, bebiendo agua limpia, educándose mutuamente, cantando y bailando, hablando en lenguas indígenas, compartiendo recursos".
Nelson ejerce también como profesora en la Universidad Estatal de San Francisco, y desde allí vislumbra “la reconciliación entre el colonizador y el colonizado, porque hoy somos todos de raza mixta, para que todos podamos trabajar juntos por un futuro sano y fuerte para nuestros hijos, uno que honre toda la diversidad de nuestro planeta".
La doctora Lucy Boulanger pasó varios años contemplando los estragos de las minas de uranio y de las centrales térmicas en la reserva de los indios navajo en Nuevo México. Junto a su marido, John Fogarty, atendieron el dispensario por el que no dejaban de pasar cientos de nativos, aquejados de enfermedades de pulmón y riñón.

De regreso a Santa Fe, los doctores se pasaron a la prevención directa y crearon New Energy Economy, cuya misión es impulsar las energías renovables en todo el estado, con la mirada puesta sobre todo en la maltrecha reserva, que aún sufre las consecuencias de la contaminación del uranio... “Entendimos que la mejor manera es acercar a los nativos las alternativas limpias, hacerles ver que son viables económicamente y que saldrán ganando con su salud y la salud del planeta”.
Martha Arguello es la directora ejecutiva de Médicos por la Responsabilidad Social en Los Ángeles, y lleva media vida luchando por la justicia ambiental, especializada en la lucha política en el área de pesticidas y calidad de aire, y en el efecto de las toxinas y químicos en la reproducción y el desarrollo.

"Lo más importante que podemos hacer es proteger los derechos de esta y de futuras generaciones al aire, agua, tierra y comida limpios",  explica. "Tenemos que asegurarnos que combatimos el cambio climático de una manera correcta. La nueva economía verde ha de redistribuir la riqueza, creando empleo sano y seguro, y nuevas oportunidades para que la prosperidad económica sea compatible con la salud de nuestro planeta".

Janine Benyus es finalmente la bionera por excelencia, autora de “Biomimetismo: Innovación inspirada por la naturaleza” y punto constante de referencia del movimiento desde su terruño adoptivo de Montana. Benyus suele hablar del respeto “a lo más que humano”, a esa fuerza que vibra en todo lo vivo y donde suelen esconderse casi todas las respuesta.“Somos una especie joven, perlo muy adaptable y capacitada para la imitación”, asegura con optimismo la naturalista. “Podemos aprender lo que otros organismos han hecho: hacer de este planeta un Edén, una casa que es también nuestra pero que tenemos que aprender a compartir con millones de especies”.

Confían en la ecología para salvar el planeta y forman parte de un movimiento de más de 3.000 seguidores en Estados Unidos. Las Bioneers (o bioneras) han roto el molde monolítico de los movimientos ecologistas para introducir un espíritu de colaboración más acorde con los tiempos que corren. ¿Su objetivo? Expandir allá donde vayan sus ideas para cuidar de la Madre Tierra. En España preparan su desembarco de la mano de la Fundación Tierra, que impulsará un encuentro que probablemente se celebre el próximo mes de noviembre entre los simpatizantes españoles y los fundadores de Bioneers en Estados Unidos.

Entre los 'fans' más destacados del movimiento encontramos nombres como el de David Suzuki o Janine Benyus, que se erigieron en protagonistas de 'The 11th Hour' (La hora 11), el documental producido y presentado por Leonardo DiCrapio y cuya versión en castellano se estrenó a finales del año pasado (ver tráiler). En el largometraje, 50 expertos de todo el mundo reflexionan sobre los desafíos más urgentes a los que se enfrenta el planeta. "Hablar de salvar el medio ambiente es incorrecto, porque el medio ambiente sobrevivirá", dice al comienzo del documental Kenny Ausbel, fundador de los Bioneers. "Somos nosotros los que podríamos no sobrevivir. O tal vez lo hagamos en un mundo en el que no queramos estar". Junto al documental se ha editado una guía con una serie de prácticas concretas para un desarrollo sostenible.

Anita Roddick, la fundadora de Body Shop, fue en su día otra de las entusiastas impulsoras del movimiento, alentado también por Vandana Shiva, Terry Tempest Williams o Julia Butterfly Hill, la mujer que pasó 738 días encaramada a una secuoya gigante para evitar su tala.

Enlace a Bionners

Por Carlos fresneda y Nancy Black

Publicado en Yo Dona - El Mundo, sábado 7 de febrero de 2009

EL TEMPLO "VERDE" DE LA CIENCIA

El museo más “verde” del mundo
SAN FRANCISCO.- El arquitecto empezó por el tejado. Renzo Piano se subió a lo más alto de la vieja Academia de las Ciencias de California, resquebrajada tras el terremoto de 1989, y oteó las colinas de San Francisco desde las fronda del Golden Gate Park. Se dejó poseer por aquello que los romanos llamaban el “genius loci”, el espíritu del lugar, y volvió al mundo de lo palpable con una etérea idea...

"Los museos de ciencia han sido siempre opacos y claustrofóbicos, como si fueran reinos de las tinieblas. Pero este edificio, en uno de los parques más bellos del mundo, tiene que conectar con la naturaleza. Necesita ser transparente, verde y sostenible para cumplir con su propósito: el estudio de la Tierra”.
Así brotó el boceto, como un mar de colinas, concretado al cabo de ocho años y 500 millones de dólares, habitado ahora por un millar de especies y coronado por un sinuoso “tejado vivo” de una hectárea, 60.000 células fotovoltaicas, un sistema de ventilación natural y un armazón de acero totalmente reciclado.

La vieja Calacademy –como se le conocía popularmente desde su fundación en 1853- es ahora el templo “verde” de la ciencia, el museo más ecológico del mundo desde los cimientos hasta esas siete cúpulas vegetales que se funden mágicamente con
el paisaje, en un ejemplo único de biomímesis. Y también uno de los centros más punteros de investigación, donde es posible ver a los paleontólogos y a los entomólogos con las manos en la masa.

El “espíritu del lugar” ha dado incluso un nuevo impulso a la misión de la Academia de las Ciencias de California, con una exposición permanente dedicada a Darwin y las islas Galápagos y el mayor repetorio de actos para celebrar los 150 años de “El origen de las especies” (“Evolve 2009”). Un planetario, un acuario y una selva tropical –con toda la fauna piscícola del Amazonas- comparten espacio bajo el tejado “verde”, en el que ocupa también un lugar muy visible y práctico el cambio climático (con el manual “La sostenibilidad hecha simple”, que se llevan bajo el brazo los miles de visitantes diarios).
“Nuestro objetivo no es sólo investigar, albergar exposiciones o convertir la naturaleza en espectáculo”, sostiene el director de la Academia, Gregory Farrington. “Queremos que el edificio sea en sí un ejemplo, que inspire a los visitantes para que conserven los recursos naturales y ayuden a sostener la diversidad de la vida en la Tierra”.

El “envoltorio” es el mensaje. La Academia ha recibido la certificación LEED
“platino” que la acredita como el mayor edificio público construido hasta la fecha con criterios ecológicos. Renzo Piano, ganador del Premio Pritzker en el 98, artífice entre otros del George Pompidou en París, del rascacielos del New York Times en Nueva York o del emblemático Centro Jean-Marie Tjibaou de Nueva Caledonia, ha dado una nueva vuelta de tuerca a la arquitectura a sus 71 años y ha marcado un nuevo hito de lo posible dentro de un espacio urbano.

Visto desde lejos, el edificio adquiere una extraña ligereza y parece camuflarse poco a poco en el entorno, fiel al deseo original del arquitecto: “Quise crear el efecto de que el parque se elevaba y el museo se deslizaba por abajo“.

Para el radiante interior, Piano confiesa haberse inspirado en “las telarañas, las escamas, las hojas y otras formas naturales”. La luz entra a raudales por decenas de tragaluces que se abren y se cierran mediante sensores, en función de la temperatura, y permiten que el pabellón se ventile naturalmente (“una de mis obsesiones era evitar a toda costa el aire acondicionado”).

El 90% de los materiales de la vieja sede de la Academia se han aprovechado en la nueva construcción, donde se han aplicado los criterios más rigurosos de aislamiento y eficiencia energética. El consumo de electricidad es el 30% menor que un edificio de su tamaño, y las placas fotovoltaicas producen más del 10% de la energía que consume el museo.

Aunque donde de verdad se aprecia el genio del arquitecto es en el tejado verde, que absorbe 12 millones de litros de agua de lluvia al año, enfría y aisla la Academia y se extiende como una manta verde y poblada de fresas salvajes, claveles silvestres y amapolas de California, en singular sinfonía de ciencia y naturaleza.

Carlos Fresneda, enviado especial


EL ENLACE EN LA WEB: www.calacademy.org
EL VIDEO EN YOUTUBE:

LA CONSTRUCCION PASO A PASO:

ENTREVISTA CON RENZO PIANO: